OVA 17| EPILOGO
Ishida se encontraba enfadado, había sido electo comodoro y no había podido prever un contraataque americano en California. Cuando el gran comandante descubrió que había sido Ishida el responsable estuvo a punto de destituirlo del cargo.
--¡Kuzou!—exclamó Ishida mientras aventó la silla de mando en su despacho.
--No había forma de prever esto Ishida, los americanos yacían débiles en ese momento.—respondió Ryosuke.
--Esto es inaceptable, como es que esos, esos. ¡Gaijin! Fueron capaces de contrarrestar nuestra jugada, esto es tu culpa Ryousuke, tú fuiste quien perdió contra esa gaijin en Nuevo México.—dijo Ishida tratando de culpar al piloto del dragón rojo por el fracaso de la estrategia utilizada por el comodoro para hacer descender las tropas.
--Los americanos han traido nuevo armamento, han aprendido de esta guerra, pero aún no hemos perdido, todavía tenemos control sobre la mayoría de la costa oeste americana, y una vez que el resto de las fuerzas se reagrupen con nosotros, podremos volver a recuperar nuestro honor aplastando a los americanos. Mandé a traer a Yaya de Montana, una vez que ella traiga a sus seikens podremos...
--¿Qué no lo sabes Ryousuke?, Los americanos descubrieron como derrotar a las seikens y lo que es peor, parece ser que una seiken fue la que guio al ejército americano a la victoria en California.
Ryosuke quedó impresionado con aquello que había escuchado, una seiken que había desertado era algo sin precedente ya que todas las seikens tenían una alta apreciación al Daitoteikoku y un gran sentido de nacionalismo, era inconcebible que algo como eso pasara.
"¿Podría ser posible?, A caso podría ser Mikoto quien habría hecho eso...nadie sabía que había sido de ella y su cristal se había vuelto a activar, pero aún no había noticias de ella. Era improbable, pero si ella no regresaba o se ponía en contacto podrían tacharla como una renegada, tenía que encargarme de encontrarla y traerla a casa antes de que la tacharan de traidora."
--Ishida, tienes razón, yo debí de haber previsto esto y detener a la avanzada americana en Nuevo México, pero aun puedo rectificar las cosas. Concedeme el mando de las tropas y...
--No, ya me has demostrado que eres ineficiente por tu propia cuenta, pero por suerte el Gran Comandante nos ha asignado un consultor capaz que ayudará con la logística de nuestras siguientes operaciones.
Entonces se escuchó el sonido de las botas de tacón contra el suelo, y fue cuando entró en el despacho, aquella figura, usaba un traje de piloto con un casco que reflejaba la luz.
--Es de mala educación llevar el casco en interiores.—respondió Ishida.
--Perdone usted.—respondió una voz de mujer. –Nunca se sabe cuando habrá una batalla y hay que estar listo para cualquier ocasión. —dijo ella. entonces la mujer pasó a quitarse el casco.
--Una extranjera...--dijo Ryousuke.
La mujer tenia facciones finas, una tez clara, de ojos redondos color verde y larga cabellera rojiza. La mujer tenía una mirada fría y decidida.
--Ryousuke, déjame presentarte a Rachel Callahan, la piloto que guío a las fuerza del Kwon Ming a la victoria en el frente canadiense.
La chica se acercó a Ryosuke y le tendió la mano pero el muchacho no la tomó. La mujer sonrió.
--"Yoroshiku" (encantada de conocerle—dijo la mujer en un japonés golpeado.
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