OVA 10.5|| Desesperación(Zetsubou)


El oleaje se escuchaba y el sol crepuscular iluminaba con su radiante luz ambarina el mar. La brisa olía a agua salada, arena y gasolina. Y Ryousuke miraba a la chica sentada sobre el caparazón del modelo Samless Type Patton 2. Mikoto se veía tan hermosa como siempre. De grandes ojos azules y largo cabello negro. de curvas pronunciadas y hermosas alas de energía azules. El asedio de Maui en Hawái había sido la primera misión en conjunto que los recién graduados de la majestuosa academia militar de Tokio. Habían perdido a muchos de sus amigos en la batalla, pero el saber que los dos continuaban vivos al menos, le traía cierta paz.

Nuevamente volvía a despertar, mientras el chorro de agua caliente salía de la regadera y cubría su espalda llena de cicatrices por la guerra. tenía la cabeza gacha mientras el agua empapaba su cabello. Ryousuke miró su meñique derecho... "Yo lo prometo" se decía a el mismo. Luego cerró su mano en un puño y golpeó los azulejos.

--¡Mierda! —exclamó Ryousuke.--¡Doko ni Mikoto...Doko ni Mikoto...! (Donde estás Mikoto)

El muchacho cerró la llave de la regadera y se puso la toalla alrededor de su cintura y luego salió del baño. Le había tocado una de las mejores recamaras de la nave, tenía un ventanal desde donde se podía ver las montañas nevadas y los bosques de pino. El muchacho se fue a sentar en la cama. entonces sintió esa suave sensación cálida, la sensación de los senos de Yaya contra su espalda desnuda, después la chica le abrazó. Y se quedaron en silencio un momento.

--¿Qué ocurre? —le preguntó Yaya susurrando en el oído del joven capitán. --¿Quieres hacerlo otra vez?

-- Solo...pensaba...

Entonces tocaron a la puerta de su camarote. El muchacho se levantó y fue abrir la puerta. Una joven mujer por su uniforme tenía que ser una de las ayudantes de manutención de la nave. quedó impactada al ver que el Ryousuke estaba semidesnudo.

--¡Eh!...El...El Comodoro solicita su presencia capitán Shinomoto.—dijo la chica. La cara de esta se puso roja.

--Gracias, iré en seguida. —respondió Ryousuke. Y luego cerró la puerta.

--¿Debería sentirme celosa...de que tengas tanto pegue con las mujeres? —preguntó Yaya.

--Vamos vístete que tengo que ir a ver al comodoro. —respondió el muchacho. Y luego se dirigió a su armario donde sacó uno de sus uniformes.

Yaya tomó su atuendo militar que yacía tirado a un lado de la cama y se vistió. Ryousuke vio entonces la espina dorsal de metal que sobresalía de la espalda de Yaya, y justo por arriba de sus glúteos el cristal escarlata brillaba. "El cristal de Mikoto era azul" pensó Ryousuke. "¿Cuántas horas había buscado a Mikoto entre las ruinas de la base de Bozeman?, ¿cuántos hombres no habría matado por información sobre Mikoto?, sin su cristal el cuerpo de Mikoto era como el de cualquier mujer. Su fuerza era como la de cualquier mujer y su fragilidad como cualquiera de nosotros. ¿Tal vez incluso yo la pude haber matado...tal vez murió durante el incendio de la ciudad? tal vez"

Los dos salieron de la habitación y fueron al elevador. Bajaron cinco pisos hacia el puente de mando de la gigantesca fragata. Ishida continuaba en su silla de mando con la cabeza recargada sobre su mano derecha mientras que con la mano izquierda revisaba los pequeños hologramas que se proyectaban en el antebrazo de su silla.

--Capitán Shinamoto, oh Sumeragi Yaya gracias por venir, de hecho me ahorraste el trabajo de buscarte.—dijo Ishida Saiju.

--Comodoro Saiju.—dijo Yaya dando un saludo.

--Ishida, ¿Qué ocurre?

--Problemas lamentablemente.—respondió Ishida.—La banda mercenaria de los Blaze Angels derribó el Sekigahara en el Yukón. La Cuarta Oleada iba a descender sobre Canadá antes de que cayese el invierno.

--Déjame adivinar, ¿Quieres que vaya a Canadá y me encargue de los mercenarios? —preguntó Ryousuke.

--El gran comandante ha lanzado el plan de contingencia dos, Nuestra misión ahora será asegurar las aéreas conquistadas hasta que La Cuarta Oleada llegue.

--¿Dónde descenderá la cuarta Oleada? —preguntó Ryousuke

--California. —respondió Ishida.—Tenemos control de Washington, y de Oregón, pero nuestro objetivo será conquistar la costa Oeste antes de que acabe el año. Capitan Shinamoto usted se encargará de mantener control sobre los territorios conquistados de Montana. No podemos perderlos, además hemos escuchado que hay reportes de que la milicia de los Lobos destruyeron un comboy de suministros para las bases móviles.

--Entiendo.

--Y Yaya, ahora que podemos dar a Mikoto por perdida, Pienso que deberás ser tu Yaya quien comande a las unidades de Seiken.

--¡Yo!

--Así es.—respondió el comodoro.—Ahora váyanse los dos, tienen tareas que hacer.

Ryousuke y Yaya dejaron el puente de mando. Mientras caminaban por el corredor Ryousuke sentía la incomodidad.

--Si encuentro a Mikoto te informaré Ryousuke.—dijo la chica.

--Lo se.—respondió Ryousuke.

--Pero, ha pasado tiempo y una seiken sin su cristal...no duran mucho tiempo. Esta es tierra salvaje llena de salvajes que deben ser controlados. Por esa razón no hay grandes probabilidades de que continue con vida. –respondió Yaya.

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