Capitulo |2|
-Serian 580- tome los billetes. Busque algo de cambio en la caja registradora y arranque el ticket que salía de ella. La mujer no dejaba de verme mientras realizaba mi trabajo. Me hacía sentir fastidiado-. Que tenga un lindo día-sonreí sin ganas.
La observé hasta que salió del taller y baje la mirada al escritorio. Seguí leyendo el libro que, obligatoriamente, nos encargaron en la clase de literatura. "Matar a un ruiseñor" no es el tipo de historias que me agradan, además de que era muy difícil concentrarme por todo el escándalo que hacían mientras arreglaban los autos.
Puse un separador en la página en donde me había quedado, guardé el libro en mi mochila y decidí descansar. Seguiría en mi casa, en donde el silencio siempre reinaba y podría leer con tranquilidad.
Me recargue en la silla y giré mi cabeza viendo hacia el segundo piso en donde se encontraba la oficina de Morgan. Estaba rodeada de vidrio así que podia ver quien se encontraba dentro de ella. Solía observarnos desde ahí, como si fuéramos sus esclavos. Pero esta vez solo estaba sentado en su escritorio.
Una mano golpeó mi hombro haciéndome dejar de verlo.
-¿Todo bien Chris?
-Todo bien Alfred- me miro con incertidumbre-. Estoy bien- Volví a repetir, esta vez con más seguridad.
Tomo mi mentón, apretándolo con su pulgar y su dedo índice examinándome por unos segundos.
-Esta vez porque fue-
Alce los hombro no estando muy seguro
-Creo que por contestarle. Ni siquiera recuerdo lo que le dije
Tenía un golpe en el labio. Por desgracia abarcaba hasta mi mejilla y llamaba la atención a cualquiera que me veía.
Busco entre su mochila y me aventó una caja de pastillas
-Te quitara el hinchazón-
Pese a que había dejado de doler seguía inflamado así que agradecí y sin más tome una de ellas.
Alfred había trabajado en este taller desde que abrió sus puertas, solía vivir a unas horas de Portland, en una bahía de nombre extraño. Decía que era como vivir en un pequeño pueblo en donde todo mundo se conocía y eso lo hacía un lugar hogareño. Pero decidió mudarse aquí y tener este horrible trabajo.
El solía decir que no era horrible sino un trabajo honesto aunque Morgan solía tratarlo de mala manera pero que me sorprendía eso, a todos nos trataba así.
Alfred es como un hermano mayor y pienso que una de las razones por las que no ha renunciado es que no quiere dejarme desamparado con Morgan.
Durante mi desconexión con el mundo real un auto, que llevaba ya un rato tocando el claxon, me despertó. Deje el escritorio, en donde frecuentaba estar cada que solía trabajar y me acerque a él tragándome mis problemas y tratando al cliente de la mejor manera posible.
-Bienvenido, soy Chris. ¿Cuál es su nombre?-Anote el modelo de su auto en la nota de entrega y observé que el parachoques trasero estaba destrozado.
-Emma Mercer- abrió la puerta de su auto saliendo de este.
Trague saliva.
Solo había pasado una semana desde el accidente en el café y no supe más de ella. A pesar de eso, en cada clase me encontraba dibujando su rostro detrás de mis libretas.
Me miro a los ojos.
-Eres el chico del café- dijo soltando una pequeña risa-. Vaya, pensé que no te volvería a ver-
Abrí la boca, pero ninguna palabra salía.
<<¡Di algo! ¡Lo que sea!>> mi subconsciente me decía una y otra vez.
Por suerte Alfred se acercó a nosotros limpiando sus manos llenas de grasa con un trapo. Golpeó mi espalda y solo así logré hablar.
O algo así.
-Umm... uhh.... Si-
<<¡¿Si?! ¡¿Si que?! ¿Si eres un idiota? En definitiva>>
-¿Qué sucedió con su auto señorita?- pregunto Alfred ahorrándome más vergüenza.
-Un imbecil me choco por detrás hace dos días....
Hasta molesta lucia hermosa.
-Si...esto se soluciona fácil. Puedes ir a tu casa y volver en unas horas o si gustas esperar-señaló la pequeña sala de estar que tenía unas sillas y una mesa de cristal con revistas encima.
Yo me encontraba mirándolos sin saber que más decir. Alfred ya había hecho todo.
Emma me sonrío.
-¿Si decido esperar te quedarías conmigo?-
Me pasme, de nuevo. Era como si su voz detuviera todo el mecanismo de mi cuerpo. Solo pude ver detrás de ella a mi amigo moviendo su mano de arriba a abajo.
Copié ese gesto con mi cabeza, sin darme cuenta que estaba asintiendo.
➿➿➿➿➿
-... Me asuste demasiado. Digo, solo estaba estacionada fuera de mi casa arreglando mi maquillaje cuando ese idiota, que claramente estaba borracho, me chocó por detrás. Mi papá estaba súper enojado, casi lo mata- soltó una risita-. Aunque de hecho fue gracioso el golpe que le dio y como este cayó en un charco
Reí
-Me alegro que tú estés bien
-Si, estoy perfecta. Pero ya hablamos mucho de ese estupido accidente. Cuéntame algo de ti
-Mi vida es repetitiva. Voy a la escuela, de ahí al trabajo y por las noches voy a la casa de Andrew o Lilly- respondí.
Emma rio.
<<¿Dije algo estupido?>> rebobine mi respuesta sin encontrar un solo error.
-Lilly es la chica del cafe ¿cierto?. Ella y Edward no lucen muy a gusto juntos
-Ya se les pasará- Vacilé. Sabía que Lilly lo extrañaba y esperaba que todo se arreglara, pero eso pareciera cada día más lejano. Dejamos de hablar, la mire de reojo y observé que sonreía mientras jugaba con sus manos-¿Por que estas tan feliz?-
Me miro y sonrió un poco más-¿Se me nota demasiado?- hizo un gesto nervioso con sus manos-Fui a una entrevista de trabajo hace unos días y hoy me acabo de enterar que lo conseguí. No es algo grande solo soy asistente en una boutique pero el dueño tiene un agencia de modelos. ¿Puedes imaginarte? Toda mi vida he querido ser aquella chica que sale en las portadas de revistas. Solo espero que me de una oportunidad-
-Y lo hará. Emma eres bonita y si empiezas poco a poco algún día alcanzarás tu sueño- puso su mano en mi pierna.
-Gracias, aunque no lo creas eso significa mucho para mi-Quito su mano y hizo un chillido de felicidad-¡No puedo esperar a contárselo a mis padres! Estoy segura que estarán igual de felices que yo.-
Comenzamos a charlar de sus aventuras cuando era pequeña en el closet de su madre y como imaginaba a todo su público aclamándola. Lucia adorable al hablar de su sueño y como sus padres la estaban apoyando, hasta que recordé que yo no tenía eso y jamas lo tendría. No importa si escogiera la carera que Morgan quisiera, el nunca estaría feliz con nada.
Después de un rato hubo un silencio. Emma miro hacia su automóvil y estaba casi listo. La contemplé en ese instante. Deseaba quitarle el mechón que tapaba parte de su rostro y ponerlo detrás de su oreja pero no lo hice. Ella me miro primero a los ojos para después bajarla lentamente a mi boca.
<<¡Quiere besarte!>> pensó mi retardado cerebro.
-¿Puedo preguntarte algo?
-S-seguro
-¿Que te paso en el labio?
Dirigí mi mirada a la oficina de Morgan. El se encontraba observándome con sus manos en sus bolsillos y sin expresión alguna. No sabía cuánto tiempo llevaba ahí parado.
-Un accidente con una puerta
-Si....-vacilo- eso parece más un golpe
-Me atrapaste- solté una leve risa-Una pelea callejera. Nada importante
Pareció creerme.
-Así que eres un chico malo...
Se levanto del asiento y estiro la mano, recibiendo las llaves de su auto por parte de Alfred y pagándole por el servicio.
Algo me decía que mi trabajo era cobrar pero el día de hoy no funcionaba de manera correcta.
Emma le agradeció.Abrió su bolsa sacando una pequeña libreta y un lápiz, escribió algo en ella y arrancó la hoja.
Se acercó a mi dándome el papel en mano y dejando un beso en mi mejilla.
-... me gustan los chicos malos.
La vi salir del taller con su auto en perfecto estado. Alfred me arrebató el arrugado papel de mis manos.
-Llámame xoxo... y su teléfono. ¿Será la nueva señora Avrokowski?- burló.
Toque mi mejilla.
<<Encontré a mi chica ideal>>
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Al fin actualizo!. Estuve tan ocupada estas últimas semanas 😫. Si este capítulo llega a solo 5 votos les subo el próximo de inmediato 💕.
¡Si quieres saber quien es "Alfred" te invito a ir al reparto!
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