capítulo 16
–¡Pero no debiste! Quedamos en que sería un secreto y mira. Ya lo sabe Anahí, Poncho... ¿Ahora quién? ¿Pedro? ¿las revistas?
–Tenía que decírselo. Es mi amigo y...
–Sí, ya me lo dijiste –tomo un poco de aire para calmarme–. Es uno de tus mejores amigos y necesitabas saber que todo estaría bien después de contarle que estabas con su ex. Y no lo traicionaste a él, pero ¡me traicionaste a mí!.
–Dul no fue así –intenta acercarse, pero pongo una mano en su pecho frenándolo–. Tanto Poncho como Anahí ya sabían de lo nuestro antes de hablar conmigo, yo solo lo confirmé y...
–No me digas –mis palabras salen cargadas de sarcasmo–. ¿Tienen una bola mágica que les dice todo lo que pasa a su alrededor?
–nos vieron.
–Todo el mundo nos ve, Christopher, y no todos saben. Se supone que por eso mantenemos distancia y...
–Eso no es suficiente. Ellos mismos me lo han dicho, nuestras miradas, las sonrisas, las escenas...
–¿No podías decirles que es química simplemente? Porque por algo nos eligieron como pareja de novela.
–Es que hay cosas que no se pueden disimular, mi amor.
Una parte de mi enojo se disipa con la dulzura de su voz, pero la otra no, y es la que me hace actuar siguiendo mis miedos e inseguridades.
–Tú no podrás, yo sí. Tienes que aprender a controlar tus emociones, es por nuestro bien.
–¿Quieres que actúe mi vida como lo haces tú? –inquiere, alejándose.
–Es lo mejor. Ya cuando estemos lejos de los demás...
–Una de las cosas que odio de ti y que nunca estaría dispuesto a imitar es precisamente eso. Yo no voy a actuar mi vida, no voy a disimular lo que siento cuando hablas, porque no puedo.
–¿No entiendes que hacerlo es lo mejor?
–¿Lo mejor para quién? ¿para ti y tus malditos miedos? ¿Para pedro? ¿Para el grupo? ¿para la gente? –a dejado de mirarme con ternura y eso me asusta–. Para todos sin duda, y ¿dónde quedo yo?
–Tú estás dentro del grupo y...
–¡El grupo me importa una mierda!
–A mí, sin embargo, sí me importa mucho. Está en juego mi carrera y no pienso ponerla en riesgo por algo que ni siquiera sé si va a funcionar.
Ni ternura, ni furia. Sus ojos me miran con decepción, y no hay cosa que me ha dolido más hasta el momento.
Es Christopher quien se aleja esta vez y un rato después, es quien aparta la mirada y hace puños con las manos. Observo a lo lejos como traga fuerte sin ser capaz de devolverme la mirada, y me rompo un poquito más.
–Entonces no entiendo que hacemos aquí. Lo que menos quiero es ser el responsable de que se arruine tu carrera.
–Es que no entiendes, yo me refiero a...
–Entendí perfectamente bien. No le tienes fe a lo nuestro y yo sí, tú no quieres arriesgarlo todo y yo sí. Estamos nadando a lados opuestos y lo mejor va a ser que...
No lo escucho más. No, porque el que no me esté mirando y el significado de sus palabras me dejan colgando de un hilo.
No quiero perderlo, pero tampoco sé como luchar contra mis miedos.
No quiero que se termine, pero no soy capaz de hablar para darle una explicación.
Mi reacción inmediata es echarme a llorar. El maquillaje que ya estaba listo se me destroza y no me importa, porque el solo echo de perderlo me asusta mucho más. Todo deja de tener sentido cuando miro como es que se dispone a irse.
Ya nada importa. Ni el concierto que vamos a dar en breve, ni la gente, ni mi imagen.
¿De verdad una carrera exitosa me va a hacer feliz? ¿Estar arriba de un escenario y tener a miles de personas gritando mi nombre es más importante que tenerlo junto a mí?
Mi parte racional insiste en que sí. Está convencida de que, si no es él, será otro porque la vida pasa y siempre llegan nuevas personas. Se empeña en recalcarme que ser como Talía es lo que siempre soñé, y que no me puedo dar el lujo de poner en riesgo todo por algo que es más probable que no funcione .
Mi corazón repite de manera insistente que no. Que sin él me voy a sentir vacía y que ni la gente, ni el dinero ni el reconocimiento van a poder llenar ese vacío. Dice que no va a ver otro igual, porque estoy más que enamorada y porque nunca había sentido algo así. él sí apuesta todo por lo nuestro, y es quien, en un impulso, me obliga a correr para evitar que abra la puerta.
–No te vayas.
Y no se va. Me acaricia la cabeza mientras lloro a corazón abierto, y quiero suponer que el echo de verme tan vulnerable hace que decida posponer nuestra pelea para después. No soy capaz de retractarme ni de pedirle perdón, pero lo beso, gritando en silencio cuanto es que lo quiero.
Es nuestra primera pelea, el primer aviso de que mis miedos e inseguridades pueden activarse en cualquier momento, el primer indicio de que algo no está yendo bien y de estas dos últimas cosas no nos damos cuenta.
Es la primera vez que le pido que se quede y lo hace, dejando de lado cuanto es que lo he lastimado al gritar que no estoy segura sin vamos a funcionar y que pongo mi carrera, ante todo. Y es demasiado pronto para darme cuenta que no debió hacerlo.
No soy consciente de que en verdad lo está arriesgando todo, de que por mí está dispuesto a todo y de que me ama como nadie va a hacerlo jamás. Quizá no quiera verlo, a lo mejor me niego a aceptarlo y desconozco que cuando lo haga ya va a ser demasiado tarde.
Nuestra primera es un aviso de que estamos condenados y de que si no algo a tiempo nos vamos a perder. Pero no lo noto.
----------------***----------------
Este corazón fue especial desde la primera vez que la escuchamos, quizá porque hasta entonces no habíamos tenido muchas oportunidades de cantar juntos. La letra calaba hasta el fondo y se sentía, pese a que hacía muy poca referencia a nuestra historia.
«Mi mundo solo gira por ti»
Me lo dice tan bajito y todo alrededor parece dejar de girar. Ya no importa que la gente esté cantando a coro con nosotros, ni que pedro esté observando todo por el monitor. Me dejo llevar sintiendo la letra, su cercanía, disfrutando nuestro momento.
Sus ojos me miran con total adoración, y mientras le correspondo todo lo que dice con una sonrisa genuina, desconocemos que los versos posteriores, cargados de dolor, decepción y un sentimiento de amor amargo y agónico serán los que nos representen en unos años.
¿Cómo le explico a mi alma que se terminó? Un cosquilleo leve se instala en mi pecho cuando Ani canta, pero cuando mis ojos vuelven a encontrar a los de Christopher desaparece, porque ahora todo está bien. Estamos empezando y no es momento para pensar en finales. Mi corazón late rápido y no extraño nada, ya que todo lo que quiero lo tengo en frente.
Me a robado el corazón, mas no se ha ido. Está aquí, pese a que mis acciones a veces sean un justificante perfecto si es que decide dejarme.
Cantar este corazón es una de las mejores partes del concierto porque somos dos almas que se dedican versos de una canción de amor, sin saber que está cerca de convertirse en el resumen corto de nuestra historia.
Debí haberle agradecido a Armando que halla compuesto la canción adelantándose a los hechos, pero estaba tan ensimismada en lo bonito que pintaba todo, que no me detuve a pensar. No hice ningún intento por activar mi sexto sentido y de eso me arrepentiría años después.
Esa noche, luego del concierto, todos nos juntamos y vamos a por unas hamburguesas como la familia que se supone debemos ser. A fuera nos pintan como los mejores amigos del mundo, y no es cierto. Pese a que exista un cariño tremendo y un sentimiento de hermandad flotando en el aire, cada quien siempre está en su rollo. Yo no voy de compras con las chicas todos los días, los niños no juegan futbol en sus ratos libres, no desayunamos ni almorzamos juntos. No solemos juntarnos después de los Shows.
No somos la familia unida que todo el mundo cree, pero a fin de cuentas si somos una familia. Vivimos casi juntos, pero cada quien va por su lado. Hay cariño para todos, pero inclinaciones por algunos siempre.
Nos podríamos asemejar a esas familias en las que los padres trabajan todo el día y los hijos jóvenes, ni siquiera tienen tiempo para convivir porque tienen que correr al paso de la vida. pero que cuando los tiempos coinciden y el destino conspira, parecen convertirse en uno solo.
La camioneta se convierte en ese ambiente cálido y reconfortante que no nos dan los hoteles. Con olor a hamburguesas y con música a volumen bajo, parecemos empezar a convivir por fin.
–¿No vas a terminar, Dulce? –pregunta Mai, señalando mi hamburguesa casi intacta.
–No tengo mucha hambre –Susurro recostándome levemente en el hombro de Christopher..
Quiero comer, sin embargo, mi mente me juega una mala pasada trayendo a juego algo que no había pensado nunca antes. El pan tiene muchas calorías y las papas cantidades descomunales de grasa, y no quiero subir de peso.
No, porque Chris está rodeado de mujeres con cuerpos perfectos y sin inseguridades, y no quiero perderlo.
Soy incapaz de borrar mis inseguridades y miedos, pero puedo hacer un esfuerzo por convertirme en lo primero.
En ese momento no lo sé, pero creer que puedo perderlo se suma a mi número de inseguridades, y esa sensación de inferioridad con las demás se vuelve el alimento para los celos y la desconfianza.
Anahí me mira por un largo rato antes de mover la cabeza en señal de negación, como si estuviese rechazando todos mis pensamientos. Pero como no somos tan cercanas y ella no me conoce lo suficiente como para leerme, la ignoro.
–No has almorzado, come un poco –me dice Chris.
–Ya comí un poco de lechuga. Cuando llegue al hotel tomaré un café. Además..., es mucha fritura.
Christopher me mira con un ápice de sorpresa y luego se ríe.
–¿Desde cuando tú, Dulce? –pregunta Christian.
Desde hoy, porque me aterra la idea de que Chris se fije en alguien mucho mejor, que, además, se le ponga en bandeja de plata. Porque la fama es tentadora y ya pasó con Alfonso.
Todo el mundo hace comentarios divertidos, todos, menos Anahí. Tiene una de sus manos bajo su barbilla y me observa sin parpadear, como si supiera algo que yo ni siquiera sé.
En un momento parece recordar algo y niega aterrada, pero en medio de los comentarios divertidos, nadie le presta atención.
Sí lo hago yo, porque recuerdo su tiempo en el hospital, lo mucho que sufrió y el tormento que vivían sus amigos. Una parte de mi subconsciente me dice que también me puede pasar, pero otra, aterrada con la idea de perder a su novio, opta por ignorarla.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top