Prólogo
Era una mañana fría, en un cuarto pequeño se escuchaba el sonido de una alarma, la cual fue apagada, el responsable se levantaba mientras se frotaba los ojos y se levanta de la cama. Se tomó algo de tiempo para que se le vaya el sueño con una ducha fría, el agua corría por su musculatura, había disminuido un poco, además de algunas cicatrices.
Al secarse, se vió al espejo, notando una mirada fría, aunque también algunas ojeras, no habría problema pero recordó algo e inconscientemente los dedos apoyados en la luna, terminaron por sonar un ligero crack, parte del espejo se rajó, simplemente dio un chasquido y se retira de ahí.
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¡HEY, NECESITAMOS MÁS SACOS! – gritaba alguien mientras estaba usando una mezcladora, el pelirrojo con puntas negras se acerca mientras cargaba con 3 sacos de cemento sobre su hombro.
¿Algo más? – preguntó mientras se limpiaba el sudor.
Por el momento no, pero mantente alerta cuando haga falta más, Kenichi. – el pelirrojo tan sólo asiente y sigue ayudando con la construcción.
Desde que se instaló en la ciudad de Lima, se dedicó a un trabajo en donde no tenga que llamar la atención, además, era construir una casa o un edificio, seguías las indicaciones del ingeniero, terminabas y te preparabas para el siguiente. Algo que lleva acostumbrado por casi 12 meses. Siguió por un rato más hasta que se escuchó una alarma.
¡Hora del almuerzo! – muchos se alegran y toman de sus mochilas rosadas o de su bolsa de lonchera su táper, casi la mitad llevaba su almuerzo, otros preferían irse a donde los locales donde hacen menú, con una buena entrada y segundo que te deja satisfecho, bueno, casi a todos.
El pelirrojo deja su casco y sale del lugar limpiándose el sudor nuevamente, toma su vehículo y se va a un restaurante en específico, afortunadamente había algunas mesas libres.
¡Hola Ken, toma asiento, te atiendo en un momento! – el pelirrojo levanta el pulgar y se sienta, mira a su alrededor por unos segundos para luego ver la carta, en eso llega el mesero con una jarra de refresco.
Kenichi: ¿Quedó sopa?
Sí, queda caldo de mote todavía. – el pelirrojo asiente.
Kenichi: Dame eso con un combinado. – el mesero asiente y se retira, el pelirrojo podía entretenerse escuchando la música de fondo o también ver el televisor, pero no estaba interesado en farándulas, además que estaba malhumorado por una derrota más de la selección.
Por tal motivo, el pelirrojo saca su móvil y se pone a ver videos, cosas que le entretenían aunque sea un rato en lo que se tarde su almuerzo, sin embargo, nota algo en las notificaciones.
"Usted tiene 10 llamadas perdidas."
El número era desconocido, así que decidió bloquearlo, en eso llegó su caldo así que procede a comer mientras se entretiene con un canal de deportes. Si no comía ramen, disfrutaba de un rico caldo de mote, hasta sería capaz de comerlo en su desayuno, pero prefiere no hacerlo, si lo repite varias veces, se pierde ese toque.
Una vez que terminó su almuerzo, notaba que aún le quedaban 20 minutos, por lo que se sentó en el parque y sacó un cigarro, el olor de la nicotina era algo que pasó de uno a dos veces por 2 a 3 meses a uno o dos por semana. Nuevamente toma su celular y escucha algo de música.
Hola amigo. – el pelirrojo mantuvo una expresión seria mientras ve a un chico con una caja de golosinas. – Tranquilo no pasa nada, sólo pedía una colaboración.
Kenichi: Esta vez no, ya pagué mi almuerzo. – el sujeto se acerca en plan "amigo".
Vamos, colabora. – se acerca más. – Tengo un fierro y no quiero usarlo, así que colabora amigo.
El pelirrojo notó que su mano se iba a su bolsillo, señal de que iba a sacar algo, por lo que se levanta con violencia.
Kenichi: Sácalo entonces, vamos pe' choro de mierda, sácalo entonces. – el sujeto retrocedió debido a la mirada. - ¿No que muy valiente?
Tranquilo amigo, sólo era una broma, no molesto. – dijo algo intimidado mientras se iba, el pelirrojo sólo lo miró de manera afilada hasta que se fue del lugar.
Kenichi: (Aparte de choro un maldito borracho, con razón quería plata.) – suspira y vuelve con su cigarrito hasta terminar con su hora de descanso.
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Ya faltaba poco para que anocheciera, el pelirrojo había salido de su trabajo y fue a otro lado, cometiendo acciones temerarias en algunas calles, hasta tuvo que engañar a un policía de tránsito ya que lo siguió por varias cuadras. Salió de la zona urbana para llegar a la conocida costa verde donde anterior mente era un acantilado.
El sonido de las olas era relajante, tenía los ojos cerrados mientras la brisa pasaba por su cara, después de un día de trabajo, solía ir a ese lugar a tomar un corto descanso mientras disfrutaba de una bebida. Notaba unas pocas gaviotas y veía el sol rojo en el horizonte, así que se levanta y se dirige a su vehículo, aunque antes de subir, nota el sonido de su celular, echa un vistazo pero era ese número desconocido otra vez.
(Estos son más pesados que las operadoras que te dan promociones que no te interesan.) – bloquea la llamada y lo guarda en su bolsillo.
La ciudad de noche era otra cosa, más tráfico, hay zonas muy transitadas donde la gente va a comprar o a divertirse, pero para él, no era alguien de vivir cerca de eso, prefería un lugar más cómodo, pasando por una calle tranquila, un parque y la entrada de su casa, era de un piso con terraza, lo suficiente para una persona. Toma un par de huevos y procede a cocinarlo con el arroz que le quedó, toma una salsa y lo echa a su plato.
Mientras esperaba que su café estuviera listo, vió su celular y nota una llamada, esta vez era de alguien que sí conocía, por lo que suspira.
Kenichi: ¿Sí?
¡Hola hermano! – el pelirrojo suspira.
Kenichi: Te dije que estoy bien, Shun. – se rasca la sien.
Sí, sí, eso lo dijiste más de diez veces durante estas dos semanas. Oye ¿Tienes tu pasaporte para otro viaje verdad? – el pelirrojo levanta una ceja.
Kenichi: ¿Para qué o qué?
Shun: ¿No te gustaría venir aquí? Te podemos conseguir una residencia cerca de nuestra casa. – el pelirrojo se distrae.
Kenichi: Me encuentro bien en Perú ¿A qué viene esa pregunta?
Shun: Vamos hermano, es una mejor idea, además ¿No querías ir a Suiza?
Kenichi: Admito que sí quiero, pero tan sólo será de visita, además que tienes a Mirajane y tu hija.
Shun: Oye, pero no causarías molestia, además que podrías tener un lugar más cómodo. Anda piénsalo.
Kenichi: Vale....lo pensaré, si me disculpas voy a comer.
Shun: Vale hermano. Cuídate. – el pelirrojo cuelga la llamada pero al voltear ve que su arroz comenzaba a quemarse.
Kenichi: Mierda.... – toma el último ingrediente para colocarlo a su comida.
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Ya eran las 10 de la noche, el pelirrojo estaba en su cuarto, viendo reportes en la tele mientras bebía cerveza, esa era su rutina. La rutina del "fracasado", tan sólo recordar esa palabra, aprieta con fuerza la lata, derramando el poco líquido que tenía.
"No eres más que un fracasado."
"Ya no eres necesario"
"Fuiste de utilidad, pero ahora tus servicios ya no son requeridos."
El pelirrojo apretó inconscientemente el puño mientras lleva su mano a una cicatriz en el pecho, recordando al responsable de ese ataque, la marca que inició con su desgracia, por esa persona, en eso nota sus brazaletes puestos, da un pequeño suspiro y se los retira para luego ir a la cama.
Aunque se estuvo cuestionando ¿Valdría la pena aceptar la oferta de su hermano? Recordó que él se había ido poco después de que se casaran, su hermana Enju también tomó su camino, ella consiguió una beca para estudiar en una academia en Londres.
Antes Kenichi vivía en Japón, sin embargo, terminó por irse y se separó de todo y de todos, ¿Y su abuelito? No iba a fastidiarlo, él está disfrutando de la paz que tanto quería y no iba a perturbarla.
¿Aceptar la propuesta de su hermano Shun Uuzmaki?
Sin embargo, mientras se lo estaba pensando, sus ojos comenzaron a cerrarse y se quedó dormido.
Al día siguiente, Kenichi desayunaba huevos con tocino con una tacita de café, al menos tenía para llegar un poco tarde ahora a su trabajo, eso mientras veía el noticiero de la mañana.
"Arrestan a sujeto que se defendió de un robo usando un arma."
Kenichi: Vaya, osea es mejor que te roben a que te defiendas. – recordó cuando dejó inconsciente a otro delincuente con una patada. – Cada vez la justicia está peor, primero liberan a choros, abusadores e imprudentes por supuesta falta de evidencia. – en eso su celular suena por lo que contesta. - ¿Sí jefe? ¿Dia no laboral? Bueno, nos vemos la próxima semana entonces. – cuelga la llamada. Al menos tenía el fin de semana libre, por lo que tenía tiempo para estar en casa, en sí no era de salir tanto a excepción de dar su vuelta por la Costa Verde.
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Kenichi: (¿Cómo llegué aquí?) – había salido a despejar su mente, aunque estar frente al Aeropuerto Jorge Chávez no estaba para nada en sus planes, otro detalle es que llevaba su pasaporte, pero para eso necesitaba revisar si no había problemas, claro, tenía que ir a la embajada primero por el permiso.
El pelirrojo se lo pensó una, dos, tres veces antes de ingresar, hasta que da un suspiro y procede a entrar, quería terminar rápido ya que te cobren estacionar era un fastidio y peor si pasa el tiempo. Mientras estaba en la sala de espera, el pelirrojo nota una portada de revista, se acerca y abre los ojos.
"La heredera renuncia a la familia Gremory."
Kenichi: (¿Qué carajos?) - uno de los que esperaban toma la revista, el pelirrojo quiso pedir pero decidió no darle vueltas al asunto. – (Bueno, me da igual, ya no es mi asunto y ella ya está mayorcita para que tome decisiones.) – pensaba mientras recordaba una vez que ella y su prometido, un amigo de él, estaban en un local para ver las decoraciones de la boda.
Lástima que se tuvo que ir de Japón antes de que suceda, así que supuso que ya se habrán casado pero ¿Qué haya renunciado? Definitivamente algo habrá pasado pero ya no es su problema ni es su asunto, se alejó por una razón y no daría marcha atrás. El pelirrojo salió del aeropuerto, tenía de todo para ir cuando quiera, sus papeles estaban en orden, mandó un mensaje a su hermano y se da un paseo por el centro de la ciudad.
Kenichi: (El clima anda de loco, juraría que iba a salir sol pero las nubes oscurecieron todo.) – miraba al cielo para luego seguir degustando de su ceviche, luego toma su moto para ir al banco a hacer un retiro, no tuvo problema hasta que salió y conducía en su moto.
Estaba cerca de llegar a un semáforo cuando en eso un auto le cierra el camino, Kenichi frenó en seco y notó que del auto salieron unos encapuchados y estaban sacando sus armas, pero el pelirrojo no era alguien descuidado, aceleró y se fue por la vereda, pateando la puerta en el proceso y aplastando el brazo de uno de los delincuentes, haciéndolo gritar.
"¡Sigan a ese imbécil!" – rápidamente todos ingresan al vehículo y arrancan de forma violenta, haciendo que algunos peatones caigan ya que iban a ser atropellados.
El pelirrojo apretó los dientes, estas ratas asquerosas siempre andaban al acecho, a la mínima que ibas a retirar, te jodías porque te lo quitaban.
Kenichi: Hijos de puta ¡PONGANSE A TRABAJAR EN LUGAR DE ROBAR! – miraba con rabia a los delincuentes que lo perseguían. Aumentó la velocidad de su moto con la intención de perderlo, pero como sospechaba, su perseguidor hizo lo mismo, por lo que hace una frenada, doblando en una esquina y se va por ahí, pero al mirar su espejo retrovisor, nota que el auto seguía aunque se quedó muy atrás porque una combi había pasado obligándolo a frenar, aún así, no parecía rendirse en alcanzarlo.
El pelirrojo rueda los ojos y nuevamente acelera sin notar que lo perdió de vista por un momento, al momento de dar la vuelta nota su ausencia, cosa que lo tiene muy confundido, da un vistazo hacia atrás y no apareció nada, hasta que al momento de voltear, ve al auto de los delincuentes delante de él, habían tomado un atajo y no lo notó ya que miraba hacia atrás, el auto estaba lo suficientemente cerca y no podía esquivarlo, por lo que mueve su cuerpo hacia el otro lado de la moto, escuchando un sonido de choque en una parte de su moto.
Kenichi: Hijo de... - se impulsa y le da una patada al vidrio para seguir avanzando, aunque tuvo que esquivar un par de disparos mientras doblaba en una esquina. Iba por la avenida principal, tenía la oportunidad para doblar y perderlos, sin embargo recibió un disparo en la llanta trasera, perdiendo el control.
Los peatones que estaban observando, se tuvieron que hacer a un lado ya que la moto terminó por caer, Kenichi se dejó llevar por el arrastre y al momento de llegar a la acera, se impulsa y termina de pie, aunque quedó con algunas heridas en su brazo y pierna.
El pelirrojo perdió la paciencia, le daba igual si se lastimó, pero había gastado un buen dineral y con los daños recibidos, era poco posible que se repare. Furioso, toma una varilla de metal y con gran fuerza, da un fuerte pisotón, se impulsa y lo arroja al auto que estaba a punto de llegar, con un movimiento parabólico, la varilla atraviesa la ventana y perfora la pierna del delincuente, haciendo que no suelte el acelerador. Y en medio del dolor, gira el timón, haciendo que pierda el control y la llanta termine hundiéndose en un bache, haciendo que comience a rodar unas cinco veces, quedando de cabeza.
La gente comenzó a grabar mientras que el pelirrojo revisa su maletín, no sufrió perforaciones, pero como lo temía, su moto se jodió, al momento de chocar con la vereda, el timón y la parte delantera sufrió un fuerte impacto, además, para sorpresa de los demás, vieron al pelirrojo moverse como si nada, ni siquiera mostraba dolor con los raspones que se hizo, tomando el hecho de que no usaba ropa que lo protegía de la fricción.
¿Estás bien? – el pelirrojo levanta el pulgar mientras comenzaba a escuchar las sirenas, cosa que hace que ruede los ojos.
Kenichi: (Lo que me faltaba.)
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El pelirrojo estaba en la comisaría, terminando de dar su testimonio mientras fumaba un cigarro, a pesar de haber usado defensa propia terminó encerrado por:
"Conducción temeraria"
"Tentativa de homicidio"
¿Qué mierda? Esos bastardos iban a robarle su dinero y posiblemente dispararle si no cooperaba o peor, secuestrarlo. Además que posiblemente sufra una demanda por parte de los familiares de los delincuentes por "Dañar a gente de bien".
Kenichi: (Perfecto, en la canasta ¿Qué sigue? ¿Qué una periodista hable mal de mi por haber dañado a unos "angelitos?")
Ya consideraba aceptar la oferta de su hermano, pero primero, necesitaría gastar en un abogado para que lo libre de toda culpa, además que se le agregó un cargo más.
"Resistencia a la autoridad"
Resulta que los policías querían quitarle sus brazaletes, algo que llevaba incluso en el trabajo, muchos preguntaron si ¿No sería mejor quitarlos? En el trabajo se ensuciaría o sería blanco fácil, sin embargo, el pelirrojo jamás se los quitaba.
La noche había llegado, el pelirrojo estaba tomando su reposo en la camilla de la prisión hasta que la puerta se abre.
Tiene una llamada. – el pelirrojo se acerca y toma el teléfono pero al momento de decir hola, mueve su cabeza hacia a un lado ya que se escuchó un fuerte ruido desde el otro lado.
Kenichi: Hola hermano....
Shun: ¡LO QUE HICISTE SE COMPARTIÓ COMO PAN CALIENTE, HE VISTO LOS VIDEOS Y ACUDIRÉ A TU RESCATE!
Kenichi: Sólo me encerraron porque quise defenderme. – respondió con simpleza. – Además ni te tomes la molestia, ya mismo saldré.
Shun: ¡NADA DE ESO, CONTACTÉ A MI MEJOR ABOGADO PARA QUE TE AYUDE CON TU CASO!
Kenichi: Shun, estoy en Latinoamérica, en Perú, donde los delincuentes son libres por "Falta de pruebas" y los que se defienden, son arrestados, hasta hay algunas periodistas que apoyan a esas ratitas.
Shun: Con más razón te sacaré de ahí, en Suiza estarás mejor y no aceptaré un no como respuesta.
Kenichi: Pero...
*Beep* *Beep*
El pelirrojo da un suspiro y vuelve a su camarote, su hermano era casi igual de terco que él, sólo le quedaba esperar que llegue, aunque de anticipo, el peli negro de mechón rojo. Y como adelanto, terminó fuera de la cárcel a la mañana siguiente, aunque tuvo que despedirse de su moto ya que lo llevaron al depósito, el malhumor de Kenichi era evidente.
Además que no era libre todavía, estaba bajo investigación y no podía salir del país hasta terminar con el asunto de su defensa contra los delincuentes, además que querrán buscar motivos para joderlo porque a su corta edad de 17 años, tiene una gran cantidad de dinero, algo que había acumulado, por lo que sería considerado como sospechoso.
Aunque claro, varios periodistas se metieron en su camino a casa para interrogarlo, cosa que él ignoraba, ni siquiera necesitó la ayuda de escoltas, simplemente pasó de largo en su camino hasta tomar un taxi.
"¿Qué tiene que decir al respecto por haber atacado a un grupo de inocentes?" – el pelirrojo se detuvo.
Kenichi: Si ellos son inocentes, ¿Insinúas que la gente que se rompe el lomo cada día son los que obran mal? ¿Me estás diciendo que dejemos que los delincuentes asalten a las personas de bien? – su mirada se agudiza. – Sí, es verdad que algunos roban por necesidad, porque tienen algo que proteger... - toma la cámara que lo enfocaba y su mano empezaba a cerrarse. – Pero... - la lente se daña por ser apretado. – Aquellos que nosotros enfrentamos, son aquellos que no les importa nada, se meten con aquellas personas que tienen que llevar el pan de cada día, les arrebatan todo y matan, roban... violan, extorsionan. Personas como Juliana, son tan idiotas al apoyar a seres repugnantes y no apuntan a los verdaderos villanos.
El pelirrojo no dijo nada más y se fue de ahí, por más que trataron de seguirlo, una simple mirada del pelirrojo, fue suficiente para intimidarlos.
Sin embargo, en los próximos días, estuvo encerrado en su casa, si salía, querían interrogarlo, además de que algunos familiares y conocidos de ese grupo de delincuentes querían golpearlo por "agredir" a gente que trabaja honradamente, al punto que le arrojaban huevos y piedras, dañando sus ventanas con luna reforzada y mensajes amenazantes como.
"Te bamos a matar. Reza al de arriba porque nosotros te llevaremos al cielo."
"¿Tanto te costava coperar? Ahora sufriras las consecuensias."
"Cuidate las espaldas porque te va a caer plomo. estas advertido."
Sentado, con un cigarro, el pelirrojo había recibido un mensaje por parte de su hermano, el abogado ya llegó para solucionar su problema, Kenichi seguía de terco pero accedió y le dejó su testimonio completo, además que había conseguido los videos tanto de los testigos como de la cámara de seguridad del banco donde salió, él entró y salió y de un momento a otro, pasó a conducir como si se tratase de una carrera mientras el auto lo seguía.
Lo mejor es que se pudo conseguir la grabación del semáforo, donde el auto corta su camino y los sujetos salen con sus armas, evidenciando el intento de asalto armado, con eso y su defensa propia sería suficiente para que se demuestre su inocencia y acelerarían el proceso, Shun no quería que Kenichi siguiera en un lugar donde la justicia tarda.
Bueno, eso sería todo, el juicio pasará al fin de este mes. – el pelirrojo cierra el archivador de su caso y da un suspiro.
Kenichi: Nada de esto habría pasado si no hubiera ido al banco.
Chico, esto pasa a cualquiera, si hubieras ido o no, le habría caído a otro. – respondió el abogado mientras que Kenichi apaga su cigarro. – Si fuiste es porque tomaste en cuenta la petición de tu hermano.
Kenichi: Sí, admito que quería ir a Suiza, pero no esperé que se armara todo un caos por eso.
Y lo harás, con esto está a tu favor, ellos no ganarán nada y tu expediente quedará limpio para que puedas continuar con tu viaje. – se levanta mientras guarda el archivador. – Bueno, debo retirarme, evita armar un alboroto y verás que todo terminará rápido.
Kenichi: De acuerdo, gracias señor Wright. – el mencionado sonríe.
Tranquilo, soy el abogado de confianza de tu hermano, así que no fallaré con este caso. – sale de la casa. – Nos vemos Kenichi-san. – se retira de ahí.
Kenichi: Confianza.... - saca otro cigarro y procede a encenderlo. - ¿Cuántas veces he escuchado eso?
En los próximos días, Kenichi estaba preparándose para su juicio, según Phoenix, la posibilidad de salir impune son altas, claro, no tenía que hacer un escándalo con los familiares involucrados.
"No tengo problemas siempre y cuando no jodan con mi casa." - fue lo único que dijo el pelirrojo.
Aún así, Kenichi no confiaba mucho, como están las cosas, podría salir perjudicado o peor.
Ahora se encontraba en un centro comercial, disfrutando de un postre mientras veía que almorzaría, vestía un pantalón negro, un polo blanco y una chaqueta negra con líneas rojas, además de un maletín con algunas cosas para entretenerse, pensaba ir a pasar la noche en un club, para que no lo anden acosando ni los periodistas ni los amigos de esas personas.
Tenía el cabello algo largo pero no le importaba, ya se lo cortará cuando se vaya y sus brazaletes no dejaban su puesto, se hizo un recordatorio para arreglar el asunto de ir al vuelo con esas cosas puestas.
Kenichi: (Bueno, a tan solo unos días para irme de aquí, fue bueno mientras duró.) – termina de comer su dulce y se levanta, aún le quedaba tiempo por lo que daría una vuelta.
El pelirrojo exploraba los puestos, ropa, tecnología, accesorios entre otras cosas, estuvo caminando por un buen rato, sin embargo, su sexto sentido le advierte de un peligro, durante su recorrido, se encontraba con unos sujetos con trajes de negro, pero nota que lo han estado observando o como dicen, lo están "fichando".
Para evitarlos, toma desvíos con la intención de perderlos, saliendo por la zona poco transitada, en embargo, al momento de ir por otro lado de la calle, tres trajeados se colocan en su camino, el pelirrojo entrecierra la mirada, no hacía falta averiguar de quiénes se trataban.
Kenichi: (Sobrenaturales.) – su mirada comenzaba a afilarse mientras que unos cinco trajeados se colocaban detrás de él, rodeándolo.
Son Kenichi Uzumaki, por órdenes de nuestro líder, vendrá con nosotros, le sugiero proceder de forma pacífica. – dijo el líder de los trajeados mientras que el pelirrojo se rasca la sien.
Kenichi: ¿Qué pasa si me niego?
Si no viene por las buenas, entonces será por medio de la violencia, órdenes del nuevo Maou. – el pelirrojo perdía más la poca paciencia que le quedaba.
Kenichi: ¿Nuevo Maou? ¿Acaso se volvieron tan patéticos y lamebotas para darle ese cargo? – mira a sus alrededores, no detectaba testigos, ni cámaras y al ser una calle no tan transitada, podría usar la fuerza, además que detectó una barrera.
Supongo que estarán bien unos huesos rotos. – los trajeados se lanzan al ataque, sin embargo, el pelirrojo coloca su mano en el suelo, levanta las piernas y de un rápido movimiento hace un giro.
Kenichi: Party Table. – impacta las patadas en los trajeados, dándoles en la mandíbula o en el cuello, unos golpes fuertes que los dejaron inconscientes.
¿Qué? – dijo uno en pie.
¿Cómo es posible que tenga tal habilidad? – dijo otro.
No siento que usara magia ni su arma. – estaba sudando frío.
¿Qué estás diciendo? – el pelirrojo saca un cigarro y procede a encenderlo.
¡Ese mocoso está atacando sin usar nada de magia ni armas, además que yo recuerde, no tiene ninguna Sacred Gear después de desligarse de las facciones. -el pelirrojo da una bocanada de humo.
¡Eso quiere decir que luchamos contra un humano común y corriente! – dijo otro en shock y completamente humillado.
¿Cómo es posible que perdamos ante un simple humano? – todos ven al pelirrojo dando un paso.
Kenichi: ¿Ya terminaron de hablar? Porque es la hora de dormir. – se aproxima con seriedad.
¡NO TE CREAS TANTO MALDITO HUMANO! – uno trata de atacarlo pero al estar muy cerca del pelirrojo, pensando que cortó su rango de ataque, recibe una patada en la boca.
Kenichi: Van 7. – baja su pierna.
Tch, sabía que sería un problema, pero tengo mis familiares. – da un chasquido y el pelirrojo abre los ojos, para dar un salto lateral.
Justo en la posición donde se encontraba, una pata se enterró en el suelo, Kenichi observa al atacante y la mitad delantera era la de un león y la parte trasera era la de un lagarto.
Incapacítalo, mi bella quimera. – el pelirrojo da otra bocanada de humo.
Kenichi: Si las rata pequeñas no pueden, entonces mandas a una rata más grande. – la bestia salta y trata de darle un zarpazo en la pierna, sin embargo, el pelirrojo apenas da un paso hacia atrás y le conecta una patada en el pecho, alejándolo.
Los pocos trajeados intentan golpearlo por la espalda, sin embargo, el pelirrojo se mueve sin problema, apartando con patadas en la cara, hombro o costillas, uno lo atrapó del cuello.
¡Atáquenlo! – el pelirrojo da un cabezazo para liberarse y el demonio, al estar aturdido con ese golpe, no se vió venir la patada en la boca, para luego dar una patada en el pecho al que estaba a punto de atacarlo.
Kenichi: Van 14. – mira al líder. - ¿Y bien? ¿Terminamos con esto? – escucha un rugido y voltea pero ya era tarde, la quimera le había mordido el brazo.
Te has oxidado, pasaste de ser llamado el comandante carmesí a un simple humano. – respondió con seriedad, pero se le caen los lentes de la impresión al ver que el pelirrojo ni mostraba signos de dolor.
¿Acaso falló la mordida?
No, de hecho un colmillo había perforado el brazo del pelirrojo, pero el otro colmillo se había roto. La bestia gruñía del dolor mientras seguía dañando el brazo del Uzumaki.
Kenichi: ¿Qué sucede gato imbécil? ¿Acaso no te gusta el sabor? – levanta su brazo con fuerza para soltarse y luego darle una patada de lleno en la mandíbula, con ese ataque fue suficiente para acabarlo.
E-Es im-imposible, los colmillos de mi quimera perforan sin importar que tenga una armadura. – el pelirrojo voltea y ahí recién nota esos brazaletes en sus antebrazos, eso fue lo que lo protegió, aunque tenía una herida no tan profunda, cosa que no le afectaba.
Kenichi: Quince. – le conecta una fuerte patada en la cabeza, estrellándolo contra el suelo, al mismo tiempo que la barrera se deshacía.
El pelirrojo se retira, al menos dejó un monstruo de exhibición, lo sobrenatural ya no es su asunto, sin embargo, vió a más trajeados acercarse, cosa que lo enojó, pero ya no pelearía, buscó un atajo, un pasaje, un lugar donde pueda perderlos, sin embargo, su visión comenzaba a hacerse borrosa.
Kenichi: ¿Qué dem...? -revisa su herida en el brazo. – (Mierda...se nota que me he oxidado.)
Se aseguró que volvería a casa a atender su herida, sin embargo, para su sorpresa, había algo delante de él, era una especie de portal colorido, algo extraño ya que usa ellos usan círculos de teletransportación.
Kenichi: (¿De quién será esto?) – el pelirrojo lo rodea confuso, no era nada de lo que conocía. – (¿Será de mi hermano? ¿Acaso es de Enju?) – extiende su dedo, quería asegurarse de que fuera seguro, sin embargo, en un descuido, al escuchar que se aproximaban estiró su dedo más de lo acordado.
Kenichi: (Están cerca...mejor me largo antes de que...) – siente que su brazo comienza a ser succionado. - ¡¿Pero qué?!
Su brazo empieza a ser jalado, el pelirrojo ejerce fuerza, sin embargo la fuerza de succión era más de lo que tenía pensado, por más que usaba sus piernas como ancla, pero era inútil, como si se tratase de un agujero negro, Kenichi fue tragado por completo por ese espejo junto con sus cosas, seguido de eso, ese portal desapareció sin rastro alguno.
Los trajeados llegaron al lugar y no vieron nada, cosa que los enojó, el líder del escuadrón hace que sus seguidores se dispersen, pero sería inútil ya que el pelirrojo no estaba más en ese lugar.
//==//Interlaken, Suiza//==//
En Suiza, el hermano de Kenichi, Shun, estaba en una llamada mientras tomaba una taza de café.
Shun: ¿Vendrás entonces hermana?
Claro que sí, además que estará seguro allá, termino mi papeleo y me traslado inmediatamente allá. – dijo la voz femenina.
Shun: Juntos seremos imparables. – da un suspiro. – Aunque nuestro abuelito sigue sin aparecer.
¿No hay información? – el peli negro toma un poco más de café.
Shun: Mandé a mi informante, sin embargo, no hay noticias de él, Enju.
Enju: Hasta entonces, tenemos que cuidarnos las espaldas. Nos vemos hermano. – cuelga la llamada.
¿Todo bien Shuu-lun? – dijo una mujer abrazando por la espalda al peli negro con mechón rojo.
Shun: Eso es lo que quiero creer, Mira. – besa a la mujer quien corresponde con gusto mientras entrelazan sus manos, mostrando unos anillos simbolizando la unión.
Mirajane: No hay que darlo por perdido, además que enviaste a tu mejor abogado para ayudarlo y que pueda venir a Suiza.
Shun: Lo sé, pero esto llamó mucho la atención y querrán buscarlo o ya estarán allá. – viendo el video en su celular en donde el pelirrojo hizo volcar un auto de delincuentes como si fuera una escena de una película de acción.
Mirajane: Pues sí, aunque él también resaltó mucho.
Shun: Je, es mi hermano, no tolera que quieran tomar sus cosas sin permiso. – recordando a un pelirrojo más animado quien había golpeado a unos chicos al tratar de llevarse el helado de Enju. – Cualquiera que lo intente, le tocará recibir una dosis de golpes.
Mirajane: Sí, se nota eso. – abraza a Shun. – Lo veremos pronto.
//==//=?????=//==//
En una casa de campo, había una mujer de grandes atributos aunque su vientre estaba grande, le costaba caminar pero lo hacía con cuidado, ella lleva su mano y da leves caricias, calmando un poco ese dolor. Ella toma asiento mientras miraba su celular, notando la grabación de la defensa del pelirrojo contra un grupo de delincuentes, la cantidad de vistas era impresionante, los "Me gusta" y comentarios superaban los 750k.
"¿Acaso es un actor?"
"Fue una escena genial!"
"¿Son delincuentes reales? Porque eso debió doler hasta en el alma."
"¡Así es como se defienden carajo, ojalá no lo arresten por eso."
Claro, también había comentarios cuestionables.
"Fue muy imprudente."
"¿Acaso no se puso a pensar en la seguridad de esas personas?"
"Está fuera de control, miren cómo dejó a esas personas."
"¡Que lo envíen a la cárcel por salvaje!"
Para la mujer que veía esto, tocó el rostro del pelirrojo mientras esbozaba una sonrisa y derramaba una lágrimas.
Me alegra mucho que sigas con vida. Realmente me gustaría verte y que conozcas a tu ahijado. – acaricia su vientre nuevamente. – A él le hubiera gustado mucho eso...mi lindo peón...
Observa con melancolía una foto que el pelirrojo les había tomado, una donde ambos eran una pareja feliz.
Fin del Prólogo...
ESPERO LES HAYA GUSTADO...
https://youtu.be/mOhwS3u_QL8
NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.
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