Capítulo 5
En Lima, Ravel estaba suspirando mientras comía algo, su expresión era una cansada y fastidiada mientras veía a sus "compañeros".
Ravel: En serio ¿Tenían que ponerse a pelear en la casa de Kenichi-sama? Por más que Shun-sama intentó proteger su casa, ustedes idiotas, no supieron contenerse.
Penemune: No quiero escuchar eso de una cobarde.
Ravel: Dame una razón por la cual pelearía contra el hermano de Kenichi-sama.
Sairarorg: Teníamos para irnos, pero tú querías quedarte a "solucionarlo".
Ravel: Si les sirve de consuelo, tengo una prenda de él.
Sairarorg: Bueno, al menos conseguimos algo, al menos Lilith podría ayudarnos con localizarlo mediante la brecha.
Ravel: Sería una buena idea ya que no tenemos ni la más mínima idea de la ubicación de Ophis.
Sairarorg: Entonces ya no tenemos nada que hacer aquí. – se levanta aunque con un dolor, tenía un brazo fracturado. – En serio, no pensé que su hermano tuviera una gran fuerza.
Ravel: No por nada es su hermano mayor.
Sairarorg: Creí que Kenichi lo era, además que se nota que nos desprecia.
Ravel: Oh ¿Por qué será? – dijo con sarcasmo.
Penemune: Ya cállate maldita.
Ravel: Oblígame, alas rotas. – dijo con burla mientras que la caído iba a atacarla pero el chico Bael la detiene.
Sairarorg: Mejor cállate Penemune, te responsabilizo de esto. – da un suspiro amargo y se van en un círculo mágico, aunque no se dieron cuenta que fueron vistos por alguien.
Los traidores se han ido, aunque no tienen información de Kenichi. – dijo la voz mientras se comunicaba usando un círculo mágico. – Entendido, le mantendré informado. – corta la llamada y se va de ahí.
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A la mañana siguiente, el pelirrojo estaba terminando de leer el libro de la alquimia mientras practicaba con un círculo.
Kenichi: A ver, primer intento. – encima de círculo había algo de metal, por lo que coloca su mano encima de eso y cierra los ojos, en segundos, el círculo comienza a brillar y ese metal es transmutado en unos kunais de tres puntas. – Bien. – toma uno y se asegura de la durabilidad.
Para poder comprobarlo, lo arroja cerca de su espada, aunque terminó por dañarse la punta.
Kenichi: Carajo.
Derflinger: Transmutar no es nada sencillo, tienes que canalizarlo bien compañero.
Kenichi: Eso lo intenté. – revisa sus apuntes. – Oh, bueno, ya me di cuenta el error.
Derflinger: Otros se frustran con esto ¿Sabes?
Kenichi: Si fallas a la primera, no hay problema, puedes hacerlo nuevamente, no hay que entrar en cólera por fallar, es mejor practicar y hacerlo bien. – coloca el kunai de vuelta en el círculo. – Una vez más.
El pelirrojo nuevamente usa la alquimia y el kunai parece tener un cambio, por lo que procede a intentarlo y esta vez, si queda en el lugar que él quería, sacando un bufido de satisfacción.
Kenichi: Y por poco iba a decir a la tercera la vencida.
Derflinger: Enhorabuena compañero. – el pelirrojo guarda el kunai y el círculo alquímico que hizo, se sienta y revisa la marca de su brazo. - ¿Aún no sabes lo que significa esa marca?
Kenichi: No, le pregunté a Tabitha ya que tiene más conocimientos y afición a la lectura, pero no conseguí mucha información. – lleva su mano. – Me pregunto ¿Qué podría pasar?
Derflinger: Trata de no darle vueltas al asunto, tarde o temprano lo sabrás.
Kenichi: No lo sé... - vuelve a colocarse la chaqueta. – Después de la misión, no he tenido la oportunidad de observarla,
Louise: Ah, estás aquí. – deja sus cosas en la mesa.
Kenichi: ¿Qué pasó?
Louise: Bueno, tengo noticias. Se acerca una demostración, tanto mago como familiar deben hacer una presentación, ya sea una habilidad o una actuación. – el pelirrojo la mira.
Kenichi: En pocas palabras es obligatorio. – dijo mientras daba un suspiro, tenía la sospecha que con eso ven cualidades e indican lo que tienen que hacer. - ¿Y tienes algo en mente?
Louise: ¿Tienes alguna habilidad? Además de tu habilidad con las patadas. – lleva su mano a la cabeza. – Ahora que me acuerdo ¿Qué tan bueno eres con la espada?
Kenichi: Lo suficiente para defenderme o atacar. – dijo con calma.
Louise: ¿Qué otra cosa más?
Kenichi: Estratega, pero eso no sirve para lo que quieres.
Louise: ¿Y de modales?
Kenichi: ¿Crees que me comporto como una bestia? – la peli rosa se da una palmada a la cara, fue una pregunta estúpida.
Louise: Perdón, fue mi error. – da un suspiro. – Ahora que lo recuerdo, tienes interés por la alquimia ¿Qué tal te va en eso?
Kenichi: Pues, sin mentir, aún no lo domino por completo.
Louise: Entonces te enseñaré.
Kenichi: Estoo.. Puedo avanzar por mi cuenta...
Louise: Yo no enseño mal. – respondió ofendida.
Kenichi: Yo no te cuestiono por tu "reputación", pero si deseas enseñarme, yo no tengo problema con ello.
Louise: Siéntete agradecido por eso. – dijo con soberbia mientras que el pelirrojo le salía una gota de sudor.
Kenichi: Gracias, supongo.
Louise: Bien, tenemos una semana para prepararnos. – el pelirrojo asiente. - ¡No quiero fallar, ella vendrá! Y no haré el ridículo.
Kenichi: ¿De quién hablas? – pero la peli rosa estaba tan hundida en sus pensamientos, el pelirrojo no quería incomodar, por lo que se retira de ahí.
Louise: ¿Eh? ¿Me decías algo? – voltea pero el pelirrojo ya no estaba. – Oh, no creo que sea algo importante. Al menos ya podemos entablar conversación después. – toma su libreta y busca ideas para el momento, no quería fallar ya que vendría alguien importante para ella.
El pelirrojo caminaba y pensando en la demostración de familiares
Jennifer: - Llega pero se secaba el pelo. - ¿Pensando en la demostración de familiares?
Kenichi: Si, pero ¿Quieres que sea sincero? No me gusta ni quiero hacerlo.
Jennifer: Creo que me doy una idea.
Kenichi: En efecto, porque si ven tus cualidades, inmediatamente te querrán para el ejército u otro oficio, obligándote a formar parte de algo que no quiero
Jennifer: Lo suponía.
Kenichi: Louise dijo que use la alquimia como ejemplo para ese día pero aún me falta.
Jennifer: ¿Y tienes alguna opción extra?
Kenichi: En eso estoy.
Jennifer: Bien la verdad no tengo ganas de ver esa mocosa que llaman heredera
Kenichi: Dijiste algo de eso
Jennifer: Digamos que ella me ofreció ser una de sus mosqueteras y mi respuesta.......le di un manotazo a su gesto. No quería formar parte de su grupo.
Kenichi: Y decían que yo era el atrevido, pero tú superaste mis expectativas. Por cierto ¿Tú que piensas hacer?
Jennifer: Alquimia. – el pelirrojo suspiró.
Kenichi: (Creo que tendré que descartar el uso de la alquimia, no es tan impresionante que lo haga otro, por más que lo haga un "plebeyo".)
Jennifer: Tendrás que usar algo más, algo simple pero llamativo, como una canción.
Kenichi: Ni loco. – dijo con cara de póker.
Jennifer: Podrías usar una habilidad especial, tengo entendido que ustedes tienen sus propias técnicas.
Kenichi: Creo que haré otra cosa. – dijo mientras veía sus brazaletes.
Jennifer: He notado que todo el día los tienes puestos ¿Es algo raro?
Kenichi: Tú tienes tu stand, podrías detectarlo. – dijo de manera cerrada.
Jennifer: Pues no logro sentir nada, algo extraño... - lo mira seriamente. - ¿Son de...?
Kenichi: Lo notaste, al menos con eso tendrás una respuesta. – se retira de ahí mientras que la peli negra estaba pensativa.
Jennifer: (¿Por qué alguien como él haría eso? Creí que su linaje estaba bien oculto, pero ahora entiendo por qué no vi venir esa patada potenciada cuando nos vimos por primera vez.)
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De vuelta con la facción de la resistencia, Sairarorg y Ravel estaban informando lo que encontraron en la misión, además de la aparición de Shun Uzumaki y la innecesaria pelea que tuvieron que pasar por culpa de la ángel caído.
https://youtu.be/zsZklfK1abI
Azazel: Penemune... - da un suspiro amargo. – Teníamos que conseguir el perdón de Kenichi por la cagada que hemos hecho. Pero llega el hermano y no se te ocurre mejor opción que pelear.
Penemune:¡Pero quería llegar a un acuerdo!
Sirchez: A estas alturas, sus hermanos lo saben. – la caído iba a hablar pero el Maou Lucifer da un fuerte golpe. - ¡¿Qué no usas tu criterio o qué?!
Ravel: Seguro que piensa nomás con acostarse que usar el razonamiento. Como no está Kenichi-sama, se quería regalar a su hermano mayor.
Penemune:¡CIERRA ESA MALDITA BOCA! – trata de atacarla pero la rubia le da una fuerte cachetada cubierta en llamas, seguido de una ráfaga de fuego. - ¡AHHHHHHH! ¡ME QUEMO!
Ravel: Eres muy estúpida, siempre pensabas para tener beneficios carnales, como el hecho que te acostaste con ese imbécil. – señala la marca de dragón que tenía en el abdomen. - ¿Por qué no te quedas aquí y me dejas hacer mi trabajo? No entiendo por qué quieres pedirle perdón a mi amado Kenichi-sama. – desaparece las llamas, dejando a la caído con la piel quemada.
Azazel: Ravel, esto ya era asunto de mi facción.
Ravel: Sólo quería dejarle en claro quién es la que manda. – mira con fastidio al líder de los caídos. – Además ¿De qué te quejas si tú tomas decisiones malas? – Azazel no tenía con qué responder.
Penemune: Er-Eres una maldita ¿Cómo ...te hiciste tan fuerte?
Ravel: Porque yo entrenaba con rabia después de lo que esa gata sarnosa y las demás le hicieron a mi Kenichi-sama. Y a diferencia de ti o de ellas. – revela parte de su escote. – Yo si tengo algo que represente que soy de él y de nadie más. – todos notan una marca roja.
Koneko: ¿Có-Cómo...? ¡¿Cuándo hiciste eso yakitori?!
Ravel: Y la gata sarnosa sigue reclamando. – la peli blanca apretaba los dientes. – Esa noche que celebraba su anterior cumpleaños, y yo usé la sidra de manzana dorada cuando aún portaba a su dragón, lo que pasó después, ya te das una idea.
Koneko: ¿Qué? – se acerca temblorosa. – ¿Acaso tú y él?
Ravel: Bueno, él estaba borracho así que no lo recuerda. – la gata se enojó y más al ver el rostro de satisfacción de la rubia. – Fue toda "bestia" qué lástima que mi ex hermana del harem se lo perdiera por irse con un bastardo al igual que las demás.
Koneko: ¡Tú, yakitori de mierda! ¡Te atreviste a tener relaciones con Kenichi-sempai! – sus rasgos nekómata estaban saliendo y miraba con furia a la rubia quien ni se inmutaba.
Ravel: Bueno, él estaba bebido y no recordó nada, pero al menos yo soy oficialmente de él.
Azazel: Con razón se negó con toda ferocidad cuando trataste de comprometerla con el traidor. – dijo a Sirchez quien recordó cómo le dio una fuerte patada en los testículos ese día en señal de que no se casaría con él.
Koneko: ¡MALDITA PHOENIX! – trata de lanzarse pero la rubia simplemente se hace a un lado y le da un rodillazo en el vientre. - ¡AHHH! – antes de que pueda hacer Ravel hace un remate con su codo en la nuca, dejándola fuera de combate.
Ravel: No es mi culpa que no pudieras tener un encuentro íntimo con él, pero eso ya no es asunto tuyo. – mira a los líderes.
Sirchez: No diré nada porque no tengo el más mínimo derecho de hacerlo. Pero ¿Podrías entregarme la prenda por favor? Su esencia no desapareció así que podemos pedirle a Lilith que lo localice.
Ravel: ¿Qué no Arthur puede abrir brechas con su espada?
Michael: Él no ha dejado de cuidar a Le Fay después de "eso".
Ravel: Otro siscón.
Sirchez: Bueno, si le decimos que hay una posibilidad para solucionarlo y ayudarla, sólo danos un poco de tiempo.
Ravel: ¿Cómo cuánto tiempo?
Sirchez: Quince días.
Ravel: Una semana.
Michael: ¡Pero es muy poco tiempo y ...! – Azazel lo detiene.
Azazel: Yo ayudaré con eso, recuerda que tengo mis inventos y con Lilith y Arthur que es lo que nos falta, lo podremos hacer rápido. – el rubio lo piensa por unos segundos y acepta resignado.
Ravel: Bien., entonces me iré a preparar. – la rubia se va en un círculo de fuego.
Yasaka: Ojalá podamos arreglar las cosas lo más pronto posible y hablar de forma pacífica con Shun para que tengamos una posibilidad.
Sirchez: Tienes razón, claro que lo compensaremos pero necesitaremos de toda la ayuda posible para detener a ese maldito.
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Ya era de noche, el pelirrojo estaba perdido en sus pensamientos, de tanto leer sus apuntes de la alquimia no se dio cuenta que estaba con la silla inclinada, a punto de ir al suelo.
Louise: Oye, despierta. – da un fuerte aplauso desconcentrando a Kenichi y estaba a punto de tocar el suelo, pero usa sus piernas para sostenerse de la silla.
Kenichi: Estoy despierto ¿Qué sucede?
Louise: Te dije que te enseñaría más de la alquimia.
Kenichi: Creí que tenías tarea.
Louise: Puedo tomarme un tiempo para que puedas aprender, así que pon atención. - golpea con la pluma el libro.
Kenichi: ¿Quién hubiera pensado que fueras mi maestra? – la peli rosa lo toma de la mejilla y dirige su vista al libro.
Louise: Pon atención. – se aclara la garganta. – Como magos, nosotros usamos nuestras varitas para poder realizar la alquimia, como el ejemplo de las pepitas de oro que viste ese día.
Kenichi: Claro, cómo no olvidarlo. – dijo con leve sarcasmo ya que Louise lo volvió a hacer y causó una explosión.
Louise: Bueno, esa es la forma que nosotros lo hacemos, para los que quieren saber más, se recurre a los círculos de transmutación, si tú lo haces como Jennifer Kujo entonces, ya comprendes el concepto de la base.
Kenichi: Sí y si le añades algo, entonces puedes realizar la trasnmutación, los magos no nos complicamos porque la conversión es instantánea, sin embargo, para este método, necesitas todos los materiales para crear algo.
Louise: Bien, al menos tienes la base, ahora intentemos en crear algo básico. – el pelirrojo elabora el círculo mientras que la peli rosa saca los materiales. – Lo primero, harás un peluche.
Kenichi: (Ya hice un kunai, pero vamos allá) – el pelirrojo junta todo y coloca las manos en el círculo y en un instante, comenzó a brillar, Louise estaba detrás de él, ambos veían cómo comenzaba a tomar forma, aunque por unos segundos, dio una apariencia intimidante y la peli rosa se ocultó en la espalda del pelirrojo.
En unos segundos más, la creación estaba lista, era un oso de peluche, el relleno estaba dentro, al menos así estaba en la parte frontal.
Louise: Bueno... - el pelirrojo lo voltea y no había mucha tela para cubrirlo completamente, dejando expuesta la espalda.
Kenichi: Al menos se cumplió lo principal, pero se faltó un poco más.
Louise: T-Te falta práctica. – dijo con la mirada desviada mientras toma el peluche, sacándole una gota de sudor
Kenichi: Como quieras.
Louise: Bueno, sigamos practicando, tienes que mejorar. – el pelirrojo simplemente suspira y se prepara para las siguientes lecciones.
Kenichi no podía quejarse, en toda su vida había visto maestros buenos y malos, algunos tenían sus métodos/estrategias y Louise no era la excepción y luego de un par de horas, terminaron el seminario.
Louise: Eso si fue exhaustivo. – se sienta. – Oh, verdad, ya es tarde, vamos para que puedas comer algo.
Kenichi: Estaré bien, iré a pedir pero ¿Qué hay de ti?
Louise: Comí antes de llegar a la habitación, así que estaré bien. – el pelirrojo asiente y procede a retirarse. – (Además, me siento satisfecha, con cumplir mi objetivo. Aunque eres más reservado de lo que pensaba. Ojalá pudiera saber más de él...)
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El pelirrojo llegó a la cocina después de unos minutos y todos lo recibieron con mayor alegría que antes.
Marteau: ¡Finalmente apareces! Sí que tuviste una noche pesada.
Kenichi: Bueno, podría decirse que sí. – dijo mientras su estómago gruñía.
Marteau: Toma asiento, tu comida estará lista en un momento. – el pelirrojo toma asiento y para avanzar, le sirven un tarro de cerveza. – Es la mejor cosecha del sur, ojalá le agrade.
El pelirrojo lo examinó como si fuera un catador, no era algo que presumía, pero para tomar esas bebidas, era muy selectivo, luego de revisarlo procede a tomar un sorbo y el sabor fue de su agrado y procede a tomar más.
Marteau: ¿Y qué te parece? – el pelirrojo toma una bocanada de aire ya que se lo tomó sin detenerse por un momento.
Kenichi: Su sabor es exquisito. – el jefe de los cocineros hace una seña y le sirven más cerveza.
Marteau: Cosechado de la mejor cebada y cuidadosamente tratada para su proceso, eso hace que el sabor sea...
Kenichi: Amargo pero al mismo tiempo agradable. – bebe un poco más mientras que alguien se coloca a su lado.
Yo también deseo tomar. – el pelirrojo voltea y ve a Jennifer con ligero ánimo.
Marteau: Con gusto Kujo-sama.
Jennifer: Puedo ver en tu mirada que llevas un buen progreso.
Kenichi: Podría decirse que sí. – bebe un poco de su tarro.
Jennifer: Quería disculparme, había malinterpretado tu respuesta el día de ayer, además que fuiste por tu cuenta.
Kenichi: De hecho, quería hacerlo así, si no aceptaba por las buenas, habría recurrido a la fuerza.
Jennifer: Eso fue peligroso, pero me sorprende que no se reportara de algo como eso.
Kenichi: Le dije que se inventara una excusa para que esto no pase a mayores. – termina de beber su tarro.
Jennifer: Bueno, salió mejor de lo que esperaba, pero la próxima vez avisa. – el pelirrojo tenía una gota.
Kenichi: Supongo que debería pedir disculpas por golpearte.
Jennifer: Sí, no olvides que me dejaste inconsciente. – termina de tomar su cerveza. – Pero te perdono por haber salvado a Siesta.
Kenichi: Por cierto ¿Dónde está? – en eso notan varios platos llegar y la encargada es Siesta quien estaba con una sonrisa y un leve sonrojo.
Siesta: Kenichi-san, coma todo lo que desee. – el pelirrojo estaba confundido ya que estaba más feliz que de costumbre.
Kenichi: Gra-Gracias. – mira de entre todos los platillos uno familiar. – Esto es...
Jennifer: Ah sí, le pedí que hiciera ese platillo, supongo que lo conoces.
Kenichi: Cómo no conocerlo, es un lomo saltado. – procede a comer un poco. – Está delicioso.
Siesta: Me alegra que te guste, come todo lo que quieras. – el pelirrojo no lo duda y sigue comiendo.
Jennifer: Te dije que le gustaría. – dijo con una leve sonrisa pero nota el sonrojo de la peli negra. – (¿Eh?)
Siesta: Kenichi-san, estoy en eterna gratitud. Cualquier cosa que necesite, yo le ayudaré.
Kenichi: Ehhh...claro no hay problema. – se detiene un momento. – Por cierto ¿Saben algo de los demás que trabajaban en la mansión? Estaba concentrado en lo principal que no me percaté de eso.
Siesta: No te preocupes, ellos están a salvo y regresaron a sus hogares, están agradecidos por poner en su lugar al conde, en algo tienes razón, ellos abusan de su poder. – el pelirrojo asiente y prosigue con su comida.
Jennifer: ¿Qué le dijiste para que no revele al responsable?
Kenichi: Pues, que se topó con una rata. – la reina de la academia le salió una gota de sudor.
Jennifer: Uy sí, eso está muy creíble. Pero en tu lugar no me relajaría, puede que el noble no diga nada, pero no será lo mismo con los sirvientes.
Kenichi: Sí sí, no me voy a precipitar por algo como eso. – Jennifer negó con la cabeza. El pelirrojo fue el responsable de derrotar a un noble, lamentablemente el silencio no perdurará por mucho tiempo, esto sería un secreto contado a gritos por parte de los plebeyos y su nombre sonará por todo el país.
Jennifer: Jum pero deberías tener mucho cuidado ya que...muchos nobles pagarían por respuestas de lo sucedido.
Kenichi: Eso me trae sin cuidado. Además, si ellos prefieren el ego, por encima de su vida, entenderé que son solo estúpidos.
Jennifer: Si tú lo dices. - respondió sería mientras el pelirrojo seguía disfrutando de la comida.
Siesta: A pesar de eso, tenga cuidado, Kenichi-sama,
Kenichi: Si, lo tendré en cuenta, soy arriesgado, no suicida.
Jennifer: Con esa respuesta me conformo.
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Después de una agradable cena, el pelirrojo se dirigía a la habitación. Estaba llevando algo de pan delicioso con lomo que pidió para llevar, pero antes de llegar, escuchó una discusión.
Louise: ¡Ya te lo dije, no te acercaras a él, Kirche!
Kirche: ¿Y tú me lo vas a impedir? No puedo negar esta pasión ardiente. Es un amor carmesí.
Louise: No uses el color del cabello como un argumento barato, eso no significa que deben estar juntos.
Kirche: ¿Acaso estás celosa?
Louise: ¡Claro que no, pero no dejaré que se acerque a una calentona y encima del clan Zerbst!
Kirche: Es la pasión ardiente, algo que no lo comprenderás porque estás sola mi estimada Louise la Cero. - ambas se apuntan con las varitas.
Louise: Tal vez deberíamos resolverlo en un duelo.
Kirche; Qué coincidencia, yo pensaba lo mismo.
Kenichi: ¿Se puede saber qué pasa? - se coloca en medio para evitar una pelea.
Kirche: Oh querido, vine a darte esto. - toma la espada que consiguió hace unos días. - no puedo conservarlo y me gustaría que lo tengas.
Kenichi: (Creo que no le gusta tener algo así en su habitación y quiere deshacerse de eso.)
Louise: ¡Ya te lo dije, no lo recibirá!
Kirche; Eso se decidirá en un duelo, mañana la media noche.
Louise: Muy bien.
Kirche: Espero que no te acobardes, la Cero. Fufufu. - se va de ahí mientras que Louise ardía en furia.
Louise: ¡QUÉ COLERA, NO TE SOPORTO PARA NADA!
Kenichi: Ya cálmate, come esto. - le extiende la mano con el pan, la peli rosa en cólera da un mordisco y pasan algunos segundos. - ¿Mejor?
Louise: Mejor...- respira con calma y mira el pan. - Está delicioso ¿Cuál es el relleno?
Kenichi: Es pan con lomo saltado.
Louise: ¿Eh?
Kenichi: Fríes el lomo con las papas, el jugo que desprende es añadido a un par de verduras, absorbiendo el sabor y tenemos este manjar.
Louise: ¿Cómo lo sabes?
Kenichi: Porque lo comía de dónde vengo. - toma un poco de café en una botella improvisada.
Louise: Bueno, gracias por tomarte la molestia.
Kenichi: Pensé que tenías hambre. - ingresa a la habitación y ambos proceden a comer.
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La peli rosa seguía degustando su pan, pero veía al pelirrojo de reojo.
Louise: Oye...
Kenichi: ¿Si?
Louise: ¿Tú tienes un Stand como Jennifer?
Kenichi: No, según recuerdo, eso se consigue de nacimiento aunque son pocos los que lo consiguen así.
Louise: Ya veo ... ¿Y a qué te dedicabas antes de ..? Ya sabes.
Kenichi: Trabajaba en algo simple, no era la gran cosa.
Louise: .... (Así no conseguiré nada, sus respuestas son demasiado cortas y sencillas.) / ¿Hay algo que necesites o quieres tener? ¿Algo que extrañes?
Kenichi: ...No... - fue una respuesta seca, a la peli rosa no le gustó pero antes de armar un escándalo, se tranquilizó.
Louise: (¿Por qué eres así?) - podrán vivir juntos, pero le daba la impresión de que el pelirrojo había colocado un muro en medio, un muro invisible.
Kenichi: Bueno, ya es muy tarde, será mejor dormir, no vaya a ser que te quedes dormida. - se acomoda en su pila de paja. - Buenas noches.
Louise: Pero .... - el pelirrojo cierra los ojos. - (Maldición ...)
//==//==Lima, Perú==//==//
Shun estaba en la casa de su hermano, la policía intento desalojarlo pero con una mirada y unos papeles los alejo, esa era casa de su hermano y será cuidada.
Shun: Tal parece que la rubia oxigenada se llevó su ropa. - suspira. - Al menos fue eso. - toma la caja fuerte.
Mirajane: ¿Lo piensas llevar?
Shun: Mejor que este en mis manos y no en las de esos bastardos. - la bebé trata de alcanzarlo. - Son cosas de tu tío, tendrás que pedirle permiso una vez lo veamos.
Mirajane: Ya ya mi pequeña.
Shun: La pequeña Elie está con energías. - ambos notan como la ventana comenzaba a empañarse.
Mirajane: Shun...
Shun: Si lo sé. - da un suspiro mientras se dirige a la sala - Nos volvemos a ver, Takao.
En uno de los muebles, el peli azul se encontraba sentado, con una mirada sería.
Takao: Sabía que te encontraría aquí, además que detecté algunas presencias la noche anterior.
Shun: En efecto, fueron ellos.
Takao: ¿A qué vinieron? ¿A molestar?
Shun: Querían buscarlo, como sabrás, llamó demasiado la atención con ese video.
Takao: ¿Y que pensaban? ¿Que con un disculpa, la cagamos se arreglará?
Shun: Eso pensaba esa caído estúpida. Pero ella estaba con ellos.
Takao: Se complicó.
Shun: No, Ravel fue más prudente, así que se fue antes de la paliza, sin embargo, regresaron con la facción de la resistencia, obviamente tengo que prepararme por si quieren buscarme.
Takao: Bueno ¿Qué se le va a hacer?
Shun: ¿Te quedas con nosotros o harás trabajo a lo solitario?
Takao: Iré por mi cuenta, por ahora, necesitaré contactarme con ella. Mejor mantienes tu identidad en secreto, estar aquí, en medio de este conflicto, puedes tener encuentros tanto con la resistencia como de la nueva Orden.
Shun: Lo sé, me mantendré al margen, pero date prisa antes de que aparezcan de nuevo.
Takao: Bien, entonces... - le pasa un celular barato. - No podemos contar con los círculos mágicos. Usaremos esto para comunicarnos.
Shun: De acuerdo, buena caza. - el peli azul se va.
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Durante el día, el pelirrojo estaba caminando por los pasillos, se había saltado una clase que no le importaba.
Kenichi: A estas alturas todos están dando clases. Pero será mejor que no me...- nota a la secretaria del director Osmond caminando con mucho cuidado, asegurándose que nadie la siguiera. - (¿Qué estará haciendo?)
Ella seguía caminando a lo que parece ser una bóveda, el pelirrojo estaba observándola desde una esquina, supuso que se estaba asegurando de algo pero era muy raro, pero en eso nota al profesor Colbert dirigiéndose a su posición, por lo que se va por la ventana antes de ser visto por uno de los dos.
Señorita Longueville ¿Qué está haciendo aquí? - preguntó curioso el maestro
Profesor Colbert, venía a hacer el inventario en la sala de tesoros. – respondió la secretaria de Osmond.
Hum... pero realizar eso toma un día completo. Se necesita revisar minuciosamente cada artículo. Podría pedirle al director Osmond que le de la guía. – la peli verde parecía algo nerviosa.
Oh no, no me gustaría causarle molestias al director en su tiempo de descanso. Estar atareado con el papeleo es agotador y es mejor aprovechar esos tiempos libres. – dijo con una sonrisa. – Pero ¿Hay algo importante adentro?
Sólo lo que se utilizan para los eventos, no hay nada relevante. – respondió el maestro.
¿Y qué me dice del báculo de la destrucción? – dijo la peli verde mientras se acomodaba los lentes.
Ah, eso, en realidad es un objeto con una forma muy peculiar. – la peli verde estaba confundida. – No sabría explicarlo con claridad, su apariencia es muy extraña.
Pero lo bueno es que está a salvo. La sala de tesoros es lo mejor que han realizado. Perfecta en defensa ante cualquier ataque mágico. Incluso con hechizos básicos, por lo que no es capaz de abrirse a la fuerza. – dijo Longueville con un tono analítico.
En efecto, esto fue realizado por magos de clase cuadrada. Pero, pese a que es resistente a todo tipo de magia, tiene una vulnerabilidad. – la señorita lo mira con curiosidad.
¿Vulnerabilidad? – el profesor da un asentimiento.
Tendrá una barrera anti magia, pero la debilidad es un fuerte impacto o un daño físico, podría tomar por ejemplo el disparo de un cañón. – Longueville se acomoda los lentes mientras volvía a mirar la bóveda.
Muy interesante. – lo mira. – Supongo que no estaría mal ¿Le gustaría comer algo? Aprovechemos un poco el tiempo libre que tenemos, después me ocuparé de mi deber.
Oh...eh...yo...bu-bueno... si a usted no le molesta, no hay problema. – dijo nervioso y la peli verde sonríe.
Entonces vamos, quisiera que me contra más. – presiona sus atributos en el brazo de Colbert y se retiran de ahí. Sin notar que el pelirrojo estaba sentado en la ventana, fumando un cigarro, da unos leves golpes, retirando las cenizas y se retira de ahí.
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Poco antes de la medianoche, en la torre de la academia, Louise y Kirche estaban separadas a 10 metros, su mirada de odio/ superioridad se notaba.
Kenichi: Entiendo que tengan un duelo y no pienso entrometerme en algo personal pero ¿Se puede saber que hago aquí? - dijo mientras estaba atado.
Louise: Fue difícil encontrarte, además, necesitamos testigos.
Kenichi: Y por qué Tabitha está libre.
Kirche: Es mi mejor amiga y le pedí que viniera a atestiguar mi victoria contra Louise.
Eso será en tu imaginación. - contestó Louise completamente enojada.
¿Y yo que tengo que ver entonces si Tabitha también cuenta como testigo? - preguntó Kenichi confundido.
Porque es para ver con qué arma te quedas querido. A tu ama no le gustó así que será quien lo haga mejor. - respondió Kirche con simpleza. - Muy bien, es algo sencillo, he colocado un nudo cerca de la posición de mi querido pelirrojo, quien logre deshacerse de él sin lastimar a Kenichi.
Hecho. - afirmó la peli rosa sin pensarlo dos veces.
No sé por qué siento que es una muy mala idea. - mencionó Kenichi con un mal presentimiento.
Louise fue la primera en prepararse para apagar ese nudo, prepara sus palabras y agita la varita, enfoca su objetivo en la atadura y lanza el hechizo.
Aunque como se lo imaginaba, terminó siendo una explosión, al disiparse, el nudo seguía en pie y lo que estaba detrás, si estaba dañado.
Jennifer estaba despierta y noto ese destello, por lo que se aproxima hacia la ventana.
Yare yare daze ¿Qué carajos está haciendo esta enana? - exclamó la peli negra fastidiada.
Volviendo al lugar, el pelirrojo había retrocedido un poco, ni resultó herido pero su ropa si se dañó.
¡Oye! Si pensabas matarme, me lo hubieras dicho desde un principio. - dijo el pelirrojo con una mirada sería.
¡Guarda silencio! ¡Solo fue un error de cálculo, a la próxima no fallaré! - respondió Louise frustrada.
Cómo siempre fallando permíteme hacerlo, es algo sencillo. - Kirche estaba preparándose para hacer un hechizo pero notan un ligero temblor.
Lo último que faltaba. - decía Kenichi fastidiado mientras poco a poco, veían un gigante de tierra levantarse.
¿Un golem? - exclamaron las tres magas sorprendidas.
En efecto, era un golem de tierra y estaba creciendo mucho, la altura era casi cercana a la torre y parecía apuntar al edificio, porque prepara su puñetazo y lo arroja con fuerza, generando un fuerte temblor.
¡KYAAA! - Kirche retrocede mientras que Louise se acerca dónde estaba Kenichi para desatarlo.
¡Vamos, desátate maldita soga! - trataba de retirar el nudo, pero hacía que se apriete más.
¡Déjalo así y corre! - exclamó el pelirrojo mientras se levantan como podía.
El golem ya los había visto y prepara su brazo para aplastarlos como si fueran clavos.
¡Cuidado! - el pelirrojo hace una embestida, llevándose a Louise y evitando el impacto de la criatura.
¿Estás bien? - Louise trata de liberarlo pero el golem prepara otro puño. - Ay no...
Pero para su sorpresa, dirige el puño hacia la torre.
Un segundo ¿Que no hay algo ahí? - mencionó el pelirrojo con un mal presentimiento.
La bóveda. - dijo Tabitha con seriedad mientras procede a llamar a su familiar.
¡No puede ser! - la peli rosa apunta con su varita al golem y prepara un hechizo. - ¡BOLA DE FUEGO!
Lamentablemente no hizo efecto, además ni fue un hechizo de fuego, fue otra explosión, cegando al golem que dirige su mirada hacia la peli rosada.
Louise había quedado paralizada y lo peor es que el siguiente puño iba hacia ella, pero en el último instante, el pelirrojo llegó y la aparta.
¡NOOOOO! - exclamó asustada y las demás ni daban crédito a lo que pasaba, con una fuerza inhumana, Kenichi sostenía el puño del golem gigante el cual trataba de aplastarlo sin piedad, al punto que quedó de rodillas pero seguía resistiendo.
¡GRRRRRRRR! – Kirche, Tabitha ni Louise daban crédito a lo que veían con sus propios ojos, la fuerza de un golem de tal tamaño era capaz de destruir una estructura como simple arcilla, capaz de causar un pequeño temblor y aniquilar con un grupo de soldados, incluso los magos la tendrían complicada si se encuentran con uno en el camino.
Pero el pelirrojo se levanta violentamente y aparta el puñetazo del golem, haciendo que retroceda por un momento, el ser de tierra ataca de nuevo y Kenichi toma la primera arma que tenía cerca y después de esquivar el puñetazo, trató de cortar el brazo, sin embargo la espada se rompe.
¿Eh? – el pelirrojo mira el mango y resulta que era la espada que Kirche tenía pensado regalárselo, lo peor es que estaba con la guardia alta.
¿Qué? ¿Esa espada hecha de alquimia era falsa? – preguntó la pelirroja consternada.
Ese bastardo estafador... – la peli rosa no pudo decir más ya que vió que el brazo del golem impactó de forma lateral contra el pelirrojo, mandándolo contra la pared, dejándolo aturdido, aunque pudo cubrirse a tiempo. - ¡NO, KENICHI!
¡QUERIDO! – exclamó Kirche mientras que Tabitha estaba en shock, pero notan al pelirrojo levantarse con algo de dificultad.
¡Estoy bien! – ve que la invocación prepara un manotazo, listo para aplastarlo, pero al último momento se aparta, causando una nube de polvo, aunque notaron que su brazo estaba dislocado.
¡Esfera de fuego! – fue el ataque de Louise en respuesta por lo que le pasó a su familiar, aunque nuevamente generó una fuerte explosión, dañando parte del rostro del golem pero también la pared, algo que una persona lo notó y sonrió.
El golem dejó de prestarle importancia a las magas y al plebeyo y procede a dar un puñetazo a la pared, destruyéndola y el brazo queda inmóvil, pero no era por gusto, una persona encapuchada subió hasta el hombro e ingresó al lugar del impacto, para luego tomar una especie de caja.
Kirche: ¡Está intentando huir! – arroja una llamarada pero el golem usa el otro brazo como escudo, Tabitha intenta arrojar estacas de hielo, sin embargo la invocación usa la mano para recibirlas todas y procede a retroceder generando una cortina de polvo, mientras que la encapuchada estaba bien cubierta.
Al menos eso pensaba ella, creyendo que su escape era exitoso sin embargo, en medio de la distracción, algo impactó en su rodilla, causándole una molestia, el responsable fue el pelirrojo quien arrojó una piedra algo afilada. Pero no fue suficiente, ya que el golem avanzó por un buen rato, desapareciendo junto con la encapuchada.
Poco después llegaron los maestros, el director y Jennifer quien pudo observar parte de la pelea.
No puede ser... - dijo Osmond al ver la bóveda dañada, algunos maestros ingresaron al lugar a ver las cosas guardadas.
¡Director! ¡Se han robado el báculo de la destrucción! - Osmond estaba muy preocupado quién sabe lo que haría con eso.
¡Maldición, fue Fouquet la Tierra Desmoronadora! - respondió mientras mostraba la nota.
Tenemos que pedir testimonio pero antes ¿Cómo se encuentran las estudiantes y el joven presente? - dijo el barbudo.
Las señoritas parecen estar en buen estado, aunque el joven aquí presente tiene el brazo dislocado. – Louise estaba ayudando al pelirrojo quien quería levantarse por su cuenta.
Debió haber sido la mujer de 4 ojos. – dijo alguien con los brazos cruzados.
¿A qué se refiere señorita Kujo? – dijo Colbert dudoso.
Hablo de la secretaria del director. – ingresa al lugar y ve al pelirrojo. – Sí que te dejó un buen golpe.
Apenas fue un golpe, no es la gran cosa. – mencionó Kenichi con simpleza pero Louise estaba enojada.
¡Todo es tu culpa y tu insistencia con esa baratija! – la pelirroja estaba ofendida.
¿Y yo cómo iba a saber que esa espada era falsa? – ambas se acercan y estaban a punto de pelearse.
¡Ya dejen de pelear! ¡Nadie supo que era falsa, punto! ¡Ahora y lo que importa es el asunto de la ladrona! – exclamó Kenichi enojado y los demás le dieron punto a eso.
Tiene razón, pero señorita Kujo, no debería hacer una acusación sin pruebas. – la peli negra iba a decir algo pero en eso ingresa la señorita Longueville, dejando atónita a todos, excepto al pelirrojo.
Llegué a ver a la sospechosa y traté de seguirla, pero su golem daba unos pasos que hizo que no pudiera alcanzarlo. – Osmond mira al cielo.
Seguramente ya habrá disipado al gólem y siguió por su cuenta y no hay ni luna para que podamos tener algo de visión. – todos estaban frustrados.
Pero pude tener una pista, se fue por el norte, no hay pueblo cercano, tomaría un día en llegar a caballo y si utilizó esa invocación, no tendrá muchas energías para seguir avanzando, por lo que podríamos enviar un grupo a su búsqueda a primera hora. – dijo la peli verde mientras que Kenichi la miraba en silencio, notó cómo la mano de la mujer bajaba su falda y fue el único que vió una gota de sangre bajar por su rodilla.
Muy bien, entonces preparemos todo para mañana, en cuanto a ustedes, necesito de su testimonio si no es mucha molestia. – las tres estudiantes dan un asentimiento.
No hay problema, pero primero deje que lleve a mi compañero a que sea atendido. – el director asiente pero el pelirrojo simplemente se dirige a una pared. - ¿Qué haces?
Sin decir nada, el pelirrojo estrella su brazo contra la pared rota, escuchándose un crack, dejando petrificados a todos.
¡¿ES QUE TE HAS VUELTO LOCO?! – Louise fue a detenerlo de una posible locura pero vio que el pelirrojo movía su brazo sin problema.- ¿Eh? ¿Có-Cómo es que...?
Yo creo que ya no hace falta. – respondió el pelirrojo mientras se reunía con los demás que recién salían del shock.
Bu-Bueno, entonces acompáñenme. – el pelirrojo pasa al lado de Jennifer y sólo le hace una seña de que le sigua la corriente y ella asiente.
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En la casa del campo, Rías estaba en la sala, disfrutando de un té caliente y acariciaba su vientre.
https://youtu.be/fT43lCIVGLw
Ya falta poco mi pequeño. - la pelirroja baja su taza pero esa sonrisa que tenía pasó a una seria. - Al final me encontraste.
Realmente me tomaste algo de tiempo en encontrarte. - dijo la voz femenina mientras miraba a Rías. - Pero finalmente llegué.
¿Y por qué entras a mi casa? Pensé que alguien como tú sabe de modales y no entra como un delincuente, Tsubaki Shinra. - Rías voltea y ahí estaba la mano derecha de Sona Sitri, quien la miraba con seriedad.
Tú ya no eres de la familia Gremory, no tienes derechos, sólo eres una demonio cualquiera que renunció a sus títulos. - dijo la peli negra con burla. - A decir verdad, mi ama quería encontrarte a toda costa y llevarte a que recibas el castigo por negarte a estar con nuestro Amo y Señor.
Eso es porque yo sí tengo corazón y no voy a reemplazar a mi amado Ise. - la peli negra se molesta.
Apoyando al repugnante pervertido. - Rías levanta una ceja.
¿Repugnante pervertido? ¿Esa fue la excusa por la que cambiaron a Issei? ¿Y las veces que tu "Amo" se aprovechaba de las demás? ¿Qué tal esa vez que manoseó a Seekvaria? ¿Y qué me dices cuando le mandaron un video a mi Ise, burlándose mientras tenían sexo con ese bastardo? Muy santo tu amo ¿No?- tal reclamo hizo que Tsubaki apretara los dientes.
Mejor cállate Gremory, estoy de buen humor al haberte encontrado y te llevaré con mi amo ya que quiere verte a como dé lugar. - Tsubaki mira con asco el vientre de la pelirroja. - No puedo creer que tengas el hijo de ese pervertido, realmente caíste bajo Rías.
Uy si, lo dice la mano derecha de la zorra Sitri. - la peli negra iba a sacar su najinata. - Ay, ya se enojó la perra, no aguantas nada.
Ya me tienes harta, diré que te resististe y recurrí a la violencia, pero te aseguro que esto lo voy a gozar. - antes de que se lance al ataque, escucha algo. - ¿Qué? - en el momento que intenta moverse, nota una mano atravesando su espalda. - Ah.ah...
De tanto coger con el imbécil, te olvidaste de pelear y de tener cuidado con la espalda. - la peli negra voltea lentamente y ve un chico peli azul.
Mal-Maldito....Ta-Takao... - el peli azul retira la mano del cuerpo de la peli negra y cae.
No esperaba verte en esta situación Rías, aunque en parte agradezco que me topara con una de las perras. - Rías suspira con ligero alivio.
Gracias por venir Takao. - abraza al peli azul quien corresponde con cuidado.
Sí que ha crecido, me habría gustado que ella estuviera para verlo. - la pelirroja tenía una sonrisa melancólica, cosa que el peli azul lo nota y se avergüenza. - Yo...
Sé que estará feliz, a diferencia de ese patético siscón de porquería. Y no te preocupes, no fue culpa tuya, fue culpa de ellos. - Tsubaki trataba de moverse pero Rías la mira con indiferencia.
Será mejor que prepares tus cosas, después le explicaremos a Ravel de esto. - la pelirroja asiente pero tenía un semblante triste.
Me habría gustado seguir aquí un poco más. Pero por culpa de esta zorra, mi ubicación ya fue descubierta. - el peli azul le da una palmada.
No te preocupes, te llevaremos a un lugar seguro y con todos los recursos necesarios para que tu bebé nazca sano y salvo. - Rías asiente y toma su maletín, guardando las cosas de mayor valor, en cuanto a lo demás, no hacía falta. Una vez que ya tenía todo listo, se retira de la casa mientras que el peli azul la seguía.
¿No deberíamos acabar con ella? - preguntó Rías con duda.
Yo me ocupo de eso. - el peli azul arroja una pequeña llama a la cocina, haciendo que poco a poco se incendie la casa. - Listo, vámonos.
Ambos se retiran de ahí mientras que Tsubaki trataba de salir de la casa, sin embargo, las llamas habían alcanzado el gas, ocasionando una explosión y destruyendo parte de la casa, acabando con su vida.
FIN DEL CAPÍTULO.
ESPERO LES HAYA GUSTADO....
https://youtu.be/mOhwS3u_QL8
NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.
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