Capítulo 11

Takao. Shun y Rías se dirigían a la base de la resistencia, después de una larga conversación y de organizar las ideas y de lo que harían, decidieron escuchar las excusas y persuasiones de los líderes.

Espero no arrepentirme de esto. – dijo Takao con una mirada seria.

Lo mismo digo Takao, pero esto es algo que tenemos que afrontar.... Y mi hermano también lo hará tarde o temprano. – respondió Shun mientras seguía caminando por los pasillos, el peli azul suspira y sigue avanzando.

¿Nerviosa Rías? – dijo Senko mientras miraba a la pelirroja mover a su bebé en brazos.

Me encuentro bien y segura de lo que hago. – da un beso en la frente a su hijo.

Bien, una vez entremos, no daremos marcha atrás. – Taiga abre las puertas y en el centro de la sala estaban los líderes de la Facción de la Resistencia.

Sirchez, Azazel, Michael, Odín y Yasaka estaban sorprendidos al ver a Son Shun Uzumaki junto con Taiga y las demás, la misión había sido un éxito. La sonrisa adornó sus caras, pero más al ver a Rías Gremory. El Maou dejó de lado su título y se acercó con la intención de darle un abrazo pero Takao se interpone y concentra el aire en su mano.

DIAMOND DUST! – el pelirrojo extiende su brazo y la esfera es lanzada contra Sirchez quien no pudo reaccionar ante el ataque debido a la emoción de ver a su hermana de vuelta, su nariz era cubierta por una delgada capa de hielo, seguido del resto de su cuerpo y terminó siendo lanzado contra la pared.

¡SIRCHEZ! – exclamó Michael con sorpresa mientras que Azazel estaba nervioso mientras que Takao bajaba el brazo.

Eso es tan sólo una parte de lo que te mereces, maldito imbécil. – suelta un vapor frío mientras que usaba el fuego para regular el ambiente antes de que el bebé reaccione.

¡Takao-san! ¿Por qu...? – el peli azul mira con frialdad a Yasaka, intimidándola.

Sí que tienes el valor para reclamarme, reina caída. – la rubia bajó la cabeza, no tenía con qué defenderse.

Va-Vamos a calmarnos, hay que hablar de forma civilizada. – Azazel trató de calmar la situación, sin embargo Shun estaba delante de él y lo toma de la cabeza para levantarlo.

¿Tienes el descaro de decir eso cuando tú y este grupo de imbéciles fueron los responsables de todo esto? – lo suelta. – No eres más que un vago de mierda que no quería asumir la responsabilidad de sus cagadas.

L-Lo siento... - habló el l caído con miedo al ver los ojos llenos de furia de Shun.

Querían que estas señoritas me trajeran a este lugar, con el propósito de que querían hablar conmigo. Bueno, aquí estoy. – Shun suelta a Azazel y regresa con el grupo.

Sirchez se recuperaba del ataque y veía a Rías quien ni le devolvía la mirada, eso le había dolido e intentó acercarse.

Her-Hermanita...me alegra verte nuevamente...realmente estoy feliz de que estés bien... - fue ahí que recién se da cuenta del bebé que cargaba. – Es-Ese es....tu hijo....Rías...tú ....

Sí, tuve a mi hijo con el hombre que amo, el hombre que tú mandaste a matarlo. – dijo con una voz fría, haciendo que Sirchez de un paso hacia atrás, el odio estaba en los ojos de la pelirroja y el Maou lo sentía.

Her-Hermana...yo... - quería acercarse pero Takao se interpone. - ¿Qué haces?

Lo que Takao hace es protegerme, de seres despreciables como tú. – la ira de Rías venía con un toque de dolor.

Pero...yo...yo quería... - Rías lo interrumpe.

¿Qué? ¿Querías lo mejor para mí? – las lágrimas estaban saliendo de la pelirroja. - ¡Eres un maldito cínico! ¡Humillaste y desterraste al padrino de bodas y también de mi hijo! ¡Mandaste a matar al hombre que amo! ¡Cumpliste los caprichos de un bastardo que vino de la nada y arruinó nuestras vidas! ¡Y encima perdiste el territorio por tu estupidez! ¡INCLUSO DEJASTE MORIR A MI HERMANA PARA HACER QUEDAR BIEN A TU MALDITO PILAR!

Tuvo que calmarse ya que el bebé estaba llorando con fuerza. Rías mece a su bebé y le daba algunas palmaditas para calmarlo.

No llores, no llores....mamá se alteró, pero ya todo está bien...sólo que tuve que confrontar a un hombre malo que hizo mucho daño – abraza a su bebé mientras que Sirchez derramaba lágrimas, ni siquiera le llamó hermano.

Perdóname...hermanita..- dijo Sirchez con el corazón destrozado. - ¡Por favor, perdóname! – intentó acercarse pero Takao extiende su dedo y hace un aro congelante. - ¡Suéltame Takao!

¿Qué no has escuchado? – respondió Takao. – Soy el protector de Rías, después de las estupideces que hiciste!

Sirchez, detente de una buena vez, eres consciente que rompiste los lazos con tu hermana, no puedes reclamar por algo que tú mismo dañaste. – dijo Odín con seriedad mientras que Sirchez regresó con una mirada derrotada a su asiento.

Creo que llegamos en el momento equivocado, así que nos largamos. – Shun da media vuelta pero Odín le pide que se detenga.

Espera chico. Lamento el desastre que ocasionó Sirchez, pero realmente necesitábamos hablar contigo Son Shun Uzumaki. – el peli negro mira al dios nórdico con una mirada seria.

¿Qué es lo que tiene que decir, Dios nórdico? – preguntó el pelinegro mientras que el viejo daba un suspiro.

En primera, yo, Odín, pido una sincera y profunda disculpa por la traición hacia tu hermano, nuestro orgullo nos cegó y confiamos en alguien que apareció de la nada. – se coloca de rodillas y baja la cabeza. – Sé que con esto no podemos reparar el gran daño que le hicimos a tu hermano Kenichi, pero estoy dispuesto a reparar mi error.

Yo, Michael, suplico su perdón por los daños ocasionados a su hermano Son Kenichi. Hemos fallado como ángeles y vemos el daño ocasionado por nuestro propio orgullo y avaricia. – el pelinegro da un bufido.

Es irónico que lo diga un ángel, no, un intento de ángel. Realmente me molesta que incluso los de tu raza hayan sido capaces de aprobar la traición, creí que para su difunto padre, la traición es algo repudiable. Aquellos que aprueben la traición y la infidelidad o también llamado Netorare, son bastardos que merecen un destino peor que la muerte. – dijo Shun apretando los puños. – Y ese rubio de mierda no es la excepción.

Lo sé y lo lamento. – Michael se arrodilla completamente avergonzado.

Yo... - Yasaka no pudo hablar porque Takao la interrumpe.

No queremos tus disculpas zorra maldita. – dijo con voz fría.

Pero... - el peli azul la mira con los ojos rojos.

Mira zorra de mierda, de entre todos los traidores, tú y Tamamo Minamoto fueron las más desgraciadas, convenciste a Kunou y ella a Chizuru, prometidas de Issei y de Kenichi respectivamente. – camina hacia ella quien cae del miedo - No sólo eso, fuiste de las primeras en traicionar a mi hermano de alma y encubrir la infidelidad de las demás malditas, primero con él y luego hiciste lo mismo con Issei, Satoshi y conmigo. – recordando con amargura ese día que vió a Serafall ingresar a un Hotel Love con Naruto junto con Gabriel.

Y-Yo... - bajó la cabeza al sentir que Takao estaba a tan sólo un paso.

Bien que defendías al rubio bastardo para tener un trozo de su maní, zorra asquerosa. Y te pagó quitándote tu territorio. Y Senko me comentó que Kunou y Chizuru quedaron jodidamente rotas, porque tu ex marido se comportó como un goblin repugnante. – Yasaka estaba llorando desconsoladamente al recordar la mirada quebrada de su hija.

L-Lo siento...Perdónenme... - ella se abrazó mientras lloraba.

Y hablando de incitar a la infidelidad. – mira a Azazel quien retrocedió nervioso. – Ya me acordé, creo que fuiste tú quien le dio la "magnífica" idea de buscarse a mujeres, incluso si estaban comprometidas, tenían una pareja o ya eran casada. Como claro ejemplo, tenemos a Venelana y Grayfia.

El caído recibió la mirada asesina de Sirchez e intentaba esconderse, para Takao le parecía patético, pero esto es tan sólo el inicio del castigo.

¿Algo más que tengan que decir? – preguntó Takao.

Sé que nos odian y lo entendemos, pero solicitamos de sus servicios, estamos en una constante lucha con la nueva orden. – dijo Odín.

¿Y por qué deberíamos ayudarlos? Ustedes fueron los responsables de esto, deberían arreglar su propio error. – habló Takao con los brazos cruzados. – Vergüenza de vería darles.

Por favor, le pedimos su ayuda, tendrán todo el apoyo posible. Además que estamos localizando el paradero de tu hermano. – Shun simuló una mirada sorprendida.

¿Acaso lo encontraron? – los líderes asienten.

Sí, de hecho hemos enviado a Ravel, a Penemune, a Sairarorg, a Arthur y a un grupo de soldados. – dijo Sirchez desanimado.

¿Y por qué enviarían soldados? – se prepara para activar su lanza.

¡Nononononono! ¡No es por eso, es sólo como escolta y protección! – dijo Odín mientras miraba a Sirchez y asentía.

En eso la puerta se abre, resultando ser un demonio con una expresión adolorida y sin notar a los visitantes y habló.

¡Tenemos malas noticias! ¡Él no regresó con nosotros y Sairarorg quedó en estado crítico al enfrentarse contra Kenichi! – los líderes quedaron con una expresión pálida mientras miraban a Shun, el demonio voltea y se caga de miedo al ver al peli negro acercándose y levantándolo del cuello.

¡¿CÓMO QUE ENFRENTAMIENTO?! – aprieta el agarre en el cuello.

Us-Usted es... - el demonio sudaba al ver al hermano de Kenichi, la furia se le notaba en los ojos.

Líderes... - lanza al demonio contra la pared ya que sabía que por el miedo no respondería. – Su perdón será completamente irrelevante si no me dicen en este momento... - el cabello de Shun comenzaba a parpadear. - ¡¿QUÉ LE IBAN A HACER A MI HERMANO AHORA?!

Los líderes tragaron saliva, las cosas se salieron de control y todo porque el demonio abrió la boca y era tan sólo el principio. Tenían que asumir las consecuencias de sus actos, no les quedaba de otra.

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En la academia de Tristain, las cosas estaban completamente tensas, afuera de la habitación de Louise, estaba la peli rosa, acompañada de Eco y Jennifer, frente a ellas estaba Ravel quien estaba con una expresión serena y con los ojos cerrados y todas estaban esperando una cosa.... Que despierte Kenichi.

Si embargo, se notaba un ambiente hostil en el pasillo ya que Louise y Eco no dejaban de ver a Ravel con desconfianza, más en el caso de Louise hacia la Phoenix. Había pasado todo el día, por lo que seguía dormido. En eso llega Siesta con una bandeja, trajo te para todas las presentes, incluso para la rubia, ella desconfiaba menos pero estaba agradecida por haber salvado la vida del pelirrojo.

Aquí tienen. – las chicas toman sus tacitas de té con algo para merendar. – Usted también, señorita.

Oh, gracias. – Ravel toma la taza y su plato para dar un bocado. – Tiene un buen sabor.

Gra-Gracias...supongo... - dijo la maid algo incómoda.

No te preocupes, no voy a hacer nada, sólo estoy esperando a que se recupere Kenichi-sama. – dijo con calma pero Louise dejó su taza y se levanta.

Muy bien, ya tuve suficiente de este silencio incómodo ¿Por qué no me explicas quién eres? ¿De qué conoces a Kenichi? ¿Cuál es tu relación con él? ¿Y acaso no eras del grupo de esas personas que intentaron llevarse a Kenichi? – se acerca hasta estar a unos centímetros de la rubia quien no se inmutó.

Responderé eso cuando Kenichi-sama despierte. No deberías comportarte así. – dijo Ravel pero Louise no hizo caso.

Aquí quien dará las órdenes soy yo, no sé cuáles son tus intenciones y no confío para nada en ti, ya que esa loca dijo que viniste con ellas. – la rubia suspira.

Sí, es verdad que vine con ellos, pero mi propósito era distinto, sólo que esa loca me dejó atrás y actuó a su manera. Deberías agradecer, porque de no ser por eso o se lo hubiera llevado o te habría hecho daño. – la peli rosa no dijo nada ya que ella tenía razón.

Louise, cálmate, yo también quiero respuestas, pero sólo tenemos que esperar a que despierte. – dijo Jennifer con los brazos cruzados.

¿A que despierte quién? – debido a que subieron el tono en la discusión, no vieron que la puerta se abrió y ahí estaba el pelirrojo frotándose los ojos. – Hacían algo de escándalo que ya no podía dormir.

Todas, a excepción de Ravel quedaron atónitas, Louise fue la primera en acercarse y tocaba la mejilla del pelirrojo.

¿No estoy dormida o algo así? ¿Realmente estás ...? – al sentir la piel cálida del pelirrojo y darse cuenta que no era un sueño, terminó por abrazarlo con fuerza. - ¡ESTÁS BIEN! ¡QUÉ ALEGRÍA!

El pelirrojo estaba confundido y no sabía lo que pasaba, en los últimos momentos había perdido el conocimiento y simplemente actuó por inercia. Las siguientes en abrazarlo fueron Eco y Siesta, esta última derramaba lágrimas de felicidad.

¡QUE BUENO QUE ESTÉ BIEN KENICHI-SAN! – habló la maid mientras se limpiaba las lágrimas.

¡Me tenías muy preocupada! – exclamó Eco mientras apretaba el abrazo, dado que era una dragona, el pelirrojo sentía el abrazo con mucha fuerza.

Me sorprende que estés como si nada, además que tienes tu brazo como nuevo. – el pelirrojo levantó la ceja mientras veía su brazo.

¿Le pasó algo a mi brazo? - todas se miraron entre sí.

¿Eh? ¿No recuerdas lo que pasó? – preguntó Jennifer confundida.

Esto...no...perdí el conocimiento después de derrotar a Sairarorg. – dijo él pelirrojo completamente extrañado. - ¿Pasó algo después?

No recibió respuesta, las chicas desviaron la mirada ya que aún no asimilaban el hecho de que perdiera el brazo y pese a que Ravel lo salvó, fue algo que los marcó, incluso para Jennifer. El pelirrojo iba a decir algo pero siente su pecho húmedo, Louise estaba derramando lágrimas y antes de que diga algo.

¡ME TENÍAS MUY PREOCUPADA! – Louise lo miró a los ojos a un confundido Kenichi quien no sabía la razón de la reacción de la peli rosa. - ¡REALMENTE PENSÉ QUE NO DESPERTARÍAS!

El pelirrojo seguía confundido ya que la peli rosa le daba leves golpes en el pecho y no dejaba de llorar.

¡Por favor! ¡NO VUELVAS A HACER UNA LOCURA COMO ESA! ¡CREÍ QUE POR MI CULPA..... TU BRAZO....! – el pelirrojo mira su brazo.

¿Qué le pasó a mi brazo? No lo entiendo. – al momento de levantar la vista para obtener una respuesta, logra ver a una chica más, una chica que conocía, Ravel Phoenix, esta última se puso tímida y quería ocultarse ya que a pesar de su deseo de verlo, no sabría cómo reaccionaría.

Kenichi-sama... - dijo la rubia tímida mientras se acercaba.

Ravel Phoenix... - la voz no sonaba fría ni hostil, pero tampoco era de alegría. – Estás muy lejos del territorio de la Alianza. ¿No lo crees?

Sí, lo sé.. – respondió Ravel

Viniste con ellos entonces. – la rubia asiente. - ¿Vienes a convencerme a que regrese?

No voy a hacer eso. No te llevaré a la fuerza a un lugar que repudias con todo tu corazón. – se acerca pero el pelirrojo retrocedió, Louise aún seguía abrazándolo y notó eso por lo que se pone en medio.

Atrás rubia. – Ravel se detiene, a diferencia de Penemune, ella no haría una estupidez que pueda perjudicar su relación. – El que lo hayas salvado no significa que te acerques a él y... y... - recordó el momento en el que ella lo besó.

¿Tú me salvaste? – la rubia da un asentimiento.

Habrás quedado inconsciente, pero protegiste a la peli rosa y Penemune te cortó el brazo. – el pelirrojo abre los ojos y mira su brazo.

¿Perdí mi brazo? – Jennifer se acerca a responder.

Sí, esa loca la vimos desapercibida e intentó llevarte cuando derrotaste al musculoso quiso llevarte a la fuerza. Creí que aún seguías consciente porque defendiste a Louise como última acción. – el pelirrojo lleva su mano a la cabeza.

Te juro que no me acuerdo de eso, quedé inconsciente al derrotar a Sairarorg. ¿En serio pasó eso Louise? – la peli rosa sólo lo abrazaba más. – Tomaré eso como un sí.

¡No me vuelvas a preocupar así! ¿Me oyes? – el pelirrojo se mantenía calmado pero llevó su mano a la cabeza y le daba suaves caricias, ella lo mira por unos segundos y se aferra más al brazo.

Perdón por cortar este rollo, pero la princesa desea hablar contigo, decidió quedarse para hablar con respecto a lo que pasó. – dijo Jennifer con seriedad. El pelirrojo suspira, ya se lo veía venir, lo que pasó.

Bueno, supongo que no tengo alternativa, iré a hablar con ella. Después de todo, soy consciente de que formé un "espectáculo". – iba a avanzar pero Louise lo detiene.

¿Por qué no descansas un poco más? Tuviste una pelea brutal. – la rubia esbozaba una sonrisa, lo comprendía, para ella fue la primera vez en la que fue testigo de una de las peleas de su amado pelirrojo.

Si bien peleé y rompí mi limitador, si aún tengo energías para levantarme, entonces me conformaré con eso. – ella no se separa.

Entonces me quedaré cerca, no olvides que eres mi familiar. – dijo Louise con firmeza.

Y tú eres mi Pal, nos apoyaremos las espaldas. – respondió Eco con determinación.

Gra-Gracias... - dijo el pelirrojo algo apenado. – Pero tampoco me traten como un inválido.

Todas ríen levemente y proceden a ir a la oficina del director, aunque Ravel estaba detrás con una mirada tímida, el pelirrojo no le dijo nada, tanto él como la rubia sabían que la relación que tenían estaba muy dañada. Fue un camino complicado ya que Ravel intentaba acercarse pero Louise se aferraba a él.

Si bien el ambiente era algo incómodo, eso empeoró cuando salieron al patio, muchos estudiantes estaban movilizándose y al momento de ver al pelirrojo, varios se quedaron sin aliento, otros se pusieron pálidos y otros más que retrocedieron.

"Es él..."

"Está como si nada..."

"No, es por esa chica que está recuperado..."

"Pero ¿No había perdido un brazo?"

"Vi cómo esa chica lo cubrió de unas alas de fuego y su brazo estaba de vuelta como un milagro."

"¿Quién será ella? ¿Y qué relación tiene con el familiar de la Cero?"

"Mejor ten cuidado, no viste lo que hizo contra esos invasores."

"¿En serio él hizo eso?"

"Mira ese muro, esos muros que protegen la academia y están reforzados con magia, fueron destruidos por una fuerza sobrenatural y todo por ese chico."

"Dudo mucho que sea tan fuerte como para romper ese muro."

"Nomás porque no lo viste. Si hubieras estado, te habrías quedado en piedra."

"Agradece que es familiar de la Cero y no un enemigo. La fuerza que demostró dio mucho miedo."

"¿En serio ese es el poder de ese plebeyo?"

Esos y otros comentarios rondaban entre los estudiantes, muchos miraban con temo, otros con incredulidad y por más imposible que parezca, entre los mismos nobles algunos lo miraban con admiración. Jennifer mantenía la distancia con los demás, veía que el pelirrojo estaba tan aturdido.

El pelirrojo miró el muro del cual hablaban y notó el daño que había ocasionado, para el Uzumaki no lo entendía, sus puños pasaron a convertirse en ráfagas, como si se tratase de una lluvia de meteoros, eso lo dejó atrapado pero fue el siguiente golpe que terminó con este conflicto, ese golpe que arrasó el muro.

(No lo entiendo, yo quería alejarlo, me salió una ráfaga de puñetazos.) – miró su mano y luego su brazalete, entre la desesperación y el deseo de no rendirse, fue el único quien no notó que sus brazaletes se desprendieron en ese último ataque, liberando ese poder que contuvo por mucho tiempo. - ¿Esto pasó por mi golpe?

Fue un ataque demoledor, eso no te lo puedo negar, pero lo hiciste en defensa propia, no deberías sentirte mal por esto, además Osmond dijo que se haría cargo de su reparación. – respondió Jennifer, intentando calmar un poco el ánimo del pelirrojo.

Pero para Kenichi, el remordimiento no se iba por completo, Ravel no tenía palabras, esto pasó indirectamente por su culpa, por ese deseo de verlo, pero no fue lo suficientemente fuerte para ir sola, no fue lo suficientemente precavida y Penemune la dejó inconsciente; si ella hubiera estado alerta, todo esto se habría evitado.

Intentaron llevarte a la fuerza, esa loca quiso secuestrarte, ese sujeto te dejó gravemente herido, ellos usaron hasta fuerza letal para que te lleven a quién sabe dónde. – dijo Louise mientras lo tomaba de la mejilla.

¿Eh? ¿Ya ha despertado? – todos voltean y ven a Montmorency acercándose con un Guiche completamente nervioso.

Ah, eres la rubia que golpeó al mujeriego y .... ¿Qué te pasa? ¿Por qué estás así? – Guiche se aferró más a Montmorency.

¡Deja de comportarte así! – la rubia suspira. – Lo siento, pero después del combate que tuviste, él se asustó de tus habilidades.

Oh, era por eso. – se rasca la cabeza.

Bueno, lo entiendo, en aquel duelo apenas utilicé mis piernas y la espada, pero contra los invasores, fui más brutal. – se frota la cabeza. – Es normal que se asuste ya que con él apenas usé una parte de mi habilidad contra ti.

El rubio se asustó más, eso significaba que si lo hubiera provocado más en el duelo, habría acabado como los invasores, con el rostro desfigurado o con los huesos rotos, se agradeció no hacerlo y juró no meterse más con él.

Bueno, si nos disculpan, Kenichi quiere ir ahora a hablar con Su Majestad, a pesar de que le dije que descanse un poco. – dijo Louise.

Pero si recién despierta ¿No deberías recuperar algo de energías? – el pelirrojo niega.

Con apenas levantarme es suficiente ya que no hay más pelea por el momento. – en eso tenía razón el pelirrojo, dudaban de que volverían después de la violenta batalla que tuvieron.

Podrás tener razón, pero igual, te estaré cuidando. – dijo la peli rosa determinada.

Bueno, tengan cuidado, ojalá puedas quedar en buenos términos con Su Majestad. – el pelirrojo sólo asiente.

Ya tengo experiencia, con monarcas y líderes. – sigue avanzando mientras que Ravel lo miraba con compresión.

El grupo procede a seguir con su camino mientras que Guiche veía a la rubia con coletas de taladro.

¿Piensas ligarla? – preguntó Montmorency enojada.

N-No es por eso, sino que recuerdo lo que hizo esa chica cuando salvó al familiar de Louise. – Montmorency recordó también ese momento y mira a Ravel quien desaparecía con el resto en los pasillos. – Por lo visto, ellos tendrán una relación o algo por el estilo, porque no sólo lo besó, también hizo algo para que las heridas y su brazo cortado volvieran a la normalidad.

No lo sabemos, pero no hay que nadar con la guardia baja, recuerda que ella vino con ellos y pese a que demostró no ser su aliado, tampoco podemos confiar en ella, Kenichi nos dirá si realmente es de fiar o no. – dijo la rubia con seriedad.

Jennifer y compañía sestaban afuera de la oficina del director, Louise estaba algo insegura, pensaba que se tomarían algo de tiempo pero mira a Kenichi quien le da un asentimiento, ella suspira y procede a tocar la puerta.

"Adelante"

Louise abre la puerta y ve a Osmond, Colbert y algunos maestros quienes estaban acompañados de la princesa Henrietta y su guardia, aunque al momento de ver al pelirrojo de pie, quedaron asombrados.

Señorita Louise, no me esperaba su llegada, sin embargo ¿Su compañero estará bien? Recibió mucho daño durante la invasión. – Louise asiente.

En eso estoy de acuerdo, sin embargo, Kenichi desea hablar con usted ya que le informé que quisieran que respondieran algunas preguntas. – el director da un asentimiento.

Sí señorita Louise. – mira a Kenichi. – Perdón por molestarte después de que tuvieras un fuerte enfrentamiento.

Sí lo sé. – se coloca delante del director. – En primera, me presentaré nuevamente, me llamo Son Kenichi Uzumaki, vengo del mismo mundo de Jennifer Kujo o como le dicen, "La reina de la Academia Tristain".

Cabe aclarar que Jennifer Kujo estuvo casi un año en la academia de Tristain y se ganó tal título, en ese tiempo, Osmond y Colbert sabían del lugar de origen de la señorita Kujo, sin embargo, su expresión de sorpresa fue evidente ya que no esperaban que haya alguien más que venga ese mundo.

Entiendo, continúa joven. – dijo el director, haciendo un ademán.

Si bien vengo desde lejos y conozco a la señorita Kujo, es porque tengo contacto con parientes suyo. – Colbert levanta la mano. - ¿Sí, señor...?

Colbert, mucho gusto joven Kenichi. – el pelirrojo asiente con respeto. – Tengo una pregunta, cuando demostraste tus habilidades, fueron completamente distintas que la señorita Kujo. De igual manera, los invasores tuvieron características extrañas, tenían un manera de atacar muy peculiar.

Sí, verá, en el mundo donde Jennifer y yo venimos, existen otros tipos de razas, las más resaltantes son los demonios, que tienen apariencia humana y alas de murciélago... - el pelirrojo suspira. - aunque algunos tienen una peculiaridad especial, como en el caso de mi compañera aquí presente, Ravel Phoenix.

¿Eres una demonio? – Louise saca su varita mientras que los demás se ponían a la defensiva, Ravel no hizo nada para defenderse ya que el pelirrojo levanta la mano en señal de alto.

Alto. – el pelirrojo mantuvo su mirada fría. – Si ella fuera mi enemiga, yo mismo habría tomado cartas en el asunto.

¿Y qué relación tienes con ella entonces? – el pelirrojo iba a responder pero Ravel toma la palabra.

Yo me presentaré. – se coloca al lado de Kenichi y hace una leve reverencia. – Soy Ravel, antiguo miembro del clan Phoenix y para dejar las cosas en claro, yo ya no formo parte de la facción de la Alianza, junto con Kenichi-sama.

¿Por qué le dices Kenichi-sama? – más de uno estaba confundido pero Louise tenía el ceño fruncido.

Mi relación con él es profunda pero al mismo tiempo confidencial, sólo diré que era de los pocos aliados hasta que algo pasó dentro de la misma facción, un hecho que hizo que Kenichi-sama renuncie. – todos miraron al pelirrojo quien se mostraba algo incómodo.

Entonces esas personas con quienes peleó forman parte de esa Alianza. – el pelirrojo da un asentimiento. - ¿Son sólo demonios los integrantes?

No, hay ángeles, ángeles caídos, entre otras mitologías, como los youkai, humanos con rasgos de animales. – eso impresionó a muchos. – Pero como lo dijo ella, renuncié.

¿Y a qué se debe eso? – preguntó Henrietta y todos los miraron.

Pero el pelirrojo se mantuvo callado, Ravel lo comprendió y ella responde en su lugar.

Los líderes y Kenichi-sama tuvieron un conflicto debido a algunas cosas cuestionables que hicieron. – Osmond levantó una ceja.

¿Kenichi tenía un rango alto? – la rubia da un asentimiento.

Sí, Kenichi-sama tenía el rango de comandante a pesar de su corta edad y lo apodaron "El relámpago carmesí". – poco a poco lo empezaba a contar como una gran hazaña. – Si sus enemigos se atrevían a interponerse en su camino, serían apartados. No importaba la desventaja numérica o trampas, él...

Es suficiente información. – el pelirrojo tuvo que ahogar un grito, la verdad no quería recordar eso después de lo que pasó.

Lo siento Kenichi-sama... - bajó la cabeza. – Me dejé llevar.

En ese punto tenían algunas respuestas, quién era y de qué conoce a los invasores, además de su previa relación con ellos, sin embargo, estaban intrigados por la razón por la que renunció.

Debo suponer que es un momento muy fuerte o traumático, por la que no podría explicar la razón de su renuncia. – el silencio del pelirrojo fue la única respuesta. – Comprendo, no insistiré hasta que estés preparado.

Gracias. – fue la respuesta simple del Uzumaki, y ahora la princesa Henrietta se acerca al pelirrojo.

Kenichi-san, en primer lugar... - da una reverencia. – Agradezco mucho que cuide mucho de mi amiga más preciada y le pido que siga cuidándola. Sé que es del mismo lugar que la señorita Kujo, pero hasta entonces, le pido que la proteja.

Supongo que no tengo problema. – dijo no muy convencido, pero no con proteger, sino con el tema de volver aunque sólo Jennifer fue la única que lo notó y ahora tenía algo de sentido sus reacciones con el temita de "regresar".

En segundo lugar, no voy a obligarlo a que nos cuente todo, estoy segura que debe ser un momento duro para usted, tanto en asimilar como también en dejar atrás. Me preocupa que pueda haber más personas como las que vimos ahora, pero espero contar con usted para esta situación. – Jennifer frunció el ceño, tal vez la princesa no, pero tarde o temprano se sabrá y los altos mandos querrán tenerlo en sus filas a la fuerza si es necesario.

Eso lo haré, pero no confunda las cosas Su Majestad, voy aclarando aquí y ahora que yo no soy ningún soldado de su facción, ni mucho menos pienso ser la herramienta de guerra de los altos cargos. – dijo el pelirrojo con un tono algo grosero.

¡KENICHI! – reprendió Louise pero su familiar ni le importó.

Ofreceré mis habilidades para defender a las pocas personas que me han brindado recursos, comida y un techo donde dormir, pero no le debo lealtad a nadie. – en parte Osmond comprendió el por qué establece ese límite, recordando lo que pasó en la exhibición con los excompañeros del pelirrojo.

Bueno, al menos dejó las cosas en claro desde el principio. Aunque ya te espera tu propio título, tal como fue la Cero, en el caso de la mocosa Valiere. ¿Qué te pondrán a ti? – pensaba la peli negra con los brazos cruzados.

Entiendo y no se preocupe, me aseguraré que no sea tratado como un soldado, usted tiene su vida y podremos contar con su ayuda en caso que más personas como las que llegaron recientemente vengan. – el pelirrojo da un asentimiento.

Por cierto. Esta pequeña dragona. – señala a Eco. – Es mía.

¿Eh? - muchos estaban confundidos pero Jennifer ríe levemente mientras que Louise tuvo un tic en su ceja.

¿Es una dragona? – hasta Colbert estaba confundido ya que tenía apariencia humana.

Sí, en una exploración que realicé, desperté unas runas y podría decir que ella es mi familiar. – señala a los presentes. – Por lo que nadie más que yo e incluso mi ama enana...

¡Oye! – Louise exclamó enojada.

Bueno, ya entienden lo que quise decir. – dijo con seriedad y tanto la princesa como Osmond dan un asentimiento. – Lo mismo con Ravel, estará bajo mi cargo.

¿De verdad? – la misma rubia estaba sorprendida.

Tú te metiste en esto y me salvaste la vida. Considéralo un agradecimiento por eso. – miró a los profesores pero sintió que era abrazado por la rubia quien no pudo contenerse.

¡Gracias Kenichi-sama! ¡Le prometo que haré bien las cosas para volver a ganarme su confianza! – la emoción se le notaba pero la peli rosa loa separa.

Estás muy pegada a él, ya suéltalo. – la rubia se enoja.

Oye, es algo entre Kenichi y yo. – el pelirrojo se dirige a la puerta.

Ya dejen de pelear y vámonos. Ya dejé las cosas en claro y quisiera descansar un poco más. – la peli rosa Louise se acerca al Uzumaki y le ayuda a salir. – Oye, ya te dije que no estoy discapacitado.

No, pero no has recuperado tus energías, así que no quiero reclamos. – Eco también se une y se lo llevan de ahí.

¡OIGAN, NO SE LLEVEN A KENICHI-SAMA DE ESA FORMA! – la rubia es la siguiente en irse mientras que Jennifer se acomoda la gorra.

Yare yare daze, qué mujeres más escandalosas. – mira a Osmond. - ¿Algún último mensaje pendiente?

Por el momento no, deja que el joven descanse, después de un enfrentamiento de tal magnitud, es mejor para él que se recupere adecuadamente, aunque desconocemos de las habilidades curativas de la chica. – la peli negra mira hacia la puerta.

Tengo entendido que lo que hizo con su lágrima, era restaurar todo el daño físico que sufrió, pero la energía gastada. – el director asiente.

Ya veo, espero que pueda mejorarse de esas heridas. – la peli negra levanta una ceja. – No me refiero a las heridas físicas.

Ya veo... - mira a la puerta nuevamente. – (Esas heridas que hacen que no quiera regresar....a casa....)

Volviendo con el grupo, el pelirrojo estaba algo fastidiado por lo que pasó, pero sintió su estómago vacío, sabía que tenía que recuperar sus energías, pero necesitaba comer, así que se detiene.

¿Pasa algo? – preguntó Louise con preocupación.

No es nada malo, tengo hambre nada más. – la peli rosa da un suspiro.

Bueno, supongo que no tengo de otra, vamos a la cocina. – el pelirrojo se dirige hacia allá. - ¡OYE, ESPERA! – la peli rosa acelera el paso.

El pelirrojo llega a la cocina, al momento de ingresar, los trabajadores se sorprendieron al verlo de pie mientras lo rodeaban.

¡Joven Uzumaki! ¡Creí que estaría dormido por muchos días! – dijo el jefe Marteau.

Bueno, las heridas sanaron, pero actualmente estoy agotado y con hambre. Perdón por venir de forma inesperada pero ¿Podría comer algo? – recibe una suave palmada en el hombro.

¡No hay necesidad de disculparse, nosotros con gusto te cocinaremos! ¡Has sido el mejor al enfrentarte contra esos sujetos y a pesar de las heridas, te mantuviste de pie hasta el final! – el pelirrojo era levemente zarandeado.

M-Me estoy mareando. – el jefe se dio cuenta y lo suelta con cuidado.

Perdón jeje, me dejé llevar. Toma asiento que te prepararemos un banquete. – Kenichi da un asentimiento mientras va a sentarse.

Te dije que no te adelantes mucho. – Louise llega completamente agitada mientras que el pelirrojo le entrega un vaso con agua.

No hacía falta que corras si no iba a ir a otro lado. – respondió el pelirrojo con simpleza mientras que Louise termina de beber. – De nada.

Gracias... - respondió mientras se sentaba mientras que las demás llegaban.

Pasé el tiempo cuidando a mi Pal así que tengo hambre también. – se sienta al lado del pelirrojo.

Oh, pediré algunas cosas para hacer algo especial. – dijo la rubia entusiasmada.

¿Tú cocinas? – preguntó Louise.

Sí ¿Por qué? – cuestionó la rubia.

Es que con la apariencia de mujer refinada. – la rubia entendió y niega con la cabeza.

Habré sido criada como una, sin embargo, cambié con el paso del tiempo. – mira al pelirrojo y Louise se da cuenta su familiar fue una influencia. – Disculpe ¿Podría darme algunos ingredientes? Quisiera prepararle algo a Kenichi-sama.

Oh, no hay problema, adelante señorita, pida lo que necesita, usted fue quien salvó a nuestro héroe, así que es completamente bienvenida aquí. – dijo Marteau. – Compañeros, esta señorita fue la salvadora de nuestro héroe, cualquier cosa que pida, será concedida ¿Entendido?

Los cocineros asienten mientras que Ravel se dirige a preparar algo para el pelirrojo, Siesta no quería quedarse atrás así que fue a ayudar a la rubia.

O-oye Kenichi.... - el pelirrojo levanta una ceja mientras tomaba un pickeo. - Esa....loca... ¿Era tu ex o algo así?

¿Tú crees que habría salido con una chiflada como ella? - la peli rosa niega. - A simple vista se le notaba desesperada por algo que vio.

¿Fue "el otro"? - su voz seria pasó a una tímida mientras miraba al pelirrojo.

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Al no escuchar una respuesta, la peli rosa iba a retractarse por la pregunta pero el pelirrojo habla.

Si...por así decirlo...fue el otro. - toma otro bocadito y come en silencio.

Louise decidió no preguntar más por ahora, con esa respuesta se conformaba y no quería incomodar más a su familiar.

Oye ... - el pelirrojo mira a su dragona. - ¿De verdad podemos confiar en esa rubia?

¿A qué te refieres? - levanta una ceja.

¿Qué tal si es un truco de ellos? – dijo Louise mirando con desconfianza a la rubia.

Yo estoy con ella. No confío para nada en esa rubia. – dijo Eco con la misma expresión.

A lo mejor podría ser un espía de esa "Alianza" que dices y te llevará cuando menos lo esperemos. – el pelirrojo la miró a los ojos pero no dijo nada.

Si yo formara parte de la Alianza y quisiera llevármelo, lo habría hecho hace rato, peli rosa paranoica. – dijo Ravel detrás de Louise.

¡Pues es la verdad! – se levanta y la mira. – Lo habrás salvado, pero yo no confío en ti, no sé cuáles son tus intenciones y no dejaré que te lo lleves.

Por favor, estuviste temblando de miedo cuando esa maldita perra caída te amenazó con quitarte. Con ella no tuviste oportunidad ¿Crees que conmigo es la excepción.? – la maga Valiere aprieta los dientes, ese fue un golpe a su ego y la enojó.

¿Dices que soy débil? – Louise y Ravel intercambiaban miradas enojadas, una porque desconfiaba de ella y también porque se burló de ella mientras que la otra estaba ofendida que crean que es parte de la alianza que le quitó lo que más amaba.

Pues deberías estar precavida ya que ellos no serán los únicos en molestar. – dijo Jennifer llegando al lugar.

Ya te he dicho que dejes de aparecer de la nada, no eres un ninja. – dijo el pelirrojo mientras se calmaba de su atoro.

Jum, eso quisiera pero me gusta hacerlo. – dijo la pelinegra mientras se sienta.

¿Estás segura de esto Kujo-sama? -preguntó Louise aún no convencida.

Sé que desconfías, pero... puedo ver en sus ojos que ella no está del lado de esos líderes que Kenichi comentó. – la rubia asiente.

Así es, mi lealtad es a Kenichi-sama, esos líderes fueron unos tontos sedientos de poder y perdieron más de lo que ansiaban. – Ravel regresa a cocinar.

Eso quiero saber ¿Qué fue lo que perdieron y por qué los odias tanto? – preguntó Jennifer con duda.

Los odio porque a pesar de los esfuerzos, no sólo de él.. – mencionando al pelirrojo. – Sino de sus amigos, de todos los que nosotros aportamos... con nuestro sudor y sangre...

Ya veo, en parte ese odio es porque por todo lo que hiciste tú y tus amigos, fue desechado como si nada. – respondió Jennifer de manera estoica.

¿Y qué fue lo que perdieron? – preguntó Louise sin ocultar su mirada de interés, realmente quería saberlo.

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Su hogar... - dijo la rubia mientras cubría su mirada. – Nuestro hogar... - todas menos Kenichi abrieron los ojos. – Un lugar donde vivíamos en paz, un lugar donde se supone que tendríamos mucho por disfrutar... - a medida que hacía las cosas, lo hacía con más brusquedad. – Pero lo perdimos...por culpa de ellos... de su sed de poder...

La Nueva Orden... - Kenichi habló, ganándose la mirada de todas. – Esa es la nueva facción que surgió cuando las facciones cayeron ¿Verdad?

Sí...así fue...primero fue en el territorio de los demonios...luego el de los caídos...poco a poco perdieron sus territorios.... hasta quedarse sin sus títulos...porque claro...la traición vino de parte también del interior... - la rubia recordó con furia a ese consejo de ancianos que no hacía otra cosa que meter sus narices donde nadie lo llama.

Bueno, sus decisiones, sus consecuencias. – dijo el pelirrojo sin tomarle importancia.

Sabes que volverán Kenichi-sama, la bruja les contará de mi traición y vendrán más y más, debes prepararte. – dijo Ravel preocupada.

Supongo que con entrenamiento extra, los mantendré a raya. – respondió el pelirrojo con tranquilidad.

Pero necesitas dar más de tu limitador, esos brazaletes... - el pelirrojo mira a Jennifer.

No pienso quitarme esto a menos de que mi vida esté en riesgo. – la peli negra se enoja un poco.

Sabes que casi no la cuentas contra ese musculoso ¿O lo olvidaste? – respondió Jennifer mientras que el pelirrojo se mantiene impasible ante su mirada. – De no haber sido por ese último ataque, te habrían llevado.

Louise no quiso meterse, en lugar de eso, se le vino el recuerdo del ataque final, un ataque que en medio de su desesperación, arrojó un ataque tan fuerte que los brazaletes salieron disparados, liberando un ataque mucho más devastador. Un ataque que rompió el limitador que él mismo se colocó, rompiendo las cadenas de manera temporal y desatando su furia. Todo porque no quería regresar con ellos.

Así que... - chasquea los dedos para que Siesta traiga un maletín. – Necesitarás entrenar como el mismo infierno.

No, será a mi manera. – respondió el pelirrojo mientras movía la mano en negación.

No era una sugerencia. – abre el cinturón. – Este es un cinturón de gravedad.

Escucha doña Yare yare, si bien tenemos un enemigo en común, no tomes decisiones por mi cuenta, serás la reina de la academia, pero yo no soy tu subordinado. – respondió el pelirrojo con seriedad.

Ya cálmense los dos, Kenichi-sama, ella sólo intentó ayudar, pero tú no tomes acciones sin antes consultar. – reclamó Ravel, calmando un poco la situación.

Tiene razón la yakitori. – dijo con una vena. – Como dijiste, soy la reina de este lugar, pero respetaré tu decisión, aunque el cinturón estará a tu alcance cuando quieras.... Pero quiero que sepas algo.... Yo no pienso perder a otro alumno ¿Me oyes?

Hubo un silencio incómodo, para Kenichi supuso que algo serio pero decidió no preguntar, en cuanto al cinturón, lo toma simplemente pero no lo usa, cuando lo considere necesario, se lo pondrá.

¿Pasó algo? - pregunto Siesta regresando con un plato.

Solo una diferencia de ideas. - respondió Jennifer mientras se calmaba. - Continúa con lo que estabas haciendo.

Gracias. - se acerca al pelirrojo. - Aquí tiene Kenichi-san, disfrute de este aperitivo en lo que le traemos los platos de fondo.

El pelirrojo sin esperar mucho tiempo procede a servirse.

¿No es demasiado? - preguntó la maga con algo de incredulidad.

No, es lo que Kenichi-san normalmente come. - Louise abrió los ojos ante lo dicho por Jennifer.

Es verdad, no se imagina cuántos platos vacíos deja Kenichi-sama cuando come, sobre todo, uno de sus platos favoritos, el ramen. – la peli rosa ve al pelirrojo disfrutar de su sopa con nostalgia.

Sugoii. – Eco miró asombrada.

Jum, sí que ser tragón es de familia. – dijo Jennifer sin sorprenderse. – Pero se entiende, su metabolismo es muy acelerado.

Y yo que le daba pan y agua... - dijo avergonzada Louise, además que se sintió mal por darle sólo eso.

No te preocupes, ellos me dieron de comer y se los debo mucho. – respondió Kenichi y Louise lo miró.

Recuerda que él, al ser un plebeyo y ser quien le puso el pare a Guiche y se ganó el cariño de los trabajadores de la academia. – habló Jennifer mientras que el pelirrojo terminaba otro plato y Ravel le daba otra porción.

Souka... - la peli rosa nuevamente mira al pelirrojo quien disfrutaba de la comida y al notarla, desvía esa mirada.

¿Quieres probarlo? – la peli rosa tímidamente asiente y procede a tomar un poco del ramen, quedando maravillada por el sabor.

Está delicioso. – el pelirrojo esboza una sonrisa.

Adelante, cómelo. – dijo el pelirrojo mientras se sirve otro plato y ella lo miró con un leve sonrojo.

Tch... tienes suerte que Kenichi-sama te deje probar de mis platillos. – dijo con arrogancia.

Ambas se miran intensamente y daba la impresión de que se lanzaban rayos, tomaría tiempo para que ambas se lleven bien. Mientras que el pelirrojo, además de disfrutar de su comida, pensaba en lo que pasó, lo que está pasando y lo que pasará, puede que no sea en un día o en una semana, pero tarde o temprano tenía que confrontar a ambos bandos.

FIN DEL CAPÍTULO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO...

NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y SU ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.

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