Capítulo 10

A una gran distancia de la academia de Tristain, Ravel Phenex volaba a gran velocidad, su expresión era una de furia.

¡Maldita seas maldita caído! ¡ERES IGUAL DE PERRA QUE LAS DEMÁS! ¿Y encima tuvo el descaro de decirme eso? – resulta que al momento de haberse trasladado a este mundo desconocido, antes de que inicien su búsqueda, Penemune la atacó de forma cobarde y la dejó inconsciente. - ¡Juro que cuando la vea le quemaré la maldita cara!

Aumentó la velocidad mientras sentía cómo múltiples energías eran disminuidas poco a poco, tardaría algo, pero llegaría a tiempo antes de que sea tarde. Agradecía que Arthur la había despertado ya que la caído la había ocultado bien, pero eso no significa que lo perdonará por actuar como cómplice de la infidelidad de Le Fay.

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Takao, Shun y los demás estaban en una nueva posada, después de haber evacuado a los civiles y asegurarse de que nadie recordara lo que pasó, fueron a buscar un nuevo refugio, un poco más alejados para evitar problemas.

Barrera colocada. Estaremos seguros, por ahora. – dijo Senko mientras tomaba un poco de té.

Bien, a lo que veníamos. – dijo Taiga mientras veía a Shun. – Los incompetentes de las facciones desean hablar contigo.

Sé que odias a las facciones por lo que le hicieron a mi hermano, de igual forma yo, pero ¿Dijeron algo en específico? – dijo el pelinegro con seriedad.

Bueno, quieren arreglar la cagada que ellos mismos crearon. Al mismo tiempo que quieren hablar con los hermanos Son/Uzumaki. Además, que desean hablar contigo Takao, contigo y con Satoshi ya que son los que formaron la "Gran Calamidad". – el peli azul miró al techo, recordando el equipo que formaron y cómo fue una de las principales razones por la cual la alianza ganó mucho terreno contra la Brigada. Equipo que se disolvió después del destierro de Kenichi, la renuncia de Satoshi y el auto exilio de Takao.

¿Qué tan jodidos están? – preguntó el peli azul ya que no le preguntaba eso a la rubia dado que ni le importaba.

Hace poco tuvieron un enfrentamiento con la facción de la Nueva Orden, pese a que ganaron, no llegarían a ningún lado. – el peli negro da un suspiro.

Así que quieren que hagamos el trabajo por ellos. Wow, se nota lo arrepentidos que están. – dijo Takao mientras rodaba los ojos.

Sí, supuse que dirías algo como eso, pero nosotros no queremos llevarlos. Además que ya están ocupados protegiendo a Rías. – habló Senko mientras columpiaba al pequeño Ex Hyodou mientras que Rías tenía una sonrisa maternal.

Hablaré con Takao y Rías, ellos fueron afectados por las facciones y será decisión de ellos. - dijo Shun mientras que la kitsune daba un asentimiento.

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En Tristain se estaba llevando un enfrentamiento, la guardia se mantenía cerca de la princesa en todo momento, algunos intentaron dar soporte pero el pelirrojo, como un depredador les lanzaba una mirada asesina.

En primera, no era su asunto, en segunda, Kenichi era el blanco de la Resistencia y querían de vuelta, incluso si usaban la fuerza.

Te dije que no tomes acciones precipitadas. - reclamó Sairarorg enojado. - Primero golpeas a Ravel con la excusa de que "no estropee" la operación y luego esto.

No voy a permitir que esa estúpida se meta en mi objetivo, Kenichi - kun volverá a mis brazos, quiera o no. - el peli negro se palmea la cara.

En cuanto regresemos, informaré a los líderes de tu imprudencia. - la peli morada lo mira con ojos asesinos pero ni le afectó al Bael. - Lo que realmente me sorprende es que a pesar de que es un humano por lo que pasó, pueda hacerle frente.

Para ellos, creían que Kenichi era un humano antes de que se fuera hace tiempo pero ahí estaba, como una bestia, enfrentándose contra los demonios y únicamente con las patadas.

Intentaron lanzarse en grupo pero Kenichi colocó las manos en el suelo, girando rápidamente y les daba patadas. Jennifer recordó cuando se conocieron.

Yare yare dawa....Debo admitir que ese giro es muy práctico y efectivo. - dijo la peli negra.

Agachándose, saltando o haciendo movimientos laterales para atacarlos desde un costado. Para Kenichi no era un problema, unas patadas eran suficientes para incapacitar a todos.

Sin embargo, a los estudiantes sentían miedo porque a pesar de la reputación de plebeyo que tiene, consideraban que la forma de dejarlos inconscientes, era ya pasarse de la raya. A uno lo hizo caer cuando esquivó una lanza mágica y le conecto una patada de lleno en la nuca. Una persona normal ya estaría camino al hospital por la gravedad del ataque.

¿Cómo demonios pasa eso? ¿No sé supone que Kenichi era sólo un humano? - dijo uno de los demonios heridos mientras veía nervioso al pelirrojo que dejaba en el suelo a un ángel caído con una patada en el pecho, quitándole el aire.

Ni siquiera un robusto pudo hacer mucho, Kenichi lo mando al cielo de una patada en la mandíbula, para luego saltar y darle otras más. El musculoso se bloqueó de una patada en el aire pero Kenichi se posicionó para el otro lado y lo mandó contra el suelo.

Aún no.... - da unos giros mientras caía y con la pierna extendida para conectarle una patada de lleno en el pecho. - ¡RÁFAGA DEL DRAGÓN!

La mitad que aún quedaba en pie veía con más miedo al pelirrojo, subestimarlo fue un error y varios cobraron factura.

Pero un caído se había levantado y antes de que algunos diga algo, sujeto de los brazos al pelirrojo por la espalda.

¡Derríbenlo de una buena vez! - tres demonios se lanzaron a golpearlo con todas sus fuerzas.

Cómo pudo el pelirrojo se movió lo suficiente para evitar dos golpes, pero el tercero fue inevitable y le cayó en la mejilla.

El demonio pensó que con el puño cargado en magia ya lo habría dejado dormido. Pero cometió un error.

El pelirrojo levanta la mirada, da una patada al demonio que lo golpeó y al ángel caído que lo tenía detrás, usó sus brazos para estamparlo contra el suelo e incapacitarlo de un puñetazo en la cara.

Maldita sea.... - dijo uno mientras veía a sus compañeros caídos. - Lo lamentamos por Penemune-sama, pero usaremos la magia.

Con tal de dejarlo inconsciente, úsenlo. - varios se elevan y extienden sus manos y generan círculos mágicos. Eso sorprendió a los maestros y preocupación igualmente.

¿Qué piensan hacer? - pregunto Guiche con miedo.

Van a lastimar a mi querido. - habló Kirche mientras se preparaba para entrar.

Hay que actuar rápido. – Tabitha sostiene su báculo e ingresan al campo de batalla.

¡Vamos! - gritó Louise mientras preparaban contra hechizos, pero fue tarde porque se activó el ataque. - ¡KENICHI!

La explosión dejó una gran cortina de humo, Louise y Siesta eran las más preocupadas, incluso Jennifer no dudó en mostrar un rostro de temor al ver tal intensidad del ataque mágico, sin embargo, saliendo de la cortina de humo, sale Kenichi quien le conectó un codazo en la cara a un demonio.

El Uzumaki aterrizó mientras tenía una expresión de seriedad, su chaqueta estaba aterrizando y se habían dañado las mangas y parte de la espalda. Su camiseta estaba dañada en una parte, revelando su hombro, notando una pequeña cicatriz en la parte frontal aunque los brazaletes eran los únicos que permanecían intactos.

A estas alturas Penemune estaba más que sorprendida, creyó que los soldados se les pasaron de la mano con ese ataque pero el pelirrojo salió con algunos rasguños, Sairarorg al contrario, tenía una mirada seria.

(Tal como lo sospechaba, parecerá ser un humano, pero acaba de demostrarse que a pesar de no tener a su compañero, parte de él se quedó, esa es mi hipótesis.) – dejó de cruzar sus brazos y lleva su mano a la boca. – Tendré que llamarlo.

¡Oye, es peligroso! ¡No lo hagas! -exclamó Penemune pero Sairarorg no les hizo caso y hace un silbido.

Por parte del pelirrojo, este se lanzó contra los soldados restantes, esta vez, no sólo fueron patadas, si usando las piernas era lo suficiente para dejar inconscientes a sus enemigos, pero usando los brazos, era el doble de peligroso.

Ay mamá... - Guiche tuvo un escalofrió ya que vió de cerca cómo uno de los demonios recibió un doble puñetazo en el pecho, llevándose de ese ataque a dos más debido a la potencia llevada.

Si hubiera usado esos puños contra ti, no la habrías contado. Hasta podrías haber quedado inconsciente por días. – dijo Kirche con algo de miedo al ver esa parte violenta de su "amado", aunque claro, eso la excitaba, era como un bárbaro, alguien que no se dará por vencido.

Por el lado de Louise, no entendía del todo de esto, ellos simplemente aparecieron la mujer actuó de forma cariñosa con él pero el pelirrojo actuó de forma violenta, cuando escuchó la palabra "volver" se sintió insegura, sin embargo, ver cómo reaccionó Kenichi. Era algo que quería saberlo pero sabía que estaría tocando un tema sensible.

En eso y para mayor sorpresa y miedo, un león de gran tamaño y con una apariencia dorada estaba acercándose como un depredador, el pelirrojo ni necesitaba escuchar los gritos que le advertían del peligro a sus espaldas, con la mirada ya era más que suficiente. Un demonio intentó frenarlo, pero Kenichi se hace a un lado, haciendo que el león caiga sobre él y le dé un zarpazo.

Regulus Nemea. – dijo el pelirrojo al ver al león dorado, una bestia demasiado peligrosa, recordando el momento en el que Issei y Rías se enfrentaron contra el chico Bael y esa bestia.

Peleaste bien Kenichi, pero ya es suficiente. Renuncia a esto, aunque no me guste, tendrás que volver con nosotros, no quiero que esto pase a peores. – habló Sairarorg con seriedad.

Creí haberlo dicho, no tengo ni el más mínimo interés en regresar, ni de escuchar su perdón, ni mucho menos acudir a su ayuda. Después de todo, ustedes tenían a su mimado pilar. – el peli negro dio un suspiro cansado, recordar lo que pasó por sus malas decisiones.

Pasaron muchas cosas y ... - el pelirrojo interrumpe.

No te pregunté lo que pasó, no quiero escucharlo de alguien quien apoyó en las estupideces de los líderes, ni mucho menos de esa caído arrastrada que cree que actuando como una mejor persona, hará que "mágicamente" acepte en regresar. – Sairarorg da un suspiro.

Entonces....Lo lamento viejo amigo.... – el león nuevamente gruñe mientras se acercaba al Uzumaki con ferocidad, pero al momento que dio el salto para atraparlo, un puñetazo le cae en el rostro al león.

Perdón por meterme en tus asuntos, pero ya no me quedaré de brazos cruzados. – dijo Jennifer mientras se acomodaba la gorra.

Esto no es asunto tuyo, señorita, no quiero hacerme responsable por dañar a un inocente. – respondió el demonio con seriedad.

Bueno, estás invadiendo la academia, así que podría decirse que sí es mi asunto. – hace aparecer su Stand. – Después me disculparé, pero me cansé de ser espectadora, además que aún tienes algunos soldados que acabar ¿No es así?

Como quieras. – fue la respuesta fría del Uzumaki mientras volvía a tomar una postura de combate. – Sólo te diré que no te confíes contra ese león.

La peli negra se lanzó contra el león mientras que Kenichi fue a terminar con lo que empezó, a pesar de que los demonios y ángeles caídos usaron círculos mágicos para acabar rápido con esto, no llegaban a impactar en el pelirrojo ya que los esquivaba como podía.

Un ángel caído, asustado hasta la médula, decidió acabar con una lluvia de lanzas de luz. Esto si era peligroso porque el área también abarcaba a los espectadores plebeyos y pese a que los maestros intenten defenderlos, muchos caerían por esa lluvia asesina.

Varios plebeyos corrieron con el temor de salir heridos, los maestros usaron muros y vientos para desviarlos aunque algunos salían lastimados.

Siesta y el grupo de cocineros estaban en medio del campo de tiro pero Kenichi llega y usa sus puños y patadas para desviar cada lanza dirigida a ellos, dado que Derflinger lo dejó con Eco, no tenía arma a la mano así que terminaba con uno que otro rasguño.

¡Kenichi-san! - gritó Siesta mientras Marteau la detenía.

¡Salgan de aquí, rápido! - sigue bloqueando las lanzas y el jefe de la cocina se la lleva.

Al terminar, el pelirrojo se limpió la sangre que salía de su frente, le había rozado una lanza. Los puños y brazos no fueron un problema. Luego corre contra el ángel caído, trató de volar pero Kenichi lo derriba y le encaja unos fuertes puñetazos, dejándolo fuera de combate con tan sólo tres golpes.

Guiche por instinto se cubrió la cara, si el pelirrojo hubiera peleado con sus puños, su cara habría quedado irreconocible ya que escuchó esos golpes con intensidad.

Da gracias que se contuvo. - mencionó Kirche mientras el rubio chillaba del miedo y se pone detrás de Montmorency

Me avergüenzas, Guiche. - dijo la rubia algo fastidiada.

Kenichi derribó a dos demonios más, pero escucha un fuerte aterrizaje, detrás de él estaba Sairarorg Bael, quien pasó de observador a peleador.

Me preguntaba cuándo sería el momento de dejar de mandar carne de cañón y después la cara. - dijo el pelirrojo mientras que el peli negro se tronaba los puños.

Si, admito que fue más tiempo de lo que yo pensaba, además que te subestimamos, creí que con tu condición sería algo sencillo pero nos equivocamos. - el pelirrojo aprieta su puño.

Al menos lo admites, Bael. - en un rápido movimiento, el peli negro se puso delante de él y le conecta un fuerte puñetazo.

La potencia fue tal, que mandó a retroceder a Kenichi, por primera vez vieron al pelirrojo recibir algo de daño ya que tosió un poco de sangre.

Además que la potencia del puñetazo fue tal que lo hizo retroceder varios metros, quedando cerca de la tribuna VIP.

Te pido que no te contengas porque yo no lo haré. - dijo Sairarorg mientras se ponía en guardia. Kenichi por su parte se levantaba y comenzó a caminar hacia el peli negro quien imitó la acción.

La caminata cambio a pasos ligeros, luego a trote y finalmente una carrera en dónde ambos prepararon sus puños y dan un fuerte golpe, generando una presión a su alrededor y el suelo se agrietaba.

¿Pero qué...? – dijo uno al cubrirse de la ráfaga.

Louise estaba con una mano en el pecho, la pelea de su familiar estaba afectando, incluso veía a su amiga la princesa que tenía muchas dudas y de seguro tendría más de cinco preguntas. Preguntas las cuales esperaba que fueran respondidas. Nuevamente ve la pelea y el pelirrojo se mantenía de pie con una táctica evasiva/ofensiva.

Esto realmente me trae buenos recuerdos. Además, querías que tuviéramos un duelo. – dijo Sairarorg mientras seguía golpeando al pelirrojo.

Perdí ese interés..... – se hace a un lado y le da un puñetazo en las costillas. – Después de lo que hiciste.

El peli negro se reincorpora y arroja varios golpes, Kenichi retrocedió un poco y esquivó varios golpes. Sairarorg trató de dar un golpe lateral, pero el pelirrojo usó la mano para detenerla, apenas le hizo retroceder un metro ya que mantuvo una fuerte resistencia de las piernas.

Osmond... - Colbert miró al director mientras que el mencionado da un asentimiento.

Era evidente que no es una persona ordinaria, pero no podemos meternos, esto es un asunto personal y no parece buscar a nadie más que al joven Uzumaki. – mantiene su báculo firme. – En cualquier caso, si intentan sobrepasarse o a atentar con los estudiantes o con la misma princesa, procederemos a intervenir. – el profesor da un asentimiento mientras volvía a presenciar el combate.

|<Acompañar con el soundtrack YouSeeBIGGIRL para la escena.>|

Lástima que la primera ronda terminó con un grito, Kenichi se detuvo y abrió los ojos al ver a Jennifer en el suelo con una herida de mordida en el hombro, una de gravedad, resulta que unos ángeles caídos intentaron atacarla cuando ella estaba centrada con el león dorado, cuando reaccionó, se cubrió como pudo, pero al hacer que su stand cambie de oponente, el león tuvo la oportunidad para incapacitarla, aunque claro, se le pasó la mano.

Regulus, tenías que desmayarla, no dejarla así. – estaba molesto mientras que el león sólo gruñía. – Kenichi, yo.... – voltea hacia la ubicación donde estaría el pelirrojo, sin embargo, sólo había unas hojas de césped disparadas y antes de que de un parpadeo, Kenichi le había pisado la cara para luego usarlo como plataforma para darle un puñetazo en la cara al león dorado.

Sairarorg retrocedió mientras se sujetaba el rostro, esa patada le había dislocado la nariz y sangre salía de ahí, mientras que el león, había perdido un colmillo, el pelirrojo se coloca delante de Jennifer quien trataba de evitar que le saliera más sangre de su hombro. Para Kenichi, esto le trajo recuerdos cuando presenció el combate entre Issei y Rías contra Sairarorg y el león, no negaría que le trajo nostalgia, pero ahora no era momento para eso.

Es-Es algo....humillante...- el pelirrojo la levanta con cuidado.

Te lo dije, al menos, debo reconocer que te las arreglaste contra ese león. – la deja frente a los estudiantes. – Denle una buena atención médica.

El demonio se acomodó la nariz para luego ver al pelirrojo frente a él, el heredero Bael sabía que se vendría una batalla igual de sangrienta, ya no podía evitarlo. Así que solamente hace la pregunta.

¿Habrá una oportunidad para que regreses si te derroto con mi máximo poder? – el pelirrojo simplemente miró al león y al demonio.. – Como quieras, no te defraudaré con este combate, Son Kenichi Uzumaki. ¡REGULUS!

El león se convierte en un rayo de luz y se dirige hacia el peli negro, cubriéndolo mientras procede a hacer un cántico.

¡Mi león! ¡El león de Nemea! ¡Tú, el llamado Rey León! ¡RESPONDE A MI FURIA Y TRASNFÓRMATE EN MI VESTIDURA!..... – debido al brillo que generaba, varios se cubrían los ojos. - ¡BALANCE BREAKER! – Sairarorg es envuelto en una cúpula mientras que se generaba una gran onda expansiva, muchos estudiantes no soportaron y salieron disparados, otros pudieron mantenerse de pie, la guardia real se mantuvo alerta en todo momento. - ¡REGULUS REY LEATHER REX!

Frente a todos los presentes que se quedaron de piedra, incluso Jennifer quien no esperó que podría hacer eso. Muchos se preocuparon, porque si ese león devastador pasó a formar esa armadura, daba a entender lo peligroso que era. Sin embargo, el único que se mantenía impasible era Kenichi quien veía con seriedad al heredero Bael.

Lamento haberte hecho esperar, pero antes de proseguir con el combate. - lo señala. - Retírate esos brazaletes. Por más que has demostrado tu destreza contra nuestros soldados, te estás conteniendo.

Louise miró al pelirrojo, ahí tenía la razón de que Kenichi no se quitara eso a excepción de la hora de dormir o al momento de asearse.

(¿Se está conteniendo? E-Eso quiere decir...que no está usando todo su poder..... ¿Pero por qué?) - eso era algo que no entendía pero fue sacada de sus pensamientos cuando Kenichi habló.

No lo haré...no necesito quitarme estos brazaletes para romperte la cara. - el pelirrojo nota que su camiseta estaba más dañada, por lo que se la arranca de un tirón.

A pesar de su "retiro", el pelirrojo aún tenía musculatura en su cuerpo. Eso hizo que varias estudiantes tuvieran un fuerte sonrojo, otras con un sangrado nasal. Siesta estaba roja como un tomate, Kirche se relamió los labios de una manera algo perturbadora incluso algunas féminas de la guardia estaban ruborizadas mientras que la princesa se sentía nerviosa, menos Tabitha y Jennifer.

Eco estaba normal, su mentalidad era que no debía usar ropa si era una dragona, aunque claro, en apariencia humana tenía que hacerlo. Pero Louise vió una cicatriz en la parte frontal, era imposible que sea una marca de nacimiento y estaba con más dudas y su preocupación aumentó.

Sairarorg y Penemune vieron esa cicatriz y bajaron la cabeza, recordaban la razón y como fue tratado el pelirrojo después de eso. Una marca que les seguirá por el resto de sus miserables vidas.

(El precio de nuestros pecados.) - el pelinegro mira al Uzumaki. - Quítate esos brazaletes, no quiero que termines malherido.

Ya te lo dije, no hace falta quitármelos para golpearte. - estira sus brazos. - Además, ya sé cómo hacerlo.

¿Y cómo lo harás? - dijo el demonio Bael de forma retadora debido a la terquedad del pelirrojo.

Cuando te enfrentaste con Issei, él tuvo que acudir al incremento para poder derrotarte ya que como demonio marginado, compensaste esa carencia de habilidad de tu clan por medio de la fuerza. - el pelirrojo caminó al centro del lugar. - De igual manera....yo me enfoco en eso, aunque claro, debido a ciertos "sucesos" no le di un buen tratamiento. Sin embargo, siento que estará bien, aunque sea por un corto tiempo....funcionará.

El peli negro estaba confundido pero en eso, nota al Uzumaki dar un golpe con la palma en el pecho para luego apretar sus puños, aunque no lo sintiera, veía como el pelirrojo expulsaba un aura roja.

Kenichi extiende su puño y una ráfaga de aire impactó el suelo donde estaba Sairarorg, desestabilizándolo y recibió un fuerte puñetazo, mandándolo contra una pared.

El aura se fue pero la piel del pelirrojo tenía una tonalidad carmesí y algo de vapor, como si estuviera ardiendo desde adentro. Sairarorg se levantó y vio el estado de Kenichi.

(Fue más rápido de lo que anticipé. Por lo visto, tiene sus cartas bajo la manga.) - se limpió la sangre que salía de sus labios, habrá sido un solo golpe, pero logró herirlo.

(¿Cómo hizo eso? Creí que Kenichi era un humano después de "eso" ¿Cómo es que tiene tanta fuerza y velocidad?) - se preguntaba Penemune saliendo del shock. Jennifer se levantaba lentamente y veía al pelirrojo con esa apariencia.

Tranquila Jennifer-san, el familiar de Louise lo tiene bajo control. - dijo Montmorency mientras seguía curándola.

La peli negra se calmó un poco, aunque fue su culpa, ahora el pelirrojo tomaría su lugar, sin embargo, al momento de relajarse, pudo escuchar algo.

(¿Eh?) - La peli negra afila sus sentidos y junto con su stand nota que la musculatura del pelirrojo estaba sufriendo, además de lo rojo que estaba. - (¿Que técnica estarás usando?)

Creo que esto se me hace familiar. - dijo el peli negro mientras le llegaba un recuerdo.

||¡AQUÍ VOY! <¡BOOST!> - fue el grito de Issei y su inquilino mientras tenían su enfrentamiento en el Rating Game||

Así que duplicaste la efectividad de tus ataques. - dijo el pelinegro con seriedad. - Sin embargo, ya pude ver tu debilidad. - lo señala. - Tu propio cuerpo está sufriendo, tu corazón está que bombea más rápido para que funcione correctamente pero la musculatura funciona como la máquina y si la haces pasar de sus límites...

Explotará inevitablemente.... - Louise y varios abrieron los ojos, era una técnica de doble filo. - De igual manera que vi a ese imbécil haciendo eso que llama "puerta interna", intenté hacer mi propia versión, usando el Boost como ejemplo.

Será una pelea de resistencia entonces... - el pelirrojo simplemente vuelve a su estilo de combate y lo llamaba a pelear. - Perdóname...

El peli negro se lanza al ataque y Kenichi arremete con una ráfaga de puñetazos que Sairarorg esquivó por poco. El demonio trató de golpearlo pero Kenichi desaparece de su rango de ataque, quedando unos metros alejado.

Sairarorg no quería dejarlo descansar, por lo que decide usar su arsenal secreto, moviéndose en un parpadeo y apareciendo delante de él, en lugar de tener un puño listo, solo tenía un dedo y le impacta en el abdomen, dejando a Kenichi sin aire.

Shigan. – el demonio retrae su brazo mientras el pelirrojo se levantaba debido al impacto que recibió en el pecho, estaba recuperando el aire aturdido.

(Siento como si una bala me hubiera atravesado...) – el pelirrojo se lanza al ataque pero el peli negro desaparece de su visión y hace parpadeos alrededor de él. – Tsk.

Soru...- sigue parpadeando alrededor de Kenichi, tratando de atacar de manera sorpresiva, recibiendo cinco perforaciones más en el brazo, costilla y abdomen, pero Kenichi optó por subir el nivel, por lo que su aura aparece con mayor intensidad y logra interceptar el ataque de Sairarorg, dándole un golpe con el hombro, enviándolo contra una columna.

El demonio se recompuso, sin embargo, Kenichi apareció y le estampó un doble golpe en el abdomen, fue tan rápido que no podía esquivarlo, así que se puso rígido con tal de disminuir la fuerza del impacto, cosa que funcionó. Sin embargo Sairarorg notó que la respiración del pelirrojo no era normal.

Ambos nuevamente se acercan y se lanzan varios golpes, Sairarorg intentó darle unos golpes con su dedo índice pero Kenichi se hace a un lado y le lanza una fuerte patada en el pecho, seguido de un puñetazo en la mandíbula, seguido de una patada. Eso lo hizo alejar varios metros pero el demonio Bael contrataca con ráfagas de dedos, siendo esquivados a duras penas, luego de eso, Kenichi lo toma de la pierna y lo manda contra una columna, destruyéndolo. Todos pensaron que sería suficiente pero de los escombros surge Sairarorg quien no pareció afectarle mucho el ataque y fue ahí cuando notó la respiración del pelirrojo nuevamente.

(Hace rato se hizo más fuerte pero...su respiración se está complicando... le tomó tiempo analizar y crear su propia habilidad, sin embargo, su límite está llegando. Y aun así no se retira esos brazaletes.) – su seriedad aumentaba, si no se los quitaba era por algo. – Mejor desiste, se nota que tu cuerpo no aguantará más.

Ya sabes cuál es mi respuesta... - vuelva a su postura de combate.

Como quieras. ¡Soru! – nuevamente desaparece en un parpadeo mientras que Kenichi ahora anticipaba sus ataques y esquivaba los golpes de dedos que le lanzaba. Kenichi aparece sobre él y prepara una patada de hacha, cosa que el peli negro lo esquivó con las justas, ambos reaccionan y se lanzan una fuerte patada, alejándose y el pelirrojo se alejó lo suficiente mientras el aura y el vapor se desvanecía, se maldecía por no haber entrenado correctamente ante una situación como esta, pero ya era tarde.

Volvió a la normalidad. – dijo Montmorency con un mal presentimiento.

Pero sin eso, no podrá pelear contra él ¿O sí? – dijo Guiche con una expresión preocupada.

No creo que mi querido pierde, aunque el otro guapo tenga su armadura reluciente. – ambos la miran con una gota. - ¿Qué? No puedo evitarlo, su armadura lo hace ver un papucho.

Ahora ahórrate tus comentarios. – dijo la rubia con un toque de molestia.

No puedes mantenerlo por mucho tiempo, será efectivo, pero estás sobrepasando tu límite. Si lo sigues usando, tu cuerpo explotará. No quiero perder a un futuro compañero de batalla, sé que es descarado de nuestra parte pero... - no terminó de hablar ya que Kenichi volvió a la postura de combate. – Maldición.

Ambos se lanzan nuevamente y arrojan varios golpes, al principio si bien por un tiempo hacían choque con los puños de Sairarorg s, al final la desventaja comenzaba a hacerse presente para el Uzumaki comenzaba a retroceder debido al desgaste de su cuerpo. El demonio Bael no se queda ahí y le da un rodillazo en el abdomen, mandándolo al cielo, para luego mandarlo contra el suelo de una patada.

Shigan. - iba a usar su pie para darle otro golpe pero Kenichi rueda y lo esquiva, pero al levantarse, Sairarorg lo toma del cuello. Kenichi lo aparta de un codazo y un cabezazo, en medio del aturdimiento, el pelirrojo prepara un fuerte puñetazo y lo arroja contra Sairarorg quien en el último momento tensó los músculos de su pecho, generando un rebote, haciendo que el pelirrojo retroceda varios metros y se sujete el brazo del dolor.

Aún como humano, te las arreglaste para mantenerte a raya contra mí, debo reconocer que como un duelo, habría sido lo mejor. Pero... - lo sujeta del cuello. – Has olvidado tus propios límites.

Kenichi dejó de sujetar el brazo de Sairarorg y da una palmada con su mano lastimada para luego colocarlo al suelo, haciendo un puño de tierra que lo alejó lo suficiente mientras recuperaba el aire. Ahora el pelirrojo se lanza al ataque mientras que el pelinegro se levantaba y extendía su brazo.

Tobu Shigan... - prepara su dedo. - ¡Bachi!

A diferencia de los ataques anteriores que tenía que acercarse y dar el golpe, como si se tratase de una bala de aire, impactando en el brazo del Uzumaki, no perforaban pero tenía esa sensación similar. Al estar aturdido, Sairarorg se mueve de un lado a otro, haciendo la misma técnica para así desmayarlo debido al dolor que ya estaba cargando pero ni con eso, lo hacía caer.

Supongo que ya descansé lo suficiente... - vuelve a llevar su mano al corazón y da una fuerte palmada, generando el estado que usó anteriormente. Hasta este punto, tanto maestros como estudiantes empezaban a sentir miedo por lo que estaba haciendo, ya vieron lo hábil que era, pero esa era una técnica que dañaba internamente. Eco estaba muy preocupada por su pal, quería intervenir pero la mirada del pelirrojo de hace rato, le impedía hacerlo. Louise estaba con un sentimiento de preocupación y miedo, y echaba la culpa tanto al peli negro como a la peli violeta quien se mordía las uñas al ver el combate.

(Ya detente... No sigas con esto...) – pensaba con la mano en el pecho, hasta estaba sudando por esa preocupación. Quería usar su magia, pero sentía que estaba ante dos bestias y moriría si se metía.

¿Piensas suicidarte? – fue la fría pregunta de Sairarorg al ver la testarudez del pelirrojo.

La verdad, ni sé qué pasará después... - flexiona sus rodillas y se lanza al ataque, dándole un rodillazo en el abdomen, mandando a Sairarorg contra la pared, pero en el último minuto, el peli negro usa esa pared como impulso para moverse por el aire.

El demonio trató de atacarlo pero Kenichi los esquivaba con algo de dificultad, hasta que detiene un puñetazo, intenta golpearlo, pero el portador de la Regulus Nemea usa su brazo para bloquearlo, aunque se fragmentó un poco, Kenichi no se detiene y le da una palmada de sumo para alejarlo y un puñetazo en el pecho, para estrellarlo contra una pared. Era la oportunidad perfecta, si atacaba ahora, terminaría con esto.

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.

.

O eso era lo que él pensaba, porque Sairarorg se levantó con una mirada determinada y en un rápido movimiento aparece frente al Uzumaki.

Técnica secreta.... – extiende sus brazos al pecho del pelirrojo. - ¡RYOKOUGAN!

Fue un golpe demasiado rápido y feroz que impactó en el pecho del Uzumaki, mandándolo varios metros hasta caer de forma brusca. Sairarorg respiraba pesadamente ya que era un golpe devastador, Kenichi estaba con problemas para respirar mientras intentaba levantarse.

Se acabó. – dijo el demonio mientras daba un golpe de ráfaga en dirección al pelirrojo, quien en su último segundo, junta las palmas y genera un escudo de tierra, protegiéndose lo mejor posible ante el ataque del peli negro.

Por más que se protegió, sus guantes se destruyeron, ya no podía hacer más alquimia, sólo podía usar esa técnica, por lo que se prepara para seguir peleando. En una rápida arremetida prepara un puñetazo pero Bael lo esquiva y los siguientes ataques, simplemente los esquiva.

¿Qué sucede? Tus ataques ya no tienen el mismo daño que antes. – Kenichi se enfureció y aumenta la cantidad de puñetazos pero daba el mismo resultado, trató de darle una patada de hacha pero fue inútil, el demonio saltó hacia una pared, por lo que el pelirrojo hace lo mismo, pero ni aun así lograba impactarlo

Ambos intercambiaron golpes en el aire mientras descendían y ninguno daba, sin embargo, Sairarorg no tenía intención de hacer eso, simplemente se acercó para repetir la técnica que hizo hace unos momentos.

¡RYOKOUGAN! – Nuevamente pasó, Kenichi recibió el doble golpe de lleno y cae de forma violenta contra el suelo, hasta estrellarse con las tribunas. Intentó levantarse, tenía su cuerpo lleno de heridas, tierra y sangre, al punto que ya preocupaba. El pelirrojo dio algunos pasos, pero el daño en su cuerpo hizo que terminara cayendo.

¡KENICHI! – fue el grito de los que lo conocían, Jennifer se levantó a pesar de su herida e intentó acercarse, pero fue detenida por Guiche y sus valquirias, de igual manera fue con Siesta por parte de sus compañeros y a Louise por parte de Kirche y Tabitha.

Ha recibido mucho daño, hay que... - Colbert no avanzó ya que Osmond lo detuvo con su báculo. - ¿Director?

Aún no ha perdido, mira bien... - señala al pelirrojo quien aún tenía su estado activado.

Kenichi respiraba violentamente mientras hacía un sobre esfuerzo para levantarse, aunque también recordó lo que sucedió tiempo atrás, el hecho de estar en el suelo, malherido y aún sangrando mientras frente a él estaba Naruto, con una sonrisa burlona mientras era ovacionado por los gritos de los demás.

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Quédate donde perteneces...inútil....- le da la espalda mientras levanta los brazos de forma tan arrogante como lo haría Randy Orton, el pelirrojo ya no podía levantarse mientras que los líderes y demás lo miraban con burla y desprecio. Tenía la sensación de estar en esa situación otra vez, pero...

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Era todo lo contrario, Louise, Siesta, Jennifer lo miraban con preocupación, los plebeyo que lo admiraban estaban muy asustados por lo que pasaba y a pesar que no sabían de la situación, no querían que aquella persona que era su inspiración se fuera por culpa de unos extraños.

¡Levántate!¡¿NO DIJISTE QUE NO QUERÍAS QUE TE LLEVEN?! – exclamó Louise mientras Kirche hacía de todo para impedir que avance. - ¡DERROTASTE A GUICHE, ROMPISTE ALGO QUE ERA IMPOSIBLE, LE GANASTE A UNA LADRONA DE RECONOCIMINETO! ¡TAL VEZ NO ES UNA BUENA COMPARACIÓN PORQUE TE ESTÁS ENFRENTANDO A UN MUSCULOSO QUIEN AFIRMA SER TU COMPAÑERO! – el pelirrojo estaba aturdido por las palabras de la peli rosa. - ¡PERO ME HAS DEMOSTRADO QUE PUEDES HACER LO IMPOSIBLE! ¡A PESAR QUE QUIERO QUE TE DETENGAS POR EL DAÑO QUE ESTÁS RECIBIENDO, NO QUIERO QUE PIERDAS! ¡ASÍ QUE LEVÁNTATE Y DERRÓTALO DE UNA VEZ! ¡SI PIEREDES, NO TE LO PERDONARÉ, ASÍ QUE LEVÁNTATE Y ACABA CON ÉL!

Sairarorg la miró por unos momentos mientras se sentía mal, no quería que llegaran a esto, pero Kenichi no se lo dejaba fácil y que la chica lo anime de esa forma, sólo recordó cuando Ravel hizo lo mismo tiempo atrás.

Kenichi, como pudo, usa sus puños para levantarse una vez más, era doloroso, pero seguiría peleando, Siesta también le grita que se levante, seguido de los demás compañeros plebeyos, incluso Jennifer se unió a la barra.

¡VAMOS, ESTO NO HA TERMINADO! ¡DIJISTE QUE TE HARÍAS CARGO! ¡DALE UNA PALIZA Y ACABA CON ESTO! – era sujetado por Guiche y Montmorency pero simplemente quería darle ánimos.

¡VAMOS KENICHI-SAN, USTED HIZO LO IMPOSIBLE, HÁGALO DE NUEVO! – gritaba Siesta mientras que Kenichi estaba con una rodilla levantada.

¡ACABA CON ÉL KENICHI. ERES MI COMPAÑERO Y FAMILIAR, COMO TU AMA, NO DEJES QUE SE SALGA CON LA SUYA! – gritó Louise nuevamente.

¡NO TE LO PERDONARÉ SI PIERDES AHORA! – habló Eco mientras intentaba no llorar.

¡Tú puedes, Kenichi! – exclamó Tabitha mientras daba un asentimiento y su dragón daba un rugido.

¡VAMOS QUERIDO, NO FALLES AHORA! – gritó Kirche y algunos estudiantes, siendo los iniciales, guiándose de esas palabras de las féminas y de los plebeyos, comenzaron a decirle lo mismo, que se levantara una vez más y acabara con esto. Incluso Osmond y Colbert estaban con una sonrisa mientras veían este giro de acontecimientos.

¡ATÚ PUEDES HACERLO! ¡COMO TU AMA, CREO EN TI HASTA EL FINAL! – gritó Louise una vez más mientras que el pelirrojo, usa su puño para ponerse de pie nuevamente, recibiendo aplausos y ovaciones, a pesar de que Kenichi respiraba pesadamente, estaba listo para pelear.

No....me....rendiré....¿Me escuchaste? – miraba a Sairarorg. – No caeré hasta derrotarte.

Para Penemune y Sairarorg era algo impactante, que a pesar de que se enfrentaban a la versión "más débil" de Kenichi, estaban perdiendo, el demonio Bael estaba sudando ya que a pesar de usar su mejor golpe, dos veces, Kenichi seguía de pie. Cosa que el pelirrojo nota y esboza una sonrisa.

¿Es... todo lo que tienes, gatito? - decía Kenichi burlón

¿Aún herido ante mis ataques sigues con esa actitud arrogante? No tienes el mismo poder de antes como cuando combatimos- respondía Sairaorg en un intento de mantenerse firme.

¿Y tú qué...? Tú tampoco lo eres, antes decías que querías ser un Maou para combatir la injusticia que sufrían todos los demonios sean reencarnados o puros por los pensamientos retrógrados de esos viejos y mírate ahora... – lo señala. - Te has convertido en la sombra de lo que eras y todo por lamerle los pies a ese farsante y manipulador que no solo te quitó tu puesto que tanto querías sino que te ahora eres la mascota de un siscón para ir a "recuperar" lo que perdieron.

Si... lo sé y eso fue porque me manipuló con el asunto de mi madre y...- el pelirrojo lo interrumpe.

¿Y ESO QUÉ? ¿AH? - gritaba Kenichi furioso- ¿DÓNDE QUEDÓ ESE SAIRAORG BAEL QUE LUCHABA CONTRA TODO Y TODOS LOS TIPOS QUE MANEJABAN EL SISTEMA EN EL INFRAMUNDO? ¡TU NO ERES ESE TIPO, NO ERES MÁS QUE UN GATITO COBARDE QUE LO PERDIÓ TODO POR SUS MALAS DECISIONES! - levanta su cuerpo mientras volvía a su postura de combate. -

Me aseguraré de terminar con esto de una vez por todas, sé que será complicado ganarme tu perdón, pero realmente debes regresar, aún si tengo que romperte todos los huesos. – se lanza nuevamente al ataque y lanza dos golpes, los cuales fueron bloqueados por dos golpes de Kenichi.

Una vez llueven los puñetazo, escuchándose en todo el campo, con la diferencia de que esta vez, era Kenichi quien llevaba la delantera y lo manda lejos con un puñetazo en el abdomen, sin embargo, debido al desgaste físico y sus heridas, terminó tosiendo un poco de sangre.

Sairarorg en un intento desesperado, lanzó zarpazos, haciendo que ondas de vientos cortantes se dirijan hacia el pelirrojo quien por poco lo esquivó. Kenichi intentó contratacar, pero el demonio se movía una vez más alrededor de él, tratando de agotarlo al fallar sus ataques. Y entonces se coloca a un lado de él, preparando la misma técnica.

¡¿CREES QUE CAERÉ CON LO MISMO?! – intentó alejarse, pero el peli negro usó su cola de león para evitar que escape de ahí. – (¡MIERDA!)

Sai Dai Rin.... ¡RYOKOUGAN! – un golpe de mayor potencia impacta en el pecho de Kenichi, dando un efecto de anillo, haciendo que la ráfaga no sólo dañe al pelirrojo, sino que sigue hasta chocar contra la pared, generando un gran daño.

Todos quedaron en shock, los maestros, estudiantes, guardias, la princesa, los trabajadores quedaron atónitos. Siesta, Kirche, Eco, estaban en shock mientras que Louise y Jennifer eran las más asustadas al ver cómo el pelirrojo recibió el golpe sin posibilidades de escapar. Tres veces que recibió un golpe de tal magnitud, sabían de lo jodidamente peligroso que era al ver cómo dañó la pared a través de Kenichi.

Penemune estaba completamente enojada, Sairarorg se había pasado de la raya con ese último ataque, claro que si lo llevaban le daría los mejores servicios médicos dirigidos por ella, además de que nuevamente lo tendría entre sus brazos y en las filas de la Resistencia, buscando su perdón con todo, incluso si se entregaba a él quiera o no.

Sairarorg suelta a Kenichi y procede a dirigirse hacia donde estaba Penemune mientras que Kenichi caminaba de manera temblorosa, el dolor inundaba su cuerpo y lentamente estaba a punto de caer.

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Pero antes de que sea el fin, sus pies se aferraron en el suelo y el cuerpo del pelirrojo hacía un esfuerzo para no caer nuevamente. Kenichi parecía estar inconsciente, su cuerpo estaba pidiendo a gritos que pare, incluso terminó por vomitar sangre. Pero la frustración, la furia, la ira y el deseo de no regresar, hace que se levante una vez más, dando un grito. Un grito tan fuerte que resonó tanto dentro como fuera de la academia, cargado de todo el sentimiento del pelirrojo, paralizando por completo a Sairarorg y a Penemune.

¿Cómo es posible esto? – preguntó la caído en shock mientras que el demonio volteaba lentamente al ver al Uzumaki prepararse para atacar una vez más.

Sairarorg cruzó los brazos, preparado para bloquear el siguiente golpe, sin darse cuenta de lo que se venía. Kenichi carga su puño y lo lanza al aire con toda la fuerza que le quedaba, haciendo que los brazaletes salgan de sus brazos, haciendo que un simple puñetazo pase a varios en tan sólo un instante, sorprendiendo a todos. El demonio tenía su defensa preparada pero jamás se vió venir que fuera una lluvia de puñetazos, como si fueran meteoros.

Poco a poco la defensa de Sairarorg comenzaba a romperse, la armadura se destrozaba poco a poco, sus brazos no aguantaron más y terminó por bajarlos, costándole caro. Los puñetazos dieron de lleno en todo su cuerpo, destruyendo su armadura dorada y el león salió con un severo daño, pero Sairarorg se llevó la peor parte, golpes en cada parte de su cuerpo, no sólo eso, poco a poco empezaba a ser mandado contra una pared. Pero ahí no terminó todo, Kenichi prepara su puño derecho y al momento de lanzarlo, grita.

¡SHO RYU HA! – la energía concentrada en su puño es liberada en forma de un dragón, dirigiéndose ante un muy malherido Sairarorg quien no pudo defenderse ante ese ataque, recibiéndolo de lleno. Tan fuerte fue el puñetazo que destruyó las paredes reforzadas de magia de la academia

Sairarorg sentía su cuerpo sin posibilidades de hacer nada más, ya perdió su Balance Breaker y también perdió la pelea, miró de reojo al Uzumaki quien tenía la mirada ensombrecida y bajando el brazo al haber ejecutado su ataque. Ese sentimiento de dolor lo inundó de nuevo al recordar la vez que fue derrotado por Issei a pesar de que él era el demonio más fuerte en ese entonces y ahora fue Kenichi quien lo derrotó. Si nada de esto hubiera pasado, habría sido un duelo digno de recordar, un enfrentamiento entre dos poderosos rivales, sin embargo, sentía un profundo dolor al ver que esto fue lo que se ganó por culpa de sus malas decisiones, habrá sido manipulado, pero en lugar de luchar, terminó por doblegarse. Traicionó a sus principios, a su sueño, a sus ideales y perdió su título, su prestigio, su honor y dignidad, su valor, el amor de su madre, todo por sus decisiones incorrectas y solamente susurró un "Perdóname" mientras cerraba los ojos y caía de forma violenta en el suelo, generando un fuerte cráter. Sairarorg había sido derrotado mientras que el pelirrojo respiraba de forma pesada.

<jadeo> ...Como dijo alguien...Si no tienes colmillos....no enseñes las encías... -su brazo deja de estar extendido y ahora daba una apariencia de que colgaba de un hilo. – <jadeo> ... Pero veo que sigues y seguirás siendo un patético...chimuelo. – fueron unas duras palabras haciendo que el demonio comience a llorar.

Uzumaki-dono....perdóname. – el pelirrojo da un leve bufido.

Eso será imposible, no soy Androcles y tú el león. Lárgate de este lugar y vive con ese dolor, con ese orgullo roto y esa vergüenza de que jamás tendrás un buen compañero, león sin colmillos.. -Sairarorg quedó inconsciente mientras que el pelirrojo seguía inmóvil.

Todos empezaron a levantarse y dar fuertes aplausos, alumnos, plebeyos, maestros, soldados e incluso la princesa aplaudían por semejante batalla, el pelirrojo estaba confundido mientras que Louise y Eco estaban derramando lágrimas de felicidad, había ganado...

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Penemune aterriza frente al pelirrojo, de tanto estar concentrados en la pelea que tuvo Kenichi contra Sairarorg olvidaron que había una mujer que venía con el demonio.

Realmente me has impresionado, a pesar que estabas en una gran desventaja, te las arreglaste para derrotarlo. En verdad eres un gran guerrero, pero se acabaron los juegos. Volverás a casa y todo se solucionará. - extendía su mano para tomar el brazo del pelirrojo, pero alguien la empujó. - ¿Pero qué?

Louise finalmente pudo intervenir y se colocó delante de Kenichi, tenía su vara preparada y apuntaba a la ángel caído quien esbozaba una mueca de molestia.

Apártate mocosa, no es contigo este asunto. Debo llevar a mi querido Uzumaki a donde pertenece. – intentó avanzar pero ahora Eco era la que se ponía en medio.

No tocarás a mi valiente fami...guerrero....¡NI AHORA NI NUNCA! ¿ME OYES? ¡NO TE LO LLEVARÁS DE MI LADO! – exclamó determinada mientras no dejaba de apuntar con su varita a la caído.

¡Como su pal, no dejaré que una bruja como tú se lo lleve en contra su voluntad! ¡Y si quieres pelear, yo seré tu oponente! – gritó Eco mientras miraba con rabia a Penemune quien poco a poco se enojaba más y más.

¿Familiar? ¿Pal? ¿De qué mierda están hablando mocosas? – se llevaba una mano a la cabeza después de oír eso.

¡Yo lo traje a este mundo! ¡Es mi responsabilidad velar por su seguridad! – vió que la caído generaba una lanza de luz. - ¡NO ME ASUSTAS FENÓMENO!

Oh....Deberías tenerme miedo. – dijo la peli morada con unos ojos muertos. – Libéralo o te mataré aquí mismo.

Los maestros no iban a permitir esto y lanzan sus mejores hechizos directo a la espalda de la caído, pero ella con tan sólo su lanza de luz, desvió esos ataques, impactando en la torre principal de la academia.

¡No lo diré otra vez! ¡HAZLO! – Louise y Eco no se movieron. - ¡ENTONCES MUERAN! – iba a apuñalar a las chicas pero ambas salieron del rango ya que una mano las apartó y recibió un corte.

Louise se levantaba con algo de dolor pero quedó en shock al ver a Kenichi con la lanza perforada en su abdomen, además de que había cortado su brazo.

¡KENICHI! – todos quedaron en shock mientras que el pelirrojo usaba su único brazo para detener el arma.

¿Por qué tenías que meterte? Era con ellas. – toma de la mejilla. – No te preocupes, te trataré como se debe cuando regresemos a ..... – pese a que Kenichi ya no podía moverse ni mucho menos hacer otra acción, su mirada era lo suficiente para intimidarla. - ¿Qu-Qué? – sentía un fuerte instinto de matar por parte del Uzumaki, haciéndola retroceder.

¡MALDITA LOCA! – gritó Louise mientras Kenichi caía de rodillas. - ¡Por favor, Kenichi! ¡Resiste!

¡TODO ES TU CULPA MALDITA MOCOSA, AHORA TE HARÉ PAGAR! – prepara otra lanza de luz y se prepara para atacarla.

¡LOUISE, NO! – gritó la princesa mientras intentaba ayudar, Louise veía la lanza acercarse y por instinto abrazó al pelirrojo y cerró los ojos, esperando el ataque.

Pero en ese momento, una llamarada cae en la peli morada, haciendo desaparecer su lanza y lleva sus manos a la quemadura, ella voltea pero en eso, le cae otra llamarada en la cara.

¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHH! ¡MIS OJOS! – Penemune cae y se retuerce del dolor. Louise abrió los ojos y ve a la ángel caído rodando mientras seguía quejándose de la quemadura. Todos estaban confundidos porque ninguno pudo atinar con su ataque mágico y ahora, una ráfaga de fuego le había dado. La responsable era una rubia de coletas tipo taladro quien tenía una expresión molesta. - ¡MALDITA SEAS! ¿NOS ESTÁS TRAICIONANDO, PERRA?

Mira quién lo dice. – dice la rubia con una mirada asesina. – La perra caído que tuvo la osadía de atacarme por la espalda. Debo agradecerte en encontrar a Kenichi-sama, así que ya no te necesito.

¡Mal-Maldita...! ¡Sólo querías actuar por tu cuenta. Ravel! – la caído intentó atacar nuevamente pero la rubia le arroja otra llamarada. - ¡AHHHHHHHHHHHHH!

Lárgate caído, lárgate con tu gente y no regresen y diles a esos idiotas que yo renuncio, todo pasó por su culpa suya. – la caído intentó atacar pero la rubia no se lo permitía, arrojándole un tornado de fuego, haciéndola retroceder.

¡TE ARREPENTIRÁS! ¡TE LO JURO! – toma a Sairarorg y procede a escapar, los soldados que se levantaban cargaban a los inconscientes y también hacían lo mismo, desapareciendo en la distancia.

Ravel voltea y ve a Louise intentando despertar a Kenichi, las heridas acaban de dejarlo inconsciente, además que estaba llorando porque perdió un brazo con tal de protegerla, eso la hizo sentir culpable. La rubia se acerca pero Louise lo abraza para que no lo toque.

¡Aléjate! ¡Si vienes con ellos, entonces no dejaré que lo toques! – intentó darle una bofetada pero Ravel la detiene.

No soy del bando de ellos. – la aparta con cuidado mientras toma el cuerpo del pelirrojo. – Kenichi-sama, después de mucho tiempo, nuestros caminos se cruzan. – veía cómo le faltaba un brazo por culpa de la caído. – No se preocupe, ya estoy aquí para ayudarte. – unas alas de fuego aparecen detrás de ella, dejando aturdidos a todos.

La rubia acaricia la mejilla del pelirrojo mientras lo acercaba hacia su pecho y cerraba los ojos, en eso, una lágrima cayó en el brazo cortado, Louise la iba a reclamar pero notó que la parte cortada poco a poco volvía a su lugar, dejándola en shock. Pero lo que más la dejó con la boca abierta fue que Ravel tome de la mejilla nuevamente y se acerca para darle un beso, haciendo que el fuego cubriera por completo al pelirrojo.

Eco y Louise pudieron notar que poco a poco las heridas que tuvo contra Sairarorg y las heridas que Penemune le dejó empezaban a desvanecerse y una vez que se fue la llama, ahí estaba Kenichi curado, sus heridas cerraron y dejaron de sangrar, su brazo estaba de vuelta en su lugar aunque claro, aún estaba inconsciente.

Los testigos estaban atónitos ya que era algo imposible lo que acaban de ver, pero notaban que la rubia los miraba de forma analítica. Aunque Louise tomó a Kenichi mientras miraba con enojo y otros sentimientos mixtos por lo que acababa de ver, aunque en el fondo, agradecida de que su compañero estuviera curado.

Será mejor que lleves a Kenichi-sama a un lugar donde pueda descansar, sané sus heridas mas no su energía. – dijo la rubia con los brazos cruzados.

¿Quién eres? – preguntó Louise con total desconfianza.

Me llamo Ravel Phoenix y como dije, vine por Kenichi-sama, pero a diferencia de esos idiotas, yo vine a estar con él. – Jennifer se acercó y escuchó eso.

¿Podrías explicarnos qué carajos acaba de pasar? – la rubia no se inmutó ante la mirada de la Kujo.

Si quieres respuestas, las daré, pero después de que él haya despertado. – fue la simple respuesta de la rubia. – Oye peli rosa, ¿Te quedarás ahí o llevarás a Kenichi-sama a un lugar adecuado para que descanse?

Sí, ya voy, pero no confío en ti. – a la rubia poco le importó y se dirigen a la habitación mientras que los maestros y estudiantes se ponían a ayudar con el desastre que se hizo, además que estaban llenos de preguntas.

Es increíble que el joven Uzumaki fuera capaz de hacer algo como esto, tenía una fuerza contenida. – dijo Colbert limpiándose el sudor después de ver un enfrentamiento de un nivel diferente.

Tal como el sujeto de la armadura dorada lo dijo, esos brazaletes hacían que se contuviera, solamente en el momento crítico.... – recordó cuando Kenichi lanzó su último contrataque, haciendo que los brazaletes salgan y se desate un poder abrumador. – Aunque es curioso. Ellos fueron con el propósito de llevarlo a su hogar.

Supuestamente, pero Kenichi-dono mostró hostilidad por eso. Algo me dice que no tendremos mucha información al principio, tanto de esa joven rubia como del mismo chico. – dijo Colbert mientras que Osmond da un asentimiento.

Será mejor no recurrir a la fuerza, si tocamos los nervios equivocados, no lograremos nada. – fue lo último que dijo Osmond mientras se acercaba a Henrietta. – Lamentamos el desastre inesperado.

No hay problema director, al menos no pasó a mayore. Aunque me causa mucha curiosidad sobre qué querían con el chico que Louise intentó defenderlo ¿Tiene una relación con él? – el director da una leve risa.

Digamos que es una relación peculiar, sin embargo, si desea saber más de él, tendrá que esperar a que se recupere. – la princesa da un asentimiento.

Me quedaré entonces, además que quisiera hablar con Louise, hace tiempo que no la veo. – respondió Henrietta con una sonrisa y se retira.

Osmond daba un suspiro, los problemas se habían ido, sin embargo, nadie se esperaba que este era tan sólo el preludio de una larga y fuerte tormenta.

FIN DEL CAPÍTULO.

ESPERO LES HAYA GUSTADO....

NO OLVIDEN DEJAR SU COMENTARIO Y ESTRELLITA, SIN MÁS QUE DECIR, HASTA LA PRÓXIMA.

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