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Pov Taehyung
Roce la mano de mi esposo cuando le pase la sal que me pidió. Me miró, pero no dijo nada, supuse que si no se quejaba de mi toque era porque no le desagradaba del todo. Aun me era difícil comprenderlo y nuestros avances eran pocos.
—Está muy delicioso —me dijo y sonrió. No era algo que tenia que decirme a mi, yo no preparaba la cocina pero me pareció un perfecto tema de conversación para evitar estar en silencio.
—Qué bueno que te gusté —le dije—, Nana quiere consentirte.
—Pues dale las gracias de mi parte, se ve que es una buena mujer —dijo y siguió comiendo—, siento que me acostumbraré a esto demasiado pronto.
—¿A qué te refieres? —pregunte curioso deseando saber un poco más de él.
—Bueno, es que, llevamos vidas muy diferentes. Mi familia es humilde en cuanto a nuestra forma de vivir como ya te disté cuenta.
—¿Y eso que tiene?
—Pues que realmente me tratan como a una princesa —Hoseok mencionó con las mejillas sonrosadas, la vergüenza era evidente y timidez—. No tengo que hacer los quehaceres y esas cosas porque hay sirvientes que lo hacen, hay deliciosa comida todo el día, una alberca e incluso un gimnasio.
—Bueno respecto a los quehaceres, es verdad que las chicas los hacen, pero nunca esta demás ayudar en alguna cosas como tender tu cama o lavar el plato que usaste —me acerqué a su oído y susurré—, si te aprovechas mucho de su generosidad se molestaran.
—Oh —exclamó—, entonces haré lo básico, aunque debo admitir que los quehaceres de la casa nunca me gustaron, siempre peleaba con mis hermanos para ver quien lavaba los trastes.
—Eso debió ser divertido.
—No lo es tanto, a veces eran insoportables y consentidos, como soy el mayor siempre tenía que ayudarlos con sus tareas o jugar con ellos, son unos diablillos... Pero los extraño.
—Entiendo —le dije—, no tengo hermanos así que no tengo idea de lo que me hablas, pero no te reprimas puedes traerlos cuando quieras está es tu casa.
—Ay no, que pena son muy latosos.
—No pasa nada, sería divertido tener sonrisas infantiles aquí.
.-.
Recibí al médico en la oficina de mamá. Ella nunca estaba, así que podíamos tener privacidad para hablar. Lo hice pasar, mantuve la calma porque no quería hacerle saber que estaba nervioso por los resultados. Aunque intente no pensar en ello, no sabría que hacer ante ninguna de las posibilidades.
—Espere aquí, iré por Hoseok.
—Me gustaría hablar contigo primero como amigo de la familia.
Negué, fuera lo que fuera, era asunto de Hoseok.
—Iré por él y como amigo de la familia que eres, quiero que guardes discreción sobre todo con mamá, ya sabes.
El médico tomo asiento no muy de acuerdo con mi decisión, así que salí rápidamente para ir por Hoseok, cuando entre a la habitación, él estaba recostado en la cama haciendo tarea.
—El médico está aquí.
Dejó de hacer lo que estaba haciendo y se levanto de la cama, parecía nervioso e incomodo. Los días anteriores no fueron un buen presagio, los malestares eran un poco más comunes.
—No sé si quiero verlo.
—Sólo respira. Se hará lo que tú quieras, el doctor está en la oficina de mamá, vamos.
Salió y fui detrás de él hasta que llegamos a la oficina, me miro asustado antes de abrir, pero respiro hondo y se relajo. Una vez adentro nos sentamos frente al médico.
—Primero que nada: felicidades joven Hoseok, usted será padre.
Lo miré de reojo había llevado sus manos a su vientre, en realidad ya lo sabía, cómo también sabía por la forma en la que me había hablado Shinwoo que yo no era el padre. Hoseok parecía asustado y sus manos estaban temblando.
—¿Cuánto tiempo? —pregunte al ver que Hoseok no lo hacía.
—Poco más de dos meses.
Hoseok sonrió un poco más tranquilo, mientras que mi estomago dolió. Hoseok se había embarazado antes de nuestra marca y probablemente tuvo un celo de emergencia, que resulto con mi marca en su cuello.
—Sí, gracias dios sí.
—Lo tendremos —le avisé a Shinwoo, él me miró con una ceja alzada—, y como te dije antes, espero tu discreción por lo de las fechas ya sabes, no quiero que nuestras amistades estén diciendo por ahí que nos comimos la torta antes del recreo —le guiñe el ojo.
—Voy a tener un hijo de Yoongi —me dijo Hoseok con un brillo en sus ojos y yo asentí.
Las esperanzas de hacer que se enamorará de mi se habían ido por el caño. Ahora un hijo lo unía con su otra pareja más y más, mientras que yo me quedaba sin nada. Hoseok nunca iba a amarme.
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