Por el aire va
navegando tal trotamundos el cielo,
huyendo de la cueva
de la que salió en duelo.

Se dispersa disfrazándose entre las nubes,
persiguiendo sueños,
escondiéndose de los anzuelos
que le arrastran al suelo feroces.

Sin saber dónde estará,
sabe que un cachito de ella
en varios lugares le esperarán.

Sueña a lado de una paloma a volar,
caer a lado de una montaña de arena,
en la nariz de un oso polar.

Tal vez sea mucho,
tal vez sea vago,
pero su espíritu va de lado a lado,
buscando alejarse del sabor amargo.

Amargo suelo,
que le ata el deseo
de salir a surcar a los cielos.

Tramposos aguaceros de días tristes
que le ahogan las raíces.

Arrastrada a la tierra,
antepone sus sueños.

Las palomas le piden esperar,
la arena le ruega luchar.

Al maldecir las raíces,
solo queda a la espera.

A lado de la flor,
sus pensamientos le susurra.

Siempre lista a su viaje,
esperando a que algún día pase...