Capítulo 17: La playa
FLORA
Después de irnos de la casa de nuestra amiga, Violeta vino conmigo a mi casa para contarle lo que había pasado con Edward. Pensé en contarle a Greg pero él se había hecho muy amigo de Edward y no creí conveniente contárselo, Roma está descartada ya que parece no tener ninguna emoción, por lo que solo me queda Violeta.
–¿Qué es lo que pasa? –preguntó sentándose en una de las sillas de mi habitación.
–Edward y yo hemos terminado. –dije apenada, ella se sorprendió y pestañeó varias veces asimilando lo que he dicho.
–Pero os veíais muy felices juntos, ¿Qué ha pasado?
–Al parecer sigue teniendo sentimientos por Roma. –Violeta ahora parecía más nerviosa que antes. Le conté todo lo que había pasado entre Roma y Edward, y ella se quedó pensativa pero algo inquieta. –No sé qué hacer, supongo que ver qué ocurre. Pero cambiando de tema, ¿Qué querías contarme?
–Pues...
Violeta se quedó algo pensativa y se movía en la silla algo inquieta, a veces me miraba pero apartaba la mirada algo sonrojada. No dije nada para que tuviera confianza en decirme qué le ocurría, ahora que éramos amigas quería apoyarla en todo lo que pudiera.
–Soy bisexual. –me confesó nerviosa, asentí mientras la miraba con tranquilidad.
–Está bien, Violeta. He conocido a chicas bisexuales, no es algo malo.
–Y me gusta una chica, que ambas conocemos muy bien.
–¿Quién es? Amar no es malo, el amor viene de diferentes maneras y es algo de lo más hermoso que puedas sentir. –le sonreí para que se calmara.
–La chica que me gusta es Roma.
Me quedé en shock, no pensé que dos de mis amigos se fueran a enamorar de Roma. Sentía lástima por ella y por mis amigos, Roma no era una persona muy sentimental y sabía que le costaría captar que habían dos personas que estaban enamorados de ellas.
–Bueno, eso es algo que no me esperaba. –dije sincera. –Pero creo que tienes competencia con Edward. Aunque creo que tú tienes más oportunidades que él.
–¿Cómo lo sabes?
–En este tiempo conviviendo con Roma la he conocido mejor, y sé que todavía no lo ha perdonado por lo que le hizo en el pasado. No creo que le vaya a gustar una persona que le hizo daño.
–Puede que tengas razón.
Estuvimos un rato hablando sobre nuestros amigos hasta que le conté una idea que se me ocurrió al hablar sobre Roma. Uno de los días que estuviéramos allí haríamos una prueba de valor, y Violeta iría con Roma, así harían más lazos íntimos.
Mi amiga pareció pensárselo y le pareció una buena idea, solo esperaba que saliera bien. Seguimos hablando un rato hasta que Roma me envió un mensaje, sonreí y se lo mostré a Violeta, quien también sonrió.
"Roma: ¿Por qué tú novio es tan pesado? No para de llamarme por la ventana para que hable con él.
Roma: He decidido que lo voy a ignorar.
Roma: Como no se calle le dispararé con una pistola de perdigones y saldrá herido."
–¿Ves? Ella no le soporta. Creo que mañana tendremos a una Roma bastante irritada, y a un Edward malherido. –dije contestándole al mensaje, y viendo a Violeta con una sonrisa.
–Esperemos que no.
VIOLETA
Los días pasaron y al fin llegó el día en que nos íbamos al apartamento de verano. Estábamos todos esperando a que Blake llegará con una furgoneta para llevarnos, al parecer él iba a estar por la zona y se ofreció a llevarnos.
Cuando llegó, Roma se montó de copiloto y los demás nos sentamos en los asientos de atrás. Blake nos saludó con una sonrisa y comenzó a conducir hacia nuestro destino.
–Parece que no os podéis quedar quietos mucho tiempo, acabáis de estar perdidos y ya tenéis ganas de iros otra vez. –comentó el primo de Roma.
–Solo nos queda un mes de vacaciones, tenemos ganas de aprovecharlo al máximo. –dijo Greg sonriendo.
–Además, algo me dice que nos lo pasaremos muy bien. –añadió Flora viéndome con una sonrisa que no me gustó nada.
–¿Tú qué piensas, prima? ¿Emocionada por estar una semana con ellos?
–De tan solo pensar que estaré con ellos me deprime. Casi preferiría estar en una selva rodeada de animales salvajes. –respondió Roma con voz monótona.
–Eso nos ofende, querida. –Flora se quejó y los demás reímos.
Blake condujo durante dos horas y media hasta que llegamos. Nos sorprendimos porque era una gran mansión con unas vistas privilegiadas al mar, Flora nos contó que la playa que había era suya además del bosque que había al lado.
Maravillas de ser rico.
Al descargar nuestras maletas de la furgoneta, Blake se despidió de Roma y de nosotros con un abrazo, y nos deseó suerte. Al entrar vimos que había una gran escalera de caracol que subía.
–La casa tiene dos pisos. En la planta baja hay un salón, una cocina, un baño, una sala de cine y videojuegos y el garaje. En el primer piso hay otro salón, dos baños, una sala de billar y hay dos habitaciones, además de la biblioteca. –explicó Flora con una sonrisa. –Y en el último piso hay dos habitaciones, una de ellas es la mía, hay otro baño y una terraza donde se ve todo.
–Creo que necesitaré un mapa para guiarme. –murmuró Greg viendo a su alrededor, los demás sonreímos, a excepción de Roma.
–¿Cuáles serán nuestras habitaciones? –pregunté curiosa.
–Greg y Edward dormirán en el primer piso en la habitación que quieran. Nosotras dormiremos en el último piso, yo en mi habitación y vosotras dos en la habitación con dos camas.
–¿Qué? –exclamé sonrojándome, a estas alturas parecería un tomate.
Sabía que esto era obra de Flora, cuando me explicó el plan supuse que solo sería en la prueba de valor, no que dormiría con ella durante una semana. Los chicos parecían conformes, Greg me analizaba con una sonrisa y supe que tendría que hablar con él sobre esto, Edward por otro lado parecía confundido pero no opinó nada.
–Por mí bien. –dijo Roma haciendo que la mirase nerviosa. –Ya hemos estado en una isla desierta, no hay nada que no haya visto de ti, Violeta.
No pude decir nada y sabía que me estaba poniendo más roja, agarré mi maleta y comencé a subir las escaleras sin decir nada. Escuché las risas de mis amigos, al verlos se estaban riendo y Roma parecía confundida pero se encogió de hombros y comenzó a subir detrás de mí.
Al subir al último piso, Flora nos mostró nuestra habitación, le agradecimos y entramos para dejar nuestras cosas. Roma eligió la cama de al lado de la ventana, mientras que yo escogí la cama de al lado del armario.
Los muebles eran de madera y parecían antiguos pero estaban muy bien conservados. Guardamos nuestra ropa en los cajones correspondientes, metí mi pijama debajo de mi almohada y cuando me giré vi a Roma sin la prenda de arriba, quedando solo en sujetador.
–¡Ah! ¿Qué haces?
–Me voy a poner el bikini, quiero ir a la playa. –me explicó viéndome como si no fuera la gran cosa. –Si te incomoda me voy al baño.
–No te preocupes, yo ya he terminado y quería ir a ver a Flora de todos modos. Adiós.
Me despedí y me fui a la habitación contigua que era la de Flora, llamé a su puerta y ella abrió con una sonrisa. Al entrar suspiré tranquila y la miré, creo que debería pedirle explicaciones.
–¿Qué sucede? Estás roja como un tomate.
–¿Por qué me has puesto con Roma? Sabes muy bien cómo me siento con ella.
–Por eso mismo. Así os podéis conocer mejor y será más fácil para ti decirle cómo te sientes. –me comentó con tranquilidad. –¿Pero qué te ha pasado?
–He visto a Roma en sujetador. –dije con las mejillas rojas.
–Bueno, creo que ponerte en una habitación con tu crush no ha sido una buena idea. Aunque en la isla ya os habéis visto en ropa interior, no veo el problema ahora.
–El problema es que allí no teníamos elección, bueno me podría haber negado pero no lo haría para no quedar mal. –dije más tranquila.
Antes de seguir hablando escuchamos unas risas fuera de la casa, ambas nos asomamos por la ventana que daba a la piscina y vimos como Greg andaba feliz yendo a la piscina, seguido de Roma y Edward.
Roma alargó el brazo y Edward tuvo que apartarse unos metro de ella, lo miró molesta y él se encogió de hombros. Luego Greg apareció y cogió a Roma en brazos para lanzarse al agua con ella, Edward comenzó a reír y nosotras igual.
–Si tardamos más nos perderemos la acción, y Roma enfadada es algo digno de ver. –dijo Flora con una sonrisa.
–Es verdad.
Cuando llegamos a la piscina, nos sorprendimos al ver a Greg huyendo de Roma, quien tenía una motosierra en sus manos y una cara de pocos amigos. Ambos salieron del recinto de la piscina, sólo se oía el sonido de la motosierra y la risa de Edward.
–Pobre Greg, él ya está muerto. –comentó nuestro amigo cuando nos acercamos a él.
–Ha sido una mala idea, sobre todo hacérsela a Roma. –dijo Flora sentándose en una silla para tomar el sol. –Ella no es muy de bromas.
–Por cierto, ¿De dónde ha sacado la motosierra? –pregunté viendo a Edward.
–Ahora que lo dices no lo sé.
Al cabo de unos minutos, Roma apareció con la motosierra apagada y con una mueca de disgusto. Segundos después Greg apareció con la respiración agitada y mirando a nuestra amiga con miedo, Roma era alguien de temer.
FLORA
Durante toda la mañana estuvimos bañándonos en la piscina, Roma parecía un pez en el agua y los demás solo mirábamos boquiabiertos. Noté cómo Violeta quería acercarse a ella pero le daba vergüenza, por otro lado Edward miraba a Roma cómo si nada.
Era hora de poner en marcha el plan.
–Bien, tengo un anuncio que hacer, chicos. –dije de repente, todos me prestaron atención y Violeta me miró asustada, sabiendo lo que diría. –Esta noche haremos una prueba de valor. Así que diré a las parejas.
–¿Iremos en parejas? –preguntó Greg, asentí y él sonrió. –Bien, me pido ir con Ro...
–He dicho que yo diré a las parejas. –repetí mirándole fijamente, él se puso nervioso y asintió. –Bien. Violeta y Roma irán juntas. Edward irá conmigo y...
–¿Yo con quién iré? –volvió a preguntar Greg, interrumpiendo. –No quiero ir solo, me niego.
–He llamado a mi primo, él vendrá a recogernos en unos días y no le importa venir antes. Así podrás hacer la prueba con él. –dijo Roma envolviéndose con la toalla.
–Esta noche empieza la acción. –sonreí con malicia, intercambiando miradas entre una Violeta sonrojada y una Roma algo despistada sobre lo que estaba planeando. Edward me miraba serio pero le ignoré, sabía que tendría que hablar con él.
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