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—Adiós tontas —dijo con burla la italiana de ojos olivo dirigiéndose a Marinette, Raven y Ocean

—El que nos digas "tontas" a ti no te quita lo zorra—contraatacó la peli-azul

—Uhhh… —dijeron con burla las otras 2 chicas

—¡Ya verán! ¡Voy a hacerles la vida aún más miserable de lo que ya es!—gritó Lila con furia y tono amenazante, para luego abordar la limusina de Adrien, quién ahora era su novio

Marinette lanzó un suspiro de tristeza mientras veía cómo aquel vehículo de color blanco se iba alejando

—Mari, ese tarado de Adrien no merece que lo sigas "amando"—dijo la castaña de lentes cómo un modo de consuelo a su amiga

—Lo sé pero… es que he pensado que si él no hubiera creído las mentiras de Lila… quizás Adrien y yo…

—Pero lo hizo Mari, prefirió creerle a esa serpiente mentirosa antes que a ti… ya olvídalo, te mereces algo mejor—dijo Ocean un poco molesta, pero también preocupada

—Oigan ¿Que dicen si hacemos una pijamada en mi casa? Hoy en la noche—Raven sugirió de pronto, para cambiar el tema de conversación—Así nos olvidamos un rato de éste pesado y agobiante día

—¡Awiwi! —exclamaron la azabache y la peli-azul con entusiasmo

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Las amigas se reunieron en casa de Raven, para hacer su pequeña pijamada, eso las animaría luego de un largo día en el colegio, lleno de insultos dirigidos a ellas y todo por culpa de esa "zorra pinocha" que es cómo apodaron a Lila

—¿Vemos "El cadáver de la novia" o "Bajo la misma estrella"—preguntó la castaña de lentes a sus amigas mientras miraba los estuches de ambas películas

—La que sea está bien, Rave… ambas son buenas—Ocean respondió, comiendo botanas de queso de un bowl, y mientras Marinette la peinaba

—No te muevas mucho o…

—¡Auch! —la peli-azul soltó un pequeño quejido de dolor al sentir un tirón en su cabello

—Te lo dije —río leve la de coletas

De pronto, la vista de Marinette se enfocó en un espejo de pared, con un diseño algo "antiguo" pero no podía dudar que era un lindo espejo, aunque también le hacia sentir una sensación extraña… y algo hipnotizante

—¡Auch, Mari! —el quejido de Ocean sacó a la azabache de su "trance"

—Lo siento —se disculpó y siguió peinando a su amiga, después miró a la otra chica—Rave ¿Desde cuándo tienes ese espejo?

—Lo compré hace un par de días en una tienda de antiguedades y la verdad que me salió barato, no sé porque pero algo me decía que comprara éste espejo

—Pues a mi me da un poco de miedo—la peli-azul se abrazó a si misma, fingiendo temblar de escalofríos—¡Ay!

—Perdón otra vez Ocean

—No vuelvo a dejar que me peines o sino terminaré calva cómo el director Damocles

Las amigas miraron un par de películas mientras comían sus botanas, luego contaron algunas historias y finalmente se quedaron dormidas a eso de las 3 de la mañana. Agradecían porque iba a ser sábado y no tenían que ir al colegio, aunque en realidad no les molestaba la idea de no ir para siempre debido a las agresiones de sus ex amigos

Mientras las 3 dormían, un pequeño resplandor apareció en aquel espejo de pared antiguo, al mismo tiempo que una melodía parecía provenir de su interior

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La sensación de no encontrarme en mi bolsa de dormir hizo que comenzara a despertar poco a poco. Sin embargo, me llevé la sorpresa de que no me hallaba en la habitación de Rave, sino…

¡Dentro de una caja!

—¡Auxilio! ¡Que alguien me saque de aquí! ¡Ocean, Raven si ésto es una broma ya no es divertido!—grité molesta y al mismo tiempo algo asustada mientras golpeaba el interior de la caja, tratando de salir

—¡Mari! —escuché una vocecita aguda familiar para mi, almenos no estaba sóla

—¡Tikki! —exclamé alegre y aliviada a la vez—¿Sabes dónde estamos?

—No recuerdo mucho… tú y las chicas dormían y de pronto apareció un resplandor, de ahí no sé que más pasó—me explicó

—Quizás fue obra del odioso mariposón—murmuré algo pensativa—Ay cielos… espero que Rave y Ocean estén bien

No sé cuánto tiempo pasó, pero de pronto escuché que algo sonaba afuera, cómo si estuvieran abriendo una puerta con una llave. Me tensé un poco, pero estaba lista para transformarme en LadyBug y enfrentar a quién sea que estuviera afuera con quién sabe que intenciones

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