Aquella mañana parecía normal, como la de todas, los amaneceres en Grecia tenían una belleza espectacular, pero para Camus, un hombre de 27 años, divorciado y con dos hijos de 6 y 5 años, tenía la mente clavada en el recuerdo de una persona que había conocido hace mucho tiempo, en cada suspiro pronunciaba el nombre de aquella pelirroja, negó con la cabeza, hizo a un lado las sabanas, se incorporó y se dirigió a la cocina, sus hijos tenían que ir a la escuela

Con los ojos entrecerrados, mostrando que no había tenido la mejor noche, Cómo si alguna vez la hubiese tenido...

Negaba con la cabeza, mientras freía huevos para el desayuno, escucho a sus hijos bajar de las escaleras corriendo a abrazarlo, el dejo de lado su labor y alzo a los dos pequeños, el mayor se llamaba Issack, tenía la tez blanca y su cabello era verde rebelde, tenía unos ojos esmeraldas, el menor era Hyoga, era rubio de tez blanca igualmente y sus ojos eran zafiros azules.

Camus: primera vez que veo que se levanten temprano – dijo bajándolos – vayan a sentarse, en seguida les daré su desayuno.

Los niños asintieron y corrieron rápidamente a la mesa compitiendo por quien llegaba primero, Camus suspiro de alegría, pero rápidamente se disipo esa emoción.

Camus: me alegra volverlos a ver reír, cuando estaban con su madre siempre los veía serios y tristes – pensó cortando el pan – esa maldita.... – renegó y se hizo un ligero corte en el dedo índice - ¡Mierda! – Exclamo, se dirigió al botiquín que estaba cerca a la puerta de la cocina y saco una curita y se la puso – soy un idiota, quejándome por un pequeño corte – pensó negando y riendo.

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Mis queridos lectores, me han hecho la petición de continuar con el one shot "un hilo que no me conecta a tu destino (Camus x Milo)" como me gusta complaceros, eh traído su continuación

¿que ocurrirá con este romance que empezó hace un año en ese cándido encuentro?