-Sigo pensando en que deberías escribirle. Digo, a modo de disculpa. -La voz de mi hermano mayor me saca de mis pensamientos, me encontraba mirando mi celular con el contacto del Tarado de Libra en la pantalla.

-Tengo ganas de hacer muchas cosas, incluso de hornear un pastel, pero el escribirle no está en una de mis opciones. -Le contesto de la manera más sincera y con el mayor tacto posible. Asmita solo niega y rueda los ojos con diversión.

Ayer apenas fue ese reencuentro con el idiota castaño, acepto que no debí tratarle así de seco pero... Pero soy yo. No pueden esperar que vaya regalando besos y abrazos a cualquier imbécil que me encuentre por la calle. Además, no deseo... ¿Preocupar? A Dohko con esos temas, quiero dejar mi pasado en donde debe de estar, lejos y atrás de mi presente. Quizás uno de estos días, si se me antoja, podré encontrarme con ese castaño y explicarle la causa de evadir sus cuestiones e inventar excusas estúpidas. Ojalá ese día no llegue tan pronto.

- Bueno, hermanito, saldré a por unas cosas que usaremos para el Día de Limpieza Profunda semanal. -Ríe Asmita al terminar de nombrar con gran emoción y tal vez un poco de bochorno, sobre ese día de la semana en el cual limpiamos hasta el lugar más recóndito de su hogar.

- De verdad que te podría acompañar, pero no tengo ánimos de salir y ya me duele un poco mi abdomen... Debo cuidarme, no deseo que suceda algo malo. -Menciono un tanto asustado, no me agradan los hospitales y no deseo ir a uno; además de que se pondrían a investigar lo sucedido, ya antes fui a uno gracias a Asmita, le pedí discreción sobre el tema y dijimos que me asaltaron. Como no traía nada, me creyeron un poco. Eso y que también ya no estoy para esforzarme mucho.

El rubio asiente, toma sus llaves para ir a su puerta y despedirse con un:

«No tardo, regreso pronto.»

Suelto un par de suspiros pesados, miro otra vez la pantalla de mi celular debatiendome en si hacerle caso a las palabras de Asmita o dejar el asunto por la paz, sería tan fácil de no ser por ese remordimiento de consciencia que comienzo a tener cada vez que hago algo que no debo hacer.

Lo que me frustra es tener esta culpa por un no-tan-desconocido, por Dohko. Por el Idiota de Libra.

-Vamos Kagaho... Solo es un par de palabras y listo... -me susurro mientras abro mi whatsapp e ingreso en el contacto de Dohko. Los dedos comienzan a temblar y mis manos a llenarse de ese fino sudor producto de los nervios, unos benditos nervios de no teclear ni una jodida letra.

Sacudo mi cabeza con enojo, suelto otro suspiro y por fin me decido en escribirle.

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Hola Dohko, soy Kagaho.

¡Gruñoncito! 😱¿Qué milagro
que me mandas un mensaje?
Espero y estés bien. ☺

Si, lo estoy... Eh Dohko, quiero...disculparme por
la actitud que tuve contigo
el otro día.

Tranquilo, entiendo que
tenías tus razones para
actuar así.

Te agradezco de verdad
que puedas entenderlo,
pensaba que sería más
complicado ésto de
disculparme.

No te aflijas más,
gruñoncito. 😁

¿Sabes? Estoy considerando
el retractarme sobre
haberte escrito.

Bueno ya, me calmo. 😜
Pero ya entrando en
tono serio, espero que
nada malo te haya sucedido.

Quizás más adelante
pueda contarte lo
que sucedió. Eso
si no sigues de idiota.

Tan bien que íbamos 😐.
Rompiste el corazón
de la pulga 😭 💔.

😕... 😐...

¿

Qué? 😓

Dohko, eres un idiota.
¿Cómo se te ocurre
usar ese ejemplo?
No se si reírme o
golpearte en cuanto te vea.

Prefiero la primera
opción. 😨😵

😶... 😁... 😂...

Al menos te hice reír. 😝

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Dejo fluir varias risas ante las estupideces que sigue escribiendo ese tonto. De verdad que nunca me creí capaz de hacer algo como eso, de estar escribiendo a alguien que apenas conozco y que, sinceramente, fuera muy divertido estar ''charlando" con él. Los minutos se pasan volando, llegando a ser interesante en como se transforman a unas tres horas, cada quien se despide a su manera y bueno, la suya no evitó colocar un audio en donde su abuelo me daba sus saludos y se escuchaba de fondo algunos bastonazos a algo hueco. Es muy seguro que ese tarado hizo algo que lo enfadó.

El sonido de unos platos ser colocados en la mesa del comedor es lo que me hace volver a la realidad. Así como ver a un calmado Asmita fijar su celeste mirada en mi, notando que ya me di cuenta de su presencia. ¿A qué hora regresó? ¿Acaso por estar tanto rato en el celular es que no noté su llegada? ¡Cielos!

- Veo que ya dejaste de escribirle a quien sea que te puso feliz. -Comenta alegre mi "hermano".

-Mmm... Si. Perdón, no te escuché llegar y ya hasta tienes la comida hecha. -Me disculpo avergonzado de mi despistada mente.

-Tranquilo Kagaho, soy bastante silencioso y no deseaba interrumpirte. Te mirabas tan divertido que no tuve el valor de hacerlo. -Me confiesa regalándome una sonrisa pequeña. - ¿Y con quien te escribías tanto?

- Ah bueno... Con el idiota de Dohko. -Suelto ahora un poco calmado, me acerco al comedor y comienzo a ayudar a Asmita.

- ¿Te disculpaste? -Me dedica una mirada llena de sorpresa.

- Si... A mi manera pero lo captó. Después estuvimos escribiendo puras estupideces. -Un ligero calor invade mis mejillas, no soy de disculparme y ser... Divertido. Volteo a verlo cuando una risa sale de sus labios, me siento más abochornado que antes. - No te burles.

- No lo hago, solo me alegra en demasía que comiences a entablar pláticas con alguien más. Es solo eso.

-Ni yo me lo creo, pero tampoco es para tanto. Mejor vamos a comer que muero de hambre. -Digo ya tomando asiento y comenzando a servirme, tengo bastante hambre.

- Muy bien, buen provecho.

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Bueno, lamento que sea tan corto. Es que ya no tengo internet ni laptop como para seguir escribiendo extensamente. Estoy usando mis datos Xv así que aprecien mi sacrificio. Este el penúltimo capítulo. Disfruten y comenten si ya quieren el final por que ya lo tengo bien listo :3