Capítulo 11.
El saber que estaba enamorado me llevó tiempo averiguarlo y saber que me habían roto el corazón solo llevó... segundos. Recordar ese día trajo sentimientos reveladores. Muchos superan una ruptura en días, otros en semanas y están aquellos que pueden durar meses o años. Luego de aquella cita con Stella me di cuenta que de cierta forma aún no he superado a Alana, o mejor dicho, no he superado la manera en que rompió conmigo.
Es entonces cuando llegan los comentarios de las personas que más quiero a mi cabeza, el no ser feliz. Siempre discuto sobre aquello, dejo pasar las palabras, que no me afecten, pero realmente, ¿soy feliz? En realidad, ¿el ser humano es feliz? ¿Es un sentimiento momentáneo y volátil? Preguntas y más preguntas, pocas respuestas conseguidas.
Suspiro mientras toco el tablero de la cabina, trato de despejar mis pensamientos para no irme por la borda. Estamos en medio del programa matutino, no es mi obligación estar presente pero me agrada, este lugar es mi segundo hogar, totalmente prefiero estar encerrado en una cabina antes que mi apartamento.
Thomas e Iris narran cada noticia a través del micrófono para millones de radioescuchas. Al ser uno de los productores de Good Morning New York se me dio la potestad de elegir a los locutores del programa. Thomas Wilde es un tipo de treinta y un años quien conocí en mi primer año de la universidad, me ayudó muchísimo en varias asignaciones así que cuando dijeron que produciría GMNY lo contacté y le dije que lo quería en el programa. No lo dudó, lo necesitaba.
Iris Dunn es una chica que me enamoró con su acento inglés, ella, con dieciocho años, llegó al país y estudia con mi pequeño Liam. Llegó aquí junto con Liam como una becaria pero al ver el desempeño que tuvo en tan solo cinco meses, le ofrecí el trabajo. Liam estuvo furioso, yo solo me encogí de hombros y le dije que necesitaba una mujer, él me respondió que tenía razón. Claro, capté muy tarde el doble sentido de sus palabras.
A pesar de haber escogido a Iris, Liam no tiene ningún rencor con ella, se aprecian mucho, de hecho, la mayoría de los proyectos que les asignan en la universidad los hacen juntos. Ahora, ¿Tom e Iris? Tom odia a Iris e Iris odia a Tom, fin del asunto, pero como todo, ellos deben parecer detrás del micrófono como grandes amigos. Doy gracias a Dios que los radioescuchas no tienen la oportunidad de escuchar lo que pasa cuando se deja de estar al aire, las peleas de Tomiris—Como han apodado muchos fans del programa a la pareja—, son desastrosas e incluso te duelen sin tu ser un aludido.
—Nos despedimos y no olviden escucharnos este lunes, misma hora, misma emisora. Gracias por sintonizarnos—culmina Iris ganándose una mala mirada de Tom.-
—Y... estamos fuera—informa Johnny después de cortar la transmisión.
Johnnatan "Johnny" Bravo, no bromeo, es su nombre. Para su fortuna, no es rubio y fortachón como la caricatura [5], si hubiese sido así las burlas estarían mucho más allá de lo normal, aunque Johnny siempre se reía sobre eso. Johnny es el ingeniero de sonido del programa, este no fue elegido por mí sino por Richard. Johnny, al igual que yo, nunca ha sido despedido, cosa que para mí es algo respetable. Johnny nunca ha sacado de sus casillas a nuestro jefe gruñón.
—No puedo creer que usaras ese léxico en un programa radial—Tom empieza a despotricar hacia Iris dentro de la cabina mientras que se levanta de su silla.
—¡Por Dios! Supéralo. ¿Sabes que hay gente de mi edad que escucha el programa? Es algo soso decir "La prensa tergiversó las palabras de Bruno Mars", mi frase quedó genial.
—¿Decir que la prensa eran unos idiotas por modificar las palabras de tu ídolo, es algo correcto?
—¿Cuál es el problema de que diga que Bruno es mi ídolo?
—¡¿Qué no estamos en un puto programa de farándula?!—explota Tom.
Es en ese momento que sé que debo intervenir. Abro la puerta que separa la cabina de grabación con la del equipo de grabación.
—Señores, por favor. ¿Cuándo va a terminar esta rivalidad?
—¡Cuando esta niñita obtenga un título y haga sudar su culo para estar en una emisora!
Y ese era el problema de todo el rencor que le tiene Tom a Iris. Ella solo tiene veintiún años, no está graduada y ya tiene un puesto fijo en una emisora de renombre con nada más ni nada menos que uno de los programas principales.
Yo sé la verdad de Tom, luchó por obtener su título universitario y se le hizo difícil conseguir un trabajo luego de obtenerlo. Es un buen tipo, con algunos problemas de seguridad de sí mismo.
—Pues para tu información, mi culo ya está sudando. ¡Trato de mantener un maldito equilibrio entre la universidad, el programa y mi familia!
—¿La niñita ya va a llorar porque su mami y papi no la quieren?
—Golpe bajo—escucho susurrar a Johnny.
Los ojos de Iris se cristalizan y abandona la cabina con rapidez. Tomo un respiro profundo antes de mirar a Tom. Su rostro no muestra ningún arrepentimiento y sé que no le importa haber mencionado los problemas familiares que tiene Iris en casa.
—Tom, eres mi amigo, una de las pocas personas a las que puedo llamar así, pero como productor de este programa no voy a consentir que le hables de esa manera a tu compañera, más aún sacar un tema tan delicado para ella—lo miro atentamente pero él no hace ningún ademán de darme una ojeada, solo recoge sus papeles de la mesa. Cansado de que me ignore, se los arrebato.
—¡Hey!
—Escúchame bien Thomas, otra queja por parte de Iris o del personal del programa y estás despedido. Tengo una larga fila de locutores que morirían por tu lugar y que yo con gusto se los daría con los ojos cerrados.
—No me harías eso—menciona el con seguridad.
—Lo haría, si fuera necesario.
Sin más me retiro de la cabina despidiéndome con un ademán de Johnny dirigiéndome hacia la azotea del edificio, sé que ella está aquí. Saludando una que otra persona—que sé que mueren por saber cómo fue mi cita con Stella—, llego al ascensor y marco el botón de planta alta. Subo y subo hasta que las puertas se abren y solo me falta recorrer los veinticinco escalones—los he contado—, para llegar a la azotea.
Abro la puerta que se encuentra entreabierta y veo la cabellera castaña de Iris moverse con la fuerte brisa que azota al lugar. Es algo normal, estamos en un piso diez y la corriente de aire es más fuerte, pero si no bajamos pronto, puede que nos refriemos con la brisa de otoño de Nueva York.
Camino hacia ella y me quedo a su lado, mirando la vista hermosa que tenemos frente. Hay algunos edificios muy altos que no nos dejan ver más allá, solo lo necesario. Aunque no me quejo, las vistas siguen siendo preciosas.
—Odio que no sepan valorar mi trabajo—dice ella finalmente para luego continuar—, pero lo que más odio es que saquen a colación el tema de mis padres.
—Lo sé, Iris.
—Te aprecio mucho, Blake y eres mi amigo, eso lo sabes, uno de los pocos que tengo, pero si Thomas sigue comportándose de esa manera, yo... no podré seguir.
Medito sus palabras en silencio, ella dijo esas palabras sin mirarme, Iris solo mantenía sus ojos al frente, hacia la ciudad de Nueva York.
—Odio lo que dices—hago hincapié en cada palabra.
—¿Por qué? ¿Por qué vas a tener más trabajo buscando un locutor para el programa?—pregunta ella con una risa sin gracia.
—No, porque te estás dejando llevar por los comentarios inútiles de una persona que no tiene amor propio.
—Pensé que Thomas era tu amigo.
—¿Y? Es cierto, Tom es mi amigo, pero cuando tengo que decir las verdades de mis amigos las digo, punto y final.
Iris por fin enfoca sus hermosos ojos en los míos. Y digo hermosos no porque me guste ella, como ya había mencionado, los ojos claros son mi debilidad y ella posee unos ojos grisáceos con un verde esmeralda que pueden parecer extraños.
—No quiero rendirme, Bam Bam—Si, ella es una de las pocas que me llama de esa manera—, pero mis padres no hacen más que meter presión para que deje la carrera, ya tienen a alguien.
Me tenso. La familia de Iris es considerada una de las más adineradas de Gran Bretaña, siendo el señor Dunn un importante banquero con un título noble en su nombre y la señora Dunn una esposa trofeo. Iris es su única hija, por lo tanto se supone que ella debe establecer una relación con alguien con más dinero y con un título más grande que el de su familia para favor de su padre.
—Sabes que si necesitas un lugar donde quedarte...
—No voy a huir, Bam Bam, ellos me encontrarían y harían lo posible para que se cumpla su voluntad.
—No puedes casarte con un idiota estirado.
—¿Qué más da?
—¿Qué más da? Iris, es tu vida, no puedes dejar que tus padres la hagan suya. Lucha por tu felicidad, estudia lo que malditamente te dé la gana, trabaja en lo que tú quieras, solo... vive y sé feliz.
—Deberías decirte esas palabras cada mañana, Bam Bam—replica ella.
—Auch—sé que no era su intención herirme, pero lo ha hecho.
Iris suspira y luego enrolla su brazo con el mío.
—Lo siento. Pero no hablemos más de ese asunto deprimente. Quiero saber cada sucio detalle de esa cita en la que estuviste ayer. ¿Dónde conociste a la mujer?
Una sonrisa de idiota—como las que últimamente he tenido—, se posa en mis labios, por consiguiente, Iris me mira con evidente curiosidad.
—La conocí en la boda de Sammy y Theo.
—Oh, ¿en la boda Barbie y Ken pelirroja y castaño?
Me río por los apodos que le tiene a ambos. Iris es otra de las personas que no pudo asistir a esa boda, pero su razón es obvia, sus padres no la dejan ni respirar.
—Sí, Sammy es amiga de Stella. Theo quiso advertirme que Stella no era chica de hombres...
—¡Por Dios! ¿Es lesbiana?
—¿Qué? No.
Nos reímos por aquello. Sé lo que está tratando de hacer Iris y en cierta parte no me gusta. Ella tiene mucho a su alrededor y cuando eso pasa es necesario hablar. Pero le sigo la corriente, no quiero presionarla.
—¿Qué tal es ella?
—Dura, muy dura—contesto con sinceridad—, pero ayer me sorprendió, le saque una que otra sonrisa e hicimos algunas confesiones de nuestra vida.
—Te gusta—asegura.
—Tal vez, no lo sé. Puede que sí, me gustó hablar con ella y he querido enviarle un mensaje solo para decir hola, pero no me atrevo. ¿Sabes lo que me llevó pedirle una cita? ¡Papá tuvo que intervenir!
—Oh Dios, eso tuvo que ser un golpe duro en tu ego.
No lo niego aunque mi ego no fue afectado, para nada, él sigue orgullosamente intacto.
—Es organizadora de eventos y tiene un exquisito gusto para decorar casas—Iris me mira confundida, por lo que le explico—. La casa en donde me hospedé mientras estuve en Montana es la de la cuñada de Theo, ella me aseguró que Stella la había decorado. He querido pedirle entonces si puede ayudarme remodelar mi apartamento, ya sabes, golpear algunas paredes y hacer algo malditamente bueno con mi lugar.
—Yo creo que tú quieres golpear otra cosa y hacer algo bueno con alguien.
—¡Eres una cerda aqueresa, Iris Dunn!
—No serías mi amigo si no lo fuera, Bam Bam.
Había pasado un buen tiempo en que estuvimos en la azotea y mis dedos ya estaban congelados. Iris tiene su nariz roja por lo que le digo que bajemos a tomar algo en la cafetería cruzando la calle. Cuando subimos al ascensor me pide prestado el teléfono.
—Dejé el mío en la mesa, le diré a Johnny si puede dármelo en la entrada—pone como excusa, yo se lo entrego sin problemas.
Ella sonrientemente escribe en mi móvil con rapidez, tiene una cara algo de psicópata por lo que empiezo a preocuparme. Envía el mensaje y luego me devuelve el teléfono. Salimos del ascensor al llegar a planta baja, Iris solo sigue caminando hacia la salida, me extraño.
—¿No vas a esperar a Johnny?
—No, mágicamente mi teléfono apareció en el bolsillo de mi chaqueta—dice ella mostrándome con una sonrisa su móvil.
Sigo algo confundido.
—¿Entonces a quién le escribiste?
En ese momento mi teléfono vibra anunciando un mensaje, Iris al darse cuenta me lanza una de esas sonrisas de lo siento y sin más me deja atrás dirigiéndose a la cafetería.
Desbloqueo el teléfono y veo un mensaje de Stella, sonrío pero ésta inmediatamente se borra cuando veo lo que escribe.
Pues, gracias. Ese no es mi área, pero... quizás podamos discutirlo. Tal vez haga una excepción por tratarse de ti, Bam Bam. Subiendo a un avión en este momento, espero que podamos hablar más tarde, xoxo.
Lo primero que me doy cuenta es que no creí que Stella fuera chica de colocar "xoxo" al final de un texto, lo segundo que capté es que había un mensaje que yo malditamente no había escrito.
Hola, Stella. Hay algo que quería plantearte: ¿Crees que podrías ser mi decoradora de interiores? Quiero algo nuevo en mi apartamento y lo que hiciste en la casa de la hermana de Sammy me encantó, ¡Eres genial! Espero saber pronto de ti, un beso.
Maldita sea.
—¡Iris!
Conozcan a mi niña Iris <3 No saben lo importante que es ella para mí... y para quien lo será en un tiempo 7w7
¿Qué tal? ¿Les va gustando? Espero que sí.
Capítulo dedicado a Cynthia <3 Recuerden que estaré dedicando los capítulos a aquellas personas que comenten :)
Nos leemos el otro jueves.
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