CAPÍTULO 1: NUEVA VÍCTIMA

CAPÍTULO 1: NUEVA VÍCTIMA

Kurt se despertaba esa mañana en los brazos de Adam Crawford. Era su “novio” aunque con un pequeño matiz, él no estaba enamorado. Porque en su corazón sólo había espacio para un hombre, Sebastian. La vida de Hummel no era fácil ya que perdió a sus padres muy joven. Su madre falleció cuando tenía cinco años y su padre poco antes de que cumpliera dieciocho. Por ese motivo, decidió buscarse la vida junto a su mejor amigo, la persona que era su amante, el amor de su vida.

Sin embargo, nada era lo que se esperaba y pronto se vieron sin dinero y sin lugar donde alojarse. Estaban prácticamente arruinados cuando conocieron a Chandler Kiehl, un gran empresario. El rubio se enamoró del ojiazul y era muy insistente. Al principio lo rechazaba, pero Smythe tuvo una gran idea. Poco después de trazar un plan, el castaño se casaba con Chandler. Lo que aparentemente a vista de todos era un matrimonio feliz, en la realidad era un timo. Después de un mes de casados, Sebastian empezó a coquetear con el chico rico hasta que consiguió acostarse con él. Kurt, fingiendo estar ofendido y dolido, pidió el divorcio. Después de muchas disputas entre sus abogados, Hummel consiguió una gran indemnización porque su ex-marido había sido infiel.

Durante seis años, la pareja había vivido del dinero conseguido por el divorcio y de los regalos que infinidad de novios (todos ricos) les habían hecho para satisfacer sus más extravagantes caprichos.

Kurt y Sebastian se habían acostumbrado a esa vida y veían difícil cambiar, aunque un problema empezaba a amenazar su felicidad. El dinero del divorcio estaba acabándose y pronto no tendrían con qué pagar sus necesidades más básicas y no podían pagarlas sus novios. No es lo mismo que tu pareja te regale un reloj de oro a que te pague la comida de la semana.

El castaño dejó al inglés en la cama y se fue, con la bolsa con el regalo que le había hecho el rubio. Un anillo de oro con un diamante. Podrían empeñarlo y tener algo más de dinero ya que la “relación” empezaba a ser seria y no quería que acabaran siendo algo oficial.

El ojiazul llegó al enorme apartamento en el que vivía en una de las zonas más lujosas de Nueva York. Fue directo al dormitorio “de Sebastian” para comprobar que no estaba acompañado. Normalmente dormían juntos pero a veces sus amantes se quedaban a pasar la noche por lo que cada uno tenía su habitación. No podían permitirse que alguien descubriera su mentira ya que estaban seguros de que se quedarían sin nada y deberían abandonar la ciudad.

Para su suerte, el ojiverde estaba solo esa mañana por lo que se decidió a despertarlo con un beso. Se tumbó en la cama y juntó sus labios con los de su novio. Smythe sonrió con los ojos cerrados al sentir el beso ya que esa era la mejor manera en el universo de despertar. Las manos del más alto buscaron las caderas del otro y en un rápido movimiento lo puso sobre él. Kurt se dejó mover sin quejarse, le gustaba cuando su pareja dejaba claras sus intenciones. El ojiazul pasó a besar el cuello de su amante mientras éste desabrochaba los botones de su camisa. El más bajo debía reconocer que tenía poco trabajo para desvestirlo ya que el ojiverde dormía sólo con calzoncillos. Antes de que se diera cuenta, la camisa caía al suelo. Tomó eso como una autorización y empezó a mover las caderas para provocar fricción entre ellos. Las manos recorrían el cuerpo ajeno y jadeaban entre besos. Sebastian decidió ponerse él encima y retirar la ropa que le quedaba a Hummel. No pudo evitar sonreír cuando lo vio totalmente desnudo y dispuesto a entregarse a él. Se estiró para alcanzar el bote de lubricante que había en la mesilla y aplicó una cantidad abundante en sus dedos. Primero introdujo uno y comenzó con movimientos suaves. Le encantaba ver como Kurt se deshacía en sus caricias. Introdujo un segundo dedo mientras mordía uno de los pezones del otro, provocando un gran gemido de placer en su amante. Introdujo el tercer dedo y siguió lamiendo y chupando los pezones ajenos. El ojiazul estaba a punto de explotar de placer.

Smythe se alejó un poco para quitarse la ropa interior y lubricar bien su miembro antes de entrar en Hummel. Ambos se sentían complacidos por la complicidad que compartían. Seis años de relación y seguían amándose como el primer día. Las embestidas comenzaron de forma suave, con los dos entregados al placer. Pronto levantó las piernas del más bajo y aumentó la velocidad hasta llegar al ritmo que ambos disfrutaban. El orgasmo llegó a la vez para ambos, dejándolos exhaustos y somnolientos. Durmieron un poco más antes de levantarse, no tenían nada que hacer ese día.

Se levantaron a la hora de comer. Llamaron a un restaurante con entrega a domicilio y se ducharon mientras esperaban la comida.

– ¿Qué tal con Adam? – Preguntó Sebastian.

– Las cosas se han puesto serias, me ha regalado un anillo con un diamante. Me distanciaré de él. – Confesó Kurt.

– O tal vez va siendo hora de repetir lo de Chandler. Sabes que apenas nos queda dinero para pasar unos meses y no veo otra opción.

– Pero con Adam no, buscaremos a otro.

La pareja salió a pasear por la ciudad, estaban en un bar tomando unas cervezas cuando vieron a un hombre leyendo el periódico. Una noticia les llamó la atención por lo que la buscaron en Internet con sus teléfonos móviles.

– ¡La encontré! – Exclamó Sebastian antes de leer el artículo.

COOPER ANDERSON Y SU ESPOSA FALLECEN EN ACCIDENTE DE COCHE

La pasada madrugada el empresario Cooper Anderson y su esposa sufrieron un accidente de coche en el que ambos fallecieron. Al parecer, el conductor del otro coche implicado se saltó un semáforo y arrolló al otro vehículo con mucha fuerza debido al exceso de velocidad. El hermano menor del señor Anderson, de nombre Blaine, fue atendido por los médicos debido a una crisis de ansiedad, algo totalmente comprensible si tenemos en cuenta que el joven, de tan sólo dieciocho años, ha tenido que despedirse de sus padres y de su único hermano en menos de dos años. Sin embargo, eso ahora lo coloca como uno de los hombres más ricos de Estados Unidos, ya que no sólo es el heredero de todas las posesiones de su familia, sino que también poseerá las de su cuñada ya que ella también lo declaró único heredero tras una discusión con su hermano. La fortuna del joven es incalculable debido a la cantidad de empresas que controlaría. Desde luego, un gran partido ya que está soltero y sin compromiso conocido.

– ¡Es perfecto! – Smythe gritó emocionado.

– No lo es, demasiado millonario. Será muy difícil acercarse a él.

– Millonario, deprimido y solitario. Estará sensible y necesitado y nos podemos aprovechar de eso.

– Lo intentaremos, no tenemos nada que perder.

Se pusieron a investigar a la familia Anderson para recopilar toda la información posible sin saber que la misión no sería tan fácil como pensaban y que sí podían perder algo por el camino... Podían perder lo que ellos mismos habían creado...

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