Nunca seré como ella...

Emma.

Salí de la última clase del viernes, ¡por fin! apenas crucé el umbral de la puerta de esa cárcel del conocimiento canté para mis amigas: «¡Libre soy, libre soy!» Karenina y Elle se carcajearon hasta mas no poder.

- Imagino que no puedes salir con nosotras mañana, muy ocupada con «Señor Sexy demasiado mayor para mi»- dijo Elle toda cabellera castaño oscuro y ojos azules haciendo cara maliciosa.

- No y saben que vamos con Mita, no es nada del otro mundo, no estoy saliendo con él.

- Sí, si, si, si, lo que digas Em, solo no te vayas a acostar con el ya, entiendo que sea mayor, ¡pero tu padre te mataria! Respondió Kare, quien siempre estaba sacando el tema del sexo sin necesidad alguna, me sonrojé y ellas rieron.

- ¡Basta! ¡arpias del infierno!

En ese momento se acercó Rachelle, que es este tipo de chica que simplemente no puede estar sin molestar a alguien para poder sentirse mejor, además usaba siempre ropa demasiado inapropiada, estaba segura de que los chicos del instituto sabían su anatomía de memoria. Yo casi nunca le prestaba atención, muchísimo menos le hablaba, intentaba toparmela lo menos posible para evitar toda su mala aura y venenosidad.

- Hola Kare, Elle, Todos, ¡hey! mañana habrá una fiesta en mi casa, con motivo de que... bueno el motivo es celebrar lo genial que soy en realidad, les paso la invitación ahora, es una fiesta privada, los guardaespaldas electrónicos no dejarán entrar a nadie que no tenga una- comenzó a entregar las dichosas invitaciones que consistían en un dispositivo parecido a un tubo de labial pero que funcionaba como un decodificador para los guardaespaldas, ya los había visto antes. Terminó y no me dio una, no es que me importe en realidad, dudo que papá me hubiese dejado ir y yo no iba a insistir precisamente.

- Ay Emma... para ti no hay invitación... lo siento mucho, pero yo no soy una de tu club de fans, que no se si te has dado cuenta pero no es que te quieran porque eres tan «cool», «¡tan bonita!», no, en realidad todos te tienen lastima... por eso te tratan como si fueses especial...

No sabía que decirle... porque yo no estaba acostumbrada a ser atacada así, entonces, impotente, escuché como Kare me dijo:

- Vamos Em, no la escuches... solo está siendo una imbécil.

- Si Em, mejor ve a llorarle a mamá «oh qué genial fui pero ahora estoy muerta»- sus palabras tan insultantes abrieron agujeros en mi como si me hubiese disparado, mis ojos se llenaron con lágrimas de impotencia y rabia, quería golpearla, claro que sí, pero eso me metería en problemas, que se traducirían en una mancha en mi récord limpio, récord que tenía que mantener para poder entrar en una buena universidad, además golpearla no solo podía ganarme una amonestación, de seguro me echarían, no podía hacerle eso a papá- bueno aún puedes ir a llorarle a papi superestrella del fútbol... o bueno, mejor no- fingió inocencia- ya el tendrá suficiente con sus propias lágrimas sobre la tumba de mami...- ahora mis sollozos eran sonoros en el pasillo y su sonrisa de triunfo se extendió poco a poco por su cara, sentí una mano en mi hombro y al voltear era Mita, con expresión fúrica:

- ¿Qué es lo que te pasa, zorra? mi prima no puede hacerte nada pero yo sí, no sé que clase de problemas disfuncionales tengas en tu casa, ni que padre desapegado emocionalmente te haya criado para que seas esta maldita que eres hoy, pero no te permito- dijo acercandose amenazadoramente- NO TE PERMITO QUE VUELVAS A DECIR NADA DE EMMA O NUESTRA FAMILIA, LA PRÓXIMA VEZ QUE LO HAGAS, ¡OH AMIGA! CRÉEME, NO PODRÁS TERMINAR LA FRASE, ¡PORQUE ESTARÁS COMIENDO LODO! agradece mi buena voluntad de hoy de no romperte la cara, no me siento con ganas de parar en la cárcel.

Rachelle parecía querer contestar pero todos empezaron a abuchearla y a llamarla zorra, entonces ella tuvo que irse, salí con Alma hasta el auto.

- Gracias Mita... eres la mejor prima/hermana/amiga de todo el mundo, muchas gracias... en verdad no sabes lo que me dolió que dijera eso de mis papás...

- Em, nada de lo que dijo esa estupida tiene sentido... no le hagas caso.

- ¿Por qué entraste? nunca te bajas cuando vienes por mi.

- Te tardabas en salir y como es raro que eso pase, decidí buscarte.

Mita me dejó en casa, íbamos a salir pero le dije que no estaba de humor ahora y que quería tener un momento para mí sola. Me había dado cuenta de que defraudé a mamá... ella era una luchadora en la vida, nunca se dio por vencida con nada, nunca dejó que nadie pasara por encima de ella, era una mujer fuerte e independentiente, tía Kass era como la versión baja en calorías de mamá, Alma era la versión remasterizada con sonido digital y yo... yo...

Lloré un rato tapando mi cara con la almohada, entonces decidí hacer lo que siempre hago cuando necesito a mi madre cerca... visitar sus videos y fotos...

Papá tocó a la puerta entrando en el cuarto y apagué súbitamente la pantalla, fingiendo entereza, pero no lo logré porque olvidé secarme las lágrimas, no quería que me viera así.

- Emma mi amor, ¿qué te sucedió hija? ¿por qué lloras?, ven aquí- me abrazó y me sostuvo así como hacía desde que estaba pequeña, ese era mi lugar seguro.

- Porque no puedo ser como ella papá... nunca voy a poder ser tan fuerte como mamá...

- ¿Por qué dices eso mi preciosa? claro que sí, lo eres a tu manera...- le conté lo sucedido y como no pude defenderme por mi misma.

- Yo quería golpearla, defenderme de verdad, pero pensé en todas las consecuencias y no pude... no pude defenderlos...mamá lo hubiese hecho con uñas y dientes, tú lo sabes... yo no puedo ser así de fuerte como ella... no puedo, simplemente... soy solo uña niñita mimada que...

- Tu madre tuvo que pasar por muchas cosas malas en la vida que la endurecieron, ella a veces no se sentía orgullosa de eso preciosa, de hecho lo que si estaría es muy orgullosa de lo que eres ahora, porque solo esperaba que fueses lo más feliz que pudieras en la vida- dijo quitandome las lágrimas- no quería que tuvieses que pasar por lo mismo que ella. Y esa chica no merece que mi princesa esté derramando lágrimas a plena luz del día, vamos a llevar a los gemelos al parque un rato, no es una invitación señorita, ¡es una orden!

Me recompuse un poco y salí con él, me sentía mejor después de todo. En el camino Isago me llamó, eso ya se estaba volviendo una costumbre...

- ¿Cómo estás majestad?- dijo con esa voz varonil que me hipnotizaba.

- Bien Sago... ahora mismo estoy con papá en camino al parque ¿y tú?

- Pues si quieres puedo decírtelo en persona, puedo llegar al parque en unos minutos, ¿a cuál van?- me vi interrumpida por Pelu que desde su silla de seguridad decidió cantar demasiado fuerte: «A da una da duna a das dos el reloj que se casa da ajuja y el granito de arroz» la canción infantil que se escuchaba de fondo en el auto.

- Pelu, ¿podrías hacer silencio por favor? estoy tratando de hablar por celular...- no quiso escucharme y siguió cantando como si nada- papá por favor, controla a tus hijos, ¡mira que malcriados son!

- Em, ¿sigues ahí?... ¿Em?- escuché decir a Sago en la línea, pero papá había comenzado con su griterío de: «bebé Luca haz silencio por favor, presta atención a papá» me estaban dando dolor de cabeza.

- Sago te veo en el campo de Marte, allá es a donde vamos- grité como pude por encima del revuelo y colgué- ¡Ya basta!- todo se calló inmediatamente y por el retrovisor vi como Luca hacía cara de travesura, era imposible molestarse con esa carita redonda y regordeta rodeada de rizos claros, los detestaba por eso, ellos se aprovechaban.

- ¿Era Sago preciosa? ¿o Alma?

- Sago, dijo que nos vería allá, ¿no te molesta, cierto?- pregunté aunque no estaba buscando su aprobación, fue más por cumplir la formalidad.

- No, no me molesta mientras no se pierdan de mi vista Emma, ya tengo suficiente con los gemelos- Luca reanudó su concierto con: «estellita ¿aronde estás?» mientras Nito, más maduro evidentemente, lo miraba como si fuese un retrasado mental, papá no pudo evitar sonreír y así terminamos de hacer el viaje hasta el parque.

Mientras ayudaba a Nito a bajar del auto y papá cargaba con toda la parafernalia que implicaba sacarlos de casa, Sago vino a nuestro encuentro, llegó más rápido de lo que esperaba.

- ¡Majestad! Tío David, ¿como están?

- Dios te bendiga Isago, estamos bien gracias a Dios- dijo papá tomando la manita de Luca mientras hacía equilibrio con el bolso y uno de los triciclos con la otra mano, a él no le gustaba que los gemelos tuviesen tanta tecnología, la mayoría de los niños andaban en pequeñas naves eléctricas pero los gemelos no, ellos tendrían que pedalear. Sago cargó el otro triciclo y caminamos hasta un lugar ideal en el parque donde los gemelos pudiesen jugar, una vez ahí caminamos unos diez pasos lejos de papá.

Luego de salir del ajetreo de los niños pude darme cuenta de que Sago venía vestido con ropa de trabajo, todo el traje ejecutivo con saco gris oscuro y camisa rosa pastel, no llevaba corbata, se la había sacado, sus ojos color marrón avellana brillaban aún más con el sol, justo como sus bucles castaños que recientemente había controlado, ahora solo bajaban un poco por sus orejas y hasta la mitad de su frente. Sus rasgos finos pero al mismo tiempo varoniles simplemente me encantaban, su piel morena hacía contraste con las personas alrededor, todos muy pálidos y estirados, justo como yo. Algo que adoraba sobre Sago era esa expresión de hombre serio y responsable en su rostro, se veía como alguien que puede encargarse de todo y hacerte sentir protegida, como si estando con él todo va a estar bien. Se dio cuenta de que lo miraba como una tarada y se sonrió diciéndome:

- ¿Qué pasa Majestad? ¿tengo algo en la cara, o es que te parezco gracioso?

- No, solo estaba pensando Sago, no tienes nada, estás muy bien. ¿Qué sucedió, por qué saliste temprano del trabajo hoy?

- Simplemente pensé en llamarte y hacer algo, hoy no habían muchas responsabilidades que atender en la oficina y papá está con mamá en un tour, sabes que ellos simplemente disfrutan de la vida, Iago como ahora es un hombre casado no me presta nada de atención, decidí pasar la tarde con alguien que sabía que me podía iluminar el día como el mismísimo sol...- dejó la frase en el aire y yo no respondí nada, comenzamos a caminar a paso lento entre una de las caminerías del parque rodeadas de grama verde perfecta y árboles llenos de vida, era simplemente de ensueño.

- Pues me alegro lo hicieras, porque hoy no ha sido mi mejor día...- dije refiriéndole todo el show en el instituto y conteniendo las ganas de llorar al recordarlo, tenía que admitirlo yo podía ser un poco dramática- pero ya estoy mejor, la venida al parque me ha hecho bien, tomar aire fresco me despejó.

- Me alegra Majestad, odio que estés triste, odio que alguien quiera molestar a mi princesa- mientras estaba diciendo estas muy confusas palabras pasó su brazo por mis hombros y yo estaba extática de emoción, solo que no podía demostrarlo porque no estaba segura de que significaba eso- ¿quieres tomar un helado para acabar con esa tristeza de una vez por todas? sé que tu favorito es de torta suiza, siempre estoy prestando atención a tus gustos Majestad, para poder cumplirlos- esto era definitivamente coquetear, no podía ser otra cosa. Nos acercamos al puestito rodante y consiguió los helados, volvimos porque papá podía ponerse histérico y reventarme el celular a llamadas si dejaba de verme, ya lo conocía.

- Sago, pienso que papá ha estado algo extraño últimamente, ¿tío Thiago no te ha dicho nada al respecto?

- No, pero ¿a qué te refieres con «extraño»?

- No lo sé, lo veo más taciturno de lo que normalmente es, últimamente tengo la impresión de que volvió a la tristeza de antes. En estos días hasta lo vi en el ático con un afiche donde sale con mamá, lo cerró y salió quitándose las lágrimas, él a veces está decentemente alegre, pero eso es tan frágil. Estoy preocupada por él, no quiero que vuelva a sentirse como antes, no sabes cuanto luchó para poder salir a flote...

- Mi papá no me ha dicho nada, pero él y yo no hablamos mucho de ustedes, así que supongo que tendré que preguntarle para saber, en cuanto tenga respuesta te llamaré Majestad, sabes que puedes contar conmigo, estoy aquí para ti Em, lo que necesites, a la hora que lo necesites, eres mi amiga y hasta más...

Llegamos a donde estaba papá con los gemelos, se veía un poco atareado porque Luca es un huracán, me decidí a ayudarlo, entonces no pude seguir la conversación con Sago, no voy a mentir, él estaba haciendo un embrollo en mi cabeza...

-----

¡Hola! ¡Feliz semana! Bueno, por fin aparece Isago, se los presento: chicas (y probablemente chico), este es Isago. Isago, te presento a las chicas, espero se familiaricen con él, ¡lo verán seguido! Ya saben, nos vemos en los comentarios, see ya...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top