Es un hombre ejemplar.
Después de saber todo acerca de la pérdida de mamá he estado aún más distraída que antes, tal vez las cosas no fueron tan bellas y felices como ellos me lo quieren hacer creer, entiendo que eso tuvo que haber causado problemas graves entre papá y mamá... me consuelo pensando que lo que sea ellos pudieron superarlo igual...
Como espero que Isago y yo podamos hacerlo, estoy camino a su casa porque comprendo que últimamente no hemos podido compartir como quisiera, por todo lo que ha pasado con mi papá y hemos estado algo distantes, pero hoy le pedí permiso a la abuela para poder venir a visitarlo. Decidí hacer un esfuerzo mayor de lo normal por estar bonita para él haciendo bucles apretados en mi cabello, maquillándome con delineador de ojos negro y usando brillo labial, llevo puestos jeans con una blusa de seda roja que tiene un escote muy bajo, no tengo pechos así que no se ve vulgar. Me abre la puerta de su departamento dándome un beso en los labios como saludo. Entro e inmediatamente lo abrazo.
― Hola cariño... ya te extrañaba― él me rodea con sus brazos y quiero quedarme aquí toda la noche.
― Hola Em... ¿Cómo está tío David? ¿Cómo sigue? ― me pregunta en un tono extraño, uno que no es el usual.
― Está tranquilo hoy, lo dejé acostado, está un poco triste desde que llevé a Luca a casa de Amie... pero bueno, espero que el terapeuta lo ayude, ¿Y tú príncipe? ¿Cómo has estado? ¿Cómo estuvo la película el martes?
― ¿La película?
― Sí, la película que íbamos a ver, me imagino que la viste con Mita, ¿Cómo estuvo? ¡No me digas que dejaron perder las entradas!
― No... No, no dejamos perder las entradas, estuvo bien, sabes... normal, una comedia promedio...
― Sago, ¿Qué está pasando? Esto es porque no he podido estar al pendiente de ti estos días, ¿Cierto? por eso te comportas de esta manera tan extraña...
― No Em... no pasa nada princesa, yo entiendo que has tenido que solucionar problema en tu casa, no estoy nada diferente, todo está muy bien― Me abrazó de nuevo y fuimos a la sala a sentarnos, él trajo algunos bocadillos que le daba en la boca mientras le contaba sobre el embarazo de mamá y su pérdida. De cuando en cuando lo besaba, pero él parecía distraído, aunque, ¿Qué se yo? él era una persona ocupada, tal vez eran cuestiones de trabajo.
― Vas a decir que soy una necia pero no estás aquí Sago... estás en cualquier parte menos aquí, ¿Qué te preocupa?
― No es nada Majestad... solo estaba pensando en lo bien que me siento de estar aquí contigo... es todo...― miramos una película en silencio y a las diez decidí volver a casa antes de que la abuela llamara. Isago se despidió de mí con un beso en los labios rápido que en realidad no pasó a nada más que eso porque él no mostró interés.
...
Al día siguiente me levantó un alboroto de objetos golpeándose en mi habitación, en cuanto caí en cuenta era tío José golpeando cosas de metal para hacer ruido. Yo simplemente amaba como él no podía madurar, siempre dice que cuando se juntaba con mamá eran unos completos tontos, en realidad, no lo dudo.
― ¡Buenos días princesa! ¡Tu tío favorito está aquí! ― dijo señalándose a sí mismo― Y traigo buenas noticias, yo sé, no lo digas, ya yo aquí soy suficiente buena noticia, pero ¡Voy a iluminar tu día aún más!
― Tío eres una persona de treinta y siete años... madura un poco por favor...― reí.
― ¿Dónde está el patético de tu papá?― bromeó― El muy inútil seguro está durmiendo todavía― Cuando ve que no me hace gracia se sienta a mi lado en la cama y toma mi mano― ¿Qué pasó princesa? ¿Qué va mal?
― Tío es que papá... él volvió a caer en la depresión... no está bien... no quiere hacer nada, Amie se fue de la casa con los gemelos y ahora la abuela se queda con nosotros otra vez... hemos retrocedido como diez años, yo solo no quiero verlo más así... me duele mucho, sé que extraña a mamá, pero tú también la extrañas y no estás muriendo al respecto...― Me abrazó y dijo:
― No sabía nada de eso Em... lo siento, no pude venir antes, he estado con tantas cosas, pero te ayudaré a sacar a David adelante... desde que M murió él ha sido como un hermano para mi... nos hemos apoyado mutuamente. Cuenta conmigo para lo que sea preciosa...― Se me salieron algunas lágrimas pero él me las limpió con su pulgar― ¡Ah no! ¡No! ¡Mi princesa no va a llorar! vamos a desayunar, ya Regina debe de tener algo preparado, sabes que esa viejita cascarrabias no puede dormir cuatro horas seguidas― Me hizo reír mientras me alisté para bajar. Solo me cepillé los dientes e hice una coleta.
― Buenos días abue... mira quién está aquí― La abuela vio a mi tío y fue a abrazarlo dándole mil bendiciones, luego se volteó a seguir haciendo el desayuno. Colocó una música muy extraña de esa que solo le gustaba a ella para cocinar.
― La música le hace bien a David... creo que lo animará un poco― En eso mi tío se voltea hacia mi haciendo una cara de: «what the hell?»
― Regina en esa canción no se entiende nada lo que está berreando el cantante, es increíble. ¿Esta es la música que te gusta escuchar?― Se ríe y señala el estéreo haciendo énfasis en que no se entiende nada y es cierto, hace que escupa el jugo de naranjas que me estaba tomando. Ahora que le presto atención a la canción me parece más gracioso aún y la manera como mi abuela nos está lanzando mil improperios solo hace que el estómago me duela de tanto carcajearme.
― ¡La voy a repetir par de saboteadores! se largan de aquí hasta que esté el desayuno, ¡Ya ni respetan!
― ¡Abuela pero fue él!
― Vamos Emma, ¡Fuera de aquí!― me reí sin poder evitarlo y nos echó a la sala. Después de un rato decidí ir a buscar a papá para que comiera con nosotros en la terraza. Estaba aún durmiendo y lo escuché como decía entre sueños: «M, mi amor... no te vayas...». Me acerqué y acaricié su cabello para hacerlo despertar, seguía susurrando algo como: «No voy a dejar que te vayas... te amo...».
― Papá...― susurré de vuelta― papá despierta... tío José está aquí y...― Abrió los ojos y volvió a la realidad, me miró como decepcionado de que fuese yo y no alguien más. Luego compuso su rostro y me dijo con dulzura:
― No quiero bajar a desayunar, diles que suban mi desayuno aquí.
― Pá, pero te acabo de decir que tío José está aquí y nos quiere contar algo, él quiere compartir contigo también, no seas así... es el hermano de mamá...― restregó sus ojos con las palmas de las manos y respondió:
― Dame unos minutos y voy...
Bajé y ya estaban sentados para comer, solo esperaban por nosotros.
― Le di una idea buenísima a tu abuela Em, claro que todas mis ideas lo son.
― Pues José dice que debemos hacer un viaje de vacaciones a Brasil y contactar a toda la familia de allá, a la gente que quiere a David para que él se sienta mejor, estaremos dos semanas a lo sumo. Trataremos de que se sienta lo más a gusto posible, esto le servirá, lo sé. Llevaremos a los gemelos.
― ¡Podemos decirle a Mita con Davi también! ¡Y la tía Kass! ¿Tú vendrás también tío?
― No puedo princesa... tengo cosas que atender aquí... en cuanto llegue tú papá sabrás cuales― Papá aparece a la vista y se sienta a mi lado.
― ¿Qué sabremos cuando yo llegara? ― pregunta con expresión amargada, yo me acerco y lo abrazo
― Papito, ¿Qué es esa cara? ¡Ánimo! ¡Mira el hermoso día que está haciendo! ¿Desde cuándo no teníamos un hermoso día como este? nos estábamos muriendo del frío aquí― Él frota el dorso de mi mano, pero no cambia de expresión.
― Bueno, tal vez esto sí te anime cuñado... ¡Carol está embarazada! ¡Por fin voy a ser papá!― Se levanta tío José de la silla abriendo los brazos y sonriendo como si no hubiese mañana, la abuela se levanta, grita de felicidad a abrazarlo, yo hago lo mismo, papá lentamente se pone de pie y lo abraza también.
― Qué bueno José, sé cuanto lo estaban buscando... mis felicitaciones a Carol... ¿Para cuándo nace?
― A penas tiene dos meses, nacerá para inicios del próximo año...
― Qué alegría de verdad, todos mis mejores deseos.
― ¡Quiero que traigas a Carol tío! que emocionante será comprar cositas de bebé con ella, ¡Amo las cosas de bebé! ¿Verdad papá? amaba ir contigo y Amie a comprar cosas para los gemelos― él sonríe pero falsamente, para salir del paso.
― Es solo qué... ayer soñé que... no... No es nada...
― ¿Qué soñaste?
― No, no es nada, los sueños no tienen sentido... felicitaciones José, ¡de verdad!
― Me voy a la escuela y luego al baile, vengo ya entrada la tarde, los amo a todos― dije dando dos besos en las mejillas a cada uno.
...
Mientras estirábamos en el salón de baile, Cecile que en este momento está amarrando su cabello color azabache en una coleta de caballo, me está interrogando acerca de los últimos acontecimientos de mi vida, sabía todo, puesto que en verdad confiaba en ella y a mí tampoco es que me costaba confiar, así que no era difícil sacarme las palabras.
Antes de responder a lo que me está preguntando miro como el sol que se cuela por los ventanales ilumina su piel canela de manera espectacular, me fijo especialmente en esto porque yo soy casi albina... cómo quisiera tener algo de color naturalmente...
― Eres una desgraciada... ¡tienes un color de piel espectacular! ― bromeo y ella me advierte:
― Em cuando entrabamos aquí me dio la impresión de que un señor muy extraño te estaba mirando... no sé a lo mejor son ideas mías pero fue extraño de todas maneras, deberías avisar a tu guardaespaldas...
― En realidad yo también he tenido esa sensación, pero no quiero preocupar a Joseph porque le contará a papá y no sabes cómo se pone, no me dejará salir. Además, en realidad puede ser cualquier fan de papá, no puedo solo estar paranoica por la vida.
― Ten cuidado de todas formas, entonces, ¿Qué pasó con Isago?
― Bueno, él sigue actuando de esta manera extraña... en verdad quiero pensar que algo lo está preocupando en el trabajo y no tiene nada que ver conmigo porque ya le he preguntado, me dijo que no pasa nada.
― Supongo que ayer lo viste.
― Sí, fui a su departamento.
― ¿Y cómo estuvo?
― ¿Cómo estuvo qué?
― Bueno... todo...― dice con doble sentido― supongo que tuvieron el paquete completo de noche romántica.
― Pues, fue algo romántico, pero no a lo que te refieres... yo no me he acostado con Isago...
― Un momento... ¿Lo que me estás queriendo decir es que tu estuviste ayer en casa de Isago, solos, completamente solos a las diez de la noche y no te acostaste con él?
― Sí, exactamente eso te digo Cecile...
― ¿Qué está mal con ustedes? ― se rió fuerte.
― Yo estoy esperando hasta casarme...― su carcajada de niña resonó en todo el salón haciendo eco, las otras chicas voltearon.
― ¿Qué significa eso Em? ¿Qué clase de costumbres medievales te inculcaron tus padres?
― Bueno... sí, así es, además aun si no quisiera esperar hasta el matrimonio, no me siento preparada, Isago entiende eso...
― No, creo que todo el problema de Isago es exactamente ese Emma, siento decírtelo, pero él es un hombre... ¿Estás segura de que no te es infiel? lo digo porque hay millones que están dispuestas a dar lo que tú no, cualquier chica normal básicamente― se ríe de nuevo sin poder contenerse― Em lo siento mucho de verdad, pero es que hasta yo, que, ¡vamos! soy una solitaria e introvertida chica que solo estudia y lee, estoy segura de que si tuviese un novio y este novio tuviese un departamento, donde nos encontráramos solos, yo me quitaría la ropa a la velocidad de la luz.
― Isago me comprende, él sería incapaz de verdad, nunca me engañaría. Estoy totalmente segura de eso.
― ¿Cómo puedes estar segura?
― Porque él me quiere y jamás haría una cosa como esa a nadie en general, confío en él plenamente― sonreí en su dirección y me levanté tendiéndole mi mano para que se levantara. La señorita Margarette llegó con toda su petulancia detrás y nos ordenó comenzar. Tuvimos que dejar la conversación hasta ahí, pero era cierto, Isago es un hombre ejemplar... como tío Thiago, como papá, él jamás haría nada como eso.
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Hoy no hay mucho para decir, se van a Brasil todos juntos y revueltos, nos vemos en los comentarios, ¡hasta mañana!
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