Cuando eramos felices y no lo sabíamos
Emma.
Un año atrás.
Noviembre de 2037.
- ¡Moreira! ¡¿Cuál es tu problema?! ¡Muévete niñata! ¡¿Tienes las piernas pegadas al suelo?!- el entrenador me estaba gritando como nunca y no lo culpaba para nada, había perdido la marca de mi oponente, me ganó la carrera y por eso anotó gol, yo no podía concentrarme y no ha sido solo hoy, ayer en el baile también había equivocado la secuencia de la coreografía, la Sra. Margarette me había suspendido por dos días del grupo como castigo. No es que quisiera fallar a propósito, es que simplemente no podía dejar de pensar en Isago y lo extraño que ha estado conmigo últimamente. Sí, eso es un poco inmaduro lo sé, pero tengo dieciséis, no me presionen. El problema no es ese, sino que:
1) Estoy en la friendzone ya que Isago es mi mi mejor amigo junto con Mita, a quienes ustedes conocen como Alma.
2) Él es mucho mayor que yo, nueve años para ser exactos aunque en realidad no se sentía así porque nos conocíamos de toda la vida. Y...
3) Estaría en la lista negra de papá, cualquier chico especialmente nueve años mayor estaría en su lista.
Entonces todo esto apuntaba claramente a: «Em olvídate de él, sigue en tu friendzone como si nada» (por cierto si has estado en una cueva todo este tiempo y no sabes que es la friendzone, te explicaré: es esa relación de amistad donde uno de los dos gusta del otro y este no lo sabe o los dos se gustan y no lo saben, siguen siendo amigos).
En mi opinión quien sea que la inventó, debe de ser castigado eternamente, ¡porque es horrible! Aunque pensándolo bien, Sago había estado confundiéndome demasiado tomando mi mano a cada instante o mi cabello, haciéndome cosquillas o hablándome mucho más de lo que las reglas de la friendzone permiten, así que también es su culpa o yo estoy imaginando cosas donde no las hay. De cualquier manera, no creo que podamos llegar a nada, hay demasiadas cosas en medio, hasta la misma Mita, porque si por algún milagro yo lograra estar con él, ella se sentiría la tercera en discordia.
Hablando de mi prima, ella se había convertido en esta mujer fuerte y valiente que seguro mi tía Kass quería que fuese. Era la chica más responsable del planeta, todos en la familia pensaban y afirmaban a cada momento que Alma era perfecta: perfecta hija, perfecta sobrina, perfecta estudiante, de hecho no me dejaban salir si no era con ella. Y todas las cosas de cierta importancia en la familia se las encargaban, ella en verdad era demasiado correcta.
Una vez escuché a Amie decir que no es que yo fuese mala hija, pero que Mita era demasiado increíble, lo que me causó un poco de molestia a decir verdad, porque no era necesaria la comparación.
Pero lo que más me gustaba acerca de ella radicaba en que no era esta típica mojigata que es correcta y rígida, no. Ella era una chica sexy, usaba cuero y escotes con su cabello salvaje alborotado, los rizos dorados en su cabeza nunca estaban ordenados, entonces era como si de repente vieras a esta «chica mala» de aspecto, actuar como el modelo a seguir de todas las mujeres del mundo, no negaré que en un principio podía parecer confuso, quiero decir, la ves y esperas que va a salir de fiesta y conquistar chicos, cuando lo que en realidad hace es trabajar y estudiar como posesa, aparte de querer hacerse matar; porque ella a diferencia de mi detestaba Venezuela, quiero decir no el país, pero si el gobierno, por lo que le pasó a mamá, entonces como tía Kass si la llevaba consigo cada vez que visitaban a su abuela, Alma había estado involucrada en muchos movimientos allá, de hecho lideraba una fundación para ayudar a personas que habían perdido familiares por culpa de la inseguridad. Hasta aquí todo bien, lo malo es que ella se estaba comenzando a meter en camisa de once varas acusando al gobierno deliberada y públicamente cada vez que podía, su rabia no conocía límites, una vez me dijo que ella no iba a ser como nosotros y dejar que la muerte de mi madre fuese en vano, que ella sí la iba a honrar.
Nadie puede querer más a mi mamá de lo que yo lo hago, bueno evidentemente, papá, pero decidí perdonar, a lo mejor es cobarde o «blandengue» como ella dice, pero no puedo vivir una vida en donde me mueva la rabia en vez del amor, eso no va conmigo. Papá casi sufre embolias cerebrales cada vez que Alma va a Venezuela, simplemente no puede tolerarlo, ha discutido con mis tíos tantas veces al respecto que ya perdí la cuenta. A nadie le gusta, estoy segura de que todos sostenemos la respiración cada vez que recibimos la llamada de tía Kass para avisar que vienen de regreso, siempre pasa por nuestras cabezas la fatalidad, esa es una angustia que me heredó mi padre.
Aún así yo planeo ir a Venezuela pronto, con o sin papá, en verdad necesito conocerla, no puede ser tan mala como dicen.
Volviendo al tema de Mita, con ella es muy fácil, si te ama, lo hace tan profundamente que haría cualquier cosa por ti, si te odia, bueno, date por acabado. Créanme cuando les digo que ella no descansará hasta ver que las cosas mejoran allá, aquí mismo en Francia, ha liderado movimientos a favor de la educación y la cultura o en contra del racismo, está convencida de que va a cambiar el mundo sola, un día a la vez, es digno de admirar. Ella solo escuchaba rock, alternativo, indie y música de protesta de origen venezolano, la mayoría tenían que ser canciones con algún contenido social, yo en cambio era más retro y romántica, me gustaban las baladas en español.
Las manos arriba, una media vuelta cachazo en la nuca y me llevé tu camioneta, ahora agachaditos, mirando pa'l piso, no me veas la cara que las balas están caras... [1]
Escuchaba Mita en mi habitación a todo volumen, cantando.
- ¡Mita! por favor cámbiala, papá puede llegar en cualquier momento y sabes como odia esa canción, ¡cámbiala ya!
- Es una canción genial Em, no lo puedes negar, la voy a cantar más fuerte así toda Francia puede escuchar ¡y ayudarme a derrocar al maldito gobierno de delincuentes en Venezuela!
- ¡Cállate! ¡¿estas loca?! ya te dije que si papá escucha estará muy molesto, ¡ya basta!
- ¿Emma? ¿estás en casa?- gritó papá desde lejos, en el recibidor supongo.
- ¿Ves? dame el mando, ¡apaga eso! ¡ya papá viene para acá!- dije forcejeando, subiéndome encima de ella y tratando de arrancárselo, ¡qué fastidiosa era cuando se lo proponía!- ¡déjalo, insufrible!- de fondo sonaba:
Yo soy el azote que manda en mi barrio, al final de la escalera me están esperando, palazo en la cara, botella en la sien, me prendieron en candela y nadie supo quien fue, this is the karma dance, this is your karma, this is the karma dance, wrachu, rachu karma, la moraleja es: el que con plomo viene con plomo se va... (y se escuchan tiros de fondo). [1]
Por fin lo callé y luego papá entró en la habitación.
- ¿Qué pasa aquí? tengo la sensación de que peleaban.
- ¡Hola papi! no, para nada, estoy enseñándole un nuevo peinado a Mita, todo esta ¡muy, muy bien!- dije con cara de inocencia, Mita también estaba fingiendo serenidad y decoro.
- Andan en algo raro ustedes dos....- repuso con cara de sospecha- trajimos comida thai preciosa, cuando quieran bajan a cenar, las amo- dijo y nos dio un beso en la coronilla a cada una, al abrir la puerta para irse los gemelos miraron a Mita emocionados y papá los dejó entrar- Creo que serán invadidas por pequeños oompa loompas [2] rizados- bromeó al salir.
- ¡Nito! ¡Pelu!- grité- ¿por qué no me llevaron? me dejaron aquí sola... son unos malvados...- fingí tristeza mientras Nito, (lo siento su nombre es David, pero siempre le he dicho así desde que no puede pronunciar bien la palabra «bonito») abrazaba a Mita y ella lo llenaba de besos, Pelu (es Luca, pero esto de tener que explicar los motes se está volviendo algo tedioso, le digo así porque tiene mucho cabello y parece un pequeño peluche... vamos no es original ¡pero es algo!) me respondió en su idioma complicado de palabras enrevesadas de bebé:
- Señor papá dijo tú no quirias ir... yo dije que te trajéramos helado... pero señor papá dijo no... yo quero mucho Mema...- Mita acariciando el cabello de Nito en frente de mi se burló en silencio formando las palabras sin sonido hacia mi: «¿señor papá?», abracé a Pelu para responderle en susurros: no seas así, ¡eres una indolente!
- Está bien Pelu, estoy bromeando, el helado se iba a derretir e iba a ser un desastre rizadito, igual los amo, ¡los amo mucho!
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[1] The choro dance de Famasloop. Banda venezolana de estilo indie.
[2] Oompa loompas: enanitos que trabajan para Willy Wonka en Charlie y la fábrica de Chocolates.
¡Hola! He aquí el primer capítulo de mi bebé, mi historia que he estado gestando poco a poco. Quería aclararles que esta estará narrada un capítulo por Emma y uno por Alma, sé que se están preguntando: ¿Qué pasó con Emma siendo una maldita?, pues eso tendrán que esperarse casi hasta el final para saberlo, puesto que la historia se trata exactamente de cómo llegamos hasta ese punto de malditez en ella. Si tienen el aguante suficiente para soportar un capítulo tras otro se enterarán.
Arriba en el multimedia está el video de "The Choro Dance" por si les interesa saber como va el ritmo de la canción en vez de imaginárselo, además está divertido. La palabra «Choro» aquí en Venezuela quiere decir «delincuente».
¡Nos vemos en los comentarios! ¡Que tengas un excelente día, o tarde, o noche!
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