En el vibrante despertar de la primavera, Taehyung y Hoseok se encontraron envueltos en un torbellino de emociones intensas.

Las promesas susurradas y los encuentros apasionados sellaron su amor con un deseo que parecía eterno.

Taehyung y Hoseok, envueltos en la penumbra de la habitación, compartían miradas intensas que encendían la chispa del deseo. El aire estaba impregnado de electricidad mientras las manos de Taehyung exploraban con ansias la piel de Hoseok. El deseo ardía en ellos, y las palabras prohibidas danzaban en el aire.

— Quiero sentirte en lo más profundo de tu ser... —Gimio— Que tus uñas dejen marcas en mi piel que tus gemidos sean mi melodía—murmuró Taehyung con un tono cargado de pasión, mientras Hoseok respondía con gemidos que resonaban como melodías.

Las caricias se intensificaron, y la habitación resonaba con gemidos entrelazados. Cada roce dejaba una marca invisible pero indeleble en la piel de ambos. Las uñas de Hoseok se hundieron en la espalda de Taehyung, trazando caminos de pasión y posesión.

La melodía del deseo alcanzó su punto álgido cuando los dos cuerpos se fusionaron en un éxtasis compartido. Gemidos y susurros se entrelazaron, formando una sinfonía que sellaba su conexión. El amor y la pasión fluían como un río desbordado.

Los días cálidos y llenos de amor se sucedieron, pero conforme el tiempo avanzaba, la primavera dio paso al verano y, con ello, surgieron tensiones.

—Hueles distinto — murmuró serio el pelirrojo.

—Cambie de perfume— respondió el pelinegro indiferente ...

Las diferencias que antes parecían insignificantes se volvieron grietas en su relación.

—¿Cenamos juntos?— pregunto con entusiasmo el mayor sonriendo.

—Tengo trabajo que hacer, lo siento — respondió el pelinegro y salió.

Las uñas que una vez dejaron marcas de pasión ahora amenazaban con arañar la superficie de su amor.

—¿Ese resguño?— pregunto con preocupación e intriga el mayor tocando el cuello del contrario.

—Fue el perro— respondió firme el menor cubriéndose el cuello...

A medida que el otoño teñía las hojas de tonos melancólicos, Taehyung y Hoseok luchaban por mantener viva la llama que una vez ardía con intensidad.

—¿Vemos una peli?— pregunto aburrido el pelinegro.

—Si— respondió alegre el mayor.

Pero las palabras se volvieron espinas, y los gemidos se desvanecieron en un eco distante.

—¡Ah! ....— gimió el mayor — Espera... Tae — pidió permiso para parar.

— ¿¡Que!?— hablo molesto el otro y salió de la cama.

El invierno se instaló en sus corazones, trayendo consigo la indiferencia glacial.

Las caricias se convirtieron en roces fríos, y las miradas que antes ardían en deseo se volvieron vacías. El amor que floreció en primavera parecía distante, reemplazado por un invierno silencioso y gélido.

Aunque intentaron aferrarse al calor que una vez compartieron, la indiferencia se volvió un muro infranqueable entre ellos, y el amor que una vez fue su refugio se desvaneció en la fría bruma invernal.

"Nuestros sentimientos han evolucionado de maneras diferentes, y creo que sería más saludable para ambos tomar caminos separados. Aprecio lo que compartimos, pero es momento de seguir adelante con nuestras vidas."

Menciono hoseok en la nota que dejó mientras tomaba sus maletas y salía del departamento.

Dejando atrás al recuerdo del primer amor que sintió.

Fin.