Capítulo 12 La apuesta final
Llevando a cuestas a Yuji a su habitación y dejó al chico en la cama, temía que no soportará su aroma, dado que nunca pensó en olfatear algo igual antes, era tan distinto. Busco los supresores entre sus cosas, los había visto antes ya que Yuji era cuidadoso con su celo, no entendía que sucedía.
—Yuji...Yuji ¿Tus supresores? ¿Dónde están?—palmeo sus mejillas para despertarlo, Gojo evitaba respirar fuerte pese a la sensación que le provocaba, su mente se nublaba «¿Por qué su aroma es tan acogedor?...» pensó Gojo el cual no tenía sentido para el Alfa dado que el aroma debía ser seductor, atrayente, sin embargo el de Yuji lo hacía sentir simplemente apacible, con una fuerte sensación de protección, ante el celo de otros siempre fue lo suficiente fuerte para tolerarlo, pero con Yuji estaba perdiendo la cabeza por otro razón. El chico abrió los ojos, con su respiración agitada miro al Alfa tomando su mano.
—Me siento mal—le dijo suplicando.
—Yuji dime ¿Dónde están tus supresores?—Gojo se alejó a la fuerza.
El Omega apenas podía mantenerse cuerdo, el dolor se hacía más fuerte , su vientre ardía como un fuego que no podía apagarse.
—Duele, Gojo-san...ayúdeme.
Gojo se le quedó mirando por unos segundos y pudo sentir como su Alfa interno se apoderaba de su instinto, apretó sus manos contra la cabecera de la cama para evitar estrecharlo entre sus brazos. Así que lo único que pudo hacer fue correr fuera de la habitación y cerrar la puerta tras él, se recargó en ella, pudo sentir como su corazón palpitaba muy rápido.
—Debo buscarle supresores, pero...
Los Omegas tenían supresores recetados especialmente para ellos cuando son mayores, dado que la química de su cuerpo varía y los supresores genéricos no sirven de mucho, recordando la caja que Yuji tenía era un supresor recetado, tal vez por su hermano.
—¿Qué hago? No puedo dejar que el...su hermano, eso es.
Tomó su móvil y llamó al hospital donde trabajaba su hermano, preguntando por él. Una hora después alguien tocó a su puerta, Gojo estaba en el suelo soportando ese delicioso aroma, evitando acercarse a la habitación de Yuji.
Al abrir, Choso le importo poco saludar, tomó una mascarilla de su bolsillo y de un bolso sacó otros instrumentos, una jeringa con un líquido azul.
—Espera eso—Gojo se sorprendió al ver el objeto.
—Necesitare tu ayuda, ponte esto—le dio una mascarilla también.
Los dos entraron a la habitación, con la mirada le indicó que sostuviera al Omega, pero Gojo se negó.
—¡ARG!—Yuji se quejaba sosteniendo su vientre—.Lo siento, niisan, lo siento—hablaba entre delirios, Gojo escuchó sus lamentos, Choso golpeó su hombro.
—Sostenlo—le ordenó a Gojo quien lo tomo por sus hombros para mantenerlo en la cama, pero Yuji se despertó de golpe y le tiró puñetazo en cara, Choso se le quedó viendo, Gojo tenía sangré en la nariz pero pudo ver una leve mueca de sonrisa debajo de la mascarilla.
—Solo inyéctalo—le rogó este.
Tras la inyección, no tomó mucho tiempo para que se quedará dormido. Choso y Gojo se calmaron en la cocina, sentados bebiendo un poco de agua, siendo el médico quien le dio una tableta.
—Tómala te tranquilizará, no es un supresor Alfa, solo es algo más suave—luego sacó una compresa fría para su cara, ahora se podía ver más esa risa llena de malicia.
—Deja de gozar esto, sé que no te caigo bien, pero eso fue demasiado.
Choso borró su risa y volvió a ponerse serio.
—Tenía tiempo que Yuji no pasaba por esto, algo debió suceder.
—Yuji es disciplinado, pensé que estaba regulado, jamás se había saltado sus pastillas—le dijo Gojo.
Choso le echó una mirada bastante severa y tras un leve suspiro , habló.
—Si paso esto es porque está bajo estrés, es algo por lo que alteró su estado mental. Yuji aunque parezca fuerte, sigue siendo un Omega y es emocional, más de lo que crees.
Gojo nunca creyó que ver el lado vulnerable de un compañero fuese a afectar, con Suguru nunca lo vivió, aunque se trataba de un Alfa como él, tal vez eso le gustaba de Suguru.
—Debo decirte algo, no porque confíe en ti, sino porque no quiero que vuelvas a meterlo en problemas—le Choso, sacando de sus pensamientos a Gojo—.Sé que están en una misión encubierta y no me dijo detalles, pero...—una gran pausa dejó a Gojo intrigado—.Cuando tenía 9 años Yuji lo atacaron.
—¿Qué?—Gojo simplemente no podía creerlo.
—Fue su primer celo, pese a que el abuelo le había dicho todo lo que debía saber al ser Omega, él se sintió abrumado y avergonzado, corrió al baño tras empezar a sentirse mal, pero el consejero que pasaba por ahí sintió sus feromonas, él lo atacó, pero antes que pasará a mayores, Ryuji lo salvó.
—¿Ryuji?
—Si, Yuji tiene un hermano gemelo mayor, Ryuji y Yuji, ¿no te lo dijo?
—No, no me lo dijo.
—Bueno, no me extraña, para Yuji es una herida abierta.
—Espera, ¿por qué?
—Primero debo decirte lo que pasó después en ese baño, él tomó su mochila y golpeó al consejero, sin embargo, él quiso morderlo, Ryuji expuso su cuello para que él no mordiera a Yuji y aprovechó para atacar de nuevo—el relato dejó a Gojo helado, pero eso último fue aún más increíble.—Choso levantó el dedo, a lo que Gojo calló—.Cuando todos se dieron cuenta de lo que Ryuji hizo, el recuento de daños fueron, fractura de cráneo, una costilla rota y nariz también, nadie podía creer que un niño de 9 años hiciera eso a un Alfa adulto, pasó en un hospital cerca de un mes y pese a que fue mordido, como él no estaba en celo no pasó a mayores, aun así—el rostro de Choso se volvió aún más sombrío—.Por las agresiones, llevaron a Ryuji a juicio en corte de lo familiar, por ser menor solo paso un año bajo supervisión y fue a terapia, Yuji también pasó terapia, el sujeto no fue acusado al estar bajo la influencia del celo de mi hermano, así que el regreso a la escuela, pero los padres de familia lo obligaron a irse. Sin embargo, Ryuji se volvió más aprensivo con Yuji, y el abuelo pensó que era buena idea enseñarles artes mixtas para enfocar su ira y darles una manera más eficaz de defenderse, él fue después de todo un ex militar, pero tal vez fue un error para Ryuji.
—Dices que el...—Gojo pensaba que había perecido, pero Choso negó.
—Antes de cumplir los 14 años, Ryuji huyó de casa, no lo volvimos a ver, Yuji lo ha buscado desde entonces, jura que lo encontrará y es otra razón por lo que se unió a la policía.
—¿Por qué me cuentas todo esto? No creo que sea por los "problemas" que dices.
—Lo hago porque él te admira, tú eres su modelo a seguir, pero por lo que puedo ver, ni siquiera puedes controlar tu propio instinto, no puedo confiar que vayas a protegerlo, incluso de él mismo.
—Claro que puedo.
—¿En serio?—el rostro del Alfa hermano se volvió sombrío, algo que hizo sentir a Gojo escalofríos—.Bien, te creeré, pero si eres su senpai, llévalo por el camino correcto, ahora debo irme.
Gojo lo despidió en la puerta del edificio, Choso tomó un Uber a casa, solo que un auto lo siguió sin que se diera cuenta.
A la mañana siguiente, Yuji se despertó con un terrible dolor de cabeza, dándose cuenta lo que había pasado, por lo que sintió vergüenza. Gojo está vez fue quien preparó el desayuno, claro que pancakes dulces era su única especialidad.
—Despertaste, tu hermano dijo que ese supresor era fuerte y te ayudaría a suprimir los síntomas en menos 12 horas.
—Si, pero me dolerán los músculos por algún tiempo, no podré ir al gimnasio hoy.
—Mejor, quédate en casa, descansa, yo tengo cosas que hacer—le sirvió un plato con un par de esos esponjosos pancakes, Yuji agradeció con un gesto y comenzó a prepararlos.
Por su parte, Gojo se sentó frente a él bebiendo su café, observándolo mientras comía, tras lo que paso anoche y lo que hablo con su hermano ahora comprendía más la actitud de Yuji de no querer verse débil ante los demás, al ser tan aprensivo de atrapar a los malos. Pero también recordó su dulce y tranquilizador aroma, no sabía que existiera un aroma como el suyo, pese a que sabía que cada Alfa percibe el olor de un Omega en celo de diferentes maneras, lo que no cambiaba era el hecho que sentían la necesidad de aparearse con ellos, pero con Yuji no fue así, su olor era tan delicado pese a ser un chico rudo.
—¿Gojo?—Yuji lo había estado llamándolo, pero se distrajo.
—Ah, dime—el mayor puso atención.
Le confirmo toda la información que había obtenido el día anterior, sobre Todou y los otros peleadores, lo que tenían seguro era que ese sujeto apodado Rago debe tener información crucial del asesinato de Osamu.
—Ya veo es Rago, Nanami me dio información de Naoya y viene ese tipo, es el segundo al mando de los dragones negros, según Hakari tienen su base en el sur de Shinjuku cerca de un almacén abandonado. Bueno, ya lo veremos, por el momento quédate a descansar, yo iré a buscar a Hakari.
—Entiendo, lo haré, avisaré a Kirara-senpai que estaré ausente los próximos dos días del gimnasio por hoy.
Ya era su segundo día que descansaba en casa, que Itadori estaba intranquilo, pese a que le dolía todo el cuerpo todavía por los efectos secundarios del supresor inyectado, necesitaba saber más de este tal Rago y Gojo no le decía nada relevante, así que curioseando entre las cosas que Gojo encontró el expediente de Zenin Naoya, entre más leía más quedaba asqueado de esta persona, era una basura humana en toda la extensión de la palabra, no pudo esperar más tiempo para recuperarse así que decidió ir.
Dio con el almacén preguntando a los lugareños, en especial a los vagabundos que ahí vivían. Tal como dijo Gojo su base estaba en un sitio abandonado, de hecho, había un par de camionetas blancas estacionadas afuera. Se escabulló por un costado del edificio y noto unas cajas que lo podían elevar sobre la ventana principal, trepó logrando entrar.
Dentro, era como un gran gimnasio, aparatos y un ring de box, en un segundo piso estaba una oficina, también había otra habitación, pero no se podía ver lo que estaba dentro. Logró arrastrarse dentro, ocultándose tras unas cajas, fue cuando vio a Rago entrar con dos sujetos.
—Es el—murmuro Yuji, pero al moverse un poco para enfocarlo, se tropezó con alguien inesperado, los dos se miraron mutuamente y se señalaron.
—¡¿TÚ?!—dijeron al unísono.
Se trataba de la peli verde, Zenin Maki, esta vez con ropa casual, al hacer un poco de ruido por la impresión, ambos se taparon la boca, Rago y sus hombres escucharon algo, pero al mirar hacia su dirección, no notaron nada. Una vez se tranquilizaron las cosas, Yuji y Maki se alejaron para poder hablar.
—¿Qué haces aquí?—le pregunto Maki a Yuji en voz baja.
—Esa pregunta debería hacértela a ti, ¿no eres de los Zenin? ¿Por qué te ocultarías?—le cuestiono el chico, a lo que ella rodó los ojos y le señaló justo en su nariz.
—No tengo porque decírtelo, solo lárgate antes que ellos nos encuentren, olvidare que te vi aquí—ella intentó volver a colarse, pero Yuji la tomó del hombro, fue cuando le lanzo un puñetazo, Yuji por supuesto lo intercepto, aunque noto la increíble fuerza de la Omega de los Zenin—¿No vas a dejarme?
—No, hasta que me digas ¿Qué haces? Esos tipos son peligrosos.
—Eso lo sé, idiota, por eso estoy aquí, porque estoy segura de que ellos mataron a Osamu—dijo ella, revelando su razón, no esperaba que Yuji lo entendiera, pero este suspiro.
—Yo también busco a su asesino, y sé que fueron ellos, pero no tengo pruebas—le murmuró.
Maki se le quedó mirando ¿Por qué este desconocido estaría buscando al asesino de Osamu? ¿Y por qué también quiere ayudar a Midori?
—¿Quién eres realmente?—le pregunto a lo que Yuji estaba por tratar de explicarle cuando una enorme mano atravesó las cajas que los cubrían, el instintivamente la alejó, abrazándola para caer hacia atrás, las cajas fueron removidas de golpe y ambos fueron descubiertos.
—¿Qué demonios? ¡Rago!—el grandulón que los atrapó alertó a todos.
Los peleadores que estaban entrenando en ese gimnasio clandestino dejaron sus actividades para rodearlos, Rago por su parte no podía creer que esos dos estuvieran ahí.
—Zenin Maki la perra Omega de Ougi y tú, Itadori Yuji, ¿cierto?—Rago sonrío puesto que parecía que algo le había caído en bandeja de plata, levantó la mano para impedir que los atacaran, pero estaban rodeados.
—¿Ya ves lo que hiciste?—le reclamó Maki.
—Tu fuiste quien nos delató—le contestó Yuji, ambos espalda con espalda con los puños en alto.
—Y bien ¿Qué están haciendo aquí?—les cuestiono Rago.
Maki no iba a quedarse quieta así que lo enfrentó.
—Dime ¿Tú mataste a Osamu?
Yuji se quedó perplejo de que ella le preguntara directamente. Rago por su parte comenzó a carcajearse.
—¿Y que si lo hice?—les dijo—.Solo porque esa perra en celo era tu medio hermano, Ougi lo ordeno, ¿lo sabías?
«¿Fue Ougi no Naoya?...» pensó Yuji mirando la reacción de Maki, quien apretó el puño furiosa.
—Tu padre nos pidió que lo lleváramos lejos, una vergüenza más a la familia, como ustedes, pero al menos con ustedes no les tienen asco—continuo Rago burlándose.
—¿Qué quiso decir con eso Maki?—le preguntó Yuji en voz baja.
—Los Alfas Zenin no tienen relaciones con Omegas masculinos y mucho menos tienen hijos con ellos, o eso quieren hacerles creer a todos, por eso Osamu—la voz de Maki se apagaba—.La jerarquía es importante y para no diluir la sangre, ellos nos usan para otros familiares del clan, Midori a ella no se le permite decir que su madre es un Omega masculino—explicó ella, como si sintiera culpa de lo que paso a Osamu, pero para Yuji cobraba más sentido, no lo habían matado solo por ser el peleador estrella de Hakari, sino porque su existencia era una aberración y vergüenza a los Zenin, eso molesto a Yuji.
—Ya basta, no puedo matarte Maki, pero no dijeron nada en lastimarte, y tú—se dirigió a Yuji—.No sé qué haces aquí, pero fue una mala idea, si te mato ahora la apuesta será nuestra—Rago.
—¿Apuesta?—Yuji sin conocimiento de la puesta entre Gojo y Naoya.
. . .
En la calle, saliendo a hacer una entrega de un paciente a domicilio, Fushiguro se topó con Kirara, él estaba tomando un café en una tienda cercana, el Alfa evitó su mirada para irse, pero el Omega cruzó la calle para alcanzarlo.
—¿Tu eres Fushiguro? Amigo de Yu-chan.
—Yo, si—asintió sin poder escapar, claro que Fushiguro sabía que no debía mencionar que Yuji era policía, lo que llevó a un momento incómodo de silencio—¿Qué puedo hacer por ti?—le preguntó este.
—Es que eres muy apuesto, ¿te lo han dicho?
—Bueno, eso—Fushiguro no estaba acostumbrado a ocultar cosas, así que estaba demasiado tenso.
—¡Ja, ja! Quita esa cara, solo hacia conversación, dime ¿Te ha dicho lo que hace para nosotros?—Kirara se cargó en el auto de la clínica para la cual trabajaba.
—No, suele ocultar cosas muy seguido, pero no le pregunto, no debería meterme en sus cosas—le contestó viendo a todos lados evitando su mirada, fue cuando Kirara sacó de su chaqueta una tarjeta con el código QR—¿Esto es?
—Visita la página y tendrás una invitación exclusiva para ver a Yu-chan.
«Significa que puedo verlo si voy a este lugar, pero si lo hago Gojo va a...no, necesito verlo con mis propios ojos» pensó Megumi, tomando la tarjeta.
—¿Está bien si voy?
—Por eso te la doy, me gustaría que fueras, es divertido—le sonrío este para luego dejarlo solo.
Fushiguro se le quedó mirando la tarjeta, era una oportunidad de oro, así que la guardó en su bolsillo trasero.
. . .
De regreso al almacén, Yuji estaba en problemas, no tenía idea de que excusa usar para estar en ese sitio, fue cuando Maki habló.
—Viene conmigo, ¿creen que vendría sola a un lugar como este? Él fue amigo de Osamu así que lo convencí—lo cubrió Maki.
—En ese caso, no dejaremos que ambos salgan como si nada de aquí—Rago levantó una mano y con una seña sus peleadores se fueron contra ellos.
Yuji creyó que tendría que pelear contra todos solo, aun no estaba completamente recuperado así que sería difícil, mas no imposible, sin embargo, Maki dio un salto y les propinó una gran patada a dos tipos al mismo tiempo.
—Pero ¡¿Qué demonios?!—expresó sorprendido que ella supiera pelear, y no solo eso, fuese tan fuerte. Sonrío y tras lamerse los labios también se unió a la batalla, uno tras otro caía víctimas de sus puños, el dúo era muy hábil.
Rago se dio cuenta que había cometido un gran error, Maki no dejaría que escapara así que fue tras él.
—¡Espera, Maki!—Yuji fue rodeado por dos de ellos, peleando para lograr ir tras esos dos.
El sujeto fue a esa habitación al fondo, Maki lo siguió pero al entrar ella se quedó pasmada, había armas en todas partes, Rago aprovechó su distracción y tomó una pistola, apuntándole.
—Si te mato por error, creo que me podrían perdonar—le dijo a punto de tirar del gatillo, Maki sabía que moriría a esa distancia, pero Yuji entró de golpe, tomó a Maki y rodaron por el suelo, el disparo dio en la pared. Rago se dio cuenta y mejor huyó antes que algo más pasará.
Para cuando Maki y Yuji salieron, Rago había huido, pero antes que nada, Yuji se acercó a la Omega y revisó.
—¿No te pasó nada?
—No, estoy bien—dijo ella algo molesta. Pues el asesino de su medio hermano escapó, al estar todo calmado ahora, el oficial le dio un leve golpe en la cabeza—¡Ouch! ¡Eso me dolió, idiota!
—Es que eso fue imprudente, por eso te di mi tarjeta, para que buscaras mi apoyo.
—No podía confiar en un desconocido solo porque me lo dio su tarjeta—dijo ella, Yuji lo pensó y tenía sentido, pero tras cavilar, volvió a regañarla.
—Aun así, confiaste en mí en la pelea y salve tu vida, eso nos hace amigos—le sonrío, ella lo vio extrañada.
—¿Eres idiota o qué? Solo te use para matar a ese malnacido Alfa—le dijo ella,
—Oye, salve tu vida, deberías al menos agradecer—Yuji se cruzó de brazos, Maki ya no sabía si era idiota o no, pero no podía conseguir seguir enojada con ese Omega, así que tras un gran suspiro, dijo.
—Gracias, ¿contento?
—Fue mejor, por ahora es mejor irnos de aquí, volverán con más gente—dijo Yuji, dado que descubrieron esas armas y era imposible que las dejaran ahí.
Itadori llevó a Maki a su departamento, para curar las heridas que tenía visibles la mujer, ambos subieron a la azotea, ella se sentó en una silla mientras dejaba que el chico limpiara su cara.
—Eso fue imprudente.
—Lo sé, pero ya estoy harta—gruño Maki, fue cuando se dio cuenta que él nunca le dijo ¿Por qué estaba en ese almacén?—.Yuji, no me dijiste porque estabas ahí.
El Omega bajo sus manos y tras lo que pasó, no podía seguir ocultándolo.
—En realidad soy policía.
Los ojos de Maki se ensancharon con la noticia, se levantó de la silla y se alejó unos pasos de este.
—Espera Maki, estoy aquí porque quiero salvar a Midori, llevarla con su madre y también quiero detener al asesino de Osamu—fue cuando Itadori recordó que la persona que ordenó la muerte de Osamu fue el padre de Maki, pensó que fue un error—.Yo...
—¿Crees que puedas atrapar a ese bastardo?—Maki le preguntó refiriéndose a su propio padre.
—Si, lo haré, Rago lo mató por órdenes de tu padre, ¿no? Debo tener una manera de atraparlo si llevo a Rago a la justicia.
—No, eso no funcionara, Rago es fiel a la familia en especial a Naoya, iría a la cárcel por ellos, pero me tienes a mí, soy testigo de lo que Rago dijo.
—No es tan fácil Maki.
—¿Por qué? ¿Por qué soy Omega? No sabes la frustración que tengo en no poder salvar a mis hermanas y dejar morir a Osamu—la mujer se llevó la mano al pecho—.Moriría por ellas, Mai dejó de pelear hace mucho, pero yo no, yo quería librarnos de ese infierno.
—No—Itadori tomo sus manos para calmarla—.Porque será tu palabra contra la tuya, en este punto tu familia te abandonaría y dejarías a tus hermanas solas, ¿entiendes? Pero, dame más tiempo, sé que encontraré la manera.
Maki se le quedó mirando, sus manos juntas sintiendo la calidez del chico, ella al menos era solo un año mayor que él, pero sentía que podía confiar en su palabra.
—En ese caso, volveré a casa.
—¿Qué? Después de lo que paso, volver ahora sería...
—No pueden matarme, soy material para procrear a sus bastardos—dijo ella con tanta confianza—.Además, soy fuerte, puedo soportarlo.
—Maki—Itadori no quería dejarla ir, fue cuando Gojo abrió la puerta de la azotea y los vio con sus manos entrelazadas, eso le removió algo en el estómago—¿Gojo-san?
—¿Qué está pasando aquí?—él seguía viendo sus manos juntas, Maki se dio cuenta y las soltó, sonrojándose un poco, pero ella de inmediato se comportó altiva de nuevo.
—¿Eres también policía?—le preguntó como si nada.
—¡YUJI!—Gojo se dirigió a ellos y se interpuso entre los dos.
Tras explicarle lo sucedido y llevarse la regañada de su vida, Gojo tenía a ese par sentado en el sofá, mirándolo como un padre estricto.
—Maki-chan, si vuelves sabes que corres peligro, pero podría ponerte en una casa segura, ¿si lo deseas?
—No, volverá a la mansión, como le dije a Yuji—ella ya lo llamaba por su nombre, eso hizo saltar una vena en la sien a Gojo—.No van a matarme, y necesito estar con mis hermanas, además ellos no descubrieron que Yuji—la segunda vez hizo que Gojo golpeara con fuerza sus dedos contra las piernas—.Es policía por mí, y al final tendré el gusto de darle el golpe a esos bastardos.
—No te prometo nada, ¿y lo sabes? Si el asesino no confiesa que Ougi lo mandó matar, será difícil para todos, pero tengo confianza en obligarlo—le dijo sonriéndole a la Omega—.No importa que tan fiel sea, yo tengo mis métodos.
—Este idiota vendado ¿es de confiar?—le pregunto Maki señalando a Gojo, Yuji sonrío nervioso y asintió un par de veces, mientras que el pobre Gojo se señaló al escucharla llamarlo "idiota vendado"—.Bien, confiare, así que debo irme—Maki se levantó.
—Buscaré un Uber para llevarte.
Ella se fue, dejando solos a los dos detectives, Gojo no dudo en darle un golpe en la cabeza a Yuji.
—¿Y eso por qué?—se dolió el chico.
—Pusiste la operación en riesgo y peor aún, te pusiste en riesgo tú mismo, Yuji ¿Qué haría si te pasará algo?—le dijo Gojo suspirando molesto.
—Lo siento, pero debía encontrar pistas, tú lo dijiste, debemos obligar a Rago a testificar contra Ougi.
«Este chico sigue sin pensar en lo que pueda pasarle...» pensó Gojo al mirarlo, recordando lo que dijo Choso, Yuji se sentía culpable de que su hermano fuese mordido y que huyera de casa, por lo tanto no dejaría que esté caso no se resolviera para llevar a Midori a casa.
—Bien, de eso me encargo yo, dentro de poco será la gran pelea, tu solo concéntrate en ganar tiempo.
—Si, eso haré.
. . .
Al día siguiente, Gojo se vio con Naoya a solas, mismo que encontró en un restaurante.
—Eres valiente en venir aquí después del desastre que hizo ayer tu Omega entrometido.
—Si, bueno se hizo amigo de tu prima.
Al escuchar eso Naoya chasqueó la lengua.
—Ella recibió su merecido, mi tío no es nada indulgente—sonrío esté, bebiendo un poco de licor.
—No es necesario esconderlo, Yuji fue amigo de Osamu, por eso llegamos a este mundo de peleas, y por eso Maki-chan pidió su ayuda para encontrar a su asesino.
—¿Y qué? ¿Por qué me importaría un Omega como él? Fue un desliz de mi tío, él solo pidió un poco de ayuda, en esta familia así se arreglan las cosas.
—Dejémonos de tonterías Naoya—Gojo colocó su mano en la mesa, sacando dos naipes, un Rey y una Sota—.Voy a apostar por el hecho que Naobito, tu padre no supo de la existencia de Osamu, ¿cierto?—al decir eso, Naoya apretó los dientes, pero bebió un sobre de su licor.
—¿Y?
—Eso es fácil de adivinar, tú le dijiste a tus hombres que ayudarán a Ougi en matar a Osamu para que te debiera un favor, pues en caso de que tú padre muera, él es el siguiente en la línea de sucesión, ¿no es así?—Gojo escondió la cartas con un movimiento y dejó salir el As—.Podrías usar esa indiscreción de tu tío para subir después ante el resto de la familia, es tu as bajo la manga, ahora bien—esta vez le dio un revés a su mano y se mostró una Reina—.Necesitas afianzar tu reinado con algo más, es por eso que usas las peleas clandestinas, debes subir de nivel, ahí puedes encontrar peces grandes—explico dejando que Naoya se molestará más, pero Gojo fue listo, coloco el resto de la baraja en la mesa.
—¿Qué quieres?
«Lo sabía, no echaría a perder su negocio de venta de armas porque eso le atraería más clientes, gracias a qué Yuji y Maki encontraron su arsenal, puedo jugar está carta. Ya que su padre no se atrevería a eso, es conservador, pero también debe deshacerse de su tío...»
—Hakari y yo queremos al asesino de Osamu, si tú me lo das en bandeja de plata, te lo quito del camino, no te ensuciaras las manos, pero necesitaré pruebas. Además también alejo la atención de Hakari de ti al menos hasta que cierres el negocio.
—Matar a mi tío no será fácil.
—Invítalo a la noche de peleas y yo me encargo del resto, te libraras de lo que más te estorba y no tendrás que usar tu peligrosa carta—la gran sonrisa de Gojo lucía encantadora. Se levantó de la mesa para irse ante los ojos de uno de sus guardaespaldas.
—¿Qué ganas con eso?—Naoya sin saber sus intenciones, pero Gojo simplemente alzó los hombros y contestó.
—Digamos que soy de esas personas que le gusta ver arder el mundo.
Cuando dijo eso, Naoya tuvo un pequeño recuerdo, una persona que recientemente conoció dijo lo mismo, entrecerró los ojos.
—Qué curioso, hay alguien que me dijo exactamente lo mismo.
«¿De quién se tratará? Bueno, eso no importa ahora, solo que muerda el anzuelo...» pensó el detective.
—¿Qué hay de nuestra apuesta?—cuestiono Naoya recordando ese evento en que lo desafío ante todos.
—Ah, esto y aquello son cosas diferentes.
—¡Ja, ja, ja! Muy bien, muy bien—se carcajeó dejando ir a Gojo.
Una vez solo, tomó su móvil y llamó por teléfono a uno de sus hombres, el mismo que vigilaba el hospital donde trabajaba el hermano de Yuji.
"Zenin-san..."
—¿Qué tienes?
"El tipo que vimos salir del departamento se llama Itadori Choso, igual que ese Omega..."
—Así que debe ser su hermano ¿Algo más?
"No, no tenemos más información, es como una aguja en un pajar..."
—No importa, con ese sujeto tenemos para mis planes, ya saben qué hacer.
"Si, entendido..."
Colgó el teléfono, recargando ambos codo en la mesa pensando que él no se dejaría embaucar tan fácilmente por ese tipo, el cual no soportaba, pero usaría para deshacerse de su tío.
. . .
De camino hacia el punto de encuentro con Yaga para los detalles de la última jugada, ahora que tenía a todos en sus manos, llamó a Hakari para dejarle como su presa había caído.
"Hey, Gojo ¿Se lo trago?..."
—Tengo al asesino, vendrá a la pelea y podrás vengarte de él.
"¿Es un Zenin?..."
—Si, y Naoya nos lo va a entregar, pero necesito de tu ayuda para algo.
"Dime, lo que sea..."
—Es respecto a Midori...
En una habitación de hotel, Gojo se vio con Yaga e Ijichi, el Alfa de cabello blanco les daba toda la información que había reunido y sus planes para tomar el lugar de la lucha clandestina. Mostró las fotos de todos aquellos que tenían como prioridad, entre ellos Naoya, Ougi, Roga, también Hakari y Kirara, entre otros, etc.
—¿Yuji lo sabe?
—No, es mejor así, le diré solo lo que deba saber.
—No es bueno que le ocultes tanto, Gojo—Yaga le veía muy serio, era como si presintiera algo malo.
—Él debe concentrarse en la pelea, será la distracción mayor su acto nos beneficia a todos, espero que Hakari cumpla con lo que dijo, si eso pasa, solo deben entrar y detenerlos a todos.
—Le pedí a Nanami y Haibara sus refuerzos, necesitaremos a varios activos, por lo que debe ser muy preciso—comentó Yaga.
—Si, por ello estos planos del edificio que nos proporcionó Gojo-san serán de ayuda—Ijichi se ajustó los anteojos.
—Ijichi te encargó el resto, Utahime también está actuando.
—Tiene todos los documentos para los arrestos listos para ser firmados por el juez si es preciso, pero me envió un mensaje para ti—le comentó Ijichi, a lo que Gojo le volteo a mirar—.Dijo, no la cagues porque si no la fiscalía podría ir tras tu cuello.
—¡Ja, ja, ja! Siempre la misma, claro que no lo haré—Gojo dejó el lugar, cerrando la puerta tras él.
Yaga e Ijichi se quedaron ahí, este último noto una mirada extraña en su jefe.
—¿Pasa algo director?
—El ver a Gojo de ese modo, siempre me dio escalofríos, y me alegro de que sea de los buenos, porque si él hubiera seguido el camino de su familia, Japón sería esclavo del clan Gojo.
—Sabe, siempre tuve curiosidad ¿Por qué Gojo-san se hizo policía?
El director lo miró y tras un largo suspiro dijo.
—Es algo que tuvo que ver Geto y creo que eso siempre se lo agradecerá Gojo.
. . .
En una gran mansión en Kioto, cuyo paisaje era digno de la realeza, caminando bajo la luz de tarde en el jardín, dos figuras fueron recibidas por el ahora dueño de tal edificación, un anciano que tenía un traje tradicional.
—Y díganme ¿Qué quieren ofrecer que no tenga ya?—les pregunto a esas dos figuras.
—Ustedes son el clan más fuerte de toda Asia, es algo muy notorio, pero para pequeños distribuidores como nosotros, sería bueno tener amigos, y le convendría tenernos como amigos, porque podemos garantizar que le quitaremos un peso de encima—
—¿Y qué peso es ese?—el anciano seguía dándoles la espalda.
Pero en un movimiento osado, el interlocutor se acercó hasta su oído y le susurro.
—Gojo Satoru.
Al escuchar eso, la impresión del rostro del anciano cambió, dándose la vuelta para ver a ese par.
—Geto, ¿verdad?
—No, con ese nombre ya no me identifico, es impuro, de los monos que me dieron a luz, ahora soy Kenjaku—le dijo muy tranquilo con una pequeña sonrisa y a su lado, ese joven con tatuajes por todo el cuerpo, el anciano sentía peligro ante la mirada de ese joven agresivo.
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