Capítulo 11 Apuestas

De regreso a casa, Kirara y Yuji fueron directo a un almacén oculto que estaba remodelado como departamento, donde vivía junto a Hakari dado que no solo eran socios sino pareja, pero al ingresar al recinto se toparon con Hakari y Gojo hablando.

—Kirara, volviste—la mirada perdida del Alfa lo delató, estaba muy ebrio, por su parte Gojo, aunque tenía una copa frente a él, no había bebido ni una gota.

—Kin-chan debes ir a dormir ya, Yuji gracias por acompañarme, pero será mejor que se vayan.

—Si, nos vamos—Yuji hizo un gesto a Gojo, este se levantó para irse con el Omega, pero Hakari lo tomó del brazo.

—Hey no, solo una vez, brinda conmigo, no puedo confiar 100 % en alguien que no bebe, si no bebes está copa conmigo olvídate de nuestro trato.

—¡Kin-chan!—Kirara lo regaño, pero Gojo miró el vaso y lo bebió todo de golpe.

—Lo ves, así que buenas noches—le dijo, alzando una de sus cejas, Itadori se sorprendió puesto que en todo ese tiempo no había visto a Gojo beber, incluso declinaba invitaciones de los otros oficiales y una vez Ijichi le comento que Gojo es abstemio.

Los dos salieron de ahí, pero antes de llegar al auto, Itadori noto que Gojo se quedó detrás como si estuviera algo ausente.

—¿Gojo-san?

—Conduce—le dio las llaves, yendo al asiento del copiloto, donde se metió y recargo hacia atrás como si fuese a dormirse. Yuji lo veía extraño, dado que en realidad nadie podría estar ebrio con esa pequeña copa, bueno, al menos no él.

Al llegar al departamento, en la última escalera Gojo tropezó, Yuji de inmediato lo sostuvo entre sus brazos, pasándolos alrededor de su cuello.

—Gojo-san ¿En serio no bebe nada?

—No me gusta el sabor del alcohol, nunca me gustó, solo llévame a la cama, dormiré y mañana estaré como nuevo—le dijo con un tono algo raro, señalando la cama.

—Si, claro—el Omega prácticamente lo arrastró hasta su habitación, era mucho más alto que él y por lo tanto pesado, sus pies se arrastraban y fue justo al abrir la puerta Gojo que se tropezó y cayeron al piso de la habitación, en un abrir y cerrar de ojos, Gojo aplastaba a Yuji contra el suelo—.Gojo por favor, es pesado, debe moverse.

—Yuji...Yuji—este le susurro al oído, su voz sonaba algo ronca, inclusive seductora.

—Voy a moverlo—le dijo Yuji que no le quedaba más remedio que empujarlo bruscamente, pero Gojo no lo dejo, abrazándolo—.Gojo no haga esto—Yuji forcejeo un poco, pero en un movimiento el Alfa lo sostuvo, mirándolo a los ojos, el corazón del Omega comenzó a latir fuertemente.

«No puede ser, está ebrio con solo una copa, ¿Así que esto sucede si alguien que no acostumbra a beber lo hace? No, no debería ser así...debo alejarlo...»

—Yuji sabes, eres tan sexy...—aquello hizo sonrojar al Omega.

«No, por dios, está delirando...» pensó Yuji.

—¿Eh?—lo empujo de nuevo, pero en un descuido Gojo lo beso, los ojos de Yuji se ensancharon ante tal acción, sus labios contra los de Gojo, pero no fue solo eso, el Alfa comenzó a moverlos, Yuji pudo sentir el sabor del licor que bebió—¡Mmm! Gojo—cerró los ojos al verse comprometido, su mente se perdió un instante.

«¿Qué hago? Gojo-san está besándome, es la primera vez que beso a alguien, necesito...»

Su cuerpo comenzó a reaccionar, al ser Omega era más susceptible, sus labios al fin se separaron, Gojo ahora atacaba su cuello, Yuji sintió un estremecimiento en especial cuando succionaron su piel, reuniendo todas sus fuerzas.

«Lo siento mucho, Gojo-san...» pensó el chico y le propinó un golpe directo en la cara, Gojo estaba indefenso así que cayó desmayado sobre su pecho.

Yuji se quedó ahí por unos instantes recuperando su aliento, sintiendo la respiración agitada, para luego arrastrarse lejos de este, se llevó la mano al pecho.

«Eso estuvo muy cerca, pero no puedo enojarme estaba ebrio, será mejor que no recuerde nada, aunque...» Yuji vio el golpe en la cara «Bueno, ya pensaré si pregunta por el moretón que seguro dejará...» sonriendo. Él sabía que no podría culparlo por eso, y realmente no sintió malicia del mayor, de hecho, una vez que calmó su corazón fue como si hubiese sido un sueño.

Dejo al mayor en el suelo de la habitación, le dejó caer una manta encima y fue al baño, su cuerpo aún temblaba, tras lavarse la cara, se miró al espejo, fue cuando se dio cuenta que había una marca en su cuello.

—Ah no, esto...maldición, dejará una marca, debo pensar en ¿Cómo ocultarlo?—luego recordó un accesorio que recibió ese día.

Una vez en su cama, veía el techo, en definitiva, no podía dormir por lo ocurrido, de pronto su teléfono sonó, atendiendo sin mirar quien era.

—Hola.

"Itadori..."

—Ah, Fushiguro eres tú—el Omega recordó que este se le había confesado y aunque no eran nada, sentía que podría haberlo traicionado.

"Quería saber ¿Cómo está todo por allá?..."

Tal pregunta ondeó en su pequeña experiencia, pero no le diría a nadie lo que pasó.

—Bien, aunque sabes que no puedo hablar del trabajo.

"Lo sé, dime ¿Ese idiota no ha hecho nada tonto?..."

Itadori no sabía que decir, pero una cosa tenía clara, Fushiguro no le tenía nada de respeto a Gojo, de cierta forma eso lo hizo reír, olvidándose un poco de lo que pasó.

«No debería de sobre pensar las cosas, él no estaba en sus cabales...»

—Gracias Fushiguro.

"¿Eh? ¿Por qué?..."

—Solo gracias, me hiciste pensar en lo que realmente importa.

"De nada, supongo, por cierto, Itadori, hazme un favor..."

—Claro, dime.

"Dile al idiota que, si algo te llega a pasar, voy a matarlo yo mismo..."

—Fushiguro, no puedes hacer eso.

"Buenas noches..."

—¡Ja, ja! Buenas noches.

A la mañana siguiente, Gojo despertó sorprendido que estaba dormido en el piso, de hecho, no recordaba nada después de beber esa copa, pero un punzante dolor en la mejilla le hizo quejarse.

—¡Ouch! ¿Me habré golpeado con algo? Bueno, eso...—recordó al menos que bebió la copa de licor, su resistencia era nula así que tendría sentido el que despertara en el piso y se hubiera golpeado.

Un aroma muy rico llegó a sus fosas nasales, era el desayuno que Yuji preparaba, así que tras ir a tomar un baño fue a la cocina y vio algo que no esperaba.

—Ah, buenos días, Gojo-san.

—Buenos días—el mayor notando algo en su cuello—.Yuji, ¿Eso?—señaló el mayor, puesto que el Omega traía puesto un collar, el mismo que le habían dado en el gimnasio.

—¿Esto? El médico que atiende a los peleadores de Hakari-san me lo dio, todos en el ring de pelea lo usan, de hecho, iré hoy para allá, voy a entrenar un poco y veré si encuentro más información.

—Entiendo, pero es raro verte con un collar.

—Si, bueno en la escuela lo usaba, solo serán dos semanas—le sonrió el Omega.

—Bien, si eso quieres. Por cierto, anoche ¿yo actúe raro?

Cuando le dijo eso, Itadori se estremeció, de hecho, casi tiraba él no jugó que servía.

—Gojo-san es un mal bebedor, por favor no me haga volver a cargarlo ¡Ja, ja!

Golo se le quedó mirando, como no recordaba nada, confío en las palabras del muchacho.

—Tenía que hacerlo, Hakari no es un tipo tonto, voy a verlo de nuevo, sé que intentara algo contra los dragones negros más tarde, ¿Tu viste a Midori-chan?

El joven detective le contó todo lo que pasó, la chica estaba a salvo por el momento, pero, aunque según las gemelas Zenin, ella estaba por su propia voluntad era obvio que algo pasaba en esa casa.

—Gojo-san, debemos ayudarlas.

—No—contesto tajantemente.

—¿Qué?

—Yuji nuestra misión regresar a Midori-chan a casa, encontrar al asesino de Osamu y acabar con las peleas clandestinas, no salvar a nadie, no somos superhéroes.

—Pero...

—Dije que no, apégate al plan que establecimos, el asesino de Osamu puede que sea un dragón negro y trabaje para Zenin Naoya, el debió encargar su asesinato, pero si lo atrapamos podemos hacer un acuerdo para testificar contra el clan Zenin, es la ruta más segura.

—Lo entiendo—suspiro el menor.

Más tarde en el gimnasio, Itadori ingresó como uno más del equipo, Kirara lo saludo desde el segundo piso donde tenía su oficina. Paseo por el lugar hasta que ocupo unas máquinas para hacer pesas, todos a su alrededor lo observaban y no estaba de más, había vencido a uno de los mejores peleadores de los dragones negros. De hecho, lo saludaron amablemente y platiqué con algunos de ellos, aunque no saco mucha información. Pero la calma duró poco, puesto que un sujeto nuevo llegó, era muy alto y fornido, una coleta con rastas y tras pagar su membresía, fue directamente hacia Yuji, sonriéndole.

—¿Eres Itadori Yuji?

El Omega que estaba en el aparato de piernas, se detuvo.

—Si, lo soy.

—Excelente, te tengo una pregunta.

—¿Eh?

—¿Qué te gusta de una pareja?

Itadori se le quedó mirando, con solo verlo sabía que se trataba de un Alfa, echó un vistazo a los demás, estos parecían conocerlo así que prácticamente huyeron asustados.

«¿Por qué tengo un mal presentimiento de este tipo?...» pensó.

—¿Es un examen o qué?

—Solo contesta—el tipo fornido estaba atento a Yuji.

—Bueno, si tuviera que escoger, sería alguien alto y buen trasero—le contestó con una débil sonrisa.

El hombre al escucharlo comenzó a llorar.

—¿Ah? ¿Estás bien?—trato de consolarlo, pero el tipo lo tomó por los hombros.

—De ahora en adelante, eres mi "Brother".

—¿De qué demonios estás hablando?

Los espectadores se quedaron impactados, era como si hubieran visto un fenómeno de circo.

—Mi nombre es Todou Aoi, y tú Itadori Yuji eres mi mejor amigo desde ahora.

—Ok, si tú lo dices.

El grandulón se sentó a su lado, muy tranquilamente.

—Es que ayer vi tu pelea en un video, en realidad quiero pelear contra ti, jamás había visto movimientos tan rápidos y poderosos , aunque es un leve desperdicio.

—¿Desperdicio? ¿No crees que eres grosero con tu mejor amigo?—siguiéndole la corriente.

Cuando todos escucharon eso por sus mentes cruzó la siguiente frase "Ya es su mejor amigo".

—Desperdicias poder, eres Omega, ¿no? Los cuerpos de Alfas y Omegas son diferentes, pero cada uno tiene sus ventajas y desventajas. Como Omega tienen una velocidad nata, todos hacen uso de ella, pero tú a diferencia de otros, tienes un poder oculto.

Al escuchar eso Yuji se interesó por este loco Alfa, fue cuando Todou alzó la mano para rascar su cabeza que vio un tatuaje en su mano, era de los dragones negros, eso puso en alerta al Omega, uno de ellos había matado a Osamu así que debía averiguar ¿Quién?

—¿Desperdicio poder?

Todou sonrió de oreja a oreja y señaló una sala de colchonetas, eran usadas para actividades de gimnasia. Yuji lo siguió y tras tronarse el cuello, reto al Omega a pelear.

—Itadori no creo que debas ir—un valiente se acercó a el—.Todou es el peleador estrella de los dragones negros, esas manos incluso matado.

El solo imaginar a ese tipo matar, erizo la piel de Yuji, pero también se sintió más emocionado, si ese tipo era quien asesinó a Osamu, debía investigarlo.

—¿A si? Pues voy a averiguarlo—Yuji entró al ring improvisado un poco más.

Los demás se reunieron alrededor para ver el encuentro. Todou movió el dorso de su mano para retar a Yuji, quien aceptó y se fue contra él, alzó el puño para golpearlo en la cara, pero en el último segundo bajo su centro de peso hacia el estómago de Todou aunque le propinó un duro golpe, ni siquiera se inmutó, de hecho, el gigante Alfa le tiró un puñetazo, Yuji lo esquivo dando un salto hacia atrás, mirando a Todou.

—Eres rápido, te ajustas a la pelea, eso son más que reflejos, pero no usas tu verdadera fuerza, ¿cierto, Bro?

—¿Qué dices?—Yuji se quedó pensativo, de hecho no era la primera vez que escuchaba eso, trayendo recuerdo a él.

Hace 14 años...

—Vamos, levántate...

Una sombra caía sobre sobre Yuji, mirando su propio reflejo en el rival.

—Niisan...¡Cof, cof!—estaba en el suelo, tosiendo con su cara llena de barro.

—Nunca vas a ser fuerte sí sigues reteniéndote, dime Yuji ¿Quién eres?

—Yo...—bajo la vista, pero una patada lo tiro hacia atrás, está vez Yuji logró retener el impacto con sus brazos cruzados—¡ARG! Ya no quiero pelear contra ti, niisan.

—Deja de ser un debilucho, somos Omegas y debemos ser fuertes o esos Alfas de mierda nos verán como inferiores, nuestro hermano mayor no siempre va protegiéndote ¿Ya olvidaste lo que pasó hace un año? Debes aprender a vencer un Alfa.

Al decirle eso, le mostró su cuello, quitándose su collar y mostrando una marca en su piel.

—Perdóname...

—¡No voy a hacerlo! Eres débil, primero debes vencer tu miedo antes que vencerme a mí.

En ese punto, Yuji volvió al presente, Todou le veía extrañado, fue cuando el Alfa sonrió, puesto que noto una mirada diferente en el Omega.

—Así me gusta, Bro, vamos a ver ¿De qué estás hecho?

En una fracción de segundo Yuji dio una vuelta, girando su cuerpo hasta colocar su mano derecha en el suelo, elevando sus piernas, para patear a Todou en la cara, aunque el Alfa se defendió, al momento de querer contraatacar, Yuji ya se había alzado en el aire, justo a la espalda del grandote, y lanzando un gancho en la parte trasera justo en el riñón, ese golpe fue tan fuerte que Todou se dobló de dolor, cayó de rodillas, pero eso no fue suficiente, dado que se incorporó para tirarle un golpe en la cara a Yuji, y justo cuando estaba por impactarlo, alguien detuvo la pelea.

—Aoi ¡Alto!

La ráfaga de viento hizo volar el cabello de Yuji, pero no se movió ni un ápice, de hecho, ya había esquivado y estaba por tirarle un puñetazo. El que detuvo la pelea fue otro sujeto, un tipo alto y con una mala cara, también tenía en su mano la marca del dragón, el tipo vio de manera despectiva a Yuji, y luego dirigió su mirada hacia Todou.

—Si vuelves a interferir en una de mis peleas Rago, te mato—le advirtió Todou.

—El jefe te llama, no deberías irte así, lo sabes.

—Dile al jefe que se pudra, no obedezco a nadie—el Alfa se dio la vuelta, fue por su toalla y la coloco en sus hombros—.Bro, eres un verdadero rival, nos veremos en la arena—le dirigió una dulce sonrisa a Yuji.

—Si, claro—este se le quedó mirando, los dos sujetos se retiraron del gimnasio.

—¿Yu-chan?—Kirara salió ante el alboroto y vio a esos dos salir—.Así que vino él. Todou es el mejor peleador de los dragones negros, Kin-chan ha perdido dinero contra él. Pero veo que Rago vino por él.

—Es fuerte—le dijo Yuji, en ese momento corrió para seguirlo—.Lo siento, Kirara-senpai debo hablar con él, es importante.

—Espera, Yu-chan...

Kirara no entendía lo que pasaba, echándole una mirada a los demás, pero todos al mismo tiempo alzaron los hombros.

En el callejón, vio a Todou despidiéndose del tipo que fue por él, quien subió a una camioneta blanca, muy parecida en la que abandonaron el cuerpo de Osamu. Por su parte, Todou estaba por subir a una motocicleta, Itadori le dio alcance.

—Hey Bro, viniste por mi—le sonrío, de cierta forma Yuji no sentía miedo por este sujeto.

—Todou, dime algo...

—Para ti, lo que sea Bro—el grandote sonriéndole.

—¿Conociste a Ono Osamu?

Todou reaccionó ante el nombre, luego bajó la mirada.

—Él era un verdadero hombre y rival, pero murió.

«¿Cómo sabe que está muerto? ¿A casi el?...» ese pensamiento atravesó su mente, pero decidió arriesgarse y le dijo.

—Los dragones negros lo mataron, ¿no es así?—no sabía porque pero sentía que debí decirlo para ver su reacción. El Alfa bajó de su moto y dejó el casco a un lado, luego caminó hasta la pared, justo donde Yuji estaba y alzó el puño en alto, luego soltó tremendo golpe, sin embargo, el Omega no se movió.

La mano de Todou comenzó a sangrar, Yuji la veía, era la misma mano donde estaba el tatuaje del dragón.

—Todou...—tomó un pañuelo para enredarlo en su mano, Todou al sentir su cálido toque se sonrojo, puesto que no esperaba esa muestra.

Minutos después estaban en una banca cercana, Yuji había atado su pañuelo en la mano de este.

—¿Seguro que no quieres ir con el doctor?—le preguntó el Omega, pero Todou negó varias veces.

—Esto no es nada—luego apretó de nuevo el puño, a lo que Yuji regaño.

—Te vas a lastimar más—le dijo «Su reacción me dice que él también se sorprendió de los culpables, ¿será que no tuvo nada que ver con eso?...» pensó el Omega. De pronto, Todou bajo la cabeza y comenzó a llorar, sacando de balance a Yuji—.Oye, ¿te duele mucho?

—No es eso, Osamu era un gran tipo, tenía talento, no debió pasar eso.

—Todou dime ¿Tú sabes cómo murió?—Yuji indagando, a lo que el Alfa negó.

—Rago dijo que fue emboscado por unos peleadores rivales, nunca dijo que fueron los dragones negros. Yuji pensó en ese nombre «¿Quién es Rago?... », pero Todou respiro hondo—.Bro, ¿estás seguro de que fueron dragones negros?

—Todou ellos son tus amigos, ¿no? ¿Por qué creerías lo que te dije?

El grandulón se levantó y se puso de rodillas, tomando la mano de Yuji, eso fue muy incómodo, parecía una propuesta de matrimonio.

—Porque los puños hablan sinceramente.

«¿Quién es Rago?... »el Omega no sabía que pasaba por ese cerebro, trago saliva y soltó su mano.

—Mi amigo descubrió eso con unos contactos, yo buscaba a Osamu por eso llegué aquí, quiero salvar a Midori también, sé que a Osamu le preocupaba ella.

—Lo dijo una vez, que era su hermana menor, pero eso no lo entendí bien, y ese amigo tuyo ¿es de fiar?

—Lo es, sin duda, le dejaría mi vida en sus manos. Se que los dragones tuvieron que ver, dude en decírtelo por tu relación con ellos, pero no pareces malo—le sonrío brillantemente el Omega, a lo que Todou sintió como si lo iluminará un sol.

—Te creo entonces, si ellos tuvieron que ver, te juro que los mataré a todos.

—No puedes hacer eso, Todou—ahora este tomo sus manos de nuevo, el contacto volvió a sonrojar al Alfa—.Prométeme que si descubres quien fue, me dirás, somos brothers, ¿no?—le dijo este «Odio tener que hacer esto, pero es lo único que me queda...»

—Lo haré, vamos a descubrir juntos quien lo hizo—Todou asintió.

Después de eso se fue en su motocicleta, Yuji ahora quería saber ¿Quién era ese tal Rago? Dado que él podría saber lo que paso o estar involucrado, se notaba que era alguien de alta jerarquía entre los dragones negros.

. . .

Esa tarde, Hakari caminaba por la ciudad solo, está vez sus guardaespaldas no estaban con él, pero para el mejor detective de Tokio, no era algo difícil de adivinar, Gojo lo encontró en la calle justo enfrente de la casa de apuestas de Zenin Naoya.

—¿Qué haces aquí?—Gojo parándose a su lado con las manos en los bolsillos.

—No te pedí que vinieras, Gojo.

—No, pero ¿Quieres que te diga lo que estás pensando y me dices si estoy en lo cierto?—la sonrisa de Gojo era realmente encantadora, abrazo por el cuello a Hakari, este se quedó callado por lo que continúo hablando—.Viniste aquí para buscar respuestas de la muerte de Osamu, tal vez sacárselos a golpes y Naoya es quien es su líder realmente, ¿cierto?

—Ese hijo de perra se atrevió a matar a un amigo, debe morir.

—Te lo dije, voy a ayudarte, por favor déjame hacerlo de una manera diferente—le guiño el ojo, Hakari de alguna forma tenía curiosidad por este tipo.

—Bien, pero voy a entrar.

—Es una casa de apuestas, y si hacemos unas cuantas—Gojo se separó de este, estirando sus dedos.

El par entró en la casa, llamaron tanto la atención que todos los vieron como si se tratara de dos dementes. Habían pasado cerca de una hora, cuando Naoya quien de casualidad estaba detrás en una oficina grande, revisando algunos libros cuando alguien entró agitado.

—Jefe...ellos, ellos están llevándose todo.

—¿De qué estás hablando?—Naoya se levantó.

—¿Zenin-san?—el chico se asustó de ver al hijo del líder ahí, era poco usual.

—Hay dos tipos que entraron a apostar, pero no han perdido ni una sola ronda.

El encargado de inmediato encendió todas las cámaras ante ellos, la pared estaba llena de pantallas y se retransmitía desde su oficina todo lo que ocurría en la sala de juegos, Naoya se sentó en su asiento y observó.

En las cámaras podía ver a Hakari y un desconocido con su cara medio cubierta, jugando cartas, justo en ese momento, el desconocido mostró su mano final y se llevó una cantidad de 60,000 yenes.

—Bueno señores, fue un gusto quitarles su dinero.

—Eres demasiado bueno en esto, japonés—le dijo uno de los perdedores con un acento extraño extranjero.

—Ay, me halaga—Gojo le tiró una ficha al sujeto que resultaba ser un ruso que le gustaba apostar alguna veces ahí—.Te invito un trago.

Ese acto no le gustó nada al guardaespaldas del ruso, quien quería sacar su arma, pero el hombre lo detuvo, tomó la ficha entre sus dedos.

—Me agradas, eres un hijo de perra con mucha suerte, Mr. Hakari tiene un amigo muy entretenido.

—Lo sé, y también será mi socio, todo depende si su peleador gana o no los próximos encuentros.

—Ah, eso será entretenido de ver, inscribí a mi peleador—el ruso se levantó y se fue.

—Lo esperamos con gusto—Hakari sonriente.

Gojo y Hakari no solo tenían una excelente racha, sino que el gran carisma de Gojo atraía a peces grandes al juego de Hakari.

Naoya vio aquello y si había algo que odiaba más que los Omegas era perder en su propio juego de ganancias. De inmediato bajó junto a su asociado para ver a este intrigante hombre.

—Kinji eres tú—Naoya paso la vista hacia Gojo, este simplemente seguía sonriéndole.

—Zenin Naoya, así que este es uno de tus nidos.

—¡Ja, ja! ¿Lo dices como si no tuvieras el propio? Dime, ¿tus peleadores Omegas siguen vivos aún? La otra noche supe que perdiste a tu estrella.

Aquello hizo que Hakari apretara el puño, en serio quería matarlo ahí mismo, pero Gojo intervino.

—¿Qué? ¿No te dijeron? Ya hay una nueva estrella, que dejará atrás a Osamu.

Naoya tenía esa mirada altiva y quería sobajar a este nuevo, lo que no sabía es que Gojo lo conocía mejor que nadie.

Esa mañana en un café cercano a la estación de Shinjuku...

—Hola, Nanamin.

—Gojo, deja de llamarme de esa manera—el detective de víctimas especiales, junto a su nuevo compañero Haibara que esperaba afuera en el auto. Se sentó en la mesa, sin beber el café que Gojo ordenó para él, puesto que no se quedaría mucho tiempo.

—Habla rápido, sé que estás encubierto así que debes evitar ver a otros oficiales.

—Es que quiero pedirte dos favores, pero el último va a convenirte.

—¿Tu? ¿Favores?

—Por favor, Nanami no me veas así, soy de los buenos, ¿sabes?

Nanami se ajustó las fajas oscuras y se le quedó viendo, eso decía que escucharía.

—Hay expediente en mi gaveta, quisiera que lo revisaras, es un caso cerrado, pero necesito revisar todo de nuevo antes de dos meses, por la apelación.

—¿Estás loco? Un caso cerrado no es algo en lo que debas hurgar.

—Es importante para mí, el sentenciado es algo como sobrino mío.

—¿Familiar? Gojo ¿Qué está pasando?—Nanami era otro de los pocos que sabían de su conexión con la familia criminal Gojo.

—Cuando lo leas lo sabrás—Gojo cambió su semblante—.Ahora, sobre el segundo favor, necesito saber todo lo que tienes de Zenin Naoya.

—Te lo enviaré por correo—con solo escuchar ese nombre, no tenía ser convencido, Nanami odiaba a ese sujeto y todo las veces que escapó de prisión.

De vuelta, Naoya sonríe.

—Hakari tus empleados se toman mucha confianza, ¿no crees?—dijo este de manera maliciosa. Hakari comenzó a reírse, a lo que Gojo se acercó a él con sus ojos cubiertos con esa venda imposible de imaginarse que pensaba.

—Soy su socio, bueno, su próximo socio y vamos a subir este negocio al siguiente nivel, y el primero es acabar con tus peleadores.

—¿Quién dijiste que eras?

—Solo llámame, Satoru, y soy también el dueño del nuevo peleador que juega para Hakari.

—Ah, ese Omega inferior.

—¡Ja, ja! El mismo que hizo pedazos a su tu peleador Alfa—Gojo se inclinaba más sobre él, casi podía sentir su aliento sobre él—.Tus dragones negros no tendrán oportunidad.

Hakari veía aquella acción y no podía estar más excitado por la manera en que Gojo lo desafiaba, así que decidió intervenir.

—Es más Naoya ¿Y si apostamos todo?

—¿Qué quieres decir?

—Si tu luchadores ganan, te quedas con todo y así podrás seguir con tu negocio libremente. Y si llegaran a perder, tu y tus malditos dragones negros saldrán de nuestro negocio para siempre—la gran sonrisa de Hakari dejo a Naoya más que furioso.

—Eso jamás va a pasar, pero voy a aceptar su oferta, todo o nada, en serio que me voy a divertir con ese Omega—dirigiéndose hacia Gojo pues se refería a Yuji—.Adoro los Omegas fuertes, son los que más lloran en la cama.

Gojo se mantuvo firme sin replicar nada, cuando él y Hakari salieron, al doblar una esquina, el Alfa de cabello blanco dio tremendo golpe contra la pared, casi se hizo un agujero.

—Es solo un bastardo—hablo Hakari, pero al mirar a Gojo tuvo un gran escalofrío, una intención asesina—.No pasará, eso tenlo por seguro, de una forma u otra, va a pagar por lo que hizo con Osamu. Dime una cosa.

—¿Qué es?—Gojo tras calmarse.

—Yuji ¿Es algo más que tú peleador?—la pregunta saco de balance a Gojo, puesto que la furia que sentía por el comentario de Naoya—.No me mal entiendas, a mí también me gustan los Omega como Yuji, pero si vas a actuar como su Alfa, no podrás dejarlo pelear. Él tiene un gran talento, que ni siquiera vi en Osamu.

—No, solo son negocios, Yuji es una herramienta y él lo sabe—dijo fríamente Gojo, incluso para Hakari sonó un poco despectivo.

En realidad, la pregunta había dejado a Gojo un poco consternado, Naoya era un ser despreciable y debía detenerlo, pero el que diera a entender que podría tener a Yuji lo enfureció tanto.

Esa noche llegó tarde, puesto que se vio con Yaga para pasarle reporte, puesto planeaban algo grande el día de pelea, sin embargo, si no tenían las evidencias del asesino de Osamu, podría retrasar todo, su efectividad era condicional si daban con el asesino.

El departamento estaba vacío, aunque el bolso del gimnasio estaba en la mesa, Yuji no estaba en el lugar, pero al menos no dentro de este, por lo que Gojo decidió subir a la azotea donde lo vio entrenando estaba con concentrado, podía ver sus músculos expuestos, pese al frío afuera este no tenía playera, gotas de sudor volaban y sus puños rompían el aire.

—¿Pasó algo?—le preguntó Gojo recargado en la pared junto a la puerta.

—Hoy creí que me había encontrado con el asesino de Osamu, pero...

—¿Pero?

Yuji dejó el entrenamiento y se giró hacia Gojo.

—Creía que ese sujeto era agradable ¿Por qué pensé eso? He tratado a varias personas hoy, incluso Kirara-senpai y todos me agradan, ¿en serio son los malos?

—Yuji no puedes dejar que esto te afecte, no es nuestro carácter lo que nos hace malos, sino nuestros actos.

—Gojo-san ¿Ha pasado por algo como esto?—le cuestionó el chico, Gojo asintió.

—He sido encubierto antes, no lo hice solo sino junto a Suguru, entramos en un cartel francés en Kabukichou, estaban traficando Omegas, nos unimos a ellos, fuimos parte e incluso tuve que enviar a Omegas y mujeres Beta acostarse con clientes, pero al final los atrapamos a todos, pero aún sigue viendo los rostros de aquellos que salvamos mirándonos con reproche, Yuji en este mundo no puedes salvar a todos, porque a veces se requiere salvarlos de ellos mismos, nadie es tan fuerte.

Tras decir eso, Yuji asintió y cuando se sintió relajado por las palabras de este, se desvaneció, Gojo fue rápido y lo atrapó en sus brazos.

—Pero ¿Qué?—tocó su frente y estaba caliente, pero era algo más.

«¿Será su?...» pensó en ello cuando el aroma lo hizo sentir agradable, era extraño había olfateado a otros Omegas en celo, pero era la primera vez que ese aroma era delicado y tranquilizante pero ¿Por qué?.

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