6. El dibujo

🎶Banda sonora: Heartbeat - James Arthur 🎶

Hoshi agarró el lápiz gris y coloreo el dibujo que tenía delante.

—¿Cómo se dice ratón en inglés, Dara nuna? —preguntó en voz alta.

—Se dice mouse —contestó la niña.

Jisung los miró desde el escritorio con una sonrisa. Dara estaba sentada en el sofá con una tablet mientras Byul y Hoshi pintaban unas grandes láminas tumbados en la alfombra del despacho.

Habían traído a los niños para que pasaran la tarde juntos y ahora estaban relajándose después de unas caóticas horas en las que casi habían destrozado los columpios del jardín.

Jisung había tenido que entrar a trabajar al despacho y una hora después los tres demonios habían aparecido con la ropa limpia para "acompañar al príncipe Jisung hyung mientras trabaja, para que no se aburra". Se rio un poco internamente.

—Jisung-ssi —susurró Dara de pronto y se volvió para mirarla—, Byul se quedó dormido.

El niño estaba con la cabeza contra la lámina y un lápiz agarrado apenas en su mano. Se levantó y lo subió en brazos.

—¿Por qué no vas a la alfombra con Hoshi, Dara-ssi? Así pondré al bebé a dormir —Ella se levantó para colocarse junto a Hoshi, en el suelo.

Dejó al niño en el sofá y lo tapó con una manta suave, colocando un cojín en el borde por si se giraba. Volvió al escritorio y siguió trabajando en silencio, con el murmullo de Hoshi y Dara de fondo.

—Este es ajussi Seokjin, es una llama. Este es ajussi Namjoon, que parece un koala.

—Sí parece... —contestó la niña.

—Este es el tío Felix y este el tío Changbinnie, que son un chicken y un bear —Dara asentía atenta y Jisung se quedó mirándolos, incapaz de volver al trabajo—; este es Wolfchan hyung y también Seungmin hyung, que es un dog.

—¡Un puppy!

—Eso, eso, un cachorro. También está Soobin hyung que es un bunny.

—¿Por qué samchon Soobin es un bunny?

—A veces Tiger hyung lo llama tokki. Y Yeonjun hyung lo llama bunny.

—Ah claro —contestó la niña con un asentimiento, como si fuera razón suficiente.

—Yeonjun hyung es más difícil. Quería ponerle frog porque tiene los ojos grandes, pero es alto y creo que las ranas son pequeñas, entonces pensé que la forma me recuerda más a un zorro.

—Sí, sí, sí, claramente samchon Yeonjun es un zorro, como Nick Wilde.

—Exactamente —continuó Hoshi. Jisung había cerrado la tapa del ordenador portátil solo para atender a esa conversación surrealista—. Este es nong Byul, que es como una ratón todo el rato corriendo y saltando, dongsaeng mouse —Señaló el papel—. Esta eres tú, que eres un ciervo, deer, porque eres bonita pero también eres fuerte y rápida cuando corres jugando a fútbol.

—Eso es cierto —presumió la niña tocándole la cabeza a Hoshi.

—Este soy yo, soy un tigre pero pequeño, porque Minho hyung es Tiger hyung —informó señalando los dos tigres dibujados—. Y este —Apuntó a un una ardilla con una corona en la parte central —, este es una squirrel, príncipe Papá es una ardilla.

Jisung se quedó paralizado y apretó inconscientemente los papeles que había sobre la mesa. Su corazón latía rápido y no podía dejar de mirar fijamente a los niños en el suelo.

—Es verdad que Jisung-ssi parece una ardilla cuando come, se le llenan los carrillos —bromeó la niña.

—Pero también es un príncipe. No te olvides.

—Entonces, si tu papá es un príncipe, tú también eres un príncipe. Deberías ponerle una corona al tigre pequeño.

—No, no, no. Príncipe Papá es el único que puede llevar corona, porque él nos trajo a vivir aquí y nos lleva al médico.

Sintió la humedad caer por su mejilla y sorbió ruidosamente por la nariz. Los niños lo miraron sobresaltados, como si no recordaran que seguía allí. Jisung no podía moverse, sus manos temblaban, sus nudillos se habían puesto blancos y su esternón se sentía golpeado por una maza.

—¿Qué pasa? —preguntó Dara y no pudo contestarle. Los dos se levantaron del suelo mirándolo con preocupación y no sabía cómo decirles que todo estaba bien, que todo estaba en su lugar, que se sentía tan feliz que se había echado a llorar como un idiota.

—Voy a buscar a Tiger hyung. —Hoshi salió del despacho antes de que pudiera impedirlo y Dara rodeó el escritorio para poner su manita en el antebrazo de Jisung tratando de consolarlo.

—No pasa nada si no quieres ser una ardilla, podemos buscar otro animal, no tienes que estar triste por eso. Le diré a Hoshi que busque otro en el libro de animales.

—No, no es eso cariño —sollozo, moviendo las manos para apartar las lágrimas de su cara. La niña lo miró desconfiada y un segundo después Minho apareció en la puerta con el ceño fruncido.

Le tembló el labio otra vez y escondió su cara en las palmas para llorar con más fuerza. Sintió la mano de Dara dándole golpecitos en la espalda y un segundo después los dedos de Minho le acariciaron el pelo.

—Te prometo que no hemos hecho nada, nos estábamos portando bien, te lo prometo —murmuró desesperado Hoshi—. No dijimos nada malo, no nos peleamos.

—Es cierto, no estábamos haciendo nada malo. Solo Hoshi dijo que Jisung-ssi parecía una ardilla y yo le dije que sí, pero podemos cambiarlo, puede ser otro animal, ¿verdad, Hoshi?

—Sí, sí... No te enfades conmigo, por favor —rogó el niño. Jisung levantó la cabeza de sus manos y lo vio en el centro de la habitación con el pantalón corto de color amarillo y la camiseta blanca.

Se veía tan pequeño, tan vulnerable, tan absolutamente perfecto que lloró más fuerte.

—Está bien, Hoshi, tranquilo, seguro que no tiene nada que ver contigo. Dara, preciosa, ¿por qué no vais afuera un rato para poder hablar con el Jisung?

—Sí...

Escuchó el suave clic de la puerta y sintió el tirón que le llevó hasta el pecho de Minho. Le enganchó a sus hombros y lloró contra la camiseta que llevaba puesta.

—¿Qué pasa, Jisung? Hoshi está muerto de miedo —Negó con la cabeza sin poder decir nada—. Príncipe, ¿qué te pasa?

Lo agarró de las mejillas para separarlo y lo miró a los ojos. Cepilló sus pulgares para apartar la humedad de las lágrimas. Se quedó en silencio, con la respiración entrecortada, calmándose.

—Dime que pasa, Jisung ...

—Me llamó papá —soltó, con su corazón aleteando feliz y abrumado. Minho levantó las cejas sorprendido y una pequeña sonrisa se dibujó en su cara.

Lo besó. Porque ese llanto estúpido que le había oprimido ahora se había convertido en un torrente incontenible de felicidad. Minho le apretó contra su cuerpo, llevando la mano a su lugar favorito en sus lumbares.

—Ugh, que asco —Escucharon el sonido y se giraron al sofá. Byul miraba la escena con cara de disgusto y se echaron a reír con fuerza.

—Hablaré con Hoshi, le diré que estás bien.

—No, no, dile que venga, déjame hablar con él.

Minho asintió y se separó de él. Atravesó el despacho y cogió en brazos a un adormilado Byul que se quejaba de la escena que acababa de presenciar. El hombre y el niño se marcharon y Jisung respiró hondo, sentándose en la alfombra ante el escritorio.

Observó detenidamente el dibujo gigante que había hecho Hoshi y pensó que era bonito y quería enmarcarlo. El pequeño tiger llegó un minuto después y entró tímidamente en la habitación, con la mirada baja.

—Pequeño, no estoy enfadado contigo, no lloré porque estuviera enfadado contigo —El chiquillo lo miró con los ojos brillantes por las lágrimas que no había derramado y la boca en un puchero adorable.

Abrió los brazos y él se acercó a sentarse en su regazo. Jisung apoyo la mejilla en su pelo negro y pensó que conocer a Hoshi era la fortuna más grande que había tenido jamás Han Jisung .

Nunca creyó que necesitara escuchar una palabra tanto como cuando el niño le llamó Papá hablando con Dara. Era y sería la cosa más valiosa y delicada que había tenido alguna vez.

Tal y como había dicho antes Minho, Jisung ya no se pertenecía a sí mismo, ahora era propiedad de Han Hoshi.

—Pensé que te había hecho llorar —susurró el niño con la cabeza apoyada en su hombro.

—Estoy feliz, a veces las personas lloramos porque estamos felices... y tú me haces muy feliz —Hoshi se apartó un poco y sonrió. Le dio un beso en la mejilla gordita y él se colgó de su cuello riendo.

—Menos mal, que susto, creí que no te gustaba ser una ardilla y que te sentías mal por eso.

—No, no fue la ardilla. Fue por lo que dijiste después.

—¿Qué yo no era un príncipe?

—Fue porque me llamaste papá, saekki —le susurró, un poco avergonzado.

—Yo... Si no quieres, no te llamaré papá —contestó el niño —... Fue sin querer... No quería decirlo en voz alta, no quería decirlo en casa...

—¿En voz alta? ¿En casa?

—A veces... —susurró—, a veces en la escuela te llamo papá... le dije a Juni que mi papa era un príncipe y no me creyó. Y la profesora siempre dice que los padres son los que cuidan a los niños. Yo no quería hacerte sentir mal...

—Está bien, me gusta que tú me llames así, me gusta escucharlo de ti. Por eso lloré, porque estaba un poco sensible y dijiste eso y me hizo muy, muy feliz, Hoshi. Eres la persona que más feliz me hace del mundo entero —confesó con sinceridad.

Tiger hyung dice que soy tu persona favorita, más que él incluso.

—Claro que lo eres, ese gato callejero no tiene nada que hacer contra ti. Tú eres el rey de mi corazón.

—Pero no lo vas a echar, ¿verdad? Yo no quiero que se vaya. Tiger hyung es una de mis personas favoritas también. Los dos lo sois.

—Esta casa también es suya, igual que tuya y mía. Es de los tres. Nadie se va, ¿de acuerdo, saekki? Ni siquiera cuando seas grande y quieras marcharte te dejaré irte. Vas a ser mi bebé para siempre —dijo haciéndole cosquillas. El niño se echó a reír escapando de sus manos y se agachó para recoger los lápices de colores colocándolos en la enorme caja—. Hoshi, ¿puedo enseñarle el dibujo a los chicos?

—Primero debo terminarlo.

—Ah, sí, es cierto. Entonces, ¿qué tal si termino el trabajo y tu terminas el dibujo? Será rápido. —el niño asintió y Jisung volvió a la mesa con una enorme sonrisa de oreja a oreja.

Siguió trabajando un poco más antes de dejar el documento y enviarlo.

—¿Qué animal le has dado a Yuri? — preguntó tumbándose a su lado en la alfombra.

—Yuri es un pingüino. Porque camina como un pingüino y tiene la piel muuuuy blanca y el pelo muuuy negro. Creo que ya está terminado, podemos ir a enseñárselo a todo el mundo.

—Está bien, vámonos.

Él asintió con una sonrisa y salieron de la habitación de la mano. Minho estaba parado cerca de la puerta de la terraza con los brazos cruzados, esperando.

—Príncipe Papá ha dicho que nadie va y que la casa es de los tres. Y traje el dibujo para que lo vieran todos —dijo agitando el papel a los chicos que estaban en la mesa del jardín.

—¿Ahora eres príncipe Papá? —preguntó Minho acercándose a él con una sonrisa ladeada.

—Eso parece... —contestó sonrojado.

—Me gusta. Me gusta escucharle llamándote papá.

—Sabes que te amo con locura, ¿verdad? —Minho asintió —. Pues lo que siento por ese niño no tiene límite, es la cosa más increíble que me ha pasado en la vida.

—Lo sé, príncipe, sé cómo te sientes.

—¿Puedes aceptar que ya no eres el número uno? —bromeó con la barbilla alzada con soberbia.

—Tú tampoco lo eres para mí, así que es justo.

—Ah, qué feo caso, el príncipe está siendo destronado. —Minho tiró de su muñeca para abrazarle y dejó un beso suave en su cuello, aspirando el olor de su perfume y poniendo todos sus vellos de punta.

—Te destronó un rey, tienes que aceptarlo —susurró.

—Te amo, Tiger hyung.

—Y yo a ti, príncipe.      

***

Pueden despegar los carteles con mi cara que hicieron, volví, navegantes.

Estoy preparando una cosita para dentro de una semana o así. Mientras, nunca renunciaré al dramatismo de Jisung.

¡Nos vemos en el infierno! 

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