4. No le gusto a mucha gente
🎶Banda sonora: Proof - Luca Fogale 🎶
Minho aparcó a dos manzanas del colegio y echó a correr. Tenía el tiempo justo para llegar a la puerta antes de que saliera Hoshi. Esquivó a un gran grupo de padres que caminaba lentamente. Aflojó la marcha cuando se dio cuenta de que todavía estaban saliendo los más pequeños.
Se quedó cerca de la puerta y miró el teléfono móvil con una sonrisa. No había llegado tarde después de todo.
—Hola —escuchó la voz femenina y levantó la cabeza para ver a un grupo de personas ante él—, ¿viene a buscar a algún niño?
No había visto a esa mujer en su vida, ni a las cinco personas que la acompañaban, pero el tono le resultó ofensivo. Frunció el ceño debatiéndose entre la posibilidad de contestarle o no.
—Nunca le habíamos visto... —comentó un hombre tras ella arreglando la corbata de su traje. ¿Nunca? Bien, tal vez porque Hoshi llevaba veinte días exactos en ese colegio y que, por esa mierda de la integración a mitad de curso, hubiera tenido que quedarse una hora más por las tardes para ponerse al mismo nivel que sus compañeros. En cualquier caso, no era asunto de esa gente—. ¿Para qué familia trabaja?
Minho llevaba una camiseta y un pantalón vaquero. Apenas se vestía "elegante" cuando Jisung lo obligaba, como para tener que venir al colegio en esmoquin. Era cierto que el colegio nuevo de Hoshi era la cosa más elitista que había visto en su vida, sin embargo el niño parecía más cómodo de lo que lo había estado en la anterior escuela. Ni siquiera se atrevería a insinuar que debían cambiarlo a otro. Pero le pareció de muy mal gusto que aquel estirado imbécil diese por hecho que Minho era un trabajador solo porque había dejado el reloj de lujo en casa.
Me gustaría que Jisung hubiese estado aquí, pensó con una sonrisa interna. El príncipe le hubiera dicho al estirado que podría comprar la empresa en la que trabajaba, fuera cual fuese.
—¡Tiger hyung! —escuchó el grito emocionado y se giró lo suficientemente rápido como para ver a Hoshi corriendo hacia él.
Lo atrapó cuando llegó y lo levantó en brazos, no pudo evitar la sonrisa que se formó en sus labios cuando las personas alrededor vieron al niño abrazarlo con fuerza.
—Hoshi, ¿lo conoces?—preguntó el entrometido de la corbata.
No le gustó el tono que usó, tampoco que supiera el nombre del niño y esperaba de verdad que no siguiese hablando así o tendría que contestar. Y no le iba a gustar la respuesta.
—Claro —contestó el niño tocándole la cabeza a Minho.
—¿Nos vamos? El príncipe está esperando y hoy tienes visitas —dijo ignorando al resto. Hoshi palideció un poco pero se recompuso y asintió.
Lo bajó al suelo y le quitó la mochila para llevarla. Hoshi sacudió su uniforme impoluto y se dio la vuelta un segundo para despedirse de un grupo de niños. Minho echó una última mirada dura al imbécil de la corbata y lo notó encogerse un poco.
El pequeño tigre le agarró la mano y salieron de allí sin decir nada más. Caminaron hasta el coche mientras Hoshi le contaba lo que había hecho en el día y todas las cosas que quería hacer el fin de semana.
Subieron al vehículo y arrancó saliendo al tráfico congestionado. Iban a llegar tarde, pero tampoco le importó demasiado. Le gustaban esos ratos que tenían él y Hoshi a solas. El niño llevaba viviendo en casa un mes y la rutina de llevarle e ir a buscarle era su favorita, aunque tuviese que madrugar todos los días.
—Tiger hyung... ¿Crees que les gustaré? —preguntó de pronto seriamente.
—¿A quién?
—A los amigos del príncipe hyung... y a esos niños que me dijiste que vendrían. —Lo miró un segundo por el retrovisor y vio como se mordía los labios nervioso.
—Claro que sí, le gustas a todo el mundo.
—No... en la otra escuela no le gustaba a mucha gente... —Minho volvió a mirarlo y aparcó el coche cerca de un parque. El niño se tensó—. Perdón, no quería decir eso...
—Vamos a dar un paseo.
Ya no le importaba llegar tarde. De hecho, en ese momento, no le importaba nada más que hacerle entender al pequeño que no pasaba nada porque alguien no le quisiera. Que él era más de lo que Minho podría haber soñado jamás y que, aunque todo el mundo le dejara de lado, él nunca lo haría.
Hoshi le dio la mano en silencio, y caminó a su paso mirando al suelo. Minho se sentía mal, le dolía el pecho y necesitaba abrazarlo en ese instante. Así que lo hizo. Se agachó y lo estrujó en sus brazos. Sintió sus pequeñas extremidades a su alrededor y le levantó del suelo. Hoshi suspiró y las pequeñas manitas dieron golpecitos en la espalda.
—Sabes que yo no hablo mucho, ¿verdad? —El niño asintió—. Yo no le gusto a mucha gente porque piensan que soy raro o aburrido. Y mucha gente piensa que el príncipe Jisung debería hmmm... querer a alguien mejor que yo. Alguien que hable más, que sea más listo.
—Eres listo. Tú sabes hacer comida y arreglar el jardín. Y sabes un montón de cosas en japonés y otras cosas...
—Pero eso no quita que la gente piense mal de mí. Siempre habrá gente a la que no le gustemos. Pero sé que le gustó al príncipe. Y le gusto también a Felix y a Changbin.
—A mi también me gustas y creo que eres el mejor para el príncipe porque siempre haces que sonría... A veces, te grita y os enfadáis, pero siempre sonríe cuando lo abrazas. Yo no quiero que te enfades conmigo, Tiger hyung... Ni quiero irme. No quiero que Jisung hyung se enfade porque yo no le guste a sus amigos... —balbuceó agobiado.
—Te aseguro que el príncipe me echaría a mí antes de echarte a ti de casa. Tú eres la persona que más quiere del mundo. Más que Felix, que Changbin y que yo.
El niño lo miró con los ojos muy abiertos por la sorpresa, como si esa afirmación fuese la locura más grande que hubiese escuchado nunca. Minho sabía que no lo era. Jisung ahora mismo tenía un solo rey en su corazón y se llamaba Han Hoshi.
Y era así para él también.
—Hoshi, yo te quiero más que al príncipe —confesó—, y el príncipe te quiere más que a mí. Si no me ha echado de casa y no le gusto a mucha gente, ¿crees que te echará a ti si eres lo que más quiere en el mundo entero?
El chiquillo reflexionó mirándole fijamente a los ojos. Negó con la cabeza y volvió a abrazarse a su cuello, reposando la cabeza en su hombro.
—Bueno, no quiero que te vayas de casa tu tampoco, Tiger hyung...
—Nadie se va de casa. Estate tranquilo... —Caminó hacia el coche con el niño aún en brazos sintiendo el peso ligero sobre él.
El humor pareció mejorar porque Hoshi empezó a hablar de nuevo cuando llevaban unos minutos en el coche. El teléfono sonó y contestó en el altavoz.
—¿Dónde están los gatitos? Las visitas están llegando —comentó Jisung .
—Hemos pillado un atasco. —Miró por el retrovisor y le guiñó un ojo mientras el niño se reía, cómplice.
—Está bien, así se creará más expectación. ¿Ha ido bien el colegio hoy, saekki?
—Sí, príncipe hyung. La profesora ha sentado a Juni conmigo porque ella todavía no lee muy bien y dice que así puedo ayudarla.
—Que bueno, mi chico favorito es un gran profesor. Hasta has conseguido que Tiger hyung lea con nosotros... Nos vemos en casa, tengo que bajar, han llegado Yeonjun y Soobin con los niños. Os quiero a los dos.
—Yo también te quiero, príncipe Jisung hyung.
Colgó el teléfono y miró un segundo la sonrisa satisfecha de Hoshi en el reflejo.
***
Perdón una vez más por subir tan pocas cosas. La vida no me da.
Navegantes, nunca me sentí más derretida que cuando escribí (en la versión original) a este niño, que se llamaba Boun. Y todo lo del tigre fue incluso antes de la adaptación, por eso me pareció que Hoshi era el mejor para ser el bebé Han.
¡Nos vemos en el infierno!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top