5. Animales
🎶Banda sonora: Astronomical - Svrcina🎶
Una de las cosas que más feliz hacía a Seungmin era su trabajo. No esa mierda desagradable que tenía que ver con papeles, acciones, dinero. Le gustaban los animales.
—Me sorprende lo mucho que disfrutas de tu trabajo —comentó Taehyun, sentado en una silla junto a la suya en el escritorio.
—¿Por qué? —preguntó desconcertado.
—Cuando empecé el monográfico pensé que hablaría sobre un niño rico que salía de fiesta, sin embargo tu vida es bastante normal. Quiero decir, si quitas esa enorme casa y la habitación que has preparado para tu gato. Y la ropa de marca.
Seungmin se echó a reír. Taehyun era extraño. Siempre hacía preguntas incómodas, pero no se molestaba cuando Seungmin simplemente no las contestaba.
Llamaron a la puerta y Seungmin dejó pasar. Un perro entró rápidamente con ladridos agudos y saltos de alegría. Arrastraba la correa tras él y se movió por todas partes. Su asistente asomó la cabeza y se encogió de hombros. Kim se levantó y se agachó para acariciar el pelo blanco y esponjoso de Bbama con una sonrisa enorme.
—Hola, bebé chillón, ¿dónde está tu papi? —preguntó, tomándolo en brazos.
—Perdón, se me escapó la correa de las manos un segundo mientras cogía el móvil y vino directo hacia aquí —se excusó Changbin, haciendo una reverencia mientras entraba a la habitación.
Sus bíceps parecían seguir aumentando cada vez que lo veía, había algo en Seo que lo hacía parecer grande como un oso. Sin embargo, sus maneras delicadas transmitían una tranquilidad impropia de un hombre que, a primera vista, debería dar miedo.
—Entonces hoy viene papá, en lugar de papi —Sonrió dándole un toque en el brazo al chico mientras subía al gordo perro a la mesa—. Parece que el bebé ha cogido algo de peso.
—Es culpa de Felix —contestó directamente—. Le da de comer unas 15 veces al día, Seungmin. Tienes que decirle que pare, no hay carrera suficiente para bajar eso. Y salgo todas las mañanas con él, corremos unos cinco kilómetros. Pero Felix no para de darle golosinas.
—Tranquilo, Changbin hyung —apaciguó, palpando al animal—. ¿Es una revisión rutinaria verdad?
—Sí, no ha tenido nada extraño, más allá del apetito insaciable que su "papi" alimenta —ironizó acercándose a la camilla y acariciando la cabeza de Bbama.
—¿Dónde está Felix hoy? No es que me queje, tú eres mejor compañía.
—Tenían una reunión de departamento, no pudo salir a tiempo —contestó sonrojado.
—Bueno, me alegro de verte, hace mucho que no hablamos —Seungmin palpó al perro revisándolo con detenimiento. Lo subió a la báscula y chasqueó la lengua antes de girarse hacia el dueño—. Está un kilo y medio por encima del peso máximo. Hay que controlar la dieta.
—¿Oíste eso, Bbama? Se acabaron las golosinas —murmuró Changbin mirando al animal. Volvió la cabeza hacia él y con ojos suplicantes añadió:—. ¿Podrías decírselo tú a Felix? Tal vez te escuche.
—Lo llamaré esta noche —aceptó—. Oye... No quiero ser indiscreto ni nada así, pero... ¿cómo está Jisung?
La cara de Changbin se endureció un poco y negó con la cabeza con un suspiro: —Aparentemente, como si nada hubiera pasado.
—Ah, ¿en serio?
—Sí, pero no me creo nada. No ha hablado conmigo del tema, no sé si... bueno... —se incomodó un poco de forma repentina y a Seungmin le pareció tierno.
—¿No sabes si ha hablado con Minho hyung? —El chico asintió—. Espero que sí... Por muchas cosas que hayan pasado, era su madre...
—No sé, Seungmin. Estoy un poco preocupado porque haya evitado hablar con nosotros después de lo que pasó. Tal vez no quiere mostrar cómo se siente porque cree que nos ofenderemos...
—Te diría que hablaría con él, pero igual me parte la cara si me acerco. Todavía no estamos en buenos términos...
—Ya, ya lo sé. Eso lo hace más complicado. Felix y Minho hyung son hermanos y yo... bueno, ya sabes. —Se encogió de hombros con la boca apretada.
—¿Crees que sería positivo si Soobin lo llama? —preguntó Seungmin, preocupado. El chico le miró con los ojos brillando—. Hablaré con él, se lo comentaré. Ambos sabemos que sigue preocupándose por él aunque yo esté en completo desacuerdo.
—Seungmin, si esto va a perjudicar a Soobin no quiero que lo hagas.
—Hablaré con él, hyung, no le des más vueltas. Me acercaría a Jisung yo mismo pero no creo que agradeciera mi presencia. Soobin es la mejor persona para llegar a él. Solo trata de contener la estupidez de Minho hyung bajo mínimos —bromeó—. No quiero que mi amigo acabe con un ojo morado por un novio celoso.
Changbin se rió, asintió e hizo una reverencia dándole las gracias. Bajó a Bbama de la camilla y el perro correteó hasta los pies de Taehyun, que estaba aún sentado, observando en silencio toda la interacción.
Se sintió mal instantáneamente. Había olvidado que el chico estaba allí sentado, escuchando, apuntando y asimilando toda la maldita conversación.
—Eh... Changbin hyung, este es Kang Taehyun , es el primo de Soobin. —El hombre sonrió y le hizo una reverencia antes de levantarse y acercar su mano para estrechársela. Changbin correspondió al gesto educadamente.
—Es un placer, Kang Taehyun-ssi, discúlpeme por no saludarle antes...
—No se preocupe, Seo Changbin-ssi, entiendo que este pequeño Houdini le distrajo —contestó agachándose y cogiendo en sus brazos al perro que le lamió la barbilla.
—Puede llamarme Changbin, Seo Changbin-ssi es para el trabajo —añadió.
—Entonces tutéame, Changbin.
—¿Qué primo de Soobin eres?
—El que vive en Escocia.
—Ah, el periodista —dijo Changbin un poco incómodo, con sus cejas frunciéndose.
—Sí, el periodista —contestó con media sonrisa—. Tranquilo, no voy a publicar nada sobre el duelo de Han Jisung. No me corresponde y tampoco me interesa. Todos tenemos que tener nuestra intimidad, aunque me dedique a lo que me dedico. —Seungmin miró de Taehyun a Changbin y vio como el director del banco respiraba más tranquilo.
—Gracias, hyung —dijo Seungmin, agarrando a Bbama y dándoselo en los brazos a su dueño. Changbin volvió a enganchar la correa y lo bajó al suelo. El perro se movió nervioso a su alrededor con ladridos suaves.
—Nosotros nos marchamos ya, vamos a hacer la cena para Felix. Ha sido un placer conocerte, Taehyun. Seungmin, vayamos a comer por ahí un día.
—¿Vendrá el imbécil de Han? —preguntó sentándose en su escritorio.
—Acabas de decir que estás preocupado por él y ahora te haces el duro, ¿me explicas de qué va esto? —soltó Taehyun confuso. Changbin y él se echaron a reír.
—Es su forma de relacionarse, no se lo tengas en cuenta. Si llegas a conocer a Jisung algún día escucharás el mismo tipo de cosas sobre Seungmin.
—Ah... —musitó el aludido encogiéndose de hombros—. No lo entiendo, la verdad...
—No hay mucho que entender —concluyó Changbin, abriendo la puerta—. Llama a Felix y dile lo de Bbama y las golosinas. Y concretad un día para ir a cenar, con Jisung incluido.
Seungmin sonrió mientras el chico se marchaba. Taehyun tomó asiento a su lado y lo miró fijamente mientras él rellenaba los datos en la historia clínica de Bbama. No dijo ni una palabra hasta que hubo terminado con su tarea.
—No sabía que tu relación con el C.E.O. de Han Bank era tan cercana.
—Las empresas Choi son parte del Han Corp., Soobin es cercano con ellos también.
—Ya, pero no habías comentado nada antes. Me sorprendió la forma en la que hablaron. Y los temas que trataron.
—Taehyun hyung —comentó tenso, con la voz seria—, no publiques nada de lo de Han. No se lo merece.
—¿Tú también con eso? No son unos pobrecitos, Han Jisung lleva toda su vida viviendo entre algodones y parece que hay que andar sobre cáscaras de huevo a su alrededor para no ofenderle.
—Mira, ofenderle o no es el mínimo de mis problemas. Me da exactamente igual que se cabree, el universo sabe que ese imbécil nunca ha sido santo de mi devoción, pero su madre acaba de suicidarse en la cárcel. Respeta al menos eso.
—Lo que dije era en serio, Seungmin. No voy a publicar nada sobre él o su inestabilidad emocional. Solo preguntaba por tu relación con Seo. Jisung es un maldito personaje secundario en tu historia.
Lo miró fijamente durante unos segundos y asintió. Ambos volvieron al trabajo en silencio. La sombra de duda flotó sobre él. ¿Qué pasaría si ese chico decidía, al final, publicar cosas como las que acababa de presenciar? ¿Qué pasaría si Seungmin volvía a equivocarse y hablaba de más delante de él? ¿Acabaría él en la cárcel como Park Dongyoon y Han Eunji? ¿Moriría allí como murió I.N?
Algo se apretó en su pecho como cada vez que pensaba en él. Yang Jeongin se había marchado hacía muchos meses, pero seguía doliendo como al principio. Bien, quizá no tanto como esos quince días en los que se encerró a oscuras en la habitación de invitados de Soobin y no habló con nadie.
Seungmin suspiró mirando la pantalla del ordenador sin ver nada en particular. Solo podía pensar en cómo I.N había sonado la última vez que había hablado con él. El desgraciado no sonaba como un suicida, sonaba como un asesino.
¿Por qué nadie lo vio colgarse en el comedor? Seungmin no era idiota, sabía que en las prisiones se podían hacer muchas cosas. Como matar a un hermano en una pelea. O colgarse de una viga. Pero todavía no aceptaba que el hombre más obstinado y cabrón que había conocido en su vida se hubiera dado por vencido después de haber consumado su venganza. Era sencillamente incompatible con la personalidad de Yang Jeongin.
Se frotó la cara y se levantó: —Voy a tomar un café. ¿Quieres algo?
En realidad necesitaba salir del despacho unos minutos y tomar aire. Taehyun negó con la cabeza y volvió su vista de nuevo a su iPad, Seungmin se alegró de que no quisiera seguirle. Salió de la habitación y tomó el ascensor hasta la azotea del edificio.
Cuando abrió la puerta, se encontró con el sol de la tarde calentando el espacio. Se acercó a la barandilla del fondo y se apoyó mirando los edificios colindantes, unos más altos, otros más bajos, algunos iguales.
Qué mierda de vida...
A Seungmin le gustaba maquillar la realidad y decir que su padre se había opuesto a que estudiara veterinaria. Y no era una mentira del todo. Pero había mucho más. Muchas cosas que tenían que ver con las marcas que le amorataban la piel cada vez que se marchaba de casa de Chan; o con las notas que empezó a suspender; o con su necesidad de emociones que escaló de forma dramática cuando le conoció.
Muchos de los problemas que Seungmin tuvo en su primer año de universidad tuvieron más que ver con I.N y Chan que con cualquier otro ser humano en el mundo. Pero Yang Jeongin había pagado su deuda. Había cumplido con su puto deber de amigo mucho antes de dejarle ese hospital veterinario a su nombre o esa cuenta millonaria. A punto de verse arrastrado de nuevo a la dependencia que le generaba Chan Bang, I.N lo había salvado, llevándolo de vuelta con fuerza hasta la realidad.
Y ahora esa realidad no tenía sentido.
Taehyun vio cómo Seungmin salía de la habitación con la cara constreñida. Interpretó por su tono frío que no quería ser acompañado y lo dejó marcharse libremente. Aprovechó esos momentos para recapitular todo lo que había sido capaz de transcribir mientras los hombres hablaban.
Cuando había recibido las fotografías y los datos sobre Kim Seungmin, su informante no había hablado de Seo o de Han. El único foco de interés de aquella persona que le mandaba correos electrónicos desde una dirección desconocida era Seungmin, su posible vinculación con el abogado de Yang Jeongin, Bang Chan y con la mismísima Fiscalía.
Sin embargo en ese momento, siguiendo su instinto profesional, decidió que no estaría de más preguntar. Así que escribió un correo a esa dirección que no era más que una secuencia numérica de un servidor extranjero expresando sus dudas.
«¿Por qué no me dijiste de que Seungmin está relacionado con el director de Han Bank? ¿Sabías cómo de cercanos son? Si me ocultas información no podré completar la investigación. Tenemos que hablar. Pronto. Llevo en Seúl tres semanas y aún no nos hemos visto.»
Una parte de él creía que no recibiría respuesta. Otra esperaba que el hijo o la hija de puta que se escondía detrás de la pantalla fuese lo suficientemente valiente como para cabrearse con él. Taehyun prefería a la gente enfadada, porque era más fácil hacerles hablar. Las personas emocionales siempre controlaban menos sus palabras.
¿Se pondría Seungmin lo suficientemente emocional? ¿Lo haría Seo Changbin?
La forma en la que Changbin hablaba del tal Felix le dio detalles sobre su relación que las revistas no eran capaces de percibir. La prensa les fotografiaba juntos y el rubio parecía un duende revoloteando alrededor de un árbol anciano. Todos los periodistas que habían tratado alguna vez el noviazgo homosexual más famoso de Corea, con permiso de los devaneos de Han Jisung, estaban equivocados.
En menos de 10 minutos, Taehyun había percibido que era Felix el que llevaba la voz cantante en esa pareja. Era él el que tomaba las decisiones difíciles.
La agresividad inherente al aspecto físico de Seo creaba a su alrededor una literatura más propia de un criminal que del director de un banco. Sin embargo, los escritores siempre eran indulgentes con la figura sonriente y tierna de Felix. Lo llamaban "niño de sol". Taehyun pensó que eran todos unos completos gilipollas.
Si la debilidad tenía una personalidad, era la de Seo Changbin. Y Taehyun, como buen zorro curtido, sabía que era el eslabón más débil de aquella cadena que cerraba celosamente los secretos de esos chicos. Incluso a pesar de la cara de "te destriparé vivo si cuentas que mi amigo está triste" que puso.
Un sonido ligero salió del altavoz de su iPad y miró con el ceño fruncido a la respuesta de su contacto. Ahí estaba, un escueto correo electrónico con unas palabras crípticas:
«Han Bank, y más precisamente Seo Changbin, son clientes del bufete de Bang Chan. Haz las preguntas adecuadas a las personas correctas y obtendrás las respuestas que buscas»
¿Qué mierda quería decir con hacer las preguntas adecuadas? ¿Quién coño era la persona correcta?
Taehyun agarró el lápiz táctil de su iPad y abrió una hoja de notas. Le gustaba la sensación de escribir, aunque fuese en un soporte digital, porque su cerebro trabajaba a otra velocidad cuando lo hacía.
Llevaba tres semanas aclimatándose en Corea y una entera persiguiendo a Seungmin allá a donde iba. Todavía no había sacado de él nada más que lo básico: era un tío divertido, amante de los animales, despreocupado, guapo y que se sabía un triunfador.
Seungmin era, al fin y al cabo, el perfil perfecto para publicar el tipo de monográfico que se suponía que estaba escribiendo. Era una pena que en realidad estuviese sentado en ese escritorio porque estaba buscando una vinculación de ese chico con Yang Jeongin y las pruebas suficientes como para mostrarle al mundo que el dinero que Seungmin tan alegremente gastaba era, en realidad, producto de todas las actividades criminales que esa organización mafiosa había cometido.
Se levantó del escritorio con una idea repentina iluminando su estúpido cerebro que andaba bailoteando alrededor de la imagen de la sonrisa pícara de Seungmin y su batida de pestañas. Si debía hacer las preguntas adecuadas a las personas correctas, los porqués eran más importantes que los quiénes.
Salió del despacho y subió al ascensor con la absoluta certeza de que Kim estaría en la azotea, como siempre que "salía a tomar un café". Obviamente estaba allí y lo vio apoyado de espaldas a él con la cabeza baja.
—Siento haberte hablado así antes. Puedes confiar en mí sobre esto, no voy a hablar sobre la pérdida de Han, ni sobre Changbin pidiéndote ayuda para sacarle del agujero. Sé que a Han Eunji la sacó la policía de casa de Seo y que dispararon a alguien allí... No debe ser fácil, y Soobin me dijo que esos chicos habían pasado por un infierno.
—Gracias, hyung —contestó Seungmin resoplando y apoyando la cabeza en el hombro de Taehyun.
Era una suerte que a Kang siempre se le hubiese dado peligrosamente bien manipular la realidad sin inmutarse. Y era una desgracia que ese chico que parecía un animalito herido hubiese apoyado la cabeza precisamente en el hombro de alguien que mentía tan bien.
***
1/4
Por favor, esta historia no es para tirar hate a nadie, Terry se ve malvado, pero porque necesitaba ponerle un nombre al personaje. Piensen que son como actores...
Nos vemos en el infierno, navegantes
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