4. Más hermanos, menos valentía.
Primer día de clases.
Carum, 2019
Isla
La única clase donde me iba a sentar con Gastón era en la de Historia Universal, los demás profesores no tenían ninguna exigencia de donde sentarse, así que apenas se terminó la clase, Gastón se había levantado de su asiento para ir hacia donde uno de sus amigos.
Francia me quedó mirando.
—Mañana tengo que ir a su casa —comenté, luego de asegurarme que los demás habían salido del salón.
—¿A hacer la tarea?
—Sí.
—Entonces... ¿seguirás con tu plan? —preguntó, arrugando la frente. Bajó la voz—. Esa de conquistar a uno de ellos...
—Por supuesto —respondí, agarrándome el puente de la nariz—. Sigo adelante con todas las ideas que a esta cabeza se le ocurren —murmuré. Fruncí el ceño—. Además no me gustó la forma en que Gaspar me rechazó, él pasó a ser parte de mis objetivos. Lo destruiré —agregué con una voz diabólica, aunque no hablaba en serio. Tan en serio.
Francia alzó las cejas.
—Ah, ya veo que será él —murmuró, asintiendo con la cabeza—. No me impresiona. Asumo que él es el chico malo y debería ser el más difícil de conquistar. De todo tu gusto.
—Me gustan los retos.
—Me agrada un poco el giro que está dando todo esto —dijo, señalando a nuestro alrededor—. Pero este lugar no me gusta. Hace frío, es gris, y tenemos un maldito psicópata paseándose por los bordes del bosque —susurró, a la vez que tiritaba—. Y no sé, siento que tiene que ver con nosotras en este pueblo...o tú en este pueblo.
Chasquee la lengua.
—Ojalá todo termine rápido —dije, acariciando su cabello. A veces me sentía un poco culpable por arrastrar a Francia a mis locuras—. Al menos ya sabemos con certeza que los hijos de Gerardo Fonseca son una estafa al corazón. Guapos para mirarlos, no para amarlos. —Suspiré, y por mi mente pasó la idea de que las cosas serían más agradables e interesantes si yo fuese nada más que una simple chica en un nuevo pueblo.
Francia arrugó la nariz.
—¿Y cómo es Gastón?
—Oh, otro creído más. Aunque sospecho que es más simpático y adorable de lo que demuestra —susurré. Me encogí de hombros—. Él es uno de esos que te enamoran, allí no me atrevería a meterme, pero me haré amiga de él. Es perfecto para lo que necesito.
—¿Crees que puedes confiar en él?
—Por lo que sé de los Fonseca hasta el momento, no le confiaría ni mis panties, aunque eso él no lo sabe.
Luego de las primeras clases, nos fuimos al comedor. Aarón le había enviado a Fran un mensaje diciéndole donde estaba sentado. Lo reconocí de inmediato, claro yo ya había hecho un análisis completo de su foto de perfil. Y...en la foto se veía mejor. Era guapo y se notaba que bajo su camiseta tenía un cuerpo trabajado, pero no sé. No era mi estilo.
Miré de reojo a Fran, y ya le brillaban los ojitos.
—Algunas horas en la escuela y ya caíste —murmuré, entre dientes.
Rio disimuladamente.
—No me digas que tú no —respondió en voz bajita— ¿o piensas que creeré que Gaspar no te movió ninguna fibra?
Me encogí de hombros.
Me movió más que una fibra.
¿Qué?
Está guapo, no me culpen.
Además me pasaba algo que odiaba: mientras más difícil parecía ser el chico, más me atraía.
A medida que nos acercábamos, hice un análisis más detallado de nuestro nuevo amigo. Aarón tenía el cabello rubio, y peinado hacia atrás. Sus ojos celestes le daban un aire angelical, aunque su sonrisa me decía que era algo travieso.
Sí, era totalmente el gusto de Fran.
—No digas nada —me amenazó.
Me cerré la boca con un cierre imaginario. El chico no nos sacó la vista de encima, e incluso su mirada sobre mí, me agradó. Después del rechazo y de sentirme diminuta sentada junto a Gastón, una mirada caliente no le hacía mal a nadie.
—¡Hola Aarón! —dije, sentándome a su lado. Fran se sentó al frente, y aproveché eso para alzar mis cejas hacia ella—. Finalmente te conocemos.
—¡Qué afortunado! Dos de las chicas más guapas de la escuela comerán conmigo —saludó, en un tono juguetón.
Directo
Me gusta eso.
—¿Cómo estuvieron tus clases? —preguntó Fran, peinando su cabello con los dedos.
—Más o menos. Me senté con una chica que no paró de hablar toda la mañana —respondió, hastiado—. Ya me sé todos los chismes de la escuela, y ni siquiera pregunté —gruñó, mientras trataba de pinchar una arveja con su tenedor.
—Me pasó algo parecido —murmuró Fran—. A Isla la hicieron sentarse con Gastón Fonseca. —Presentí que Fran lo decía con el propósito de obtener nueva información así que me quede en silencio esperando la reacción de Aarón.
Él, enarcó las cejas.
—Ellos son el tema favorito de Ale, mi compañera —aclaró.
—Tenemos clases con dos —agregó Fran. Estaba soltando migajas de información.
—Deben ser los mellizos. Yo tengo clases con el mayor de ellos. Gustavo Fonseca, parece ser un idiota. Me estremecí.
—¿Por qué? —pregunté, con un hilo de voz por la excitación de saber más.
Aarón se encogió de hombros, y rodó los ojos antes de murmurar de mala gana:
—Es el Christian Grey de las chicas. Es el mayor de los hermanos. Solo por un año. Pero él ya trabaja con su padre. Aunque se ve como si fuese alguien muy oscuro. Me dio mala espina y no le habla a nadie.
¿Muy oscuro?
—¿Christian...?
Aarón frunció el ceño.
—No me preguntes si tiene su salón de juegos o si le gusta tirar en cada rincón posible, porque no tengo idea. Aunque pueden ser solo rumores, no lo sé.
Curioso querido Aarón que sepas tanto detalle de nuestro amigo Christian Grey.
—¿Es ese el hermano que se fue a viajar durante un año? —preguntó Fran. La miré confundida—. Sofía me contó, ¿y hay otro hermano?
—Creo que se llama Gabriel —comenzó a decir Aarón. El menor de los hermanos, va un curso más abajo que los otros tres. —Giré la cabeza hacia Aarón para que me siguiera contando. Se llevó la mano a la barbilla como si estuviese tratando de recordar—. Tiene las mejores calificaciones, y siempre sale destacado. Dicen que se está preparando desde ya para hacerse cargo de una parte de los negocios de su padre. Como premio por ser el más inteligente, tiene el mejor coche.
Premio por ser el más inteligente.
Ok, tengo que saber más.
—Nos llegó una advertencia —dije, casi en un susurro. Ya que estaba tan chismoso probablemente sabía más.
—¿Sobre ellos? ¿eso de que no pueden estar contigo porque lo tienen prohibido?—replicó él, como si no entendiese muy bien mi pregunta. Fruncí el ceño.
—¿Prohibido?
Aarón se encogió de hombros.
—Sí, eso de que su padre les tiene prohibido tener novias.
Este es más chismoso que nosotras con Fran en nuestros mejores días de gossip girl. Y me gusta.
¿Cómo sabe tanto si también es su primer día?
A Fran se le escapó una carcajada.
—¿No estarán algo mayores para que su papi les prohíba tener novias?
Una chica —que no sé de donde apareció y que tenía un hermoso cabello rojo— se deslizó junto a Fran.
—Si su padre los pilla con alguna chica, les quitará la herencia —dijo aceleradamente. Se frotó las manos y le brillaron los ojos—. Por eso ellos no están con nadie... seriamente.
Fingí desinterés.
—¿Y por qué?
Se encogió de hombros.
—Dicen que su padre les hizo firmar una especie de acuerdo. Si tienen novia o algo parecido, quedarán desligados de todos los negocios de la familia Fonseca, y se les quita de la herencia —explicó. Alzó las cejas y se quedó esperando nuestras reacciones.
—Me parece un poco extremo —murmuré. De repente la advertencia me comenzó a hacer sentido.
¿Por eso ellos te rompen el corazón?
—Ah, por eso la advertencia —susurró Fran.
—¿Qué advertencia? —preguntó ella. La miré confundida.
—La advertencia donde dice que si te enamoras de ellos te romperán el corazón. —Al ver que la chica seguía mirándome extrañada, continué—: ¿la nota?
Sacudió su cabeza.
—No sé de qué hablas. —Se levantó de la silla, y miró hacia una chica que le hacía señas para que se acercase—. Por cierto, mi nombre es Mia —agregó con una sonrisa antes de irse.
Tres chicas a nuestro alrededor suspiraron sin disimulo cuando Gaspar cruzó el comedor. No tenía dudas del por qué.
Porque dentro de nuestros corazoncitos sabemos que él es el puto amo.
Estaba buscando la forma de preguntarle qué más sabía a Aarón, cuando de repente, el comedor quedó en un silencio abismante. Vi como todas las caras se giraron en cierta dirección. Lo hice también porque soy curiosa.
Y la curiosidad mató al gato.
Y me mató a mí.
Los cuatro hermanos se encontraban en el comedor. Al fin conocí a los otros dos hermanitos Fonseca.
Se me heló la sangre, y sin pensarlo me llevé la mano al pecho por falta de aire.
Mierda.
Mierda.
Mierda.
Todo estaba mal con esos chicos porque ninguno de los dos nuevos era un desconocido para mí.
Y algunas cosas tomaron sentido en ese momento.
El chico del bosque era uno de ellos.
Si hubiese podido cavar un agujero en ese instante, lo habría hecho sin pensarlo.
Mi mirada se cruzó con el hermano Fonseca que me había amenazado en el bosque, Gabriel: el menor de los hermanos. Se me erizó la piel por completo, él quitó la vista de mí, y mirando al piso se llevó el dedo a la boca en gesto de silencio.
¿Eso es para mí?
La voz de Aarón me sacó del pánico que había comenzado a sentir. Me sobresalté, y Francia me miró extrañada. Al parecer no lo reconoció.
Gabriel se veía distinto pero no tenía dudas que era él. Llevaba unos jeans claros y una chaqueta azul, contrastando con el negro con el que lo había visto el día anterior. Y su cabello no estaba peinado hacia atrás con la pulcritud de la primera vez, sino que lo llevaba desordenado bajo un gorro de lana color rojo.
El otro chico —Gustavo— era diferente a sus hermanos. Su cabello era negro azabache, y él si lo llevaba peinado hacia atrás. Sus rasgos eran más definidos y perfectos. Tenía los mismos ojos azules que Gaspar, y los mismos labios gruesos que Gabriel. Si pensaba que Gaspar tenía una expresión de chico malo y de autosuficiencia, él lo superaba. Él era puro misterio. Sus pantalones ajustados color negro y chaqueta jeans azul claro, lo hacían ver como modelo de revista.
Sentí como si un cristal hubiese explotado en mi interior, afectando totalmente mi ser, dejando daños no tan reparables.
—¿Y eso es todo sobre ellos? —pregunté, con un hilo de voz. Sentí que las piernas me tambaleaban, e incluso intenté levantarme para huir de allí y ocultarme aunque fuese por ese día, sin embargo, no me creí capaz de moverme.
Deslicé mi mirada hacia Gabriel.
¿Alguien sabe que este chico está loco?
¿Debería preguntarle qué es lo que pretende?
¿Me amenazó a propósito o simplemente estaba jugando?
Mi cerebro no daba más de las dudas, y me empecé a desesperar estando allí sentada en el mismo espacio y respirando el mismo aire que ellos. Que todos ellos.
Aarón y Fran seguían conversando pero yo me transporté a otro plano donde mis ideas se arremolinaban y tramaban cómo seguir a continuación.
—Deja de mirarlo —susurró Fran a mi lado—, ¿o ya cambiaste a Gaspar por Gustavo?
Sacudí la cabeza, no me había dado cuenta de donde estaban mis ojos.
—No es eso —susurré más para mí que para ella. Me dio un escalofrío—. ¿Vamos?
Nos levantamos para irnos a la siguiente clase. Mientras caminábamos por los pasillos mi celular vibró, y la pantalla se iluminó con un nuevo mensaje.
Número desconocido: ¿te debería dar la bienvenida?
El celular se deslizó de mis dedos y cayó al suelo.
—¿Te pasa algo? —Fran lo recogió y frunció el ceño.
Negué con la cabeza. No estaba segura de quien había sido, pero fuese quien fuese... no era bueno.
Admito que dudé seriamente de los planes que tenía en mi cabeza.
¿Huir es una opción?
¿Y si vuelvo a Los Ángeles?
¿A dónde más podría ir?
No, ya era tarde. El plan ya había comenzado, me había incluso mudado a un nuevo pueblo para lograrlo. Nada podía interrumpir o entorpecer mi nueva vida en Carum. Necesitaba cumplir el objetivo que tenía en mente, aún con las nuevas dificultades.
Todo se complicó.
Esa noche no dormí pensando en los hermanos Fonseca. Literalmente ya me habían quitado el sueño y no por una buena razón, sino porque uno de ellos no era una novedad para mí. Yo lo conocía de antes... y había huido de él.
Y de repente, la idea de ir a la casa de ellos a hacer la tarea con Gastón me pareció aterradora y vi mi valentía puesta en juego.
______
Hellooou, las cosas se están complicando para Isla
¿Les gustó el capítulo?
Si es así espero que le den click a la estrellita y yo a cambio les mando a un Fonseca para que las visite en la noche jajaja.
Besos!!!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top