37. Un amor no correspondido.


Carum, 2019

Isla

Gustavo se giró al ver mi expresión.

-¿Qué haces? -preguntó Gustavo a Gaspar.

-¿Qué haces tú? ¿por qué has ido a la casa? -Gaspar lucía confundido.

-Eres un imbécil, y no quiero que Isla esté contigo.

Gaspar se pasó la mano por la barbilla.

-¿Yo soy un imbécil? -Abrió la puerta de su coche, y Gustavo hizo lo mismo.

Oh, dios mío.

Si se lanzaban a los golpes, allí en medio de la nada, no había forma de que alguien los detuviera. Ambos salieron, y cerraron las puertas con fuerza. Yo también salí.

-Gustavo, por favor. Vuelve al coche, me quiero ir. -La desesperación en mi voz era evidente. Gustavo estaba loco, y con el enojo que le veía en su cara, temía de lo que podía hacer. Con un gesto me dijo que me callara, y me lanzó una mirada que me hizo retroceder un paso. Intenté coger a Gustavo del brazo y obligarlo a detenerse, pero se zafó con fuerza.

-No te metas.

Ya nada lo iba a detener, y apenas Gaspar se acercó, Gustavo le dio un golpe en la quijada que hizo que Gaspar tambaleara.

-Nooo, ¡detente! -Cogí mi celular y comencé a llamar a Gastón, pero incluso los dedos me fallaban. Tenía mi vista yendo y viniendo entre los hermanos y mi teléfono.

-Sé lo que hiciste -gruñó Gustavo. Me giré para comprobar si había escuchado correctamente. ¿Qué hizo qué? Gaspar se llevó la mano a la cara por el dolor, y se abalanzó a Gustavo para devolverle el golpe, que le llegó de lleno en la nariz.

-¿Sí? ¿Qué hice exactamente? Puto drogadicto.

Gustavo volvió a la carga, y ambos cayeron al piso con los golpes. De repente me vi gritando desesperadamente, y tratando de meterme entre los dos. Pensé en intentar separarlos pero cuando traté de acercarme, casi me llega un golpe.

Retrocedí, temblando y sudando por completo. Era ver a dos personas casi matándose frente a mis ojos y sin poder hacer nada.

Ninguno de los otros hermanos me contestaba el teléfono, ni tampoco Fran. Las lágrimas quemaban mi piel, mientras veía a los dos golpeándose sin parar. Miré desesperada alrededor pero no había nada que me pudiese ayudar.

-Dios mío, paren de golpearse. ¡Son hermanos! Gaspar... detente, por favor.

Gaspar frenó, y puso un brazo extendido para retener a Gustavo y no recibir ningún golpe. Giró su cabeza hacia mí. Mi pecho subía y bajaba descontroladamente, y el de él también. Me dirigió una mirada cargada de odio, y luego cerró los ojos. Gustavo se alejó unos pasos para tomar aire, y se llevó las manos a las rodillas.

-Eres injusta Isla Ferrer, y ¿sabes por qué? -Gaspar entrecerró los ojos, y se quedó esperando mi respuesta. Gustavo subió la cabeza, y arrugó el entrecejo, entendiendo menos que yo.

-¿Yo soy injusta? -sollocé-. ¿de qué hablas? Tú querías asustarme, y echarme de Carum. ¿Sabías que esa vez que ibas a estar en mi casa se iba a cortar la luz?

Meneó la cabeza.

-Yo no sabía ninguno de los planes específicos de Gabriel, solo su objetivo. -Pateó la roca que se hallaba cerca-. Y yo no quería asustarte, Isla. -Tomó una respiración antes de continuar-: quería romperte el corazón -soltó, como si nada-, ¿No te suena a algo conocido?

Oh.

Mierda.

Romperme el corazón.

Me podrían haber abierto el pecho y sacado mi corazón a pedazos y habría dolido menos.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, y ni siquiera pude decir algo, como si todas las palabras del vocabulario se me hubiesen olvidado. Temí dejar de respirar, porque de repente también olvidé cómo hacerlo.

-Eres una mierda -gruñó Gustavo, y escupió sangre al piso.

Gaspar giró su cabeza hacia su hermano, y esbozó una sonrisa.

-¿Y si te digo que ella quería hacer lo mismo conmigo? ¿sigo siendo tan mierda?

Mierda.

Mierda.

Mierda.

¿Cómo lo supo?

¿Por qué?

¿Yo misma provoqué todo?

Me llevé la mano temblorosa a la boca, y los dos me observaban. Pero es que yo me arrepentí del plan de inmediato, pero por lo visto, él no se enteró.

Gustavo volvió al ataque y lanzó a Gaspar al suelo, y lo retuvo poniendo un brazo sobre su pecho.

-¿De qué hablas? ¿Por qué Isla iba a hacer algo así?

Tenía el corazón destruido, y todo había sido mi culpa.

Me puse una trampa. ¿Cómo pude ser tan estúpida?

Y de repente vi todo negro, así que llevé mis rodillas al piso.

-¿Isla? Isla, despierta. -Abrí los ojos con dificultad, y me encontré con diez pares de ojos observándome. Fran me cogió del brazo y me ayudó a incorporarme.

Me había desmayado y me dolía terriblemente la cabeza. Sentía que en mi cabeza había mil pensamientos difíciles de seguir: ¿dónde estoy? ¿se estaban golpeando? ¿qué hace Fran aquí?

-¿Estás bien? -Alguien tocó mi nuca, e hice una mueca de dolor-. Tiene sangre -murmuró Gabriel-, debemos llevarla al hospital.

Meneé la cabeza.

-Estoy bien. -Gustavo movió un mechón de mi cara, y toqué una de sus heridas sangrantes en el borde del labio. Busqué con la mirada a Gaspar, ya se había alejado del grupo, pero noté sus nudillos enrojecidos, y el costado de su cara también-. Son unos idiotas.

-Perdón, no debimos...

-Basta. -Gastón me ayudó a ponerme de pie, y me cogió de la mano para llevarme a su coche. Se giró y -asumí que le habló a Gustavo-, tú, déjala. Nos iremos cuando te vayas, si no lo haces de inmediato, es más tiempo que pasa hasta que llevemos a Isla al hospital.

Me subí al asiento trasero con Fran, y Gabriel en el de copiloto, junto a Gastón. Apenas me subí, vi de reojo pasar la camioneta de Gustavo.

-Vamos -murmuró, Gabriel. Se giró para mirarme-, Isla, ¿estás bien?

-Me duele un poco la cabeza, pero estoy bien. Gracias...-Me giré para ver a Fran y le cogí la mano-, ¿qué hacen aquí?

Bufó, exasperada.

-A Gastón se le ocurrió la magnífica idea de decirle a Gustavo que estabas en esa casa con Gaspar. -Fran rodó los ojos-. Apenas me contó, llamé a Gabriel que parece que es la única persona que piensa en este coche además de mí.

Escuchar sus palabras, hizo que automáticamente una sonrisa apareciera en mi rostro. Fran burlándose de Gastón. ¿cómo es que yo era la única que pensaba que debían estar juntos?

-Se me salió, estaba enfadado -replicó Gastón-. No lo pensé bien.

-Si no te hubieses desmayado, no habrían parado hasta que uno de ellos hubiese quedado tirado en la calle. Lo bueno es que al menos lo hicieron cuando te desmayaste. Llegamos y estaban los dos desesperados tratando de despertarte.

-¿Y por qué le dijiste, Gastón? -pregunté, apoyando la cabeza en el respaldo y cerrando los ojos.

-Porque me enojé.

Resoplé. Fran se acercó a mi hombro y murmuró en voz bajita:

-¿Es mi idea o dejaste a Gaspar y te venías con Gustavo? Lo siento pero me he estado torturando con la incertidumbre.

Y recordé lo que había sucedido en la casa con Gaspar. Me adelanté y le di un golpe en el hombro a Gabriel. Me acerqué a su oído para hablarle y que nadie más escuchara.

-El plan para echarme de Carum era con Gaspar. Podrías haberme avisado antes de que me fuera a meter a una casa en medio de la nada con él. -Mis palabras sonaron cargadas de rabia, aunque estaba consciente de que Gabriel no tenía la culpa, sino que era mía y de nadie más.

Y además yo sabía que uno de ellos había actuado o al menos tenía conocimiento del plan de Gabriel. Tenía rabia. La verdad estuvo frente a mis ojos y yo lo ignoré por completo.

Tuve muchas oportunidades de alejarme, como cuando Gabriel insistía en asustarme o al darme cuenta que Gustavo era un Fonseca. Sí, debí haber huido de ellos, al menos amorosamente; y actuar como la situación lo ameritaba: una investigación seria donde la protagonista era mi madre.

Dios. Todo por mi madre.

-Lo siento -susurró Gabriel-. No pensé que tú y él tenían algo, a pesar de sus esfuerzos.

-¿Esfuerzos?

-Sí, no sé...todas las veces que se acercó a ti... -Se acomodó en el asiento, y se giró para mirarme de frente, arrugó su nariz y se encogió de hombros-. Lo siento, no sé que me pasó. No lo pensé bien. -Su expresión afligida me ablandó lo que quedaba de corazón, y le di una palmadita en el hombro, para que ya no se estresara con el tema.

Me llevé ambas manos a los lados de la cabeza y me eché para atrás. Fran seguía esperando mi respuesta.

-Lo de Gaspar era todo falso, me quería romper el corazón. -Cerré los ojos, y me giré. No quería ningún comentario. La cabeza me palpitaba, si seguía analizando tanto la situación, iba a explotar.

***

Horas y exámenes más tarde salí del doctor, con nada más que una advertencia para que no me estresara. El estrés del momento de la pelea produjo el desmayo.

Ni Gustavo ni Gaspar estuvieron en el hospital, y al salir solo dejé que Fran me llevara a la casa, no quería enfrentarme a ningún otro Fonseca por harto tiempo. La verdad, no quería enfrentar a nadie y apenas llegamos, subí a mi habitación a llorar por el amor que nunca tuve y por lo estúpida que me sentía.

Dios, que estúpida me sentía.

Me creí especial tantas veces por estar junto a Gaspar, y que todo haya sido una farsa me quemaba por dentro. Lo odiaba, y me odiaba a mí; y aunque él buscó romperme el corazón, también odiaba que él no supiera la verdad, que ese fue mi plan durante los dos primeros días y que luego me arrepentí.

Debí decirle para que quizás se sintiera culpable de todo lo que avanzó él con su idea, pero ya era tarde. ¿Como una idea tan infantil que tuve el primer día de clases, se convirtió en un plan en mi contra?

Meneé la cabeza, tratando de esfumar los pensamientos de Gaspar siendo el chico dulce que solo se mostraba así conmigo. No lo conocía nada. Y tampoco me conocía a mí, porque ahora que el impacto me había llegado de lleno, que mi propia trampa me había caído como una casa en la cabeza, no paraba de martirizarme con lo macabra que era querer hacerle eso a alguien.

¿Este daño quise hacerle a un chico? ¿Por qué?

¿Porque su padre había sido una basura?

¿O porque me llegaron rumores de que rompían corazones?

No tenía justificación.

Resoplé, y grité tan fuerte en mi almohada que temí quedarme sin voz. Fran tocó la puerta todas las veces permitidas para que nadie notara algo extraño.

Dios, ¡Cómo lloré!

Más que cuando tuve que dejar a Gustavo. Allí había dejado ir a mi novio por drogadicto y tóxico...y algo que siempre supe que tendría una duración máxima de dos meses.

Estuve durante todo el día con el celular apagado y cuestionándome cada paso que había dado.

De pronto recordé el poema de Gustavo, y me sentí culpable de no haber leído lo primero que se atrevía a mostrarme. Lo saqué de la mesita de noche, y con los ojos apenas abiertos, lo leí:

Estoy seguro que el cielo lloró nuestra separación,

Hubo sangre en las estrellas, y lágrimas en mi corazón.

Necesito tu cabeza sobre mi pecho, pidiéndome que te cuente una vez más

Cómo pasó que me fui a enamorar,

Pero el cielo me tortura con una pregunta

¿Cómo me atreví a amar a una chica tan especial, siendo yo tan normal?

Estoy roto, pero no por tu culpa.

Y sé que te puedo decir mil cosas, y creerás que ni yo tengo seguridad

Pero no es ahora el momento en el que te vuelvo a conquistar.

Si es que algún día decido volverlo a intentar,

Primero, me tengo que recuperar.

Gustavo F

Suspiré. Gustavo se iba y deseé leer sus palabras mucho antes. Era un chico sensible, sin embargo, estaba dañado... y me atrevía a decir que era por la presión que ejercía su padre sobre él y las drogas que llegaron para empeorarlo todo.

Me dio tristeza enterarme que él se iba. Era gracioso que hasta yo empezaba con mis contradicciones, pero Gustavo para mí, era alguien a quien podía acudir y sabía que siempre estaría para mí, sin embargo, entendía lo que debía hacer y lo apoyaba por completo.

Desperté con frío sobre la cama, y cuando me estaba incorporando para meterme bajo las sábanas, con un grito salté lejos y me pegué en la pared al ver a alguien durmiendo en el sofá junto a mí.

Gastón vestido deportivo por completo, al parecer venía de práctica porque tenía su mochila de deporte en el suelo. Su respiración acompasada, subía y bajaba ligeramente su pecho. Se acomodó mejor en el sofá, y se giró, pero siguió durmiendo.

Alguno de ellos me va a terminar matando.

Se veía tan adorable que no lo quería despertar, así que volví a la cama y me metí dentro, con el corazón amenazando con salir disparado del susto.

Desperté nuevamente cuando su celular comenzó a sonar muy fuerte, aún con los ojos cerrados tanteó su bolsillo y sacó su teléfono. Contestó a la vez que abrió los ojos y se encontró con mi mirada.

-Hola. -Sonrió, y se giró en el sofá para quedar mirando el techo de la habitación-. Recién despertó. Sí, está sana y salva. Con cara de sueño, y podría bañarse pero está bien. -Le lancé un cojín y soltó una carcajada-. Le diré. Bye. -Cortó, y se refregó los ojos con las manos-. Gustavo dice que si no contestas el celular, va a entrar a la casa gritando tu nombre. Te dio cinco minutos.

-¿Gustavo?

-Sí, él me dijo como entrar por tu ventana. Lo siento por entrar así, es que estábamos preocupados. Él también estuvo aquí pero se tuvo que ir a trabajar.

Resoplé.

-Van y vienen a mi habitación cuando quieren, ¿acaso no tengo privacidad?

Encendí mi celular y le envié un mensaje a Gustavo para que no hiciera ninguna locura.

Isla: Estoy bien, acabo de despertar, te hablo más tarde :)

Gustavo: Así me gusta, obediente.

Gastón se levantó del sofá y se subió a la cama para recostarse junto a mí.

-Tienes cara de corazón roto.

-Lo tengo -confesé, y tuve que apretar mis labios para calmar el temblor de mi boca-, ¿tú no sabías que él estaba jugando conmigo, cierto?

-Por supuesto que no. Isla yo no quiero que nadie te haga daño y no lo permitiría ni siquiera de mis propios hermanos. Pero sí sabía que él es así, y te lo advertí.

Bajé la mirada.

¡Ay si lo hubiera escuchado!

-Perdón por no hacerte caso.

-No estés triste, que me duele verte así. Mierda -dijo, golpeando la cama-. Esto es exactamente lo que yo no quería, verte sufrir por mi hermano. Lo que hizo fue una mierda.

-Gastón -sollocé-. Es verdad que yo dije que iba a romperle el corazón a Gaspar, porque cuando recibimos la advertencia con Fran, sobre los Fonseca, pensé que ustedes eran igual que tu padre y que hacían sufrir a las chicas. -Meneé la cabeza, estresada-. Fue una estupidez, pero me arrepentí de inmediato. Fue un plan que nunca llevé a cabo.

-Isla, no te tortures más. -Cerró la boca de golpe y me miró con la frente arrugada-, ¿qué advertencia?

-Esa que dice que no te acercaras a ningún Fonseca porque te romperán el corazón.

Gastón soltó una carcajada.

-¿Eso es real? -preguntó, partiéndose de la risa, y habló apenas-. Primero; yo nunca he tenido novia y me he interesado por muy pocas chicas; segundo, Gabriel es gay; tercero, Gustavo se ha tirado a todas las chicas que ha podido, pero fuera de Carum; y Gaspar, bueno él...-Se calló, y dejó de reírse-. Bueno con saber de tres ya tienes más que suficiente.

Resoplé. No quería nada más del tema.

-¿Mañana es la cena?

-Sí, ¿irás?

-Por supuesto, tú estás conmigo ayudándome a recoger los pedazos que quedan de mí, yo no te voy a dejar solo con tus padres en una cena importante.

-Gracias, Cookie. -Me acarició la mejilla, y luego susurró-: ¿Veamos una película para que dejes de pensar en mi hermano?

-¿Y podemos invitar a Fran? -susurré.

Rodó los ojos.

-No -replicó.

-¿Por qué no?

-Porque no. -Se sacó las zapatillas y las lanzó lejos. Ante mi mirada insistente, bufó-. Me pone algo nervioso.

Me incorporé de golpe y puse una mano en su pecho.

-Gastón Fonseca, te gusta Francia. -Me llevé las manos a la boca, y él rodó los ojos sin poder reprimir la sonrisa.

-¿Una peli de miedo?

Asentí, y puso una.

Y no sé por qué de repente se me vino a la cabeza la imagen de Gaspar gritándole a Gustavo que era un puto drogadicto.

Entonces en Carum solo dos personas sabían de Gustavo: Gaspar y yo. Bueno, y Gastón que supo cuando casi me pillaron.

Oh, dios mío.

-Él quiso que me pillaran con las drogas -murmuré.

-¿Qué?

_____

Hellouuuu. Beibis si les gustó el capítulo no se olviden de votar y también agregarme de amiga (aquí o en IG: valesminombre) así se enteran de más cosas :)

¿Les gustó el capítulo? ¿Qué les gustaría que pasara en el siguiente?

Ay, Gasparcito ¿por qué nos haces sufrir?

¿Será este el fin de ambos o solo un mal entendido?

¿Gustavo quiere que Isla esté con Gastón?

¿A Gastón le gusta Fran?

¿Gustavo se nos va?

¿Todo es mentira e Isla sigue internada en el hospital? (Esto es broma jiji)

Muak!!!

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top