30. Hermano perdido y la aplicación


Carum, 2019.

Isla

Aarón: Adivina qué estoy esperando ahora

Gastón: ¿Qué hacemos hoy?

Isla: Esperando unos besitos de Gabriel F, por supuesto.

Mensaje enviado a Gastón.

-¡Noooooooo! -Lancé el celular lejos y rebotó en la pared. ¿Tenía que dejar de enviar mensajes para siempre? Otro mensaje equivocado y totalmente revelador. ¿Cómo le explicaba a Gastón sobre esos besos con su hermano?

Aarón me iba a matar si lo nombraba...sin hablar de nombrar al propio Gabriel, que de partida dejaría de lado el desarrollo de la aplicación que necesitaba para la subasta de citas.

Me quedé mirando el techo de la habitación unos diez minutos, esperando a que las cosas se resolviesen solas por arte de magia. Me levanté de la cama y avancé lentamente hacia el celular, asustada de lo que podría haber respondido Gastón. Quizás mi demora en corregir el error había empeorado todo.

Lo levanté y tomé una respiración profunda antes de ver la pantalla.

Nada.

¿Nada?

Nada.

Y escuché un coche llegando.

Oh, rayos.

La puerta del coche cerrándose. Alguien abriendo la puerta principal. Pasos en la escalera.

Y yo ya había vuelto a la cama y estaba tapada hasta la cabeza con las sábanas.

Murmullos fuera de mi puerta. Golpes en la puerta. Puerta abriéndose.

-No te hagas la dormida -murmuró Gastón, con cierto tono de burla.

-Quizás está durmiendo de verdad -replicó Fran, y noté el nerviosismo en su voz. ¿Estaban juntos? Tuve que reprimir la sonrisa que se me formó bajo las sábanas.

-Nah, a mí no me engañas, Isla Ferrer. -Gastón se sentó junto a mí en la cama, llevó su mano sobre mi hombro-. Le daré un beso apasionado en la boca -soltó como si nada, y sacó la sábana de mi cara. Abrí un ojo a la vez que él alzó una ceja de: te pillé. Llevaba una sudadera negra con el gorro puesto, su cabello se asomaba de forma desordenada. Se veía increíblemente apuesto.

Fran... ¿cómo es que no te gusta?

-Ni te atrevas -gruñí, abriendo ambos ojos y poniendo una almohada entre los dos. Me sacó la almohada de golpe y la lanzó lejos sin mirar. La ventana se encontraba abierta de par en par, así que la almohada salió volando fuera de mi habitación-. Ah, muchas gracias, ya no tengo almohada -dije, tratando de aguantar la risa. Apretó los labios en una fina línea tratando de no reír, tan adorable, que como siempre me daban ganas de darle apretarle las mejillas. Desvié la vista hacia Fran que levantó los brazos y salió por la puerta.

-Te compraré tres si quieres -respondió, entornando los ojos-. Ahora...

-¡Me equivoqué y no me hagas preguntas! -dije, tapándome la cara y haciendo un puchero.

-¿No es que tienes un romance secreto con mi hermano menor? -preguntó, atacado por la risa.

-¿Qué no crees que podría ser verdad? -quise saber. Gabriel era guapo como cualquier Fonseca. Saqué las manos de mi cara lentamente, y Gastón seguía observándome con los ojos entornados, tratando de poner cara seria, aunque para él era casi imposible. Negó con la cabeza.

-Pero alguien si tiene un romance secreto con él, eso no lo podrás negar. Y muévete que tengo medio culo afuera de la cama.

Tenía una mano apoyada junto a mi muslo, y me moví un poco para que él se sentara mejor. Sin embargo, se recostó a mi lado, subió los pies a la cama, se acomodó, y se sacó las zapatillas.

-¿Quieres que te tape con las sábanas también? -pregunté, irónicamente.

-No gracias, hace calor. -Subió los brazos y apoyó su cabeza sobre sus manos. Su olor a perfume no me molestó para nada ni tampoco los bíceps que se tensaron notoriamente-. Ahora volvamos a lo otro...así que mi hermano tiene un romance oculto.

Resoplé. Eso no me lo iba a dejar pasar tan fácil.

-No te puedo contar.

-¿Por qué?

-Porque no es mi secreto.

-Así que si es un secreto -dijo, con voz de sospecha. Se rascó la barbilla-. O sea, es con alguien que no quiere que se entere el resto.

-Porque se supone que ustedes no pueden tener novias.

Sacudió la cabeza.

-Pero es alguien cercano a ti, porque le estabas enviando este mensaje -dijo, levantando su teléfono-. Es una amiga tuya.

Oh, dios.

Isla, cállate.

-¿Por qué no ocupamos todo este talento de investigación en lo que realmente nos importa?

-¿Fran? ¿Mia?

-¿Mi mamá...tu papá?

-Ok -gruñó, y luego hizo un puchero-. Lo dejaré pasar por hoy, porque... ¡Encontré algo!

Me senté de golpe, y cuando él giró la cabeza para mirarme con sus ojos achinados por la risa, de repente abrió los ojos y tragó saliva -.Isla...-comenzó a decir bajito-. ¿por qué estás sin camiseta?

Me miré. Me había sacado la camiseta porque hacía mucho calor, y mi bralette negro no dejaba mucho a la imaginación. No, la verdad es que incluso tenía algo de transparencia.

Ay, incluso un color rosado apareció en las mejillas de Gastón.

Solo reaccioné a taparme con la sábana cuando escuché un grito desde la puerta. Una escena de película: Loreta con las manos en la cara, Gastón recostado en mi cama, y yo sin camiseta.

-¡No tienes ningún respeto por las reglas de esta casa! ¡Le contaré a los señores para que te echen! -exclamó, con la voz temblorosa.

Fran apareció corriendo, y también quedó un poco impactada con la escena, pero ya a esas alturas estaba acostumbrada a pillarme en momentos incómodos así que reaccionó rápido.

-Loreta, ¡déjalos! -dijo, antes de cerrar la puerta, dejándonos a los dos solos enfrentándonos a la situación. Nos quedamos mirando un segundo y comenzamos a reírnos escandalosamente.

-¡Viste su cara! -exclamó él, sacándose una lágrima aún con las mejillas coloradas.

-Soy la personificación de los pecados a sus ojos. -Me levanté de un salto a la cama, aún riendo-. ¡No me mires! -Gastón se tapó los ojos. Corrí a la cómoda para sacar una camiseta, y él sacó las manos cuando sintió que volví a su lado-. ¿Qué encontraste? -pregunté, emocionada.

-Mi padre salió de nuevo anoche a un viaje de negocios, y hoy en la mañana me levanté para ir a trotar, y en la entrada me encontré con el cartero con correo para él: un sobre que no me querían entregar, pero le dije que mi padre solía salir, y que los dejábamos usualmente en su despacho. El pobre chico terminó por entregármelo. -Negó con la cabeza-. Hizo mal porque... me lo traje.

-¿Qué? ¿Y tiene que ver con lo de nuestros padres?

-La verdad es que yo no lo he leído -dijo, levantándose de la cama. Caminó hacia el sofá y cogió un sobre que se hallaba encima de él. Me lo extendió, y volvió a recostarse a mi lado. Era un sobre sin nada escrito afuera, solo tenía un pequeño símbolo rojo en un extremo.

-Eso es de un investigador privado -explicó, cuando me quedé analizando el símbolo-. Y estoy seguro de que es por tu mamá, porque anoche entré a su despacho y lo que te mostré la otra vez, lo había cambiado de lugar.

-O sea que estuvo buscando algo...

Mi corazón se aceleró, ¿por qué ahora? Lo abrí y de él saqué diferentes documentos. El primero que saqué era del orfanato Esperanza, el mismo en el que mi madre estuvo. Por supuesto que el confidencial marcado en enormes letras no me detuvo. Deslicé mi mirada rápidamente por la hoja y se me apretó el corazón.

Era un informe de embarazo y futura entrega en adopción. Miré por sobre la hoja y Gastón me observaba esperando alguna reacción de mi parte, tenía los labios en una sola línea y una expresión como si supiera que estaba leyendo algo importante y no buenas noticias.

Comencé a leer en voz alta.

-Se registra el ingreso de Vera Harris al Orfanato Esperanza debido a su condición de embarazo no deseado. Se establece que se quedará por los meses correspondientes hasta dar a luz y cuatro meses después para que logre adaptarse.

-Un hermano -murmuró Gastón, sorprendido.

-Nota: se firma la prohibición de su salida durante los meses antes mencionados. La paciente no se muestra colaborativa, sin embargo, sus padres firman por ella. Se acuerda con ambos padres dar al infante en adopción de forma inmediata al nacer. Familia alemana posible adoptante.

-Mierda.

Había otro informe, y ya no me dio para leer en voz alta.

Estrictamente confidencial

Nombre: Vera Harris.

Estado: Embarazo de 6 meses.

No desea entregar a su hijo en adopción. Se niega a recibir a sus padres de visita, y por lo tanto, no los ha visto durante meses. Se ha visto mejor de ánimo y más colaborativa con el resto de sus compañeras y niños que viven en el orfanato. Se le ha disminuido la cantidad de porciones de comida debido al aumento sostenido de peso.

Nota: Se recomienda enviarla de viaje luego de dar a luz y así no levantar sospechas de su estado. Se ha conversado con G. Fonseca y él ha aceptado pagar los gastos al respecto.

Recomendación de psiquiatra: Dar por fallecido al infante apenas nazca.

Dios

-Dar por fallecido -murmuré, apenas por lo macabra que era la idea.

Tragué saliva, ¿mi mamá sabía de esto? Los ojos se me llenaron de lágrimas.

Gastón cogió mi mano y me atrajo hacia él, me apoyé en su pecho y comencé a sollozar. Arrugué las manos sobre su sudadera, y él apretó sus brazos a mi alrededor. Me sentí tan cómoda y acompañada que lloré sin vergüenza. Lloré por mi madre y por lo que sus propios padres le habían hecho. Y allí entendí por qué nunca oí acerca de ellos.

-Lo siento -dije, sin dejar de llorar, las lágrimas humedecieron su sudadera.

-No te preocupes, pero procura no llenarme de mocos -dijo, riendo. Lo golpeé en el brazo.

-Creo que es muy tarde para eso.

-Esto es demasiado trabajo para no ser un novio...-bromeó. Me acarició con su mano el brazo, y recordé de pronto los mensajes que había recibido días atrás cuando él estaba ebrio y de los que nunca hablamos-. Pero no es demasiado para un amigo, no te disculpes nunca por llorar ni por algo como mojarme la sudadera, eso hacen los amigos. Supongo que yo también podría llorar contigo si así lo quisiera, ¿cierto?

-Podrías llorar en mi hombro -respondí sonriendo.

-Ah, entonces muévete a mi hombro porque si no puedo llorar yo en tu pecho, no hay igualdad. -Me tomó de los brazos como si pesara un kilo y me movió hasta su hombro.

-¡Gastón! -exclamé, riendo-, ¿qué haces?

-Te muevo -respondió, con obviedad. Me saqué las lágrimas que habían avanzado por mis mejillas y me incorporé. Era imposible estar triste junto a él. Ay, como deseaba que este chico encontrara a una chica perfecta que lo mereciera, y no tenía dudas de que era Fran.

-Pones muchas condiciones -gruñí.

Sonrió y pestañeó rápidamente.

-¿Ya te sientes mejor?

Asentí con la cabeza.

-Gracias, es solo... que me abrumé con lo que leí. Toma -dije, extendiéndole los documentos-, ¿Cuándo hablan de G. Fonseca se referirán a tu padre o a tu abuelo? Cerré los ojos porque me ardían.

-No...no tengo idea -respondió, apenado-. Pero...¿en algún lugar tenemos un hermano?

Tomé el otro documento que había en el sobre. Era uno pequeño con la dirección de mi madre, y mi nombre.

Tuve que leer varias veces, como si me costara reconocer que Isla Ferrer era yo. Gerardo estaba a tan solo un papel de descubrir que yo era la hija de Vera.

-Mira. -Acercó la cara al papel que yo tenía en la mano y me miró confundido-. Es mi dirección en Los Ángeles. Con esto tu papá sabrá quién soy yo.

-No lo permitiremos. -Puso su mano en mi hombro, y me miró preocupado-. ¿Estás bien? Esto debe ser...

-Es mucho. Desde que llegué he ido averiguando cada vez más que mi mamá sufrió. Y me duele. Ella es toda la familia que tengo, saber que alguien le hizo daño me duele mucho. -Sacudí la cabeza y me saqué una lágrima que había rodado por mi mejilla-. Y la dañó su amor, su hermana, y sus padres. Cada vez me extraña menos su forma de ser, y que incluso haya aceptado irse durante un año dejándome con Fran y su familia. Así es ella, y entiendo por completo la desconfianza que le tiene a la gente. Y yo...-. La voz me temblaba y apenas se me entendían las palabras.

-Debe haber sido muy difícil para ella -comentó, sin saber mucho qué decir, sin embargo, para mi era suficiente que él estuviese allí.

-Y ahora tu padre la está buscando, ¿para qué? ¿por qué ahora? Han pasado muchos años.

-Podríamos hacer que no la encuentre -dijo él.

-¿Cómo?

-Porque esto -dijo, cogiendo el sobre-. Aún no lo ha visto mi padre.

Abrí los ojos, no se me había ocurrido esa opción.

-¿Qué piensas hacer? ¿qué lo ocultemos? ¿harías eso?

-¿Tú quieres que mi padre encuentre a tu mamá? Yo no quiero -dijo, encogiéndose de hombros-. Quizás...no merezca encontrarla, y podría apostar a que mi madre tampoco merece esto. -Se rascó la nuca-. Aunque tampoco sé eso si le importaría en absoluto.

-Vaya familia que tenemos -murmuré.

-Por eso nos encontramos y somos novios falsos. Estamos igual de locos.

Me acerqué a él, y me acurruqué en su pecho. Gastón me hacía sentir segura y tranquila.

-Me quedaré con este sobre, aunque creo que tendremos que reemplazarlo por otro. -Gastón se hizo a un lado y se levantó de la cama, fue por mi computadora y luego volvió con ella.

-Vamos a poner allí otra dirección.

-Y pongamos que mi mamá tiene muchos hijos y esposo. Y acerca del informe del orfanato...

-¿Qué podríamos hacer con eso?

-Déjamelo a mí -respondí, quitándole la computadora-. Voy a poner que se quedó allí para acompañar y enseñar a los niños huérfanos. Fue una elección propia.

-Y que nadie la obligó...-Asintió con la cabeza-. Así mi padre tiene información, pero nada que haga que quiera averiguar más.

-Eso pienso yo.

Me distraje porque me llegó un mensaje.

Gabriel: Te tengo un regalo. Descarga la aplicación Subasta OV

-Al menos una buena noticia -murmuré.

-¿Qué es?

-Ya tengo la aplicación de la subasta de citas -dije, mientras la buscaba para descargarla-. He pensado tanto en esta subasta que creo que me importa más de lo que debería.

Gastón se quedó en silencio unos momentos.

-¿Y si nadie apuesta por mí? -Lo miré por sobre la pantalla. Hizo un mohín y se cruzó de brazos.

-¿De verdad crees que nadie apostará por ti?

-No lo sé -respondió, divertido.

-¿Y tú no sabes que media escuela se muere por ti? -pregunté, con una ceja alzada. Apenas lo dije, sentí como mis mejillas se coloreaban. Una sonrisa coqueta se extendió por su cara, y pestañeó rápidamente.

¿Cuánto pagarían las chicas por estar así con él?

-¿Ah, sí?

Rodé los ojos.

-Ya, no te creas tanto ahora.

Soltó una carcajada.

-¿Y si consigues la cita conmigo? -preguntó, sentándose de golpe. Tragué saliva, no le contaba aún que tenía que ganar la de Gaspar.

-¿Qué? ¿Te da miedo tener una cita con una chica desconocida? -bromee.

-¿Y si está un poco loca? Prefiero una loca conocida -murmuró, en voz baja-. Estoy bromeando, haré que la chica que gane tenga una cita inolvidable.

Ay, que adorable eres.

Miró su reloj.

-¡Oh! Me tengo que ir, mi madre quiere que comamos con ella. -Lo abracé, mientras él se ponía de pie.

-Gracias, Cookie.

-De nada. -Me dio un beso en la frente y caminó hacia la puerta. Se giró antes de desaparecer por ella.

-¿Isla...las apuestas serán anónimas?

-Sí -respondí no muy segura de si le había dicho eso a Gabriel, pero le iba a decir de todas formas. No tenía intenciones de que todos vieran como yo apostaba y apostaba por Gaspar como fan desesperada y enamorada. Me cerró un ojo.

-Mañana vayamos a la fiesta.

-¿Qué fiesta?

-Es un cumpleaños de un chico que conocemos. -Se llevó una mano a la barbilla-. Perdón, pensé que te había dicho. Prometo que nadie te va a intentar raptar esta vez-. Me cerró un ojo y salió.

Ay, estas fiestas nunca salen bien para mí.

Apenas salió, comencé a revisar la aplicación. Tenía una prueba de prueba una cita con Shawn Mendes.

Isla: ¿Así que Shawn Mendes?

Gabriel: :P

Isla: Te ha quedado genial, Gracias :)

Gabriel: Cuando tengas a todos los participantes, me los envías y los agrego.

En la pantalla apareció un conteo desde el tres al uno, para luego anunciar el resultado de la subasta: Vendida una cita con Shawn Mendes a anónimo1, yo era anónimo2.

Isla: anónimo1 has ganado una cita con Shawn Mendes. Disfruta.

Gabriel: Pero no le digas a Aarón.

Isla: :X

Y con eso recordé a Aarón y el mensaje equivocado que le llegó a Gastón. Finalmente, nunca le respondí.

Abrí su mensaje y me aseguré de responderle a él.

Isla: ¿Qué esperas? ¿Unos besos de Gabriel?

Aarón: ¡No! Bueno eso también... aunque no lo he visto fuera de la escuela luego de lo de la fiesta... me refería a los muffins de mi mamá :(

Isla: Si no me llevas uno mañana soy capaz de asaltar tu casa durante la noche :p... ¿por qué no has visto a Gabriel? ¿quieres hablar de eso?

Aarón: Uff... esperaba que dijeras eso, te iré a ver.

Dejé el teléfono en la cama y fui a la habitación de Fran para contarle lo del orfanato y lo de la aplicación. Apenas entré, le extendí el sobre con los documentos. Como siempre, sus ojos se movieron sin parar de un lado a otro y contuvo la respiración hasta que terminó. Lanzó un largo suspiro.

-Primero -dijo, levantando un dedo y haciendo un puchero-. Lo siento mucho por tu mamá; segundo, ¿tienes un hermano?; tercero, ¿Gerardo ya sabe que tú eres la hija de Vera?

-Al parecer tengo un hermano que comparto con mi novio falso, mi ex, y con el chico que me gusta. Sí, increíble. Y no, Gerardo no sabe, porque ese sobre nunca llegó a sus manos, ni tampoco llegará.

-Asumo que de eso es culpable Gastón -dijo, tratando de reprimir una sonrisa-. ¿No es genial? Hace todas estas cosas por ti...

-Es asombroso -dije, encogiéndome de hombros. Me acosté a su lado-. Pero uno no maneja al corazón. No sabes lo que daría para que fuese Gastón quien lo acelere, pero no, es el idiota de su hermano, que a propósito lo único que hace es molestarme.

Fran bufó y rodó los ojos.

-¿Qué quieres? Él ya te dijo que lo escogieras a él y tú le dijiste que no. Y ahora anda saliendo con Leslie.

Y de eso yo no tenía idea. Tragué saliva, y la quedé mirando anonadada.

-¿Leslie nuestra compañera? ¿Cómo sabes eso?

-Mmm, no lo sabías. -Fran hizo una mueca y luego cogió su celular. Me mostró el Instagram donde usualmente subían fotos de los hermanos Fonseca. Y allí estaba él, hermoso y perfecto metiéndole la lengua hasta el cuello a Leslie en alguna fiesta.

-Oh -dije, conteniendo la respiración-. Está con alguien.

-No...nada serio. No lo creo, ¿no te acuerdas que no pueden estar con nadie? La verdad es que creo que solo los han visto en esa fiesta, no te preocupes.

-Pero esa fiesta fue hace dos días -gruñí, mirando la fecha-. Y mañana hay otra.

-Iremos, es lo único que se puede hacer en este pueblo. -La miré con el ceño fruncido. No, las probabilidades no estaban a mi favor-. Isla, ¿y si buscas a la amiga de tu mamá? ¿Te acuerdas que le envió una carta a Gerardo? ¿No se llamaba Karina? -preguntó, cambiando el tema, y lo agradecí. No tenía tiempo para el problema Gaspar.

-Karina White -repliqué-. No vive en Hamil.

-Podríamos googlearla.

Bufé de lo obvia que sonaba la idea y que ni a mí ni a Gastón se nos había ocurrido. Cogí mi celular y busqué Karina White. Encontré muchas, sin embargo, una me llamó la atención.

Karina White: La mujer detrás de una de las pastelerías más importantes de Chicago, proveniente de un pequeño pueblo llamado Hamil.

-La encontré -murmuré, triunfante. Busqué su número de contacto.

Alguien tocó la puerta repetidamente. Aarón llegó con una caja entre sus manos. Por el olor supe de inmediato que eran muffins.

-Loreta me dijo que estaban acá.

-Noo, ¿cómo voy a seguir con la dieta si llegas con eso? -Fran se tapó la cara e hizo una mueca de sufrimiento.

-Eres perfecta, no necesitas nada. -Aarón batió las pestañas en su dirección. Era adorable, y no me parecía extraño que a Fran le haya gustado él. Pero como ya sabemos, a veces la vida no está a nuestro favor, y lamentablemente -para Fran, no para Gabriel Fonseca-, a Aarón no le gustaban las chicas. Fran le lanzó un beso, y él lo atrapó en el aire.

-Gracias mi amor, nos podríamos casar.

Aarón entrecerró los ojos.

-Ya lo sabes, ¿cierto? -preguntó, mirando a Fran.

Yo no pude evitar mirar al techo.

-¿Qué cosa sé?

Aarón bufó.

-Está bien, asumí que tú te enterarías, no importa. -Aarón caminó hacia la cama y se hizo camino hasta quedar entre las dos-. Gabriel no quiere hablarme. Creo que tiene miedo o quizás no le intereso nada.

-¿Y tú no tienes miedo? -pregunté, acomodándome y llevándome un muffin a la boca.

-Nunca había tenido tanto miedo. Nadie sabe...nadie sabe lo mío. Bueno aparte de ustedes dos... Y la verdad no estaba tan seguro de quien era yo, hasta que lo conocí.

-¿Y cómo...? -Fran apoyó el codo en la cama para mirarlo mejor.

-Hay grupos de programación. Yo quería... quiero aprender. Y él es impresionante, me estuvo enseñando, y no sé cómo pasó el resto la verdad. Simplemente conectamos. Creo que él nunca se había permitido pensar que quizás le gustaban los hombres. Yo lo sospechaba de antes, ya sabes, de repente veía un chico guapo y era como guau, y luego eliminaba ese pensamiento o incluso me enojaba conmigo porque no me cabía en la cabeza que las chicas no eran para mí, pero creo que para Gabriel ha sido diferente.

-Quizás está muy asustado. -Recordé el ataque de pánico. Eso no se lo había contado a Aarón-. No creo que sea porque no te quiera.

-Quizás...solo necesite un tiempo para procesarlo -agregó Fran, un poco apenada de la situación-. Debe ser difícil con un padre como el que tiene.

Aarón sacudió la cabeza.

-Ya no contesta ni mis mensajes, me siento extraño, como si mi pecho doliera.

-Ay, cariño te gusta mucho. -Fran lo abrazó-. Tendrás que jugártela por él. Lo mismo le digo a Isla, aunque no me hace caso.

Abrí los ojos enormes y me mordí el labio. Yo no le había contado de Gaspar a Aarón.

-¿Gaspar? -dijo él, como si nada-. Le gustas, y él no lo va a aceptar. Menos si sigues con eso de Gastón -soltó. Me senté de golpe.

-¿Cómo sabes eso?

-Tranquila, no le he dicho a nadie -gruñó-. Lo sé porque los vi entrando a una habitación en la misma fiesta que tú me viste con Gabriel. No creo que haya sido para mostrarte los muebles. -Ladeó la cabeza en mi dirección e hizo una sonrisa enorme-. Atrapada, Isla Ferrer. ¿Así que engañas a tu novio con su hermano?

-Te contaré toda la historia si prometes llevártela a la tumba.

-Tú ya tienes un secreto mío. Podrías matar a alguien, enterrar su cadáver y yo no diría ninguna palabra.

-Entonces prepárate para la historia más extraña, que comienza con una pregunta -comencé a decir para agregarle tensión al momento-, ¿Qué hace Isla Ferrer en Carum?

Y así Aarón supo toda mi historia.

____

¡Helloooo! ¿cómo están? Yo por aquí volviéndome un poquito loca (¿pero eso es bueno para la escritura o no?

¡Ay! Si me tienen en Ig (Valesminombre) sabrán que ha habido muchos cambios en mi vida...pero...¡Aquí estoy con nuevo capítulo!

¿Les gustó?

¿Qué les gustaría que sucediera en el próximo?

Besos mojados de su Fonseca preferido...

¡Ah! En caso de que no hayan leído "Dime la verdad" los invito...está terminado y tiene todo lo que nos gusta :P

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