Ponte al día
BGA
Ayer 21 de febrero de 2023 dejé caer una ínfima parte de mi caparazón.
Deseo agradecer de veras por los comentarios positivos que recibí, porque no me juzgaron y por considerarme “cierto poeta” una buena persona, “cierto amigo” quererme aún más y no abandonarme.
Deseo agradecer también a esas personitas que dejaron su voto.
Les aclaro que no esperaba esto pero gracias a todos los que me leyeron.
Aquí les vengo a contar un poco más de mí, no he tenido ninguna crisis existencial… ¡Jajá!
Asimismo quiero hablar/escribir un poco de lo que no puedo hablar con las personas a mi alrededor, ya sea: porque no tienen tiempo, no quieren escucharme, no me comprenderían o, simplemente, porque no les importa. También cabe la posibilidad de que no quiero ser una molestia o una carga más para ellos.
Nada de eso tiene que ver con mis chicos queridos… ustedes me han apoyado a su manera y según sus expectativas. Se los agradezco.
¡Al grano!
Hoy 22 de febrero de 2023 a las 2:38 pm confieso que si he tenido momentos alocados que puedo y deseo exponer aquí.
Les recuerdo que esta es mi vida no una historia ficticia ni un cuento chino como dicen algunos.
De niña…
Desde tempranísima edad tengo este carácter endemoniado que se moldea según la persona con la que interactúe y su forma de ser para conmigo.
Como eso de: "Lo que me das recibes".
Siempre, sin exagerar, hago lo que quiero o lo que considero conveniente.
Medito las cosas antes de dar el paso alocadamente.
Soy ¿malcriada? Tal vez.
Que tire una piedra el que no es o fue malcriado en su seno familiar. ¡Jajá!
Deben tener presente que su tejado es de cristal.
Seguimos… bueno.
A los 4 añitos golpee en la frente a Isa con una cuchara.
¿Por qué?
Ni idea.
Algo me ha de haber hecho o dicho para que reaccionase así.
Esa es la única riña que he tenido con ella… de ese tipo.
Por suerte, no le pasó nada malo… no pasó a mayores… solo un moretón en su rostro y un par de nalgadas para mí. ¡Jajá! ¡¡Y con razón!!
Isa y yo compartimos una linda hermandad, así pues, obviamente… nuestros padres nos educaron con respeto y cariño.
Siempre… SIEMPRE hemos vestido igual: la misma ropa (modelo) de nuestros colores favoritos (ella azul y yo verde y rojo), el calzado es distinto únicamente en el número porque el diseño y el color son similares.
La forma de ser, el color de la piel, los ojos, el cabello y la estatura de ambas es muy diferente…
Ella es de tez blanca, alta, delgada, ojos cafés, cabello castaño y largooooo (hasta le pudo llegar a medio muslo estando en pie, conservo fotos suyas con el cabello así) seria, responsable, enojona (un poco, no quieras estar cerca, porque es de esas personas que calla y luego explota cuando menos lo esperas. Y a huir.), amable, vivaracha, independiente.
Yo soy de tez morena clara (mestiza), de ojos y cabello negro largo (hasta me llegó un palmo de mano por encima del trasero. ¡Jajá!), rebelde, contestona, centrada en los estudios, seria (siempre), bromista (es mi segunda máscara contra el mundo), enojona (eternamente), soñadora (desde la panza de mi mamá).
Así éramos hasta la adolescencia.
¡Zas!
Corten… el… rollo… descriptivo…
Era una golpeadora de chicos.
¿Razón?
Bueno, no me gusta que nadie a excepción de mí misma toque o mire mi cuerpo.
Y esos chicos lo hicieron.
Jugaron de mano conmigo y pagaron…
Resumiendo: le rompí un paraguas en la crisma a uno; a otro le di unos cuantos puñetazos en la espalda; a otro lo aruñé…
Desde entonces, comenzaron a respetarme y lo pensaban dos veces antes de verme a la cara siquiera.
Para mí la escuela es sumamente imprescindible y cuando me concentro en algo relacionado con esta, es como estar dentro de una burbuja, lejos de todo y de todos.
Me explico mejor: es como cuando escuchas tu música favorita; lees ese libro que amas porque adoras al protagonista o porque el escritor trasmite con sus escritos; cocinas el postre que te encanta; comes la pizza que adoras; tomas helado o simplemente juegas un videojuego. Aunque hay quién ve series (animes, coreanas o de acción) y se desconecta del mundo real.
Como decía, era muy centrada en mis cosas y el que osase interrumpir (algo que ni el ruido más fuerte logra) paga las consecuencias con mi mal humor como mínimo.
No me disculpo porque no estaría siendo sincera.
Además, eso pasó hace muchos años, sigo siendo así pero con la diferencia de que ahora contesto con sarcasmo porque si me enojo me da un ataque epiléptico.
¡Cosas de la vida!
¡Ah! No comparto ni mis útiles ni mis notas de clases (cuadernos) ya que las personas tienen la mala costumbre de olvidar que esos objetos no les pertenecen y por consiguiente no los devuelven. Y porque no me interesa tampoco.
Piensen lo que quieren de mí, me vale un tomate verde.
Siempre he sido poco sociable y bastante parlanchina (cuando me conviene).
En la secundaria…
Ay, qué recuerdos conservo.
¡Qué nostalgia!
Conocí a mi primer amor platónico, el primer día del curso, nada más entrar por el portón de la institución.
Un flechazo solo para mí. ¡Jajá!
¡Cosillas que pasan!
Llegaron los 15 años de Isa, ocurrió aquel agravio, mi pequeña que antes era tan inocente y feliz, se volvió toda seria. Se pasó tres meses con una intoxicación en 7mo grado; en 9no grado tres meses con hipo (¡por Dios! no se le quitaba con nada) y por último, 6 meses en silla de ruedas por un mal diagnóstico de un esguince de rodilla.
Para las personitas curiosas que se lo estén preguntando… Isa me lleva 2 años, 5 meses, 3 días y 4 horas de diferencia.
En mi 8vo curso me confesé al chico que me rechazó y en 9no grado fui a una fiesta de 14 años de una compañera de clases. Me embriagué, me dormí y luego un tin más sobria pero igual de desorientada me marché solita a casa. No tengo idea de cómo no me perdí porque la verdad no recuerdo cómo llegué. ¡Jajá!
¡Qué bueno que era relativamente cerca de mi hogar!
Cuando llegué a mi casita fui directa a la cama no dije ni pío solo me refugié en los brazos cálidos de Morfeo que me recibió gustoso hasta el otro día que me desperté como si nada. ¡Jajá! ¡Qué locura!
Yo bebía y mi baso nunca bajaba el volumen porque los chicos me lo rellenaban sin que me diese cuenta (después lo supe) jajá. Por eso y por mesclar bebidas: menta y vino sumado a un coctel (llamado aliñado, es un conjunto de dulces de varias frutas en almíbar y mucho alcohol puroooo) me emborraché o me emborracharon, ya ni sé.
Al finalizar ese curso quedé 8va en el escalafón escolar. ¡UJÚ! A pesar de que en ese entonces estaba sola en casa e Isa estaba ingresada en otro municipio a unas 4 o 5 horas del nuestro, recibiendo fisioterapia para volver a caminar y dejar de una vez esa silla de ruedas. Y me complace decir que ¡lo logró! En 45 días volvió a caminar. Adoro y amo a mi pequeña de ojos cafés. Es mi hermana mayor pero siento la necesidad de cuidar de ella.
Cogí preparatoria (aquí le decimos preuniversitario) amplia y mi burbuja se reforzó porque la traición de mi “amiga” fue a inicio de 9no grado.
¡Uf! No mencioné que tengo un primo alias garrapata. A ese espécimen lo anotaba en todos mis informes (sin que hiciese nada) y por supuesto, el chico tenía las mismas buenas calificaciones de recorrido en los trabajos por entregar en todas las asignaturas que la servidora que les cuenta esto.
¿Por qué?
No fue chantaje ni nada por el estilo, no piensen mal de esas acciones.
Solamente le di una ayudita académica los dos primeros años de la secundaria pero cuando pude lo lancé al vacío.
El muy mujeriego de mi primo (estuvo con casi todas nuestras compañeras de clase, jajá, menos conmigo con malanga y el puesto de vianda, a él fue a quien arañé porque se equivocó de chica, su error de cálculo le costó unas tiritas de piel menos en sus brazos y un fuerte puñetazo en el abdomen), no era bruto. Así que se buscó unas mil novias a la vez y de forma muy lista escogió una buena estudiante del aula (ella le hacía los trabajos entonces. Pobrecilla, cómo la engañaba).
Así fue como me lo quité de encima.
Pero no es mala persona, nos llevamos bien fuera del ámbito estudiantil.
¡Punto!
La prepa…
Ahí también locuras…
Tras un trabajo voluntario que realizamos en un huerto (solo fui porque eso iba al registro como algo importante “política barata”).
Escalé una montaña con mi profesora guía y un grupo de los compañeros de clase.
Moría de miedo a las alturas a la hora de bajar porque en diciembre de 5to grado me caí y me rompí el coxis, así que, cuando hace frío, camino demasiado o estoy mucho tiempo sentada… me duele un mundo, pero igual lo hice. De hecho, es la única actividad extraescolar que hice con ellos.
No conservo fotos. ¡Las odio!
Estuve en un careo dónde mis compañeros de curso, mis guías (él, profesor de Historia y ella, profesora de Preparación para la defensa) y yo… debíamos confesar las cosas negativas de todos según para arreglar los problemas que había en el grupo: la falta de unidad y la discrepancia entre chicas, (solo habían 12 chicos de 40, el resto éramos chicas) cosa que no ocurrió.
Junto a Isa y una primita fuimos a una fiesta de 15 años que… terminó curiosa.
¿El por qué?
Golpee a un chico.
¡Jajá!
Pasó así…
Las tres estábamos bailando solas entre el tumulto, normal, charlando, riendo y bebiendo como la mayoría. Pero este tipejo se le acercó a mi primita, 4 años menor que yo, y comenzó a bailarle muy cerca… como perro en celo… y ella estaba de mil colores.
Como Isa es penosa y la chica estaba incómoda yo actúe por instinto… ¡Jajá!
Tal cual, la canción esa que le hicieron un meme: “Pero que clase rumba pa pa pa”.
¡Jajá!
Le di par de bofetadas al chico con ambas manos.
La adrenalina me permitía seguir de valiente por si se daba el caso de que él respondiera similar a mi actitud, en su lugar, salió corriendo al baño del local para vomitar… tras suyo fueron tres chiquillos más.
Me enfrié.
Entonces la valentía se me fue para los pies porque pensé que me caerían en pandilla y las dos acompañantes mías eran un fiasco.
Salí de la pista de baile, me senté en la primera mesa que encontré vacía y me puse a beber vino de… anís… si no mal recuerdo.
¡Jajá!
¡Qué locura!
Me fui de allí a las 11 de la noche.
Asistí a otras fiestas de 15 años con Isa y con mi mamá (con esta última voy a todas partes como ella misma nos llevaba a mi hermana y a mí; a exponer seminarios, trabajos finales, fiestas, excursiones) ¡No soy una niña de mami! Es que a falta de “amigas de verdad” tengo a mi hermana mayor y a mi mamá… ellas no me traicionan ni abandonan.
En esos otros eventos no discutí con nadie más pero sí bailé, canté y tomé alcohol. ¡Jajá!
☺Eran buenos tiempos.☺
En 12 grado Isa se casó con Monty y se fue de casa, empezó a estudiar medicina y yo seguía en la prepa.
Que se marchase me afectó y no salía de casa a no ser a comprar el pan, la prepa o repasar en las tardes.
Sentí que perdí a mi mejor amiga y única confidente.
Me aislé del mundo: no hablaba con nadie fuera de mis papás, mis compañeros de clases y mis profesores por obligación digo educación. ¡Jajá!
Me volví… HOSCA… ARISCA… MONÓTONA…
Y esa parte de mis miedos ya se las conté ayer.
(“*-*”)
Ayer en la noche tuve una pesadilla horrible, comento esto aquí a ver si de tanto que lo he dicho en el día a mis amigos, a Isa y a mis padres… se me pasa un poco el susto de muerte que me llevé.
Primero que todo no se burlen de mi forma de dormir. Ya me burlo yo sola. ¡Jajá!
Bueno, lo que iba a narrar…
Normalmente abrazo una almohada con un brazo y una pierna y duermo sobre mi lado derecho.
Por alguna razón mientras dormía soñé que tenía las piernas cruzadas y estaba acostada sobre mi espalda.
¿Raro no?
En realidad no me había movido un ápice de mi posición pero si tenía las piernas cruzadas.
Continúo…
Sentí que mis manos se entumecían y mi cuerpo estaba inmóvil. Mis labios sellados. Solo que estaba consciente.
Sentí algo o alguien asecharme y una mano tocó mi diestra firme pero con delicadeza y susurró: “Mi mano en tu mano”.
Ahí me paralicé de miedo.
Luego sentí que otra mano rozaba mi abdomen y volvió a susurrar: “Cerca de ti”.
Abrí los ojos de golpe pero no vi nada.
No podía moverme ni hablar.
Entonces escuché un: “¿Qué pasa?”
A lo que mi mente contestó: “Tengo miedo”
Juro por Dios que esa cosa se alejó de inmediato de mí.
Pude respirar mejor pero seguía paralizada.
No soy de rezar (digo que no sé) pero dije unos 50 Padre nuestro y otros 50 Jesús Bendito. Así fue como comencé a calmarme y pude coger mi celular de la mesita de noche para prender la linterna. Me senté en la cama, alumbré cada rincón pero no había ni sombras ni nada.
Seguía rezando en mi mente y me persigné dos veces.
No miento. ¡Lo juro!
Juro que nunca me había pasado algo así.
Se sintió tan real.
Pude sentir esas manos en mí y escuchar esa voz tan rara… sentí esa cosa cerca de mí.
Como pude abracé la cobija y con la linterna en la mano a paso lento temerosa… me fui a la habitación de mis padres.
Desde las dos de la mañana hasta las 5 no me pude dormir.
Le conté a mis padres… mi papá se levantó y revisó cada rincón de casa y nada.
Mi mamá hizo una natilla y vimos un par de pelis cómicas.
Yo no dejaba de llorar, tenía muchísimo miedo, aún solo contándolo aquí me da miedo… siento escalofríos.
Fue una noche larga.
Había tenido otras veces sueños raros en los que alguien dormía a mi lado o me tocaban un hombro pero no como este. Además, los otros sueños fueron en mi antigua casa.
Únicamente me ocurren cuando duermo sola.
Ni siquiera Gregorio y Jorge espantan esos malos sueños.
Es todo lo que tengo por decir…
Le escribí a mi psicólogo sobre el incidente a ver que me recomienda.
Tengo miedo a dormir en mi habitación.
Vamos a ver cómo me va esta noche.
Deséeme suerte y fuerza porque valor no tengo.
Hasta otra…
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Aclaración
Isa y Monty son apodos, sus nombres reales comienzan con B y J. así que no los diré aquí.
Gregorio y Jorge son mis peluches, los uso para decorar mi cama y dormir con ellos.
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