Mañana será otro día....
Fue una maravillosa tarde.
Era lo más placentero que había experimentado en meses.
Hace tiempo que no se sentía tan.... Bien.... Tan vivo.
Al llegar la noche, ambos durmieron abrazados uno del otro con una sonrisa. Se sentía mágico.
Se sentía tan bien que parecía ser un sueño.
Un momento.
-(¿Es un sueño?)- Pensó.
Confundido, se pellizcó y sintió dolor, definitivamente no estaba dormido.
Volteó a ver la cara dormida de Ochako, parecía irreal verla tan calmada, tan relajada, tan tranquila....
Decidió volver a dormir.
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Ya mañana será otro día.
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Se sentía cálido.
Los latidos del corazón ajeno la relajaban.
¿Latidos?
Abrió los ojos y se encontró a sí misma sobre el pecho de Izuku.
Se estiró para agarrar su celular, pero al momento de hacerlo, el peliverde, dormido, la abrazó.
Se sentía ¿Feliz?
No era la primera vez que Izuku la abrazaba, pero esta vez se sentía diferente.
Volvió a acurrucarse en su pecho y cerró los ojos con una sonrisa.
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Ya mañana será otro día.
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Despertaron por los rayos del sol.
Ambos, algo adormilados, se levantaron para ver la hora.
Eran las 9.
Se les hizo tarde, ya no hay nada que puedan hacer, y les resulta mucho más sencillo faltar que tener que soportar un regaño de su profesor por llegar tan tarde.
Decidieron meterse a bañar, ya saben, para tener algo de acción.
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