8

Taehyung estaba sentado en una silla de niños, de esas sillas que si te sientas tú trasero ya no sale de ahí, esa mierda era como una maquina letal.

La atrapa culos le dicen.

La verdad recuerda poco de como llego a casa de Hobi, pero no lo tomaba importancia porque le compro una hamburguesa y bote de helado pequeño, mientras se debatía entre romper la sillita o cortarse una parte del trasero para salir de donde estaba atrapado, su amigo estaba intentando hacer un hoyo frente a él.

Tenía síndrome de Park.

Algo muy grave para su salud... Mental y cardíaca.

El pobre tipo no sabía como acercarse tan siquiera a pedir la hora por miedo al rechazo. Era gracioso si tomamos en cuenta que los dos se gustaban y estos ni cuenta se daban.

Metió una cucharada de helado a su boca mientras miraba como su amigo hablaba. Algo le decía que debía de estar poniendo atención a lo que dice pero era inevitable poner atención cuando tienes el trasero entumido.

¿Cuánto tardará en despertarse?, ¿Le tenía que cantar las mañanitas?

— ¿Y qué piensas sobre el plan?

¿Alguien escucho qué Mierda dijo?

— Bueno...— sí, debió de poner atención.

— No me pusiste atención, ¿Verdad?— Hoseok no sabía si ofenderse de que su amigo no le haya puesto atención o resignarse porque siempre hacia lo mismo.

— Pues lo que se dice poner, poner atención, no. — un tierno puchero apareció en sus labios — pero tengo un plan.

Taehyung se intentó levantar otra vez pero ya no sentía sus piernas, así que decidió quedarse sentado.— verás, esto será muy sencillo, yo iré y le diré a la pulga nalgona que... bueno algo se me va a ocurrir en ese momento para llevarlo a la parte de atrás de la escuela, el caso es que usted irá y se acercará a él bien sensualmente, espera... ¿Tu puedes ser sensual?, no me respondas que no me interesa— dijo lo último rápidamente— bien, te acercaras y le darás una nalgada bien sabrosa para luego decirle Entons que papi, ¿se me va a ser hoy?.

El silencio reinó el lugar después de que Tae contará su ultramegagenialdinamitaestrella idea.

—Bueno...— que complicado iba a ser eso — tu plan es mejor que el invitarle un helado.

Al final de cuentas supo que su amigo daba unos consejos bien mamalones.

Damas y caballeros, niños y niñas, ancianos y calvos, el hombre acaba de aceptar la idea.

— Tu solo júntate conmigo y vas a ver como pronto los planes chingones surgen de tu mente por si solos — ¿Su trasero siquiera seguía vivo? — y trae a los bomberos que no puedo salir de este atrapa maravillas.

— ¿Le acabas de llamar maravilla a tu trasero?



(...)



Por otro lado, todo era paz y armoni...

— ¡Aléjate!— el puchero que tenía Yoongi era muy tierno que no pudo evitar acercarse más— ¡Me estas tocando!

— Ni siquiera te estoy tocando. — Jungkook estaba a lado pero muy cerca de Yoongi.

— ¡Me estas tocando!— exclamó el dramático.

— Ni siquiera te estoy tocando— Jungkook estaba seguro de que estar a lado de él no era tocarlo, tal vez era invadir su espacio personal, pero no lo había tocado aunque ganas no le faltaban. — el aire es libre.

— Ahora sí, maldita bolsa con esteroides — con esas tiernas palabras se lanzó enzima de Jungkook para darle un poco de su amistad pero algo lo detuvo, mejor dicho alguien.

— ¡¿Qué hacen aquí?! ¡¿Y porque están en el suelo?! Esperen tengo una mejor pregunta, ¡¿Porque Min tiene una navaja en su mano?!

— Me alegra que mi profesor favorito tenga perfectamente la vista — la voz de Yoongi se oía angelical en ese momento y la vista hubiera sido igual si no fuera por la navaja que tenía en la mano — al menos por ahora.

¿Qué habrá querido decir?

— ¿Qué lo trae por aquí? — JungKook parecía feliz de la vida con Min encima suyo.

— Aquí trabajo, daaaaa— ahora entendía porque Jeon siempre reprobaba su materia, era muy lento... no, era muy estúpido. — Los dos a la dirección, ¡Ahora!

— Si maestro— susurro Jungkook quitando a Yoongi de arriba de él con mucho dolor en su ser porque quería al pálido ahí pero de otra manera.

— puto— dijo Yoongi mientras se levanta y sacudía su pantalón.

— Podría repetir lo que dijo, Min. — el maestro había escuchado perfectamente pero al parecer le quería echar más leña al fuego.

— Dije put...— una mano grande impidió que Yoon siguiera hablando.

— Dijo que lo quiere tanto profe— obviamente debía cubrir a su amorchs de que la cagara más.

— No sé si creerte Jeon, la última vez dijiste que Min era tu nov...

— ¡Los elotes no tienen maíz!, ¡los elotes no tienen maíz!— interrumpió a gritos Kook, en ése momento quería matar a su maestro, lo único que lo detenía era que Yoongi no había puesto atención por estar checando su teléfono.

—Ustedes son raros, todos los adolescentes son raros, los personas son raras, ¡Dios porque no me llevas en este momento!— grito lo último viendo el techo de salón de música, haciendo que los dos pubertos también lo mirarán.

— ¿Por qué estoy mirando el techo?— Min ni siquiera sabía que estaba pasando.

— No tengo ni la menor idea — susurro Jungkook aun mirando el techo.



(...)



— Eres un idiota Jeon — hablo Yoongi mientras estaba tirado en el suelo frío del salón de castigo. — si sabías que habían tutorías para que gritas en pleno pasillo como si yo te estuviera violando.

— Ojalá y si hubiera pasado eso — susurro Jungkook acostado en una mesa del salón, lo dijo muy bajo para que el pálido no lo escuchara. Pero después de sus palabras su cerebro proceso lo que Yoon dijo— ¡Pero si tú fuiste el que gritaste!

— En mi defensa me sentí acosado.

El silencio reinó el lugar. No era un silencio incómodo, se podría decir que era un silencio cómodo, cada quien pensaba cosas diferentes aún llegar a decirlas.

Por ejemplo Jungkook pensaba cuantos años de cárcel le darían si secuestraba a Yoongi.

Que difícil era secuestrar a alguien.

¿Cloroformo o un madrazo?

Y por el otro lado, Yoongi se imaginaba una vida con su novio, ya hasta tenía nombre para su mascota-hijo.

Que difícil era decidirse entre un perro y un gato.

Por un lado el perro era el mejor amigo del hombre y los favoritos de Tae, pero por el otro, el gato nunca diría donde está la droga y solo por eso eran los favoritos de Yoongi.

Dos suspiros salieron al mismo tiempo en perfecta sincronización.

Que difícil era decidirse.

Hay miles de personas pasando por toma de decisiones difíciles en éste preciso momento. Muchos se equivocaran pero sabrán solucionarlo.



(...)



— ¡Siiiiiiiiiiiii!— grito Hoseok para después golpearse el pecho como gorila.

— Tranquilo King kong, solo me sacaste de la silla — dijo un Taehyung en el suelo en posición fetal por sus piernas dormidas.

— Como no me voy a emocionar si tardamos 1 hora en sacarte de ahí — señaló a la ahora silla hecha pedazos a lado de una motosierra.

— Aún no entiendo porque la motosierra — sentía hasta el culo dormido.

— Omite el drama.

— Bien — su tono de voz se encontraba apagado y melancólico.

— ¿Qué tienes?— le dio una patada en las piernas que lo hizo chillar por la sensación de hormiguero que le subió por estas.

Cuando se calmó habló con un tono de voz que solo podían escuchar los perros y Hoseok.

— Solo extraño a mi Bebé.

— ¿Entiendo? — susurro Hoseok con una expresión de comprensión y seriedad.

— ¿Enserio?— Tae no esperaba que Hobi se tomara sus palabras enserio, hasta pensaba que estaba enfermo.

— Si, el aborto espontáneo es difícil de superar pero se que saldrás adelante.

— Hobi.

— ¿Si?

— Soy hombre, no puedo quedar embarazado.

— Ah... — se tocó el puente de la nariz con una cara de frustración — que mal servicio. Aún así entiendo.

— ¿Enserio?

— Si — dijo mientras se sentaba en el sillón— entiendo que necesitas tu cogida diaria.

— ¿Disculpa?

— Te disculpo.



(...)



Dos jóvenes se encontraban caminando hacia la escuela, Yoongi le había enviado un mensaje que solo decía: Ayuda!

Tae tenía miedo de que su Hyung se hubiera trabado en la taza del baño otra vez.

Hobi tenía miedo de que los rumores del conserje bailando música de Katy Perry fueran ciertos, esa madre seguramente traumaba.

Entraron a la escuela, de la cual ya salían unos estudiantes para su casa.

— Yo busco en los baños y en la sala de música, y tu busca en la sala de castigos y en la cancha de básquet — dio las órdenes el de sonrisa brillante. — ¿Fierro?

— Fierro pariente.

Y con eso salieron en búsqueda de esa cosa llamada Yoongi que decía ser una persona.

Hoseok fue a buscar primero a la sala de música y lo único que encontró fue dos mochilas y una armónica que tenía las iniciales JK, la metió en su bolsa de su pantalón.

Agarro las dos mochilas porque no se acordaba cual era la del pálido.

Y como saberlo si una era negra con blanco y la otra blanco con negro.

Del camino al baño escucho por el pasillo una música de Katy Perry y aceleró el pasó sin mirar atrás.

Esto es real hijo.

Entró casi corriendo al baño y lo primero que hizo fue orinar, decidió vaciar su vejiga por si se asustaba ya no se orinaría.

Luego de regar las plantitas miro por la parte de abajo de las puertas.

Estas eran 4.

1.- Un bato cagando, pero no era Yoongi porque no eran sus botas.

2.-Una huella de sangre, una tanga de un pato y vacío.

3.-Una mujer rezando enfrente de un hombre, por lo visto había movimiento en ese rezo pero nada de qué preocuparse. Seguramente tenía algo dentro y necesitaba de dios intensamente.

4.- vacío y posiblemente abierto.

Pero su bro no estaba, esperaba que Tae tuviera más suerte.

Tae primero decidió ir al gimnasio, específicamente abajo de las escaleras de la cancha de básquet, donde al rubio le gustaba esconderse de la sociedad mugrienta.

Pero no había nada, lo único que encontró fue una botella de lubricante que en la etiqueta decía con sabor a churros que tenía las iniciales PJ, no supo que significaba pero le diría a su bebé que ya no fuera a ese lugar a esconderse.

Salió del gimnasio y escucho música acercarse y corrió tipo naruto por su salud mental. Ni madres se arriesgaba, el conocía los rumores del Señor-Katy-conserje-Perry.

Cuando se cansó de correr tipo anime y se aseguró de que ya no había más música se paró a tomar aire.

Como milagro de la rosa de Guadalupe se encontraba enfrente del salón de retención o la sala de castigos.

Abrió la puerta y lo que encontró lo dejo con la boca abierta y con lágrimas en los ojos.

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