14

Jimin estaba sentado al lado de Yoongi en las escaleras del campo de la escuela, esperaban que Tae terminará su clase de tortura... A no, de deporte.

Ya faltaba como un minuto para que terminará. No, menos, como cinco.

— Hyung — llamó Jimin.

Yoongi estaba en modo múltiple, su oído escuchaba a Jimin, su boca le podía responder pero sus ojos estaban en el trasero de Taehyung.

— ¿Sí? — dijo Yoongi un poco ido.

—¿Porque estábamos enojados?

Yoongi pareció pensarlo, se notaba que se estaba esforzando pero no se acordaba.

— No lo sé Jimin, tal vez alguna estupi...— y en ese momento lo recordó.

La mirada amenazante que Jimin sintió lo hizo encogerse en su lugar. Había sido una mala idea preguntar.

Sus ojos eran como dos llamas de fuego, no sabía cómo era eso biológicamente posible pero podías ver el infierno en ellos, maldad de la pura no chingaderas.

Era jodidamente excitante. Digo, atemorizante.

La maldad dentro de él era tan grande, pero no tanto como su verga.

No es que Jimin sepa cómo es la verga de Yoongi pero una vez fue a la escuela en pijama rosa y dios santoooo.

— Tu, maldita pulga nalgona— Yoongi se tiró encima de Jimin tomándolo desprevenido por sus cochinos pensamientos.

Mientras Yoongi intentaba matar a Jimin con un pollo de hule que saco de su mochila, Jimin intentaba huir de ese espectro del mal pero de un momento para otro ya estaba amarrado de pies y manos en las escaleras.

Yoongi empezó a dar insultos hasta para regalar, pero estos estaban en español que le enseño su vecina borracha.

Tenía que admitir que en español había más variedad de insultos, le encantaba.

— ¡No sé qué dice pero miente!— Jimin estaba desesperado y confundido.

Jimin daba su más sentido pésame para cuando Tae hiciera cositas con su amigo.

Si enojado era una bestia, no quería saber cómo era necesitado.

Taehyung acabó su entrenamiento porque alguien le lanzó un pollo de hule en la cabeza por accidente.

Amaba su destino.

Y en eso vio a Jungkook ver hacia donde estaba Yoongi.

Ya no amaba tanto su destino.

— ¡Maldita pulga traicionera! — pero Yoongi no le haría caso porque estaba ahogando a Jimin en... ¿un bote de harina?

No sabía porque peleaban pero se arrepentía de no llevar palomitas para vender.

Necesitaba dinero para el departamento que quería comprar para vivir con Yoongi.

— ¡No debiste tocar las nalgas de oro de mi hombre! — Ahora Yoongi lo tenía agarrado por la camisa y lo golpeaba con un... ¿dildo? — ¿Acaso lo deseas?

¿Porque tenía su bebé un dildo en la escuela?

Tenía que averiguarlo.

Se acercó lentamente para no exaltar a la bestia. Tampoco quería morir wey.

— ¡No mames qué asco!

— ¿Estás diciéndole feo a mi hombre?

— ¡No!

— ¡Ah, entonces te gusta maldita zorra!

— ¿¡Que!? ¡N-No!

— ¡Tartamudeaste!

— ¡¡Tienes una navaja en mi cuello, cualquiera tartamudearía, no mames!!

— ¡No pos si cierto!... ¡No me cambies de tema, Park!

Taehyung estaba a lado de ellos pero no dijo nada porque sabía que el asunto era serio porque su oxigenado saco su navaja de kumamon.

— ¡Te juro por mis nalga que no me gusta tu hombre!— Jimin chillo en la última parte porque sintió el filo de la navaja.

La miraba de Jimin se miraba sincera y si no lo era pues ya estaba amenazado a muerte.

Se alejó lentamente y guardo su navaja de mariposa con estampado de kumamon en su pantalón.

— ¿Neta?, ¿Me lo juras?— preguntó aún desconfiado mientras lo desamarraba.

— No tengo pruebas pero tampoco dudas.

Bien, ahora si le creía. Asintió con una sonrisa que parecía angelical. Su bro tenía muchas facetas y no quería averiguarlas todas.

Cuando se dieron cuenta de que Taehyung estaba ahí, tomaron sus cosas y se fueron a sus respectivas casas.

Había tarea que hacer.

Puta escuela.

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