Eran el único día de la semana que maldice la gente, ese día donde el mundo te recuerda que debes seguir adelante y no puedes quedarte en tu casa a morir porque ya no puedes más.

Sí, estoy hablando de ese día en que maldices hasta la existencia de la velocidad que tuviste al alcanzar el óvulo.

¿Qué día es?

Pues nada más y nada menos que él lunes.

El magnífico lunes.

El maldito lunes.*

¿Bueno quien no odia ese maldito día?

¡Todos, carajo! ¡Y el que diga que no, le parto su madre!

Aunque siempre hay excepciones, no hay que alterarnos, y más si esa excepción era una bolita de ternura y sensualidad que te hace tener un orgasmo con sólo verlo de reojo.

El título de hombre le quedaba corto porque él es un bendito dios griego mandado a la tierra para mojar bragas y bóxeres.

El hermosísimo Kim Taehyung caminaba hacia su escuela emocionado dando saltitos bien gays porque estaba feliz y la testosterona se la pela.

Se preguntarán...

¿Qué clase de persona de emociona un lunes?

¿Cuál es la razón de ése buen ánimo en su puta vida?

¿Qué fue primero, la gallina o el huevo?

¿Por qué la gallina cruzó la calle?

¿Por qué mi mamá no me quiere comprar una gallina blanca para que la nombre Frederick?

¿Por qué hablamos de gallinas y no de la carita toda hermosa de Tae?

Toda pregunta tiene su respuesta pero yo no se las daré porque que pinche flojera, vayan a Google.

Mejor hablemos de la felicidad del provocador de orgasmos. La razón de su felicidad tenía nombre y apellido.

Brayan López.

A no te creas. Capas nos asalta al bebé antes de que se coja al amor de su vida. Lo voy a intentar poner otra vez. El nombre y apellido del amor de su vida era:

Min Yoongi.

Ahora si lo puse bien. Soy la verga.

Ese humano con rasgos gato, su hermoso minino arisco, un pinche busca pleito que a cualquier que se le pone enfrente le quiere soltar un putazo.

No lo culpen, es como un instinto natural.

Min Yoongi era la causa de su erección matutina...

¡FELICIDAD MATUTINA!

Sí, eso quise decir.

Bueno también lo otro.

Después de no ver a su bebé todo un fin de semana, por fin podría verlo en la escuela, amaba que su Hyung le prestará toda su atención, se sentía especial, se sentía amado, se sentía importante, se sentía como una celebridad.

Tae miró su reloj de big mama y se dio cuenta que era un poco tarde, paso por los detectores de otakos portadores de armas que su escuela tenía en la entrada y siguió caminando, nada podía arruinar su día.

Iluso.

Lamentablemente chocó con un muro de piedra andante. Era un chico pero el madrazo contra él era colosal bro.

Ahora que me doy cuenta que el destino odia los lunes tranquilos, Taehyung estaba encima de la puta muralla china que decía ser un humano.

Y pensar que apenas eran la 7:45 era fantástico.

¿Qué otro desastre estaba por venir?

— Lo siento, no me di cuenta de donde saliste — musitó Taehyung levantándose de encima del tipo extraño que bien podría ser parte de las audiciones para una nueva figura de la mole. Con la mirada gacha y un sonrojo empezando a abarcar su bello rostro ofreció su mano para intentar levantar al wey ése.

El tipo se veía tierno, no era su tipo porque a él le gustaban los enclenques pálidos con swag pero no podía negar qué él chico-mole era tierno.

— Bueno mi mamá dice que fui cesárea. — El tipo no parecía mala persona, era peli-negro y sus dientes eran como los de un conejito. Genial. Más animales que no son animales en su sagrada vida. — Y puedes caer encima de mí las veces que quieras, no eres para nada pesado.

Ok...

Vamos a hacer como que no dijo eso el chico-conejo no dijo eso.

Taehyung repetía en su mente 5 padres nuestro y 10 aves maría para que el destino no lo odiara más.

Tenía un mal presentimiento.

Y más aún, él tenía sus razones, su Hyung era un poquito celoso y posesivo.

Tal vez no sólo un poquito pero todos tenemos defectos.

Un aclaramiento de garganta le hizo darse cuenta que tal vez agradeció muy rápido o que los espíritus del cielo lo odiaban. Conocía hasta el puto sonido de carraspeo de su novio. Estaba perdido y el tipo quizás estaba muerto namas no le habían avisado.

— Eso no volverá a pasar — Logró escuchar a un Yoongi muy enojado, ¿La razón? Quien sabe, ¿Celos? Tal vez, ¿De dónde salió? Ni idea, ¿Hotel? Trivago, ¿Tacos? 10 con salsa de la que pica, ¿Porno? Gay, por favor.

Hay que tener en claro que parece que el destino odia a nuestro pequeño. A su lado estaba el hermoso, precioso, bellísimo, papucho, Min Yoongi.

Ese hombre que te calienta más que el sol de verano.

Se le bajo y se le subió.

La presión.

Puercas.

— ¡Yoongi Hyung! — un Tae muy feliz se abalanzó sobre el pequeño hombrecito que era tan pálido que parecía fantasma, agarró su varita toda preciosa y lo llenó de besos.

La mirada de Min no se movía del chico-mole-conejo.

Las piernas del chico temblaron.

Huy quieto.

Cuando el menor paro de "saludar" a su manera a su Hyung favorito éste lo tomo de la cintura y lo acercó a el mientras miraba al pequeño intruso pelinegro que estaba parado a pocos metros de ellos.

— será mejor que no te vuelvas a acercar a él si no quieres morir.

Nuestro hombre no se anda con rodeos.

¡Dale en su puta madre!

Ok no.

Ya me calmo.

— ¿Quién eres tú para amenazarme por acércame a él?

— Min Yoongi, su novio. — dijo con voz grave, ese tipo de voz que hace que se caigan las bragas y bóxeres de quien la oyera, no importaba si era sólo un pequeño susurró, lo cual era sorprendente ya que él no era específicamente el activo de la relación.

Cualquier que los viera pensaría que la escena era tierna o cómica, y bueno quien no, si había tres hombres con expresiones graciosas, uno con ojos gatunos intentando hacerse el intimidante arrugando su pequeña y tierna nariz, otro con dientes de conejo con la mirada sorprendida en una especie de shock con un potente sonrojo, y el último igualmente sonrojado mirando con amor a su Hyung favorito.

Le gustaban los celos de su novio.

Resubiendo

Esta claro que me va a costar que lean mis fanfics otra vez

(╥﹏╥)

Aumente un poco de texto, éste fue mi primer fanfic en mí antigua cuenta.