♣Acto XXIV:"El Alba"

Mientras se turnaban por el micrófono y escoger alguna canción que cantar, a la vez comían alguna que otra botana (frituras o Sabritas) acompañados de alguna bebida natural. El ambiente en aquel lugar cerrado más no tan estrecho era familiar y ruidoso sin duda. Todos en el interior de la habitación, o al manos la mayoría parecían muy emocionados al cantar. Sin importar que fuesen artistas o no, tampoco lo hacían nada mal.

—¡Tiene un carro negro, tiene un super perro! — siguió cantando Loona a todo pulmón como si fuese el gritó de Independencia de México. No necesitaba leer la letra mostrada en aquella pequeña pantalla pues ya se la sabía desde hace un año.

—¡Tiene río propio y un barquero griego!— le siguió Moxxie haciendo varios movimientos con sus manos, como si estuviera tocando algún instrumento y siendo animado por su esposa. Debía admitir que al menos compartían alguno que otro gusto musical muy bueno.

—¡Ohhh!— le siguieron de coro Millie y Blitzo. La primera tan alegre del ambiente tan feliz (ruidoso) y familiar que todos compartían.

—Esta buscando reina...— continuó Loona con una gran sonrisa en su rostro.

Él único que no cantaba es Stolas. No se sabía la letra ni el ritmo, pero prefería escucharlos cantar mientras comía alguna fritura observando a su esposo emocionado. Definitivamente se notaba cuánto le gustaban a todos ellos las noches de karaoke.

—Nunca antes había escuchado esa canción. — admitió el Alpha lo más alto que podía para que su Omega pudiera escucharlo. Sin opacar a los cantantes, claro.

—Es una canción con animación en realidad. Es la historia de un Dios griego.

—Si, eso escuché. Se de mitológia griega, cariño. No sabía que tus amigos les gustaba demasiado el Karaoke. — comentó tranquilamente.— Hasta Loona parece feliz y sólo usa su celular para grabar y subir estados a sus redes sociales en unos minutos. — añadió mirando a la chica haciendo varios movimientos de cadera y manos.

—Siempre que teníamos tiempo, cada sábado libre en la noche, veníamos al karaoke por dos horas. Nos servía para  des estresar luego de cada trabajo. — suspiró lleno de nostalgia. De todo el grupo a él es quien más le encanta cantar en realidad. Sin poder evitarlo, se recostó en el hombro de Stolas.—¿Te sabes alguna canción de las que están?

—Hum.. Me se una de Hamilton. No escuchó seguido música. — respondió luego de buscar en la tablet las canciones disponibles que tenían. Eran varías debía admitir.

—Bueno...— murmuró mientras seguían viendo al resto de su familia. Por naturaleza acarició su vientre abultado, eso de alguna manera le llenaba de paz.

—¡Ser temido! ¡Es muy probable que sea tu tío oh!— y terminaron los tres la última estrofa de la canción. Pasaron un par de segundos antes de que se rompiera el pequeño silencio.

—¡Blitzo sigues!— comentó está vez Millie poniendo la siguiente canción.

—¿Qué canción eligieron para mí?— preguntó aceptando el micrófono que le entregaban alejándose un poco de su esposo.

—Esta te queda perfecta. — señaló Millie el título de la canción en la pantalla.

—No me la se bien.

—Por algo tienes la letra en la pantalla. — agregó Moxxie sentándose para descansar un poco, tomando refresco para calmar su garganta.

—¿Cuál? ¿Por qué dicen que es tu canción?— preguntó Stolas bastante curioso e interesado.

—Escucha y sabrás. Casi casi, te la dedica a ti. O al menos antes de la boda.— comentó en esta ocasión Loona con cierta diversión, haciendo que Stolas se llene más de intriga.

Hubo un breve silencio, hasta que empezó la tonada de la canción de fondo y en cuestión de segundos Blitzo se encontraba cantando guiándose de la letra. Stolas no la conocía de nada, pero escuchaba atentamente a su esposo que intentaba darle un tono más agudo a su voz y aparte del ritmo algo lento. 

—Sabía que desde el momento en que te conocí, esto no estaba bien. Pero no podía dejarte porque me trataste tan bien. No había nada malo contigo. La verdad es que eres un buen tipo. Pero supe desde el momento en que te conocí, que ésto no estaba bien.

Notó como la pena se acumuló en Blitzo. No sabía si era por cantar el solo o por la letra de la canción. En ese momento, el tono del volumen de su voz se elevó un poco.

—Y tenías dinero y carros, parecías una estrella. Me amaste tan bien que podía llorar. Me trajiste rosas y anillos, cosas tan hermosas. Pero me enseñaron a no mentir.

Hubo una pequeña pausa, pero más larga que las anteriores cada que terminaba una oración. Se escuchó un "Haaa" antes de volver con la letra.

—Odio ver el gesto en tu rostro.— alargó la última vocal.—Me gustaría poder quedarme. Pero nuestros corazones no viven en el mismo espacio. Así que dime cómo romper el tuyo con gracia.

Otra pequeña pausa donde solo la música de fondo llenaba ese silencio. Stolas en ningún segundo dejó de mirar fijamente a su Omega, recordando las palabras de su hija Loona. "Casi te la dedica a ti, antes de la boda". Podía sentirlo tan real.

—Sabía que desde el momento en que te dejé, estarías bien. Vas a encontrar otro amor, uno que no desperdicie tu tiempo. Pero cada vez que me miras, mi cuerpo dice una última noche. — otra breve pausa, Blitzo por fin quién se encontraba todo ese tiempo de espaldas volteó a verlo y le sonrió con tanto amor que no pudo reconocerlo por un segundo.—
Juro que no me iría contigo, Pero sólo vine a despedirme.

X
 

En el momento en qué toda su familia incluyéndolo se despidieron de Ángel, regresaron a la Hacienda que tienen en Italia para seguir con el trabajo. En los últimos días no había demasiado que hacer en el crímen organizado, o como les gusta llamarse "hombres de honor".

Sin embargo en su tiempo libre donde se permite escabullirse lejos de la Hacienda y su padre está de buen humor, es cuando se ve obligado a visitar a cierto amigo. Es una de esas obligaciones que raramente le gustan, pero jamás piensa admitirlo.

—Si papá se entera de ésto, me va a matar junto contigo. — bufó un Mark de mal humor. Desnudo debajo de las colchas mientras que su "amigo" terminaba de salir dentro de él. Depositando besos en todo su rostro.

—¿Por qué te tiene que matar, sólo por amar a quien quieres?— cuestionó el otro Alpha. Levantándose para ir al baño a lavarse rápidamente la cara y manos.

Aquella pregunta dejó al azabache de ojos verdes pensativo por varios segundos. A veces le gustaría volver a ser un niño para no estar rodeado de tantas preocupaciones. Y en otras lo odiaría porque los niños son tan ingenuos y torpes. O muy fácil de engañar. 

—Él quiere nietos de parte mía. — respondió, prefirió quedarse un poco más dentro de la cama. Era de esos días en que hacía frío, el cielo nublado y te hacía dudar si realmente iba a llover. Más eso no significa que el frío no se cuele hasta dentro de la casa hasta ti.

—Tenemos al pequeño Sebastián. — respondió calmado luego de un rato regresando a la habitación. Fue al armario y se vistió rápidamente. Algo casual y cómodo. Mark debía admitir que no podía despejar su vista del cabello largo del hombre.

Es muy raro que un Alpha varón mantenga el cabello largo por debajo de sus hombros, pero de alguna manera le parecía atractivo. Todo de él le parecía tan atractivo y fascinante que le dolía. Una parte de él quería quedarse más tiempo en la cama y dejar de preocuparse por las cosas.

—Quiere que tenga un hijo de sangre. De mi sangre. — añadió, soltó un suspiro pesado. Pensó en su hermano menor, Ángel.  Un Omega aún joven y recién casado que se enamoró de su Alpha, lo que la sociedad espera.

Molly que también es Omega, aún no se sabe si ya mantiene alguna relación con alguien. Pero seguramente será con algún Beta hombre o algún Alpha. En cambio él... Sólo tiene sexo "casual" con un Alpha hombre, viudo y con un pequeño hijo.

—Bueno, entonces sólo debo embarazarte. ¿No?— dijo sacándolo de sus pensamientos, acercándose hasta él poniéndose encima suyo.

El más joven de los dos se sonrojó furiosamente, por lo que por reflejo lo apartó dándole un no tan fuerte golpe en su rostro.

—¿¡Acaso eres idiota!?— exclamó indignado. — Los Alphas hombres no pueden embarazarse, es totalmente imposible. — se cruzó de brazos soltando mil maldiciones en esos momentos.

—Nada nos detiene para intentarlo.— agregó en un tono picarón. Casi como si hiciera un siseo, le tomó de su rostro para acariciar sus mejillas.

—Tu solo quieres follar conmigo. — replicó frunciendo su ceño. El contrario tan sólo soltó una carcajada. Sin duda se le hacía tan divertido estar con él.

—¿Te quedarás a dormir verdad? Así mi hijo y yo no nos sentiremos tan solos.

—No se si debería. — se abrazó así mismo no muy seguro de la idea. Negándose a encariñarse todavía más con el hijo del otro Alpha.

—Él ya te agarro cariño.

—Como digas. — dijo haciendo un sonido de queja a lo último. Sin aceptar en voz alta la sensación que le causa dicha emoción. Jamás admitirá por el momento, lo feliz que le hace estar con ellos.

X

Todos regresan a la Isla donde ahora es su hogar. Apenas se volvieron a acomodar, la misma noche, apenas eran las diez cuando la pareja de casados estaban durmiendo, pero uno de ellos despierta al volver a sentirlas.

—Stolas...— gimió el Omega, moviendo a su esposo para que despertará. Por suerte el mencionado es de sueño ligero, lo que le facilita que en pocos segundos despierte.

—¿Qué pasa cariño?— preguntó con preocupación al notar lo alarmado que parecía.

—Duele... Haz que se detengan.— dijo casi lagrimeando.

—¿Qué cosa? ¿Dónde te duele?— dijo encendiendo la luz de la lámpara a su lado.

—Aqui. — le tomó su mano hasta llevarlo al lugar donde dolía, su vientre.—No paran, duele mucho. Quiero vomitar. — se quejó sin poder soportarlo.

—Amor, son las pataditas de nuestros bebés. Por fin las puedo sentir. — sonrió Stolas acariciando más esa zona con total alegría y emoción.

—No es muy bonito sentirlas sabes. — opinó, siendo callado por un par de labios que sólo querían besarlo mientras seguía acariciando su abultado vientre.

En ese momento Blitzo pudo entender que quizás podía aguantarlas, siempre y cuando su Alpha esté ahí para calmarlo.

X

Cuatro meses pueden parecer algo lejano, pero en esta ocasión es algo que sucedió en un parpadeo.

29 abril.

Eran las cuatro de la tarde cuando Millie quien se encontraba ayudando en el jardín a regar unas flores junto a Blitzo, acompañados de su perrito Hades, es cuando comienza a sentir las contracciones.

Por suerte Stolas desde hace varias semanas como sabía que su esposo y la amiga beta estaban en estado, había mandado a doctores y enfermeras a instalarse cerca de su mansión por cualquier cosa. Especialmente si se podía adelantar el parto de alguno de los dos, aunque el de Blitzo fuese cesárea.

Millie quien estaba recostada en la camilla en la posición que más le pareciera cómoda, pasaron siete horas y cuarenta minutos en el proceso de lubricación en la mujer, y apenas estuvo listo está face, tan sólo fueron 20 minutos pujando para que saliera su bebé.

Durante este tiempo en la habitación que ya habían arreglado horas atrás, sólo estaba dentro aparte de los doctores y enfermeras su esposo Moxxie. Mientras que a fuera Blitzo se encontraba ansioso y temeroso. El aroma de la Beta se percibía poco, y ya no era a naranjas o mandarinas como siempre lo es. Olía a cloro.

La tensión no era para menos, pues el igual está en cinta y en unos pocos días igual le tocará estar en la misma situación que su amiga. Escuchar sus gritos tampoco le era muy emotivo. Sin embargo Stolas siempre trato de tranquilizarlo dándole abrazos y algún aperitivo de su antojo.

Cansada, agotada y sudada, le secaron su rostro y después de limpiar al bebé de sangre y algún otro fluido, se lo entregaron envuelto en una mantita mientras uno de los doctores decía:

—Felicidades, es un niño. Su hora y fecha de nacimiento es a las 00:00 (12:00) o a la media noche del día treinta de abril.

Blitzo entró junto a Stolas y su hija apenas le dieron el permiso, mirando a una muy cansada pero sonriente Millie en la cama con su bebé en sus brazos y durmiendo. Aunque hace rato se escucharon sus lloriqueos.

A su lado estaba Moxxie llorando de la felicidad sin poder dejar de mirar a su bebé y besar a su esposa.

El Omega se acercó por curiosidad y un poco de instinto. Olió al bebé que estaba durmiendo y envuelto en la manta como un tamal, sin poder resistirlo le causó ternura. El bebé tenía muy poco cabello, pero se le notaba el color blanco, albino como Moxxie.

—Es un bebé grande. — dijo Blitzo no muy cerca del rostro del pequeño.

—Mixxie es muy lindo. — agregó la mamá.

—¿En serio le van poner así? Aún pueden cambiar el nombre. Todavía no han echo su acta de nacimiento.

Los padres se miraron por un largo rato.

—Su segundo nombre podría ser Brandon. — añadió Moxxie para cargar a su hijo y así Millie pudiera descansar al fin. No sin antes besarle la mejilla a su bebé.

—Suena mucho mejor. — sonrió orgulloso. Hasta bostezar. Ya era tarde y ver qué su amiga había salido bien del parto lo tranquilizaba de sobre manera.

—Amor vamos a dormir. Ellos estarán bien. — le dijo Stolas.

—Esta bien. Sólo porque en verdad tengo sueño. Buenas noches chicos. — se despidió de sus amigos. Lo último que vio antes de salir de su habitación fue como Moxxie dejaba al bebé en una cuna cerca de la cama donde duermen. Quizás se quedaba unos minutos más despierto vigilando al bebé.

—¿Crees que podré cuidar a los bebés?— le preguntó Blitzo a su Alpha camino a su habitación.

—Ya eres un buen padre. No vería el porque no.— le ánimo para llenarle de mimos. — Además, no estarás solo, recuerda que yo especialmente, cuidaremos de nuestros bebés. Nunca estarás solo en esto Blitzo, ni en nada más.

Sin duda alguna eso hizo sentir mucho mejor a Blitzo y pudo dormir con menos inseguridad. Sumergido en el aroma y calor de su esposo.

X

El alba salió, pero el día no iba a continuar sin más bienvenidas en la familia.

En medio de su visita para ver al bebé de Millie. Alrededor de las diez de la mañana, Blitzo sintió que la fuente se le había roto. Y lo único que quería aparte de que sus cachorros nacieran para dejar de sentir tal dolor, es a su Alpha. Tal vez así podía sentirse más seguro y cómodo.

Sin embargo...

Los Omegas suelen ser más peligrosos en labor del parto, temiendo que le hagan daño a sus crías. Que incluso a veces dudan de su misma pareja.


Palabras: 2,525
Escritor: JaquiiAleWorld
Fecha de publicación: viernes 17 de abril del 2020
Au: Omegaverse
Fandom: Helluva Boss
Historia: "Essencia"

¡Hey! Ya está cerca! Qué cosa? El final de está Historia :D

El capítulo siguiente será el último de la historia, más el Epílogo. No se cuándo publicaré xd.

Diez días tarde en actualizar. Según yo esté capítulo quería subirlo el domingo 12 de abril, pero no lo tenía para nada terminado y me atrase. Tampoco pude publicarlo el martes 14 o ayer que estaba terminándolo. Apenas hoy en la mañana después de desayunar y lavar ropa tuve tiempo de editarlo y por fin publicarlo.

Por dónde vivo apenas van a dar las doce del medio día.

Wow, Millie ya dio a luz a su bebé :0

En la media noche:0

Y ahora sólo falta los bebés de Blitzo que ya está por salir :0

Investigué un poco y le pregunté a mi tía sobre cuánto tardaba en dar a luz, la lubricación o eso de empujar. Como ella tuvo tres hijas, dos natural y una cesárea sabe que pedo xd y me ayudó.

Trate de no escribir explícita la escena de Millie dando a luz, no deseaba por el momento detallar su parto. 

Otra cosa en este capitulo es que hubo un poco más de Arackniss x Sir Pentious. Sinceramente ni yo sé cómo terminarán estos dos, xd.

En fin, ojalá les haya gustado :3

El siguiente es el último capítulo. Nos vemos!

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