♣Acto XII:"Desorientado"
Stolas lo tomó del mentón para hacer que alzará su mirada y así ambos pudieran verse mutuamente. El pequeño Omega sólo se puso más nervioso ante tanta atención de parte del más joven de los dos.
Los ojos del Alpha, brillantes de color miel con un toque rojizo realmente que lo hacían recordar a los de algún búho en específico, y lo más irónico del asunto es su apellido.
—¿Por qué dices eso? ¿Crees estar en cinta?— preguntó ladeando un poco su cabeza. Apretó un poco el agarre que mantenía en su cintura y espero ansioso su respuesta.
Stolas (desde el punto de vista del propio Blitzo) mantenía una expresión que, valga la redundancia es neutral. Quizás incluso pensativa y seria. Aunque en realidad es que por dentro, el Alpha está eufórico. Y sobre todo encantando ante el evidente nerviosismo de Blitzo, le hacía ver tierno.
—Sólo es una ligera sospecha. Nos hemos acostado sin usar protección. Y en estos días no he tomado anticonceptivos. Lo normal sería pensar que tal vez puedo quedar embarazado, ¿No lo crees?— habló rápido, casi se trabó en algunas pequeñas partes. Pero Stolas pudo comprender le fácilmente y entender su punto.
Blitzo sólo está asustado. Si bien crío a Loona cuando está todavía fue una niña, no era tan pequeña. Mucho menos una bebé. Y pensar en la palabra bebé a veces la da miedo. Los considera tan pequeños, frágiles y unos llorones. Podría tener "amnesia", pero eso no significa que no recuerde su opinión respecto a esos seres pequeños, él igual fue uno y no tiene recuerdo alguno de ello y sufrió en su infancia. No tuvo muchos amigos y sus padres eran tan estrictos con él.
Antes de conocer a los chicos que ha considerado como una familia siempre, no recuerda haber tenido ni un sólo momento feliz en su vida.
—Si, tienes razón.— asintió con lentitud.
—¿Sabes que? Mejor olvida esto.— se alejó del mayor y caminó hasta el umbral de la puerta que lleva hasta el interior de la habitación. — Enserio, no pienses mucho en lo que acabo de decir.— agregó sacudiendo su habitual ropa y arreglándose para salir. Restándole importancia al asunto, como si fuese tan fácil.
—Pero Blitzy...— Stolas se puso de pie para intentar detenerlo. ¿Qué había ocurrido? Fue tan rápido y de repente. ¿Por qué el más bajito actúa a la defensiva? ¿Por qué quiere evadir el tema tan bruscamente? ¿Acaso actuó mal? ¿Acaso dijo algo que lo molestó? No puede ser, casi no lo dejó hablar.
Sus palabras quedaron en silencio no sólo por qué Blitzo le interrumpió, también por qué a su mente le llegó una serie de recuerdos que lo dejaron varado en la profundidad de estos.
“Esa mañana habías despertado después de tu celo, el cuál duró tres días. La habitación o lo que es la cama matrimonial estaba hecha todo un caos. Almohadas tiradas y las colchas te envolvían que casi parecías un gusanito. Y tú estabas un poco somnoliento al despertar. Estabas desnudo y pegajoso, así que te levantaste y al entrar al baño te envolviste en una toalla. Pero apenas te empapaste tu cara y la secaste, entraste en pánico cuando te viste al espejo del baño.
—¿¡Qué mierda significa ésto, Stolas!?— gritaste tan fuerte y enojado que casi me pareció que te ibas a romper la garganta.
Yo preocupado fui hasta nuestro habitación, pues estaba por prepararnos el desayuno.
La casa que compré en la playa contaba con dos plantas. No es demasiado grande como la mansión en mi isla privada, pero mucho menos es pequeña. Lo suficiente a cogible para los dos. Perfecta . Contó con dos dormitorios, dos cuartos de baño, al sala, el comedor y la cocina.
—¿Qué ocurre, cariño?— pregunté lo más tranquilo posible pero con una cara de preocupación.
—Nada de "que ocurre cariño". — llevaste tus manos hasta tus cintura y me miraste con total desaprobación. — ¿Ves ésto?— señalaste tu cuello. Yo asentí dándome una idea rápidamente del porque de tu enojo.— Confíe en ti, no me puse algún collar porque confíe en ti. ¿Y al final que hiciste?— hiciste una breve pausa. Pensé que debía responderte y antes de que tan siquiera formulará alguna palabra, proseguiste.— Te repetí varias veces que no me hicieras la marca. Sabes lo que pienso sobre que un Alpha tenga que marcar al Omega para probar algo tonto o que se puede demostrar de otras maneras menos altaneras o pretenciosas. — fue tu argumento, tan seguro de si mismo.
—Se que estás muy molesto, lo sé pero...— me interrumpiste.
—Hiciste lo que se te dio la gana.— formaste puños en tus manos. Tomaste aire intentando calmarte aunque sea sólo un poco.— Ésto se acabó.
Fui yo quién entro en pánico entonces. Puse mis ojos en blanco y te miré confundido.
—¿A qué te refieres?
—La luna de miel. Quiero regresar a casa ahora. — respondiste regresando al baño. Yo te seguí antes de que cerraras la puerta.
—Amor, creo que estás exagerando las cosas. Debes pensar con la cabeza fría.— intenté razonar contigo.
— Estoy pensando con la cabeza fría.
—Pero Loona, ella está disfrutando estando aquí en la playa. Y apenas llevamos tres días.
—Solo lo diré una ves más. Stolas. — me miraste con determinación. Creo que jamás te he visto tan molesto como lo fue aquel momento.— Llévanos a casa. Ahora.
Convencido, abriste el agua de la llave de la tina para preparar un baño. El ambiente tenso se quedó en silencio, y yo sentí un nudo en la boca. Sabía que en cierta forma fue mi culpa, yo fui egoísta y aproveché tu celo donde más estás sumiso y débil para marcarte. Porque simplemente quería hacerte todo mío. Se de más tus opiniones de lo que piensas de estás marcas, siempre decías que es algo retrógrada. Posesivo. Que no somos animales para ello. Y yo....
Fui egoísta. Fui un maldito egoísta y manipulador.
Pasaron muy pocos minutos mientras que tu revisaras que él agua estuviese tibia y a la vez que te desenvolvías de la toalla. También me echaste una mirada para que me fuera. No querías que yo te viera desnudo. A pesar de que ya memorice cada parte de tu pequeño cuerpo.
Pero yo no quice.
—No.
—¿Disculpa?— frunciste el ceño y tus bonitos y rojizos labios. Cerraste la llave apenas la tina se llenó a tu gusto y clavaste tu mirada en mí.
Seguías desnudo.
—No quiero que nos vayamos todavía. Quiero que sigamos aquí. Nuestra luna de miel debe durar al menos dos meses.
—Quiero regresar.— optaste por decir.
—¿Para qué? ¿Qué harás allá?
—Necesito contactar con unos viejos amigos para hablar sobre algo privado. No pensaba hacerlo tan pronto, pero debido al incoveniente que formaste, quiero regresar. — explicaste impaciente.
—¿Y no puede esperar? Blitzo, estabas tan feliz. Tan entregado y cariñoso. Pensé que podía...
El ambiente entonces se tornó denso.
—¿Qué podías, qué?— interrumpiste.
—Tu sabes que te amo. Y se que estabas en tu momento más fértil. Y por eso...
—Oh mierda, no. — entornaste los ojos en hiciste una mueca de desagrado, quizás decepción.— Stolas aún es pronto. — te acercaste más a mí y pensé que habías apasigüado tu expresión facial.— Alpha...
Me vuelves loco cuando me dices así.
—Pero me dijiste que querías un bebé también. Me lo rogaste mientras te hacía el amor. — estuve apunto de abrazarte con fuerza, pero te alejaste apenas escuchaste lo que dije.
—Estaba en celo, carajo. Obvio estaré abierto para ti, Stolas y es más que obvio que mi instinto Omega iba a querer tener cachorros. — te cruzaste de brazos.
—¿No es lo que quieres?— te miré con dolor.
—Si los quiero. Más todavía no. Y no te perdonaré que me hayas marcado. — frunciste de nuevo tu cejas. — Desde pequeño he sufrido discriminación por ser un Omega, incluso hoy en día hay gente tan enferma y podrida de la cabeza que le hace cosas horribles a los Omegas solo porque así nacieron. En especial los Omegas varones como yo. Y tengo algo muy en contra respecto a las marcas. A las mordidas en el cuello.
Lo sé, lo sabía.
—No todos los Omegas sufren porque su Alpha les ha marcado. Incluso hasta lo presumen y muestran con orgullo. — recordé bastante irritado y hasta harto de la situación.
—Yo no soy ninguno de esos Omegas. Y si tanto te molesta que sea así, entonces...— alzaste la voz. Supe entonces que las cosas iban a terminar demasiado mal si no terminaba con esa discusión. Alguno diría algo demasiado fuerte para el otro.
—Basta. — volví a usar mi voz de Alpha. Te ordené con ese tono amenazante y grave que te callaras. Y por uno segundo parecías flaquear.
—No se te ocurra...— advertiste. Supe que jamás me lo ibas a perdonar y que las cosas serían peor de lo que ya estaban. Pero no me detuve. Para mí ya no había vuelta atrás.
Te tomé de la cintura, apegando te a mi pecho y acaricié tu desnuda espalda.
—Omega, silencio.”
Lo que pasó aquella vez, varias horas antes de regresar a su Isla privada es algo que no gustó de recordar. Se había perdido demasiado en aquel recuerdo que Blitzo tuvo que llamarle la atención más fuerte.
—Iré a avisarle a los chicos sobre la salida. ¿Si? Te vemos abajo. No tardes tanto.
—Esta bien.— suspiró mirando a Blitzo marcharse.
Quizás, no quería que Blitzo recuperase toda su memoria. Tenía miedo que recordará lo imperfecto que es. A lado de Blitzo, podría ser un demonio.
Su Blitzy tenía razón, siempre hacia lo que quería.
X
Blitzo ya se había reunido con sus amigos e hija para hablarles del asunto importante. Ahora mismo estaban en la entrada de la mansión esperando al Alpha dueño de esas tierras. El azabache le fue contando a los chicos sobre la salida que tendrán hasta sobre lo sus sospechas.
—¿Qué usted qué?— dijo pasmado Moxxie, casi aturdido.
—¿Hablas enserio, papá?— preguntó Loona tan sorprendida como los demás.
—Sólo son sospechas. Por eso aprovechando que vamos a salir en unos minutos, necesito que me consigan tres pruebas de embarazo de marcas diferentes. Obvio yo les daré el dinero. — dijo rodeando a la joven pareja por sus hombros.
—Pagame Moxxie. — interrumpió su hija mirando al albino.
—Carajo.
—¿Pagar qué?— preguntó Blitzo bastante curioso.
—Apostamos sobre cuánto tiempo tardarías en embarazarte.
—Pensé que estabas tomando pastillas, jefe. — dijo Moxxie con cierta molestia por haber perdido la apuesta.
—Sólo es una ligera sospecha. — recordó con irritación.
—Hay un 5% de posibilidades de que no esté embarazado.— dijo está vez Millie.— Y cambiando de tema... ¿Nos conseguirá trabajo aquí?
—Por supuesto. Él me dijo que lo haría, pero que ustedes decidieran de qué.
—Extrañare matar a la gente. Pero en mi estado no puedo tomar muchos riesgos. Incluso cuando nazca el bebé, no puedo ponerlo en peligro. — suspiró acariciando su aún plano vientre.
—¿Podemos trabajar como sus guardaespaldas sanguinarios?— sugirió Moxxie y de inmediato su mujer se emocionó.
—Jajaja, le preguntaré.
—Jefe... ¿Y si lo vuelven atacar?
—Una última misión no hará mal a nadie. Tanto Stolas como yo queremos acabar con esos bastardos. — fue su respuesta. Sentía que tarde o temprano podía recuperar todos sus cuerdos y ya no sentirse tan desorientado.
X
Al primer lugar que se dirigieron por pedido del mismo Blitzo fue al hospital. Stolas llevó su camioneta pero detrás de él venía otro coche donde hay tres de sus guardaespaldas.
—¿Qué te dijeron?— preguntó Blitzo después de una larga media hora en la que Millie junto a su hija tomaron una cita con el ginecólogo.
Stolas lo esperaba apartado y con sus guardaespaldas cerca. Si bien no todos en la isla lo podrían reconocer, pero si llama mucho la atención con su ropa cara y formal aparte de sus guardaespaldas.
—Que viniera cada fin de mes. Llevo apenas diez semanas. — respondió con tranquilidad. — Y que partir del quinto mes de gestación ya podré saber el sexo del bebé.— agregó con emoción.
Por un pasillo venía Moxxie. Blitzo fue hacía él procurando que Stolas no viera lo que le iba a entregar. Por suerte su esposo se distrajo un poco en alguna llamada telefónica del trabajo.
—Conseguí las pruebas de embarazo. Creyeron que era para mí por un momento. — comentó el albino entregándole una bolsita con tres paquetitos.
—Jajajaja, que gracioso. — dijo burlón.
—¿De dónde sacaste está peculiar tarjeta de crédito?— se la entregó. Con eso mismo habían pagado la consulta de su pareja con el doctor.
—Stolas. — contestó encogido de hombros guardando tanto la tarjeta de crédito (dorada) como la bolsa.— Me la dio antes de que entráramos en la camioneta donde ustedes ya estaban.
—Lo que se me hace raro es que acepten tarjetas de crédito en el hospital.— comentó bastante extraño. Blitzo decidió ignorar el tema.
—¿A dónde vamos a ir ahora?
—¡A divertirnos! Stolas dijo podemos ir al parque de diversiones o ver alguna película. Y entre descansos comer en cualquier lugar que se nos apetezca.
Blitzo hizo que los cuatro se reuniera.
—Sabes Jefe, yo sospecho que tú esposo quiere tiempo a solas contigo. — dijo Millie mirando de reojo a Stolas, quién seguía en su llamada.
—¿Te parece?
—Yo diría que es obvio. ¿Por qué no le dices que mientras nosotros vemos una película, ustedes pueden ir a otro lado? ¿Qué tal?— sugirió la azabache.
—Me parece bien. Pero Loona vendrá conmigo.— agregó sonriente y abrazando a su hija.
—No mames.— dijo la mencionada dándose un pequeño golpe en la cara por lo despistado que es su querido padre. A veces se preguntaba seriamente como fue que alguien como Stolas se enamoró de Blitzo. Parecen personas totalmente distintas una de la otra.
X
—¿Y los demás?— preguntó el más alto de los tres al notar los invitados de su esposo no estaban en su panorama.
Luego del hospital habían ido a la plaza más cercana para según ver algunas tiendas.
—Entraron a ver la función de Avengers Endgame. Que empezará en diez minutos. — miró la hora en el celular nuevo que le regaló Stolas hace varios días.—Y la película dura tres horas. Por lo puede que den un pequeño paseo en toda la plaza para estar a solas y hablar sobre sus cosas románticas.
—Son cuarto para el medió día.
—Eso significa que iremos a recogerlos hasta las cuatro de la tarde. O un poco antes.
—Padres. — dijo Loona llamando la atención de ambos.
—¿Si?— si bien ambos le sonrieron con sutileza, el más emocionado de ser llamado así es el mismo Stolas.
"— Loona podría ser nuestro rayo de sol. No digo que reemplace a tu hija, porque se que aquello es irremplazable. Pero también sería bonito pensar que no todo se extinguió.— te había dicho con una gran sonrisa. Tú me miraste divertido para después y de manera sorpresiva, inclinarte para tomar mi rostro y llenarlo de tantos besos que perdí la cuenta.
—Tú también eres mi rayo de sol, Blitzy."
Blitzo casi se mareo ante aquel fugaz pero vivo recuerdo, más al parecer nadie notó su alejamiento de la realidad en aquellos segundos. Lo cuál le llegó a pensar que nunca tuvo algún recuerdo estando despierto. Incluso aunque fuese corto a comparación de otros, sigue siendo útil.
Le fue gratificante. Aunque estaba desorientado por el apodo de "rayo de sol". No lo entendía bien. Debería preguntarle también a Stolas si entendía que significaba con exactitud.
—¿Qué no iríamos a una tienda de mascotas para comprar un perrito?— le recordó más a Blitzo que al propio Stolas.
—Yo quiero esté pequeño Dóberman. — comentó para distraerse. Luego pensaría en ello.
Al estar en la plaza no caminaron mucho para encontrar la tienda de mascotas.
—¿Seguro Blitzy? ¿No quieres un Pug?¿Un Bichón maltés?¿Un pudul?— mencionó mirando con ternura a todos esos adorables perritos de dicha raza en sus corrales. Algunos duerme y otros juegan entre sí.
Blitzo hizo una mueca incomprendida.
—Son muy pequeños y tiernos. Pero yo quiero un perro que ataque gente. — rió divertido ante la idea.
Los empleados que atendían el lugar al haber escuchado aquel comentario del Omega se miraron entre sí algo espantados. Y extrañados por como el atractivo y alto Alpha suspiraba como enamorado ante las cosas que decía el primero.
—Si, es tu estilo. — concordó mirando como Blitzo no sólo pedía a un cachorro Dóberman, si no que también ponía a la bolsa shampoo, correas, comida para el perrito, una pequeña cama, y otras cosas que no contó al concentrarse por el momento en la Alpha que veía unos estanques de peces.—¿Tú quieres algo, princesa?— se acercó mirándola con cariño.
A veces se preguntaba si su pequeña Octavia hubiese sido como ella al ser mayor. Y si Loona realmente lo quería como un padre y no sólo como "la pareja de mi papá".
—Primeramente no me llame princesa. Y segundo, quiero esa Python. — dijo señalando el local de enfrente a través del vidrio, donde efectivamente ahí parecían vender animales un poco más exóticos.
En la ventana estaba en su propia "casa", una gran Python de colores oscuros.
Apenas Blitzo terminó de pedir las cosas y pagar con la tarjeta de crédito de Stolas, llevo sonriente las cosas del perrito y a su nuevo perrito en una mano. Claro que Stolas lo ayudó. Al oír que su hija quería de mascota una serpiente no se lo negó.
Después de unos largos minutos, ambos salían de aquel local vecino con una Loona sonriente y su serpiente rodeando sus hombros y brazos. Atrás algún encargado le ayudaba con su "recipiente" o la casa del animal hasta llevarlo a la camioneta y así acomodar todas las cosas.
—Increíble. ¿Para que quieres una serpiente como mascota?
—¿Por qué es asombroso? — le respondió a Stolas. Loona por fin había metido a la Python en su lugar. Sería difícil transportarla pero por suerte los guardias también ayudarán.
—Adoro que los tres compartamos momentos familiares. ¿Vamos por unas hamburguesas?— dijo Blitzo abrazándolos. A Loona por sus hombros y a Stolas por su cintura. Después retiro el abrazo para adelantarse y ver qué local es mejor y cuántas hamburguesas podía comer
—¿Cuándo le dirás a Blitzo?— le murmuró Loona mirando a su pequeño padre embobado con aquel local de hamburguesas.
—¿Decirle que, hija?
—Porque se pelearon en la luna de miel. Realmente quiero saberlo también.— dijo con seriedad.
—Tuvimos un desacuerdo, eso es todo.
—¿Por qué tardan tanto?— preguntó un Blitzo acercándose nuevamente a ellos.
—Ahora vamos, Blitzy~
X
Después de comer las Hamburguesas y comprar helados fueron por Millie y Moxxie que recién salían de la sala. Al parecer llegaron muy pronto. Loona presumía su nueva mascota y la gente la veía asombrada. Mientras que Blitzo tenía al cachorro en sus manos.
Los chicos estuvieron encantando con el perrito, y atemorizados por la Python de Loon.
—Gracias señor Stolas por la invitación. — dijeron ambos Betas. Sabían el dinero que se gastaron en ellos también.
—No hay de que, son amigos de mi esposo, después de todo. Y debieron protegerlo durante sus... Trabajos. — carraspeo un poco.—En cierta parte, estoy agradecido con ustedes.
—¿Entonces regresamos a casa? ¡Aburrido!— cambió de tema Blitzo. Hasta recordar que tenía algo guardado en sus bolsillos y miro a su perrito.—
Aunque, la verdad ahora que lo pienso si quiero regresar.
Todos se dirigieron al estacionamiento.
—¿Cómo le pusiste a tu serpiente, hija?
—Lucifer. — respondió sin más.
—Que original.— agregó con sarcasmo Blitzo.
—¿Y cómo le pusiste al perrito tú, papá?
—No me decido entre Cerbero o Hades.
X
Apenas acomodaron a la Python y al pequeño Dóberman a su comodidad, Blitzo se tiró en la cama aprovechando que Stolas fue a su oficina para terminar algunos contratos con sus compradores.
Entonces sacó la bolsa donde están las pruebas de embarazo que Moxxie le consiguió.
En cualquier momento Stolas podía llegar e incluso si se encerraba en el baño, tenía miedo por saber si estaba o no en cinta.
Ni siquiera estaba seguro sí él quería un bebé ahora. Se sentía tan desorientado.
—Las pruebas pueden esperar...— murmuró guardando las debajo de la cama, debajo de unos zapatos que sabe que Stolas jamás levantaría.
Blitzo creía que si lo evitaba, podía solucionarlo. Además realmente no tenía muchas ganas de saber de una vez su estado.
Sólo esperaba que Stolas no fuese tan perspicaz y si en caso que sí estuviese embarazado, notará el momento en qué su aroma cambiará.
Palabras: 3,406
Fecha de publicación: martes 25 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse-Humans
Historia: Essencia
Nota del escritor:
A veces me sorprendo de lo casi rápido que terminó de editar los capítulos. Según yo me quería esperar hasta que saliera el sol, y aún es de noche. Martes pero de noche.
Me toca hacer otra exposición e ir este fin de semana a la UNI para entregar unos papales entre otras cosas más.
Respecto a Polvo de Ángel, no estoy seguro de cuando actualizaré. Si no lo hago este jueves o viernes, sería hasta el sábado 29 de febrero.
Por si no captaron, Blitzo si se encabrono más con Stolas por que uso su voz de Alpha contra él. Y si pasó algo más luego de que le dijo "Silencio Omega", pero no quise detallarlo todavía. Eso sería para más futuro.
Ahora hagan sus apuestas con el bebé de Blitzo.
Hasta la próxima!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top