♦Acto X:"Erótico"
Aquella misma mañana; después de varios días por fin ambos desayunaron juntos y solos. Debido a que Loona junto a los invitados habían comido y terminado antes. Blitzo agradeció que todavía no preguntase o indagará más sobre sus chicos.
Otra cosa que el Omega aprovechó fue pedirle a Stolas sobre fotos suyas, específicamente del día de su boda. Y Stolas por fin dejó su trabajo para darle toda la atención del mundo a él, a su pequeño esposo que por fin dejó de llorar y de cierta forma, ¿Se habían reconciliado?
Stolas le guió hasta el final de uno de los pasillos, pasando por el gran comedor de donde salían y cruzando algunos baños y otros salones. Blitzo abrió los ojos en grande al percatarse de aquel gran cuadro colgado al final del pasillo donde la luz se filtra por alguna de las grandes ventanas abiertas.
A diferencia del portaretrato que yace en el lado de Stolas de la cama donde se muestra que están en una gran mesa rodeado de invitados que obvio no aparecen en la fotografía, aquel cuadro grande al final del pasillo muestra más del escenario de fondo. Cerca de una playa. O en la orilla de una. Detrás de ellos también había un arco de flores, y ellos dos en medio por supuesto vestidos con sus trajes de novios. O esposos.
A pesar de que Blitzo vestía con un traje blanco, de igual manera traía un ramo de flores en sus manos, unos girasoles con tulipanes rojos. Observó que una de las manos de Stolas rodeaba su cintura para mantenerlo cerca. Las decoraciones y la iluminación que se aprecian en la imagen son perfectas, el Omega incluso pensó que se veía más hermoso de lo normal. ¿Será por qué viste más elegante y de blanco?
Stolas tampoco se queda atrás, tiene lo suyo también. Su traje de novio es de un color gris hecho de la mejor tela del mundo (probablemente), su corbata y el pequeño pañuelo que sobre sale de uno de sus bolsillos del chaleco son de color dorado, al igual que algunos pequeños detalles del resto del traje. En esta ocasión sus cabellos no están despeinados o a los lados como suele ser, los tenía peinados hacia atrás para dar una vista más formal e importante y aún así se veía guapo. Después de todo, el día de su boda es muy importante y quería verse diferente a sus días casuales.
—¿¡Cómo no había visto esta cosa grande antes!?— exclamó el de cabellos negros como el carbón, impresionado por la gran imagen del cuadro. El tamaño como tal y que ocupa casi todo la bendita pared. El cuadro está hecho de ¿Madera pintada? ¿O en realidad es oro puro? No podía olvidar lo presumido que es su esposo. Tan "modesto".
—La viste está mañana, amor. — respondió divertido, encontrando doble sentido en la pregunta.
Blitzo lo miró entre asqueado e irónico.
—No me refiero a eso, pervertido. Los demás van a mal pensar.— le dijo en forma de regaño.
No olvidemos que de vez en cuando y algo cerca pasa uno que otro de los sirvientes de Stolas.
—Quizás porque no pasas mucho por está zona de por aquí.— comentó, Blitzo últimamente en las únicas zonas que más se ha centrado estas dos semanas es la biblioteca y el comedor. Un poco el jardín pero definitivamente la gran reja llena de vigilantes que seguramente había pensando en que era su pase de salida para huir.—Todavía no he mandado a poner más cuadros así en las demás partes de mi mansión.
—Me veo muy atractivo.— sonrió orgulloso. Ahora se preguntaba donde está guardado aquel traje blanco hecho a su medida.
Sí, recordé que está hecho a mi medida. No me sorprende que Stolas lo haya mandado hacer.
—Te ves hermoso. — lo tomó de la cintura, estropeando su vista del cuadro ya que Stolas lo tapaba.—Me gustaría saber algo.
—¿El qué?
—¿Por qué tú y tus invitados andan muy metidos en mi biblioteca?
—Nos gusta... Demasiado ese lugar.— respondió al instante. Intentando no notarse nervioso. De hecho, todavía tenía que hablar con ellos. Después de todo, ya no quería buscar más ése libro. Ahora quería quedarse con Stolas y toda su familia, si es posible.—En especial a ellos, nunca habían visto tantos libros. Son aficionados a la lectura, y yo los acompañó porque no me gusta dejarlos solos y también para entretenerme un poco con los libros que más llamen mi atención. Por ejemplo... Hay uno que estaba leyendo, se llama... Uhm, tenía que ver algo de un tal Rumpelstiltskin. — agregó intentando sonar natural.
No quería mentirle pero tampoco decirle la verdad, no todavía.
—¿Te refieres a "El perturbador poder de un escritor"? ¿Dónde el antagonista se llama Rumpelstiltskin?— mencionó arqueando su ceja. Recordaba perfectamente ese libro, uno de sus favoritos.
—Si, eso.
—Blitzo.
—Nunca te he oído llamarme por mi nombre. — hizo un puchero. —Y la "o" es muda.
—Por eso me gusta decirte Blitzy. Lo hace más especial. — le acarició sus labios y beso su frente.
—Créeme, eres el único que me dice así.— dijo con seguridad.
—Me alegro. Me gustaría que me dijeras... Te amo.— enterró su nariz en su cuello. Tuvo que inclinarse para abrazarlo mejor.
Blitzo comenzaba a darse cuenta que el más alto adoraba de embriagarse de su olor y no necesariamente en medio del sexo. No comprendía porque le gusta tanto su olor, no es la gran cosa o es lo que piensa. Sin embargo no lo apartó, solo lo abrazó rodeando su cuello y acariciando sus cabellos, Stolas los tiene más de un azabache azulado como el cielo oscuro y él más de un carbón.
—¿En serio?— arqueó su ceja, le daría pena decir eso. Aún se siente confundido respecto a sus sentimientos hacía Stolas.
—Si, di lo.— pidió, sin soltar a Blitzo de entre sus brazos y besándole su cuello.
—Es vergonzoso. Además ten en cuenta que sigues siendo un desconocido para mí y que al segundo día discutimos muy fuerte. Eso me hizo mal sabes.— le recordó mirando hacia otra dirección.
No sabía si le hizo mal por su estado de amnesia o simplemente por qué si hirió sus sentimientos, su orgullo y demás cosas. Blitzo nunca había permitido que alguien le lastimara de esa manera, y si alguna vez sucedió aquello, jamás se permitió demostrar débil. Nunca. Pero Stolas lo hizo intencionalmente y controlado por la furia y estando también herido.
El Omega sentía que le debía alguna disculpa a Stolas, pero no estaba seguro del todo.
—Lo siento. No debí reaccionar así, no me controle. — se volvió a disculpar el más alto. —Pero recuerda que con esté desconocido te acostaste.
—Touché.— hizo una mueca en sus labios.
—Sabes, a pesar de todo lo que ha pasado... No me arrepiento de haberte conocido. No me arrepiento de habernos casado.— le sonrió alejándose de su cuello y besando su coronilla.
Justo en ése momento, Blitzo tuvo la curiosidad de preguntarle a Stolas si antes de su accidente se pelearon por algo. Y porqué. Él debería saberlo.
—Oh Dios Stolas, no te pongas tan romántico. Estás cosas nunca son lo mío... Es mucha dulzura para mí corazón frío y orgulloso. — le apartó su rostro de él.
—Una dosis de azúcar nunca hace mal a nadie. Ni a ti. — beso sus mejillas , rozando la comisura de sus labios. — Además me gusta conseguir que te sonrojes.
—No te emociones. ¡Y no estoy sonrojado! — Blitzo estaba emocionado y por supuesto que sonrojado, sólo un poco. Aunque se le hacía raro que Stolas no quisiera preguntar más sobre su pasado en Los Ángeles. Su vida asesinando gente. — Y quiero volver a la cama. Sigo cansado.
—Lo que digas, Blitzy~
—Una cosa más.— se separaron y caminaron ahora hasta su habitación. La cuál está en el segundo piso. — Lo siento.
—¿Por qué?
—Me siento de cierta forma culpable. Por querer asesinarte. No me hagas repetirlo otra vez. — agregó acelerando el paso y cruzandose de brazos. Ya comenzaba a memorizar la ruta de regresó a su habitación.
La disculpa no lo hizo sentir mejor.
X
En esta ocasión, estaban de nuevo en la biblioteca reunido con sus amigos.
—¿Por qué está tan feliz jefe?— preguntó Millie quien comía unas galletas acostada junto a su esposo en una sofá. A lado había una mesita con algunos libros.
—¿Feliz yo? Estoy como siempre mi querida Millie. — le sonrió de regreso. No había razón para estar muy feliz. No tiene nada que ver con el hecho de recibir amor y detalles por parte de Stolas.
Han pasado tres días desde su disculpa con Stolas y su relación ha avanzado, un poco o mucho. Depende desde que ángulo lo vea.
—Nop, creo que si estás un poco diferente. Podré ser Beta pero reconozco cuando usted está de muy buen humor. Se nota en el ambiente. — agregó Millie.
—Has estado así desde hace tres días. — dijo está vez Loona mientras tomaba algunas fotografías de los libreros del lugar.
—No es nada importante. Pero lo que si les puedo contar es que... Me reconcilie con Stolas. — agregó como si intentará no darle importancia.
—¿¡Qué!?— exclamaron todos en el lugar con definitiva sorpresa.
—¿Por qué no lo dijiste antes?— preguntó Moxxie.
—Se me olvidó. Y luego ustedes querían andar saliendo para ver el resto de la Isla.
—Tiene sentido.— dijo Loona sonriendo de lado. — Entonces, ¿Los dos ya están bien?
—Si.
—De casualidad su reconciliación fue, ¿por qué follaron?— lo miró con picardía.
—¡Loona!— le regañó y no pudo controlar que sus mejillas ardieran, no tanto por el acto sexual si no que acertó.
—Es muy obvio. No sólo soy tu hija, también soy Alpha. Hueles mucho a él desde hace tres días. Se nota que no perdieron el tiempo.— se rió. Blitzo había notado que su hija se comportaba más alegre, en el sentido que la ha escuchado reír más y ser más expresiva.
—Agh, ¿Y qué tiene? Estamos casados, es normal. — se cruzó de brazos e hizo un puchero. Podrá ser un adulto pero a veces puede actuar un poco infantil.
—Jefe, entonces eso significa que, ¿Ya no robaremos su libro?— preguntó Millie con interés. Blitzo suspiró.
—Supongo que no, debes rechazar inmediatamente esa oferta. Ya no quiero más problemas y estar engañando a Stolas.
—Owww, el jefe está enamorado.— dijo emocionada dejando de acariciar la cabeza de su prometido.
—Me gusta Stolas. Tengo una atracción fuerte por él.— admitió con dificultad.
—Su polla.— Blitzo la fulminó con la mirada. — Sabes que tengo razón.
—El caso es que no se si sea precisamente estar enamorado, pero tampoco está lejos de serlo. Cambiando de tema... ¿Cómo vas con tu bebé? ¿No deben ir a una consulta o algo?— miró a la joven mirada. Seguía sin notarse que la mujer tuviese casi tres meses de embrazada.
—El bebé está bien y respecto a la consulta, nos falta dinero para hacerle un chequeo mensual. — respondió Moxxie.
—¿Qué haremos ahora? No creo que podamos sólo seguir con el trabajo, no sin un jefe al cuál está casado.
—No me veo el inconveniente. — intervino.
—Hablando de la mala forma, estás atado a Stolas.— recordó el albino.—
Para empezar, ¿A él le gustaría que siguieras en éste trabajo?
—Es mi pasión y soy bueno en eso, así me gane la vida toda una década. Además ganamos mucho dinero.
—Si, pero si lo vemos desde un punto de vista diferente, el de tu Alpha por ejemplo... El pensara que el trabajo es peligroso, sin mencionar que debes viajar mucho. Él no querrá que te alejes de él por largos períodos de tiempo. Y él es millonario, te querrá mantener. — explicó brevemente.
A Blitzo no le agradaba la idea de ser un mantenido. Pero tenía razón
—Lo que decimos es, que debes hablar con Stolas para arreglar esto.
—Si al final dejamos ese trabajo permanentemente ¿Qué será de nosotros?— preguntó Millie para dar por concluido la conversación.
Blitzo tenía tantas cosas que le gustaría hablar con Stolas, y no sabe por dónde empezar a preguntarle.
X
Blitzo salía del cuarto de baño recién mojado, obvio con unas pantuflas blancas y envuelto en una bata de baño. Desde la puerta que conducía al baño, se paró ahí y miro a Stolas quién estaba a unos metros sentado en un sofá leyendo algo.
—¿Qué haces?— preguntó desde donde estaba.
—Leo uno de mis libros favoritos.
—Esa es la versión porno de mil y una noches.— se acercó hacía él y miró la portada del libro.
—Era esté o las conquistas del Dios Zeus. ¿Estás bien?— le preguntó cerrando su libro.
Aún en toalla, lo hizo sentarse en sus piernas.
—No se si las pastillas que tomó para supuestamente tener una mejor memoria estén funcionando. Las llevo tomando desde que desperté del coma en el hospital hace casi tres semanas.— suspiró con cansancio.
—Pero has recordado algo, ¿No?
—Recuerdo una discusión que tuvimos antes de la boda. Recuerdo parte de la noche de bodas...
—¿Será por eso que amaneciste con esa erección matutina?— preguntó divertido.
—. . .
—Eres tan tierno Blitzy. — lo besó al no poder resistir aquel silencio donde él nombrado no quería admitir que había atinado.
—No puede ser que estés excitado.— se quejó. Stolas alzó su bata de baño hasta por encima de su cintura, dejando sus muslos al descubierto. —Mierda Stolas, dejá de frotarte.
—¿Puedo ser romántico?— le tomó de la cintura, mientras simulaba embestidas. El más bajito pudo notar el bulto que comenzaba a crecer en sus pantalones.
—Sólo no me hagas vomitar.— dijo divertido.
—Te amo demasiado, Blitzy.
Antes de que el contrario comentará algo, fue alzado y cargado como doncel hasta el baño.
De un momento a otro, Blitzo estaba sin su bata de baño y abierto de piernas enfrente del espejo. Stolas lo sostenía, pasando sus brazos por sus piernas y sus manos sostenían estás. Para dejar a la vista su desnudes enfrente del gran espejo del baño. Antes de llegar a esa posición, el Alpha ya se había despojado de todas sus prendas e introdujo su pene en su orificio.
—No hay necesidad de tenerme enfrente del espejo. — dijo entre varios jadeos Blitzo, le daba vergüenza pero no podía evitar ver por el reflejo del espejo como la palpitante polla del más alto lo embestía sin pudor. Cómo su entrada se dilataba y abría para dejar pasar la hombría del contrario.
Es tan erótico.
—Pero así puedo apreciarte mejor. Mira como estás.— dijo risueño mientras abría un poco más sus piernas dejando reflejar en el espejo su erección. — No debes avergonzarte por tu cuerpo, si te digo que te ves tan erótico.
Los testículos redondos y llenos de su esperma se podían reflejar también, como estos chocaban con su trasero.
Blitzo se sintió desfallecer cuando Stolas lo volvió a anudar, corriéndose a grandes chorros de semen espeso y caliente en su interior, sin cesar. Arqueó su espalda y dio un último y fuerte gemido, a la vez que sus piernas temblaban y disfrutaba de la corrida de Stolas, corriéndose también el en tiras largas y blancas.
Blitzo podía ver en el reflejo apenas con su vista algo nublada, como su entrada salía y se escurría el semen del Alpha, aún con su polla dentro.
—Gira un poco tu cabeza, amor.— dijo Stolas y esté obedeció, ni siquiera lo pensó.
El Alpha mordió sus labios hasta hacerle abrir su poca y mover sus lenguas una con la otra.
—Mierda, me tendré que bañar otra vez.— se quejó el Omega. Empezaba a cansarse al estar esa posición e intentar no caerse. Stolas todavía seguía dentro suyo pero por suerte ya había dejado de correrse. Ése Alpha no tiene control y se corre mucho. Lo va arruinar si le sigue embistiendo de esa forma.
Y todo lo contrario de lo que esperaba, Stolas lo llevó hasta su cama matrimonial donde los tapo a ambos para así entrar rápidamente en calor. Le dio a entender con esa acción que no le importaba que estuviese "sucio", que descansará y ya mañana se bañaría. Además Stolas tampoco quería desaprovechar que durmieran desnudos.
—Voy a manchar las sábanas de tu semen.
—La sábanas son lo de menos. Ahora duerme.
Blitzo terminó por dormirse encima de su pecho calientito, ignorando los fluidos pegajosos que salían de su interior. De cierta manera, le encanta esa sensación.
Le encanta Stolas.
Palabras: 2,732
Fecha de publicación: Viernes 21 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au:. Omegaverse-Humans
Historia: "Essencia"
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:
Lamento las faltas de ortografía ahre, la imagen que sale no es de mi pertenencia. La encontré en Tumblr.
Ni yo sé porque actualice ahre. De hecho hice más larga la escena final de lo que debió ser.
Parece que a Blitzo se le está olvidando tomar anticonceptivos. Stolas aprovecha ahre (? Y cuando se acuerde será tarde.
En fin aquí casi es media noche, osea casi es sábado. Falta como media hora.
No puedo publicar mañana en la tarde o al medio día porque tengo que lavar desde temprano y luego ir a hacer un proyecto de Historia que tardará horas. Por eso aprovecho.
Ojalá les haya gustado uwu
Me gusta mucho escribir está historia, me encanta el Stolitzo.
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