♥Acto IX:"Afrodisíaco"

Blitzo despertó más por reflejo que por el sonido de una alarma o el llamado de la puerta. Incluso a su izquierda donde estaba una mesita de noche con un reloj digital, pudo observar que apenas son las siete inmedia.

Durante estás dos semanas en qué él y Stolas se dieron su espacio estuvo despertando hasta después de las nueve de la mañana. Por lo cuál le queda un poco más de tiempo para poder seguir durmiendo.

Si no fuera por aquel recuerdo que tuvo/soñó. Y no sólo se llenó de intriga. Si no que también pudo percibir a los pocos segundos estar húmedo.

—O maldición.— murmuró avergonzado. Maldecía mentalmente en ¿Cómo es posible que de todo lo que pudo haber recordado, tuvo que ser precisamente su noche de bodas? Y lo peor es que reaccionó mal apenas despertó.

Estaba excitado. Caliente. Despertó con una erección matutina. Nunca le había pasado eso, o no que recordará y realmente lo odiaba.

Él dormía en calzoncillos, pero desde que supo que debía compartir cama con un "desconocido", empezó a dormir con unos shorts cortos. Y hablando de ropa, su armario tiene tantas cosas nuevas que si no fuera por la talla, no creería que son suyas. Y no sólo ropa de civil, formal o de diario, si no también lencería. Lo cuál le causó horror la primera, segunda y tercera vez que se encontró con aquellos conjuntos tan reveladores días atrás. Por suerte la discusión que tuvo con Stolas y la lejanía temporal entre ambos le ayudó a qué el Alpha no insistiera por mencionar eso. Le sería humillante usar lencería para modelar la para un Alpha. Definitivamente es algo que no encaja con él.

Miró fijamente por unos segundos su shorts donde había un pequeño bulto. Estaba de lado en una esquina de la cama sentado. Ni siquiera se volteó para confirmar si Stolas ya se había ido (cosa que es muy segura para él).

¿Debería masturbarse? ¿Ducharse con agua fría? ¿Eso funcionará? Lo único bueno de estar enlazado ya a un Alpha es que ya no sufrirá un celo. Pero eso no significa que de vez en cuando esté de cachondo, y ni hablar del libido que sufre los embarazados. Aunque él no lo esté.

Tu ganas está vez. Se dijo así mismo, si no fuese tan necesario realmente lo ignoraría. Otras veces lo hace. Pero realmente ese recuerdo o sueño le excitó. Sin importarle si fue Stolas el protagonista de ello.

Y justo cuando estaba apunto de acomodarse mejor, bajarse sus pantaloncillos y bóxer, se detuvo estático al escuchar la voz de alguien.

—Blitzy. — soltó al principio con neutralidad. Demonios, pensó Blitzo, no revisó si Stolas aún seguía en la cama y por lo tanto lo había descubierto en medio de la iniciación de su masturbación.

—¿S-Stolas? Pensé que no estabas.— soltó con nerviosismo.

—Te despertaste temprano, y ya veo porque. . .— miró de inmediato su entrepierna. El menor se tapó con las sábanas y lo miró avergonzado.

—¡No es lo que parece! — se excuso.

Jamás se esperó que Stolas lo atrajera hacia él quitando las sábanas y bajando de un jalón fuerte y rápido sus prendas, hasta incluso su ropa interior. Lo cuál le hizo soltar un jadeo de sorpresa y leve excitación, ya que rozó su entrepierna. Casi gimió como tortuga.

Blitzo miró sonrojado su pene erecto, él cuál la punta rosada fue tocada por una de las grandes manos de Stolas. Y mierda, que por una parte sintió miedo y lujuria. Pero no sólo eso fue lo que más le avergonzó, si no que su ropa interior estuviese húmeda. Podía incluso sentir como su lubricante escurría de su entrada.

—¿No? ¿Tu pene no está erecto y tú entrada húmeda?— pronunció Stolas, olfateando su cuello. —  Todo tú huele como.. . . Afrodisíaco. — sonrió contento y malicioso.

Blitzo tragó duro sin saber que hacer o que decir; definitivamente el Alpha ya no parecía molesto, resentido ni mucho menos triste. Después de todo, teniendo un Omega excitado en su regazo y entre sus brazos, las únicas fuertes sensaciones que dominan su cuerpo es un deseo carnal, entre alguna otra cochinada lujuriosa. Pero siguen siendo lo mismo.

Fuese su esposo o no, seguramente tampoco se hubiese resistido a sobre pasar ciertos límites si lo tenía de esa manera y tan cerca.

Su mente estaba en blanco, menos podía pensar en como salir de esa situación si Stolas introducía con facilidad pero lentitud dos de sus largos dedos en su entrada. Arrebatando le uno que otro jadeo. No evitó pensar por un vago momento en: no quiero detenerlo, quiero que continúe. Los estaba mojando, uhh.

Sólo porque se sentía demasiado bien. Realmente intentaba no pensar cosas cómo: no es suficiente. 

—Por los Dioeses Blitzy, estás tan mojado. — agregó juguetón. El Omega sólo apretaba sus labios intentando no temblar más o lanzar suspiros. Ni siquiera se le ocurrió cubrir su rostro, aunque alguna parte suya quería hacerlo debido a la vergüenza. No tanto por estar completamente desnudo de abajo, si no por el hecho de que lo descubrió con una erección matutina y también por tener las piernas abiertas, temblorosas y sin detener con suficientes ganas a Stolas por embestirlo con tan sólo dos dedos.

Ah, ya metió el tercero. ¿Por que los tiene tan largos? O quizás así lo siente. Y le gusta sentirlos adentro.

No son tan largos.

—T-Tú deberías estar... Molesto. — dijo entre cortado. Él realmente quería seguir siendo complacido, el placer que tenía en su vientre, la electricidad o sacudida placentera subía hasta su pecho y pezones. Mandando dichas corrientes eléctricas de placer que lo hacían arquear la espalda y gemir. — Tu debes odiarme.— dijo con dificultad e impaciencia. Es difícil tomárselo enserio cuando tiene su rostro enrojecido, medio balbuceando y con una mirada de placer y confusión.

—¿Quieres que me detenga? — le deposito un beso en su mejilla, cerca de uno de sus ojos. Antes que Blitzo respondiera, el brazo de Stolas que lo rodea para sujetarlo para que no se caiga, su mano alzó con agilidad y rapidez su camisa de manga corta para llegar hasta su pecho y acariciar primero su areola, para hacerlo sufrir un poco.

—. . .

—Blitzy, si me pides que me detenga lo haré y todo ésto acabará. — dijo ante el silencio del azabache, quién reprimía cualquier sonido obsceno que saliera de su boquita. —Pero... Si quieres que continúe, tómalo como un olvidaré lo que hiciste.— aclaró lamiéndole su cuello.

Lo acomodó hasta el centro de la cama, sin cambiar ni un milímetro la posición de sus manos; una embistiendo lenta pero profundamente su estrecha y caliente entrada con tres dedos, mientras que la otra acariciando y apretando su areola, rozando su pezón que comienza a endurecerse. A Blitzo le gustaba mucho ésa sensación de leve dolor por los apretones que Stolas le daba, pero claramente no iba a admitirlo en voz alta. Sólo se dejaba hacer y tiraba su cuello para atrás cada vez que le hacía sentir más cerca del placer máximo.

—¿Hablas en serio? Saca tus dedos de mí.— gimió, pero seguía sin hacer algo para demostrar que le incómoda la situación.

—No creo que tú entrada quiera eso. Si los está succionando.— le murmuró y Blitzo se puso tan rojo que parecía uno de esos demonios estereotipados de las caricaturas o historias de terror cristianas.

—¡Cállate!— fue callado por los labios de Stolas. — ¡Mhg!— reprimió un gemido a través de la boca del otro, quién movió sus labios y su lengua frotándose con la suya.

No supo en que momento el tiempo avanzó tan rápido. Ni siquiera se cuestionó las cosas importantes que lo han estado atormentando estás dos semanas. Sobre si Stolas le dará el divorció permitiéndole que se largué o lo encerrara en algún calabozo. Con tremendo castillo está muy seguro que tiene alguno. Pero el caso es que ya se encontraba debajo de Stolas y él mismo,  rodeando su cuello para que lo siga besando mientras la virilidad del hombre su frote con su lubricada entrada que exige por más.

Blitzo está ansioso por tenerlo tan profundo.

—Stolas. — gimió su nombre. El Alpha en algún punto ya se había desvestido (su pijama también es elegante pero cómoda visualmente) e incluso le terminó por quitar al Omega su camisa. Dejando ver su pezones inchados, rojizos debido al toqueteo anterior del más alto.

—Blitzy~

No está mal. Están casados, ya hicieron ésto antes. Sólo se están... ¿Reconciliando? Pero desde algún punto de vista a Blitzo le seguía pareciendo de alguna forma incorrecta todo ésto.

—Oh Stolas~ — ronroneo al sentir como el mayor por fin introdujo su pene en su interior. El mencionado lo sujeto con moderada fuerza su cintura mientras con la otra se apoyaba a un costado suyo. Le siguió un gemido de dolor poco después.

—¿Estás bien?

—Si... Solo que es muy grande. — dijo y al poco tiempo se arrepintió al ver la sonrisa maliciosa del hombre. — T-Tampoco es para tanto. — murmuró haciendo un mohín en sus labios y desviando por unos instantes su mirada de la del Alpha. Stolas rió un poco antes de empujar más su pene causándole un estremecimiento a Blitzo que le provocó otro agudo gemido. — Carajo.

—¿Qué sucede, cariño?— preguntó con interés.

—Es que... Se siente muy bien. — admitió, las estocadas del contrario no se hicieron del rogar.

—¿Te gusta así?— dio otra estocada, la cuál le siguió otra. Una más profunda que la anterior. Llegando a un punto que hacía al mismo Blitzo delirar y gemir más alto.

En la mente del Omega sólo aparecía las mismas sensaciones junto a sus pensamientos.

Esta palpitante. Esta duro. Me va a destrozar ahí. Caliente. Mierda, está tan profundo que lo puedo sentir en mi vientre.

La entrada de Blitzo se a moldeaba a la polla de Stolas, quién admiró la belleza de su Omega debajo suyo sacando varios jadeos y gemidos. No resistió y aumento las embestidas. Haciéndolas más rápidas y certeras. El interior de Blitzo jamás le dejara de gustar. Tan cálido y suyo. Sólo para él. No evitaba ponerse posesivo y sin salirse de él, lo puso boca abajo.

—¡Ey! — se quejó ante el repentino y casi brusco movimiento. Pero seguía sintiéndose a gusto, su trasero podía sentir los testículos redondos del Alpha que lo está penetrando, así como chocar contra su pelvis. Le gusta demasiado esa sensación.

—Quería verte así por un momento. Dime cosas sucias amor.— agregó tomando uno de sus muslos, para apreciar como su culo se tragaba su miembro. Le gustaba el lubricante del Omega que mojaba su polla, la cuál entraba y salía con más velocidad y profundidad.

Blitzo podrá estar excitado, pero sin duda a la mente le vinieron varios chistes obscenos solo para joderle, aún así decidió contestar otra cosa.

—Tu polla. AHHHH.— añadió un perfecto gemido de Tortuga que Stolas le gustó. Justo le había dado una estocada fuerte.

—Dios Blitzo, eres tan romántico.— agregó entre sarcástico y divertido. Blitzo seguía siendo aquel hombre del que se enamoró.

Depósito un par de besos en su espalda y hombros para que el contrario se relajara.  Si no fuera porque está en su interior, se permitiría darle unos besos en sus muslos donde tiene un par de lunares que le son adorables.

—Y tu un engreído.— añadió Blitzo.

—¿Oh, si? ¿Por qué~?— preguntó en un tono coqueto.

—Presumes tu ... ¡Mgh! Tú polla.— se mordio su labio inferior, con Stolas dando más embestidas se le hace difícil hablar bien. Sobre todo cuando toca su punto dulce. Sentía que en cualquier momento se iba a correr.

—¿Yo la presumo? La tuya tampoco está mal. Es delgada y la punta rosada. Es adorable.— dijo para alcanzar su miembro debajo de Blitzo, apretándolo un poco.

—Una polla no debería ser adorable, más bien erótica. — viró los ojos.

—¿Cómo la mía?

—Si, mgh. . .— detestaba que Stolas presumiera del tamaño de su virilidad, volviéndolo loco.

—¿Qué más es? Dime Blitzy, ¿Qué más te gusta de mi dura polla?— se acercó para morderle el lóbulo de la oreja. Tuvo que alejar su mano de su pene para poder sujetarse y no caerle encima.

—Es grande y gruesa...— babeo la almohada, se escuchaba el sonido erótico del chapoteo y el choque de la polla de Stolas con su trasero.  Su pene se frotaba varias veces con las sábanas lo cuál también la daba placer.— Y me está llenando. ¡Oh!

—Hasta el sonido que produce es muy erótico. Me gusta complacerte, Blitzy~— soltó igual otro par de gemidos mientras dejaba chupetones en la espalda y cuello del más bajito.— Me gustas que huelas así.

—¿Así cómo?— balbuceó enrojecido. Ambos cuerpos ya están sudorosos.

—A Afrodisíaco. Cuando te olí está mañana, me provocaste una semi erección.— agregó, su voz sonaba más gruesa y lujuriosa.

— P-Parece que disfrutas de joderme.

—Tambien. — le dio un beso en su cuello antes de abrirle la mordida, causando que gritará por aquel acto repentino y doloroso.

Stolas terminó por llenarlo de su semilla, abundante y espesa luego de otras embestidas, la punta de su pene había llegado a su punto donde se incho para quedar anudado acompañado de un gruñido de su parte. Blitzo a los pocos segundos le siguió soltando tiras largas y blancas, sin resistir la sensación gustosa en todo su cuerpo ante lo caliente de la polla de Stolas expulsando su semen en su interior, anudandolo tan dentro. El orgasmo fue lo mejor que experimento sin duda. Y no negó que le gustó sentirlo. Ni siquiera pensó en algo más que no fuera la calidez y lo caliente de la eyaculación de su esposo en su interior. No le importaba lo demás ahora mismo, sólo podía jadear con su lengua afuera y tener sus ojos desorbitados ante tanto placer.

—No me saldré hasta dejar la última gota de mi semen impregnado en ti.— le murmuró lamiendo la herida abierta.

—Presumido. — jadeó. Aunque la verdad, tampoco le molestaba tener la hombría del Alpha en su interior por unos minutos más, mientras siguiera sintiendo sus chorros de caliente semen y besos por su cuello lo cuál le erizaba su piel.

Si no fuera porque de alguna manera le dio hambre ( estar lleno de Stolas no significa que las ganas de comer se le hayan ido) hubiera seguido por una ronda más. Extrañamente se había engachado al pene de Stolas, le gustaba sentirlo y eso no podía negarlo por más tiempo.

X

No había pasado mucho tiempo en realidad. Tan sólo unos veinte minutos desde que decidió dormir un poco después de que el nudo se bajará y Stolas saliera con sumo cuidado de su interior. Incluso sintió una paz inmediata  luego de eso, donde decidió descansar.  A pesar de excitarse un poco cuando su entrada se contraía para expulsar de poco a poco la semilla de Stolas, su ano lo sentía tan sensible y lubricado. No sólo por su propio lubricante.

Ahora que las cosas estaban un poco más claras y sin tener tanta excitación de por medio; podía detenerse a pensar mejor más cosas. No se sentía exactamente culpable por haberse acostado con Stolas, aún seguía bastante sorprendido por como se descenvolvieron las cosas al final para ellos dos. Y pensar que ésto en cierta forma fue provocado por su "recuerdo" y su erección matutina. ¿Cómo hubieran seguido las cosas entre ellos dos sin aquello? Quizás seguirían como han estado estos días. Distanciados y rígidos.

Pero ahora, gracias a ese "empujón" en su relación, Blitzo pensó que tal vez ya era tiempo de poder arreglar las cosas para bien. No quería traicionar a Stolas, no sabiendo y recordando lo triste y enojado que se veía aquella vez que descubrió todo. Y aunque seguía teniendo algunas dudas respecto a su matrimonio y aquel detective, pudo comprender que se podía abrir al Alpha y dejar de desconfiar tanto de él.

Al diablo el libro. Pensó mirando al dueño de sus pensamientos al otro lado de la cama. Mirando algún punto fijo de la habitación y aún desnudo. Quizás pensando cómo iniciar su día o arrepintiendo se por haberse acostado con él. Blitzo al pensar en aquella posibilidad se sintió mal e incluso lo miró con recelo.

Ignorando cualquier dolor en sus caderas y de su entrada escurriendo el semen del contrario , se acercó casi a gatas hasta el mayor, abrazándolo por detrás. Apoyó su cabeza en su espalda alta, por suerte al estar sentados la diferencia de estatura no se notaba tanto. Incluso ahora podía alcanzarlo hasta su mentón o cuello. El Omega culpó a las largas piernas del hombre y su marcada cintura y pecho, con esos bíceps bien ejercitados.

—¿Tienes hambre?— le preguntó tomándolo de sus manos, quienes ahora estaban entrelazadas en su barriga.

—¿Tú qué crees? No desayuné nada... — respondió, abrazándolo un poco más. El Aroma de Stolas que hace unos segundos estaba confuso, ahora olía más agradable. Inexplicablemente se sintió orgulloso por haber cambiando su estado de ánimo con un abrazo cariñoso. — ¿Qué hora es?— preguntó con curiosidad y mirando expectante al contrario.

Stolas se inclinó un poco hasta alcanzar con una de sus manos su reloj de muñeca que estaba posado encima de la mesita de noche junto a un porta retrato. Blitzo durante estás semanas jamás notó o curiosó lo suficiente para darse cuenta de aquellos detalles. Además cómo siempre dormía del otro lado de la gigantesca cama ( nido para Cachorros, es lo que piensa a veces) no se cruzaba al lado de Stolas. De haber sido más curiosó, pudo haber notado perfectamente que en el portaretrato de unos 12 cm, hay una fotografía de ellos dos vestidos como...

Esposos. Y para alivio de Blitzo, no uso un vestido. Pero su traje si que era blanco. Tan puro, aunque nunca lo haya sido. Luego se daría la tarea de investigar más sobre si hay más fotos de ellos dos así, en su boda.

—Las diez de la mañana.— le respondió sacándolo de sus pensamientos.

—Dios, el sexo es agotador. — suspiró, entonces el mayor hizo que deshiciera el abrazo para así poder atraerlo hacia el frente. Sentarlo justo en su regazo, tomándolo de sus mejillas. Blitzo pensó si el menor (puede ser muy alto pero es menor que él en cuanto edad) se iba a poner de cariñoso y cursi.

—Esto significa, ¿qué estamos bien?

—¿Tú qué quieres, Stolas?— lo miró fijamente, dejando que el nombrado se perdiera en su mirada.

—Te quiero a ti. — con sus pulgares, acarició sus mejillas e incluso rozó con sus sobre saltantes labios rojizos.

—Supongo que. . .— disminuyó el espacio entre sus labios y los de Stolas.—Ya somos dos.

Ambos se sonrieron y se prosiguió a besarse. Stolas puso una mano en su cadera y Blitzo sólo posó sus manos en sus anchos hombros.

Por fin, algo se sentía tan real entre los dos.


Palabras: 3,138
Fecha de publicación: martes 18 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse-Humans
Historia: "Essencia"
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:

¡Noches amigos! La verdad no pensaba actualizar. Una suerte que haya terminado el capítulo y editado.

Bueno, esperó lo disfruten. No podía dejarlos con la angustia del capítulo anterior. Osea, estos dos últimos capítulos han estado sad y e intensos según los comentarios que he leído. Ya se merecían algo más bonito(?

También los comentarios que dejan me animan a escribir y actualizar pronto.

¿Por fin habrá puro amor y solo misterio? No amiguito, como dice mi abuela. No todos están en un lecho de rosas. Pero hasta el momento disfruten esto. Hasta la próxima!

Por si no lo saben, los Omegas varones tienen útero y próstata.

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