♥Acto IV:"Soñar o Recordar"

—S-Stolas, ya basta.— le murmuró, pero el nombrado seguía repartiendo besos húmedos en su cuello. Su gran mano viajó hasta el miembro del Omega y comenzó a masturbarlo debajo del agua. — M-Me voy a ensuciar más.— dijo entre cortantes jadeos.

Su mente vagaba el pensamiento de: "no puedo creer que sea tan Pervertido y cínico para hacerlo esto. ¡Puto enfermo necesitado!" Y no culpaba para nada a las naturales y normales reacciones de su cuerpo. En especial cuando ya está ligado, marcado por Stolas. Puede que su mente no lo recuerde, pero su cuerpo seguro que sí. Y su corazón que queda Enmedio de todo ésto, está en una furiosa lucha interna para decidir a quien seguir.

Nunca odio tanto ser un Omega, el hecho de que su cuerpo reaccioné de una forma tan sumisa y hasta podría juzgar que desde el punto de vista del mayor, totalmente erótica y bonita debido y con más razón ahora que son compañeros. Lo normal sería golpearle, pero no considera adecuado eso, más tampoco quiere que lo folle.

Debía ver una forma de quitarse el lazo que lo une a él, esa horrible mordida. Nunca le gustó eso. Que el Omega deba ser el marcado y considerarse de la propiedad del Alpha. Es tan repugnante. Están en el siglo XXI, por los Dioeses.

—Esta bien. — abruptamente se detuvo al haber jalado con fuerza sus pezones que se habían inchado. Blitzo también odia contradecirse, porque por un deje de segundo pensó en dejarle continuar debido a que comenzaba a disfrutar las grandiosas estimulaciones. — Pero te limpiaré antes de llevarte a la cama.— y antes de que Blitzo se pudiese tan siquiera quejar, sintió dos escurridizos dedos en su agujero. Sacándole más de un sonoro gemido.

—¿Q-Qué coño crees que haces?— casi le gritó. Y lo peor es que poco a poco su entrada reaccionaba, y lo hacía sentir tan bien...

—Oh perdón, ¿Te gusta más profundo, cierto? — le lamió su mejilla, causándole un cosquilleo fuerte en todo lo que es su espalda. Metiendo más profundo sus dedos.

—¡Ha! Y-Ya no sigas... Sigo delicado. — agregó, intentando no verlo a la cara.

—¿Delicado?

—Mi estado... S-Se supone que no deberíamos ir rápido. Para mí sigues siendo un completo extraño.— agregó odiando tartamudear.

Querido, ¿Qué mejor manera de que me identifiques? Tu Omega me reconoce como tú Alpha. Sólo mira como reacciona, se entrega por completo a mí. — añadió con una sonrisa que le pareció tan narcista y egocéntrica. Sacando sus dos dedos de su entrada. Se estiró un poco para tomar el shampoo y le empezó a lavar el cabello. — Me gusta que tu pelo sea lacio.— agregó, dejándolo tan mal.

Blitzo entendió que cada palabra que salía de su boca, más lo detestaba. ¿Cómo se atreve a decirle tantas estupideces? Se sentía entre avergonzado, humillado y con instintos homicidas. Él no es su Alpha. Stolas debería sentir el rechazo que siente ahora mismo hacia él, pero aún así sigue siendo tan cariñoso.

Aunque debe admitir que el olor del shampoo lo distrajo. Olía a frambuesas y coco. Olía bastante bien.

Para suerte de Blitzo, el contrario no volvió hacer nada más. O al menos nada mas lujurioso.

El azabache más bajito se puso a pensar todas las cosas que debía hacer y que la única persona que puede ayudarlo ahora mismo, es nadie más que su propia hija. Confía solo en ella.

Debe averiguar más de su accidente y dónde carajos se encontraba su "esposo" en esos momentos. Además de intentar recordar, porque sólo ése Blitzo sabrá si realmente se casó con Stolas por qué se enamoró de él o por alguna otra cosa más. Y por último y no menos importante, pensar seriamente que hacer con su otro trabajo.

Su misión fue matar a Stolas por lo que pudo entender que su hija le informó, seguramente como él no tiene a quien dejarle una herencia ya que por lo poco que sabe de momento es que no tiene más familia o familia propia, el Gobierno debería quedarse con toda su fortuna si es que muere, y eso sería muy conveniente. Y a ellos le iban a dar un buen pago por cumplir su misión. Pero ahora que están casados, y con una hija aunque no sea biológicamente de Stolas, las cosas cambian mucho.

Espera. ¿Eso significa que su fortuna me pertenece también? Pensó intrigado, lleno de curiosidad. Y esas preguntas sólo serían respondidas hasta mañana. Porque ahora mismo lo único que quiere es dormir, antes de que su marido se ponga de cachondo.

X

¡No confías en mí! ¿De que sirve que te quieras casar conmigo si no confías en mí?— frustración, escupí esas palabras y te vi, estaba tan lleno impotencia. Podrías ser tú más alto, mucho más alto pero eso no impedía que me sintiera más. Mi pecho estaba inflado para dar más autoridad, para demostrarte que no mi intimidas, ni un poco aunque yo sea mucho más bajito que tú.

Supongo que eso fue una de las cosas que más te gustó de mí. O quizás toda está mierda me ponga sentimental. Hay veces que de verdad ya no me entiendo, y te culpo a ti. Por tu inrresistible rostro, tu nariz puntiaguda y cuello largo y grueso. Por tu tonificada barbilla y porte elegante que siempre llevas. Por provocarme.

Me miraste de una forma que pude identificar como lleno culpa y quizás tristeza.

—Amor... No es que no confíe en ti. Solo que quiero saber más de tu vida personal, de tu pasado en Los Ángeles.— te justificaste. Yo no te creí ni mierda.

—¿Qué mierda importa el pasado? Y eso no te da el derecho de enviar un detective privado para investigarme, Stolas. No te lo da. — solté y mi enojo sólo crecía más. Apreté con fuerza mis nudillos, indignado. No entendías que no puedes averiguar toda mi vida. Yo no quiero que sepas de más, sólo lo que me importa.— Lo único que importa es el ahora. — te dije.

—Lo siento.

Tú jamás te has disculpado, o al menos no de verdad y con tanta culpa en tu mirada. Te conozco, en estos meses te he conocido. Sólo suspiré harto.

Además ya te dije que no quiero que me  hagas la mordida. Eso no me gusta, no necesito una mordida en el cuello para que todo el puto mundo sepa que soy tu esposo. Por Lucifer. — llevé mis manos a mi cintura. Miré el techo por unos segundos.

Algunos les parecía extraño que suspire por un Ángel caído a qué por el mismo Dios. Pero la verdad, me da igual.

—Pero Blitzy...

—No, Stolas. — te interrumpí, pero tanto como tú y yo sabemos que no somos de esas personas que se dan fácilmente por vencido. Ya me se casi todos tus argumentos de porque debo aceptar que me muerdas. Que porque debo dejarte encajar tus dientes en mi piel como si fueras un vampiro o lobo.

Te acercaste a mí y te apoyaste, me abrazarte y recargas te tu barbilla sobre mi cabello. Tuviste que encorvar.

— Y aún es muy pronto para eso. — volví a retomar el tema. Aprovechando esta discusión.

Había tantas cosas que discutir en realidad. Y a veces tratábamos de evitarlas.

¿Por qué?— a prestaste tu agarre de mi cintura. Ahora tu estabas molesto.— Podemos aprovechar la luna de miel.

— Loona quizás no se sienta lista para tener hermanitos.— añadí intentando convencerte. — Sabes que solo hemos sido ella y yo por mucho tiempo. Apenas vamos a dar un paso como casarnos. Todo a su ritmo.

Te separaste un poco de mí, tomaste mi rostro entre tus grandes y calientes manos. Me miraste indignado, y herido.

—¿Por qué nunca me quieres cumplir un deseo mío? No quieres que te marque, no quieres tener un bebé conmigo. ¿Y luego preguntas porque no confío en ti?— soltaste incrédulo. Yo te mire tan asombrado. Y quizás compartiendo el mismo sentimiento contigo.

Dolía tanto no cumplir lo que el otro tanto quiere.  Pero al final, hacía todo ésto por nuestro. . .

X

Blitzo no estaba seguro si eso fue un sueño, o algún recuerdo. Pero si que le dolía como el infierno la cabeza que aceptó sin rechistar la pastilla y vaso con agua que Stolas le ofreció. Al parecer tenían un mini refrigerador en una esquina de la gran habitación y las pastillas las mandó a pedir con urgencia. Le hubiese gustado saber más de su sueño, pero se levantó de repente. A las nueve de la mañana.

Ayer por la noche, conciliar el sueño fue un poco difícil. Con un Alpha durmiendo a tu lado y teniendo que estar alerta, por si en cualquier momento te quiere violar mientras duermes. ¿Quién sabe qué clase de fetiches tendría ese sujeto? Conocía el refrán de "amigo dormido, culo sin dueño".  Además que aquello que soñó le dio una fuerte corazonada. Pero aún así, no sabía si identificar si quería a su esposo de verdad.

Ahora estaban desayunando, para su sorpresa Loona estaba ahí. Por un momento pensó que ella iba a querer desayunar en su cama aprovechando que ahora es... ¿De clase alta? ¿Millonaria?

Tengo un asunto al medio día. Es sobre la herencia. — comentó Stolas más para Blitzo que para la otra Alpha, quién mientras comía en su otra mano tenía su celular.

—Que bien. — comentó con obvio aburrimiento y aún resentido por lo que Stolas estuvo apunto de hacerle durante la hora del baño la noche de anterior. No le prestó a tención a lo que dijo. — Tengo muchas preguntas que hacerte. Si no te molestan. Es para, ya sabes, conocerte mejor.— formó una mueca casi en forma de sonrisa.

—Claro, puedes hacer las que quieras. — sonrió arrogante.

—Me gustaría quedarme más tiempo con ustedes, pero ya terminé y recordé que tengo que hacer algo en privado. Después hablamos, papás. — dijo mirando cómplice a Blitzo. Él supo que seguramente debía tratarse sobre Moxxie y Millie. Ya luego hablaría mejor con ella.

—¿Qué es lo que me querías preguntar, mi amor?— preguntó luego de despedirse de Loona con un gesto amistoso.

—Primero, ¿Cuántos años tienes?— cuestionó desabrochando se su pantalón un poco. Se sentía tan lleno, su barriga había crecido.

Stolas se veía joven, pero a la vez tan maduro. Tenía un acento y toque británico. O quizás griego. La verdad no tenía ya ni idea.

—Cumplí los treinta ayer.

Blitzo de haber estado tomando algo, lo iría a escupir. Puso sus ojos en blanco. No podía creer que él fuese tres años más joven. Sabía que ya era todo un Omega maduro, a sus treinta y tres años siendo padre soltero pero sin ningún hijo de su sangre. Aún así no creyó que Stolas fuese un poco más joven que él. Pensó que mínimo tendría su misma edad.

—¿Ayer fue tu cumpleaños?

—Si. Fue una alegría que hayas despertado por eso. Y supongo que por eso quería hacerte el amor...— insinuó.

Blitzo casi le dan ganas de vomitar por lo que escuchó. Ese tipo es todo un fastidio, por eso le cuesta creer cada ves más que enserio se haya enamorado de él.

—¿Y de que trabajas? ¿O que haces para ganarte la vida? ¿Dónde estamos exactamente?— preguntó bastante insistente.

— Primero. Poseo aprendizaje astronómico, conocimiento de plantas tóxicas, hierbas y piedras preciosas. Mi trabajo se basa mucho en la venta y comercio de estás cosas. — explicó mientras el contrario asentía.—También se de demonología.

—Ya veo.— no sabía en qué le iba a servir al otro exactamente saber sobre demonios en su trabajo. Es como los religiosos.

—Ahora, estamos en mi isla privada. Niue.  Asociado con Nueva Zelanda. Estamos ubicados en el océano pacífico sur, conocido como Roca de Polinesia. Sin mencionar que esté es uno de los pocos lugares de estatus libres. Todo un paraíso fiscal.

—¿Estatus libres?

—Libre de impuesto.— recalcó, Blitzo silbo sorprendido.

—Eso suena increíble.

—Aunque para conseguir este terreno fue invertir demasiado dinero. Pero lo recupere al triple apenas empecé a trabajar aquí.— dijo con cierto orgullo, alardeando.

—¿Familiares?

—Mis padres siguen vivos, si es lo que te refieres. Tengo dos hermanos menores. Aunque ya son mayores de edad. Ellos viven en Reino Unido. O mejor dicho, ellos gobiernan el Reino Unido.

—Me estás diciendo que... Tú...

Stolas cada vez le sorprendía más.

—Tecnicamente soy príncipe de ahí. Pero decidí alejarme de ese puesto. Ya que al ser mayor, debería ser el próximo rey. Ahora el puesto lo tiene uno de mis hermanos.— agregó encogido de hombros. Blitzo entendía porque siempre desprendía el aura de todo un príncipe narcista. Lleno de excesivos lujos.

—¿Por qué dejaste eso?— preguntó intrigado.

—Quería tener mis propias reglas, supongo. — respondió con calma.

—De acuerdo... Aparte de mí, ¿Has tenido alguna otra relación amorosa?

—¿Celoso, Blitzy~?— sonrió divertido.

—Claro que no.— bufó. Pensando lo ridículo que sería estar celoso.

Hubo un pequeño silencio, el más bajito pensó que la plática había concluido. Pero Stolas rompió aquello abruptamente.

—Tuve una esposa e una hija.

—¿Tuviste?— ¡Ajá! Sabía que algo andaba mal.

—Murieron en un trágico accidente hace tres años.— confesó con melancolía.


Blitzo derepente se sintió mal. El aroma del Alpha cambió y sólo por un pequeño momento, quiso acercarse y abrazarlo.

Pero su orgullo y desconfianza pudieron más con él.


Palabras: 2,216
Fecha de publicación: martes 04 de febrero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse - Human's
Historia: "Essencia"
Nota del escritor:

Todavía es martes aquí, así que xd. La imagen está sujeta a su autor.

Volví a ver el spin-off de Helluva Boss y la inspiración vino a mí. Actualice más rápido de lo que quería.

En fin nos vemos en la próxima, déjense sus bonitos comentarios gays.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top