♦Acto III:" Reflejo"
—¿¡Qué!? ¿Pero como mierda sucedió? No sé ni cómo lo conocí.— dijo exaltado el mayor. Queriendo despertar de aquella pesadilla.
—Stolas y tú se conocieron hace como cinco meses, tal vez seis.— comentó su hija.
—¿En dónde?
—Conseguiste un empleo como cocinero aquí.— contestó encogido de hombros.
— ¿Para que querría yo un empleo aquí?— formó una mueca en sus labios. Todo le seguía resultando demasiado extraño.
—Blitzo, teníamos una misión. Asesinar a Stolas. — habló con seriedad, causando que su padre pusiera los ojos en blanco.
Pasaron varios segundos hasta que volviese hablar.
—¿Qué? ¿Y cómo fue que pasó de asesinar a convertirse en mi esposo?— preguntó desesperado. Realmente no entendía, ¡No comprendía ni un carajo lo que pasaba!
Podría creer que efectivamente, debía matar a Stolas. Sospecha que puede ser tal vez por ser un pez gordo. Con lo que ha visto hasta el momento, es un sujeto con bastante dinero. Literalmente caga en él. Pero seguía sin comprender como fue que llegó a casarse con él.
—Es una historia larga.— dijo Loona llamando su atención.— Pero en resumen, te enamoraste, tanto así que incluso le hablas sobre mí y tuve que mudarme para iniciar una nueva familia los tres. Ugh, el sujeto a veces es muy empalagoso. — hizo una mueca de disgusto, como recordando algo. —Aunque debo admitir que los lujos son increíbles.— agregó con una media sonrisa. Blitzo se dio cuenta que tenía un nueva celular con funda.
Y que ella no tiene tanto dinero para comprarse lo. Y aunque pudiera robarlo, no es el tipo de persona para hacerlo. Rápidamente sacó una conclusión, pero decidió no decir algo por el momento.
—Oye, yo también te los doy.— se quejó cruzado de brazos.
—O créeme, la diferencia es notable.— agregó casi entre carcajadas, poniéndose firme y recta.
Blitzo notó que si hija se ha desarrollado. Sabe que es normal, pero a veces extraña demasiada tenerla más pequeña e inocente. Incluso Loona es unos centímetros más alta que él. A sus diecisiete años tiene mucho pecho e intimida a veces con su aura indiferente y gesto aburrido. Siempre le ha dicho lo orgulloso que está de ella. Pero en los últimos años no ha podido. Porque no sabe cuándo es el momento correcto.
—Si le hable sobre ti, ¿Sabe sobre Millie y Moxxie? ¿Sabe para quienes trabajamos y que trate de asesinarlo?— preguntó intrigado. Aún tenía dudas, pero su cerebro intenta analizar toda la información que le está llegando. Cosa que tal vez no debería hacer por su delicado estado de Amnesia y podría provocarlo algún fuerte y horrible dolor de cabeza.
—No. Al parecer no, solo le contaste cosas de tu vida privada. Tu edad, que me adoptaste, que fue lo estudiaste. Que vivías en Los Ángeles. No le hablaste sobre tu otro trabajo, hasta donde yo estoy enterada.— le contestó.
—No entiendo, ¿Por qué la misión de asesinar a alguien como Stolas?
—Bueno, eso es por—
El sonido de la puerta tocar se escuchó interrumpiendo a Loona, causando un silencio en ambos que los tenso un poco al inicio.
—¿Quién es?— dijo primero la Alpha.
—El señor Owl desea que el señor Boss se reuna con él en su cuarto. Dice que lo extraña. — dijo una voz del otro lado.
Blitzo miró confundida a su hija, y ella le susurró que se trata de alguno de los sirvientes de la gran casa.
—¿Quién es?— preguntó está vez Blitzo mientras abría la puerta. El apellido Owl se le hace tan extraño.
Lo dice quién se apellida Boss. Pero él solo tiene un ego altísimo por eso mismo.
—Es su esposo, Boss. — dijo el señor. Se notaba lo amable y cortés que se portaba hacia él. Con una expresión casi neutra.
—¿Ese es su apellido? Todo un ratito. Dame un momento para despedirme de mi hija.— le dijo cerrando la puerta detrás de si.
—Cuidate, y por favor. Si ves a darme hermanitos no pienso cambiar los pañales.— dijo Loona entre seria y burlesca a la vez.
—¿Hermanitos? No pienso acostarme con él.— frunció su ceño e hizo una mueca de desagrado. Cruzándose de brazos nuevamente.
—Es tu esposo, tendrá necesidades y es lo normal. — opinó ello llevándose sus manos a sus costados. — Ahora si me permites, quiero dormir.
—¿Desde cuándo duermes antes de las diez?
—Dormir en esa cama es tan cómodo. Mucho espacio, huele tan bien.— suspiró soñadora, sorprendiendo a su papá.—
Lo entenderás cuando duermas con tu esposo. O quiero decir, mi nuevo padre.— agregó con una sonrisa maliciosa, realmente se divertía encontrando una nueva forma de poder molestar lo.
Eso ofendió mucho a Blitzo, se sintió traicionado y enojado. Echándole toda la culpa a Stolas por robarse parte del preciado cariño de su hija. SU hija. Sólo suya.
— Él no es tu padre.— dijo entre dientes, aguantando las ganas de gritar. — Stolas no es nada de nosotros. Y nunca lo será.— gruñó.
—No te enojes demasiado. Tú siempre a has sido como una madre para mí.— comentó como si nada. — Además, siempre quise tener dos papás.
Blitzo suspiró, y abrió los ojos en grande al escuchar lo que su hija confesó.
—¿Es enserio? ¿Por qué no lo dijiste antes?
Loona al darse cuenta de lo que dijo, lo miró fijamente por unos segundos y después desvió la mirada algo apenada.
—Da igual. — soltó intentando restarle importancia.
—Aun tengo varias dudas pero, lo dejaremos para después.— le dijo en tono de advertencia y entre cerrando sus ojos.
Salió, en el pasillo aún seguía el sirviente o mayordomo de su "esposo", quién lo guió en una caminata silenciosa pero cómoda hacia su recámara.
Blitzo se estremeció ante la idea de pensar que podría quedar embarazado de Stolas. De un sujeto que para él, sigue siendo un total desconocido y que sus intenciones con el hombre fueron asesinarlo para cobrar algún dinero. Aunque por otro lado, duda que el Alpha quiera acostarse con él tomando en cuenta su delicado estado, literalmente acaba de salir del hospital ese mismo día.
No podría ser tan cínico o pervertido, ¿Verdad?
Y aunque varias partes de sus cuerpos no se sienten tan adoloridas, extrañamente se sigue sintiendo cansado.
Sólo debía soportar dormir a lado de un Alpha creído. Millonario y fanfarrón. Ni siquiera sabe si realmente lo es, pero lo deduce porque todos los tipos de su nivel socio-económica lo son.
Sin excepción.
X
Apenas entró a su habitación, siendo dejado deliberadamente por el mayordomo le entró unos nervios increíbles. Ósea, ¿Por qué mierda se siente tan nervioso? ¿Por qué estar tan cerca de un Alpha lo hace sentir así? ¡Él jamás se ha doblegado ante ninguno! Ni aunque ese hombre se tratase de su supuesto marido. Ni siquiera se dio tiempo de admirar la belleza de la gran habitación que comparten los dos, tanto que hay como un segundo piso. De unas pequeñas escaleras de madera que llevan a una alcoba.
De echo, piensa pedirle seriamente el acta o documento donde dicen que están casados, realmente no puede creerse lo aunque haya pruebas en todos lados.
El hombre parecía estar buscando algo en los cajones, y sin acercarse —para su suerte— le preguntó si quería darse un baño. Él había dicho que sí, se sentía sucio y pegajoso. Por lo que de inmediato el Alpha le indicó donde está el baño. Primer piso.
Y por Dios, Blitzo no podía odiarlo más.
Tenía pensamientos como "puto baño", sí. Porque él baño es bellísimo. De un lado y en una pequeña puerta está el retrete, mientras que el resto... El resto es magnífico.
Tiene un jacuzzi que tiene la estructura de forma de corazón. Mientras que en otra esquina hay una tina llena de burburjas por el jabón y aparte tiene pétalos de rosas. Eso es lo de menos pero lo demás está espectacular. Se quedó por lo menos cinco minutos admirando todo, hasta el papel de baño es bello. Le sorprende que no esté echo de oro o algo así. Aunque el retrete ya es otro caso. Incluso tiene de esas aplicaciones que vio en un viaje que hizo Japón hace varios meses. Ese chorro que te limpia el culo. De tan sólo recordarlo le hizo reír.
En el único y largo lava manos que hay, a lado hay un pequeño estante donde no sólo hay diferentes tipos de jabón, unos pares de pantuflas incluso de su talla, shampoo y papel de baño extra. También toallas y batas de baño. Esté tiene un espejo grande, rectangular. Y hasta puede observar que las lámparas colgadas en el techo son tan elegantes.
Y hay unas toallas especiales para secarse los pies en cierta zona. Tanto de la tina como cerca del jacuzzi.
Empieza a desvestirse emocionado, luego se preocuparía porque ropa usar una vez terminase. El jacuzzi le tienta, pero eso lo dejará para después. El agua está tibia y eso le gusta más que nada.
Sin embargo, se sobresalto al sentir una aroma apestando el lugar. Y unos largos brazos rodeando su cuerpo. Siente escalofríos.
—¿S-Stolas?— balbuceó, mordiendose la lengua para no llamarlo por su apellido.
No mames, no mames, no jodas maldito. Pensó varias veces, el aliento caliente chocar contra su cuello y como este lo abrazaba tan duro le eriza su bello. Y mierda, agradecía que por lo menos el hombre tuviese su bata de baño —cabe mencionar que tiene marcada las iniciales de su nombre, como todo riquillo presumido—, porque él está completamente desnudo en brazos del Alpha.
No quiere ni voltear, no sabía ni como reaccionar. Por la posición en la que está, asume que la entrepierna de Stolas debe estar justo detrás suyo, cerca, muy cerca de sus muslos de oro.
—Amor, tardaste más de lo que creí hablando con nuestra hija.— dijo casi en un ronroneo. Blitzo pensó en darle créditos en seguir llamándola como si fuese de los dos. En aceptarla. Pero de algo si estaba seguro, y es que no quería tener el pene de Stolas entre sus,— Necesitaba verte.— le besó su mejilla tan cariñosamente que Blitzo pensó que iba a vomitar. — ¿Por qué tiemblas, cariño?
—¿Si sabes que se me hace extraño e incómodo esto? Todavía no, no recuerdo bien las cosas contigo. No te puedo recordar cómo quisiera.— habló casi tan rápido y nervioso. Pero por lo menos el mayor pudo entenderlo.
Ni siquiera sabía que edad exacta tenía el otro. O de que trabaja exactamente. Aún tiene muchas preguntas que hacerle para conocerlo mejor.
Y saber el tipo de Alpha que en realidad eres. Pensó en como quitárselo de encima.
—Por eso deseo ayudarte.
—¿Cómo ayudará bañándome contigo?— preguntó frunciendo el ceño. Lo miró incrédulo cuando empezó a reírse.
¿De que te ríes, estúpido? Pensó el Omega.
—El acercamiento entre nosotros es esencial. Mucho, mi amor.— luego hizo algo que sobre saltó aún más a Blitzo. Le lamió su cuello.
Le. Lamió. Su. Precioso. Cuello.
—¿Qué te pasa?—logró apartarse, y lo miró como si le estuviese reclamando algo. Pero a la vez se sentía enojado consigo mismo, por sonrojarse por dicho contacto.
—Oh, lo siento. No quise asustarte. — hizo un gesto preocupado. Que rápidamente cambió a una más coqueto.— Sólo que me gusta sentir, lamer y abrir tu marca.
—¿M-Mi marca?— puso los ojos en blanco entre su balbuceo.
—Oh... ¿Acaso no te diste cuenta?— fingió tristeza. — Que tonto soy, ¿Cómo te ibas a dar cuenta? Lamento ir rápido, cariño.
No, no parece lamentarlo. Blitzo pensó que Stolas estaba tramando algo. Quería decirle tantas cosas pero... El otro sabía lo que estaba pensando, o por lo menos lo sentía.
Lo siente. Y yo lo siento a él. ¿Cómo no se dio cuenta antes? Durante todo el camino hacia la casa.
— Es mejor que lo veas por ti mismo.— lo tomó de su mano con gentileza y Blitzo se dejó, siendo guiado por el mas alto hasta el gran espejo que está en los lava manos. — Mira lo hermosa que es la marca. Que muestra que eres mío.
Blitzo no es de nadie. Y aún así, no evita sentirse pálido y aturdido por lo que ve en el espejo, inspeccionando bien e intentando confirmar que no es una estúpida broma o alguna clase de pintura.
No, no, no, no, no, no puede ser. Se repitió varias veces en su mente, casi con ganas de llorar. Porque había arruinado su vida.
Ahora entendía porque con el Alpha se sentía diferente. Porque su olor podía sentirlo incluso más que el de su propia hija. Porque él ambiente entre ellos dos solos, se siente tan extraño. Por qué a veces le picaba el cuello. Sólo un poco. Su hija no alcanzó a comentarle aquello.
Tiene la marca del Alpha en su cuello. Y eso, es algo que jamás se borrará. Lo puede ver claramente en su reflejo.
A menos que uno de los dos muera. E incluso así, uno sentirá una tristeza profunda por un largo tiempo ante la perdida de su... Compañero.
¿Ahora tiene un compañero?
—Vamos, es hora de bañarnos. — dijo Stolas despertando lo de su ensoñación.
—Hace cuánto...— tomó aire, intentando tranquilizarse.— ¿Desde hace cuánto tengo la marca?
—En nuestra luna de miel, como una semana antes de tu accidente. Aunque esa no fue la primera vez que tuvimos sexo... Pero ahí te marque. Te veías tan lindo ofreciendo tu cuello, tan sumido y bonito. —Agregó con una larga sonrisa de enamorado, pero a la vez con un toque de cinismo oculto.
¿No fue la primera vez? ¿Ofreció su cuello?¿Sumiso y bonito?
Odia esas dos palabras juntas. Él no es un sumiso, él no... No es nada de eso, y se siente tan impotente ahora, humillado. Sólo se deja guiar hasta llegar a la tina. Con ayuda del Alpha se desliza hasta estar dentro de ella, es tan pequeño que el agua le llega hasta mitad del cuello.
Apenas está procesando que tiene una marca, y sabe todas las responsabilidades que conlleva eso. Las desventajas en especial. Y todavía no termina de procesarlo, cuando ve que Stolas se quita su bata de baño dejándola en el perchero que nunca notó.
Aprecia toda su anatomía desnuda. Y aunque al principio se puso más pálido y casi se queda en shock, no pasó ni un minuto cuando empezó a sentir una pequeña oleada de calor. Cuando sus ojos no dejaron de mirar todo lo que es Stolas.
—Todo esto es tuyo, Mi Blitzy~
Y entonces, el Alpha se metió en la tibia agua poniéndose detrás suyo. Atrayendo al Omega hacia él, más cerca.
Blitzo sintió como un fuerte golpe el aroma de Stolas, más caliente y provocativo. Y sobre todo, cómo esté lo tomaba de su cintura y vientre para cargarlo un poco, sólo hasta sentarlo en sus piernas.
Hasta estar encima de su polla.
Palabras: 2,466
Fecha de publicación: viernes 31 de enero del 2020
Escritor: JaquiiAleWorld
Au: Omegaverse - Human's
Fandom: Helluva Boss
Nota del escritor:
Aquí en México ya son más de las dos de la madrugada, y se me ocurre escribir y editar este capitulo que lo tenía incompleto desde hace semanas.
Ahora, como no tengo ni idea de cuáles son los apellidos de Stolas y Blitzo decidí irme por lo más obvio para no romperme más la cabeza.
Por el momento no se me ocurre que más decir, estoy bostezando y es hora de irme a mimir. Hasta la próxima actualización!
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