one.
Un chico con rasgos faciales tiernos estaba sentado a la orilla de un banco blanco, el cual estaba rodeado de flores de distintos colores. Hace semanas había llegado a la escuela y siempre oía cosas como “No te acerques a Park JiMin” “Si quieres ahorrarte malos entendidos no hables con JiMin” “Puedes juntarte con todos, menos con JiMin. Es una persona rara”. Sí, curiosidad era el segundo nombre de TaeHyung y ahí estaba a tan solo unos metros de distancia del castaño.
—¡Kim TaeHyung! —uno de los mejores amigos del nombrado le llamaba. Notó que estaba cerca de aquel extraño chico y solo se quedó parado manteniendo una buena distancia de ambos—. Ven, TaeHyungie.
JiMin se giró después de haber estado mirando prácticamente a la nada, viendo a “TaeHyung” y a otro chico desconocido. Parpadeó un par de veces totalmente desconcertado, ¿por qué TaeHyung estaba tan cerca de él? Nadie se acercaba a él jamás, ¿por qué ese chico sí lo había hecho?
Solo quiere sacarte información. JiMin, ignóralo.
El castaño asintió levemente con su cabeza mientras volvía a mirar hacia la nada. Otra vez estaba siendo mandado por su amigo imaginario y no le gustaba, porque quizá tenía la razón.
—¡No quiero, NamJoonie! —Tae se cruzó de brazos. Había estado negando salir del lugar, pero ni cuenta se dio que JiMin ya no estaba ahí con ellos, si no que se había ido caminando mientras sostenía lo que parecía ser el peluche de un gato anaranjado con algunas partes blancas—. Uhm...
—Ven —NamJoon se acercó a su amigo y lo tomó de la muñeca. Joon tenía tres años más que TaeHyung y de alguna manera u otra trataba de cuidarlo a toda costa—. Vamos... Y, por favor, no vuelvas a acercarte a ese chico.
Un puchero se formó en los labios del menor mientras que veía en dirección hacia donde se había ido aquel misterioso niño.
—¿Por qué no quieren que me junte con él? Ni que tuviera una enfermedad que se me pegara, Hyung.
—Hace dos años JiMin tenía un amigo... Pero nunca más se le volvió a ver por aquí
—¿Y le echan la culpa de que lo mató? —TaeHyung entreabrió sus labios con sorpresa. Claro, eran niños y sus imaginaciones estaban más allá de lo que normalmente habría pasado, echándole la culpa a un niño de diez años –en ese entonces– de matar a su mejor amigo.
—Quizá sí, quizá no. Solo intenta no acercarte a él, ¿Hecho, TaeHyungie? —Kim le mostró una suave sonrisa y Tae asintió con su cabeza. Lo que NamJoon no sabía era que la curiosidad del menor se había incrementado un ciento un porciento.
El chico de castaños cabellos estaba sentado, alejado de los demás mientras sostenía un peluche de gato entre sus manos. Cerró sus ojos mientras pensaba en varias cosas. A su corta edad había tenido que madurar un par de años gracias a experiencias que su enfermedad le había dejado.
—¿Por qué no me dejas hablar con nadie? —preguntó mientras alzaba su mirada hacia su mejor amigo. Este negó con su cabeza mientras sonreía tan solo un poco.
—Aunque quisieras hablar con alguien, nadie te tomaría en cuenta, JiMin.
Park hizo una pequeña mueca mientras volvía a bajar su mirada hacia su peluche anaranjado. Escuchó pisadas y rápidamente se volteó, viendo a Chimmy a su lado.
—¡Chimmy! —JiMin sonrió ampliamente mientras llevaba su pequeña mano hasta la cabeza peluda de aquel gatito, acariciando esta.
Los únicos amigos que las personas podían ver era a Chimmy y a Curry, esta última pasaba en casa de su padre así que hizo un peluche de esta para sentirla cerca. Chimmy podía ver a sus otros amigos, los cuales estaban en las buenas y en las malas... Los únicos que estaban, de hecho.
—Hyung... Me gustaría intentar hablar con un niño —miró hacia su ilusión sintiéndose algo nervioso—. ¿Puedo..?
—¡No! —la sombra se levantó totalmente alarmado, alarmando a JiMin—. A la mierda, JiMin. ¡Lo único que quieres es un amigo de verdad y eres tan egoísta que no te das cuenta que nosotros estamos aquí! Después nos cambiarás, ¿¡No!?
Los ojos de Park se llenaron de lágrimas y solo frunció el ceño mientras se levantaba rápidamente, apretando con su mano fuertemente uno de los brazos de su peluche de Curry.
—¿¡Y qué si quiero un amigo!? ¡Lo único que hacen es que me ponga nervioso!
JiMin sabía que no debía gritarles. JiMin sabía que necesitaba de sus pastillas cuando se alteraba, pero estaban en casa y faltaban dos horas para salir de aquel infierno que se hacía llamar escuela. Necesitaba a Felix, fue su único amigo en su momento, pero lamentablemente se tuvo que ir a Australia de vuelta, estaba molesto con él porque lo había abandonado, pero seguía pensando en Lee y en lo mucho que lo quería y necesitaba.
—Vete, ahora —la voz de su mejor amigo sonaba más tenebrosa de lo normal y estaba cubriéndose con una mano el rostro.
JiMin sin pensarlo dos veces salió prácticamente corriendo de aquella sala de artes, pero no esperó a que hubiera una persona en la puerta y chocó con esta, cayendo al suelo ambos. JiMin encima de aquella persona.
—Lo siento… —susurró Park mientras que veía hacia ambos lados, preocupado más por su peluche que como estaba la persona debajo suya.
Tae soltó un pequeño quejido mientras abría sus ojos, dándose cuenta que JiMin estaba sobre él. Parpadeó un par de veces avergonzado, ya que si Park se ponía a procesar lo que acababa de pasar se daría cuenta que le había estado observando todo el tiempo.
—¿Has visto mi peluche? —Park tenía lágrimas en sus ojos desde antes, por como su mejor amigo le había gritado—. Si lo pierdo no sé qué haría, uhm... —sollozó mientras se levantaba de encima del otro finalmente, extendiéndose una de sus manos.
TaeHyung tragó en seco mientras tomaba la mano del contrario y se levantaba. Veía hacia ambos lados aún sintiéndose nervioso. Sabía que algún día después de tantos esfuerzos e intentos fallidos podría cruzar aunque sea una o dos palabras con aquel chico, pero no creía que fuera en aquella situación en la que JiMin hace poco había estado gritándole a una pared.
—¡Ahí está! —TaeHyung se acercó al peluche con el cual había visto a JiMin todas las veces que lo observaba. Lo tomó y se acercó al otro, pero nunca esperó que este se lanzara a abrazar su delgado cuerpo con fuerza.
—¡Gracias, gracias, gracias, gracias! —Park suspiró aliviado mientras cerraba sus ojos, sin dejar de abrazar al otro chico. Si no mal recordaba se llamaba TaeHyung.
El último nombrado tenía sus rellenas mejillas totalmente sonrojadas y solo se limitó a corresponder al abrazo sintiendo que su corazón saldría en cualquier momento de su pecho.
—Debo irme —el mayor de ambos se separó para poder tomar su peluche con un brillo –aparte del de las lágrimas– en sus ojos.
Chimmy maulló intentando ganar la atención de JiMin, el cual le regaló una leve sonrisa al otro chico mientras abrazaba su peluche y comenzó a caminar al lado de Chimmy, dándole la espalda.
—¿TaeHyung? —NamJoon, quien acababa de llegar, había visto algo de la escena anterior.
—JiMin no es raro —fue lo único que le dijo al mayor para después dejarlo totalmente solo. Estaba algo indignado, ¿por qué decían que JiMin era malo? Con la sonrisa que le había regalado le quedó en claro una cosa.
JiMin no es ni raro, ni malo.
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