Capítulo Único
AU Moderno
Advertencia:
Posible OCC de los personajes.
Casamiento prematuro.
Pareja Hetero
Disfruten la lectura.
¿Creerías si alguien te dijera que una pareja se casó apenas siendo unos adolescentes?
El pensamiento del que el matrimonio es algo muy serio y que no debería ser tomado a la ligera es casi asegurado que paso por la cabeza de cualquier persona a la que le hicieras la pregunta anterior. Pero al parecer para los padres de esta pareja no, ya que no tuvieran reparo en casar a sus hijos en sagrado matrimonio y que fueran una de las parejas más jóvenes en casarse en todo Japón, si no es que son los más jóvenes.
Aunque no es como si se hubieran casado siendo niños... no tan niños en realidad, pues cuando Elizabeth Liones y Levi Ishikawa se casaron tenían 14 y 16 años, al día de hoy, que ya pasaron 2 años desde su prematuro matrimonio, tenían 16 y 18 años, Elizabeth estaba empezando su primer año de Preparatoria mientras que Levi estaba ya en su tercer y último año.
Hacían todo lo de una pareja normal, incluso iban juntos a la escuela, que cabe aclarar, ya era sabido por toda la escuela sobre la relación marital de ambos estudiantes, ¿El cómo lo supieron? Pues además de que ahora la platinada usaba su apellido de casada sin pena alguna, ellos no tenían ningún problema en comentar sobre su verdadera relación.
Aunque era obvio que no faltaban las reacciones exageradas de las personas a su alrededor, en especial de los amigos del marido quienes para hacer más ''dramático'' la revelación, fingió desmayarse y caer a los brazos de su amigo.
-- Ne Levi, según me contaron hay una alumna nueva con tu mismo apellido, ¿Es tu prima o algo? Porque no se parecen en nada -- decidió preguntar uno de sus amigos con quienes estaban compartiendo almuerzo.
Levi se quedó pensando por un momento con el palillo en la boca sobre si decirles la verdad a su pequeño círculo de amigos, no le importaba decir que estaba casado, pero no quería otra reacción exagerada como los chicos de su barrio.
-- No es mi prima -- dice con tranquilidad quitándose los palillos de la boca.
-- ¿Tu hermana? -- niega con la cabeza -- ¿Entonces...?
-- Les diré si me prometen que no reaccionaran como viejas exageradas -- condiciona en medio de un bufido de molestia.
Sus amigos lo miraban expectantes, como dándole luz verde a su única condición.
-- Vamos amigo, habla, no es como que si fuera tu madrasta o algo loco como eso -- exagera uno de ellos moviendo su mano de arriba abajo.
--... Es mi esposa.
Levi ni bien había terminado de decir esa frase fue humectado por las diferentes bebidas que sus amigos con mucha buena intención le escupieron en la cara.
Los tres mosquetarados vieron como su amigo estaba con su rostro de gruñón mientras las gotas de bebidas seguían bajando por su barbilla y las mechas de su pelo.
-- Trio de idiotas -- insulto soplando el mechón de cabello que se había pegado a la altura de sus ojos.
-- ¡¿Cómo que tu esposa?! -- uno de ellos comenzó a zarandearlo sin importarle el bienestar de sus manos o su vida -- ¡¿No se supone tienes nuestra edad?! ¡¿Cómo maldita sea puedes estar casado?!
-- ¡Espera Rubén suéltalo! -- otro de sus amigos logro separarlos, pues se había dado cuenta que el de ojos plateados estaba a nada de darle un puñetazo a la cara al nombrado -- ¡Si lo haces perder la paciencia con menos razón nos dirá sobre eso!
Levi iba a agregar esa reacción a su lista, estaba en el top de 10 reacciones más exageradas, el primer lugar seguía llevándoselo su abuelita que por poco y no se iba al otro mundo por el asombro.
{...} Mientras tanto.
Elizabeth no se había tardado en adaptarse a su nueva aula, las chicas la habían tratado con bastante amabilidad tanto a ella como a su hermana Liz.
-- Tienes un cabello hermoso Elizabeth - chan -- la alago una de sus compañeras.
-- Verdad -- concordó otra -- y tus ojos azules son tan divinos, me da envidia.
-- Aunque Liz - chan también los tiene de ese color, tal vez debido al color y corte de cabello dan otra perspectiva de cada una.
Ninguna de las dos gemelas se ofendió o tomo importancia a ese comentario, ya que después de todo ellas en realidad si eran muy diferentes, Elizabeth era mucho más delicada y sumisa mientras que Liz era más atrevida e intrépida, eran como las dos caras de una moneda.
-- Pero hay algo que me he estado preguntando -- llamo la atención la tercera compañera que mirada a las hermanas con un dedo bajo su barbilla -- Es evidente que Elizabeth - chan y Liz - chan son gemelas, pero tienen distintos apellidos... ¿Por qué?
La gemela de cortos cabellos rosados tuvo un ligero escalofrió, pues conocía a su hermana y no tendría reparo alguno en decir su verdadero estado civil, por lo que dirigió su vista de reojo hacia su hermana de hebras plateadas quien ahora estaba con un ligero rubor producto de la vergüenza o quizás por recordar a su marido.
Liz no pudo evitar soltar un suspiro, pues seguía teniendo la misma opinión que la de hace un año cuando su hermanita y su amigo de la infancia se casaron, eran y son muy jóvenes para el matrimonio, ¿En qué demonios pensaban sus padres al casarlos? ¿Qué no podían esperar siquiera a que Elizabeth cumpliera la mayoría de edad?
Bueno, al menos ella y Meliodas podían darse el tiempo de casarse cuando quisieran, solo eso tenía como consuelo.
-- La verdad es que Ishikawa es mi apellido después de haberme casado -- como ya se lo esperaba, su dulce hermanita había soltado la bomba sin pensarlo o anestesiarlo siquiera.
-- Tres... Dos... Uno...
Después de su conteo mental los chillidos de sorpresa no tardaron en escucharse por todo el salón mientras su linda hermanita estaba con una sonrisa radiante, al parecer le gustaba referirse a sí misma como una mujer feliz y casada.
Realmente ella y Levi se complementaban... aunque no lo parecía.
[...] A la salida.
-- Nos vemos mañana, Liz - nee - sama -- se despidió la de cabellos platinados antes de irse con su pareja tomados de la mano.
La de cabellos cortos los vio irse en cámara lenta, ahora que lo recordaba no faltaba mucho para que esos dos cumplieran dos años de casados.
-- Vaya que paso rápido este año... -- pensó por un momento antes de sentir como dos pervertidas manos comenzaban a masajear sus pechos.
Con un tic en el ojo, la chica golpeo con su codo a su pareja quien había sido el que estaba masajeando sus pechos.
-- ¡En público no, idiota! -- le grita con las mejillas coloradas.
-- Duele... -- susurro antes de levantarse -- estabas distraída así que solo aproveche -- confiesa sin vergüenza mientras se levantaba como si nada luego del golpe.
-- Solo estaba pensando -- refunfuña en voz baja -- ahora que me doy cuenta, ¿Qué haces aquí? Tu escuela está lejos de aquí.
El enano rubio alza sus manos en rendición.
-- Quería verte y de paso reírme de las reacciones de los compañeros de Levi y Elizabeth -- esa respuesta solo hace que Liz niega con la cabeza.
-- Pues déjame decirte que las compañeras de mi salón no dejaron en paz a la pobre Elizabeth durante todo el día con sus preguntas de si era verdad que estaba casada, quien era el afortunado y todas esas cosas.
Ante el tono algo molesto de su novia, Meliodas no pudo evitar alzar una ceja a su dirección.
-- ¿Por qué te oigo molesta? -- pregunta sin mucho tacto -- No es como si tú fueras la mujer casada, Liz.
La nombrada frunce los labios por un momento antes de soltar un suspiro de resignación comenzando a caminar a su casa seguida por su pareja rubia.
-- Es que estoy preocupada por Elizabeth, nada más.
-- Creo que no hay nadie mejor que Levi para cuidarla -- se cruza de brazos apoyando a su amigo que le sacaba más de una cabeza de altura -- Tú mejor que nadie debería saberlo.
-- Lo sé... pero imagínate que más adelante se enamoren de alguien más -- ambos alzan la mirada hacia el cielo -- no quiero que mi hermanita sufra si Levi deja de amarla y se va con otra... por eso le dije a papá que no era una buena idea que se casaran, lo mismo dijeron Margaret y Verónica, pero simplemente fuimos ignoradas.
Meliodas vio de reojo el rostro de su amada que reflejaba una genuina preocupación por su querida hermanita, él también le tenía aprecio a Elizabeth, era una dulce y buena persona, por lo que sabe que Levi hará de todo para cuidarla, ahora y cuando fueran más grandes.
-- Tienes motivos para estar preocupada -- se acerca a ella y toma su mano entrelazando sus dedos -- pero recuerda que estamos hablando de Levi, el tipo que a pesar de parecer un pandillero es la persona más noble que haya conocido, tu padre y los de él lo educaron bien, no creo que haga algo como eso.
-- ¿Y si lo hace? -- vuelve a cuestionarse.
-- No dudes que Ban y yo seremos los primeros en darle una golpiza -- le sonríe como solo él sabía hacer, transmitiendo un poco de confianza a su querida Liz, que era lo que más necesitaba en ese momento.
{...} Mientras tanto.
Puede que la gemela mayor tuviera sus preocupaciones por el joven matrimonio, y estaban hasta en cierto punto justificados, pero esta misma se habían dirigido a un lindo restaurante a disfrutar de una rica comida y de paso cambiar un poco el ambiente pues ninguno quería llegar a casa tan temprano.
Fueron atendidos por una mesera que desde que entraron no le había quitado la vista de encima del joven apuesto de 18 años, ni siquiera trataba de disimular sus coqueteos hacia él. Elizabeth se había removido incomoda en su sitio cuando esa chica se había acercado a tomar su pedido, o mejor dicho a tratar de quitarle su marido.
Porque si, ella estaba celosa... pero también triste por lo que tenía la mirada gacha en espera de terminar de pedir la comida.
-- E-Es muy linda, ¿V-Verdad? -- se atrevió a preguntarle cuando aquella camarera se había retirado.
Levi alzo una ceja a su dirección, mostrando su confusión por la repentina pregunta.
-- ¿De quién hablas?
Los labios de la joven formaron una fina línea horizontal debido a la incomodad por lo que había sucedido hace tan solo unos minutos.
-- No te pongas celosa mi querida flor de loto -- sobre la mesa tomo la mano de la contrario y entrelazo sus dedos con las de ella -- Te aseguro que no existe mujer alguna que supere tu belleza, ninguna te llega a los talones, esposa mía.
Esas palabras causaron que el rostro completo de la chica se tornara cual pequeño tomate, incluso parecía salir humo de su cabeza por la vergüenza.
-- Te ves tan linda sonrojada -- su esposo la veía con una sonrisa juguetona en su rostro.
No era un idiota, claro que se había dado cuenta que esa camarera intentaba ''seducirlo'' desde que cruzaron esa puerta, pero también quería demostrar que sus palabras eran sinceras, la muchacha frente a ella era el mejor regalo que le pudieron dar los Dioses.
Ella era la protagonista de todas y cada una de sus pinturas, la inspiración en todos sus poemas, Elizabeth era su irremplazable Musa.
-- Aquí está su pedido -- la camarera había interrumpido el dulce ambiente que se había formado en la joven pareja -- Si necesitan algo no dudes en llamarme -- para ese punto esa chica no tenía vergüenza en mostrar su interés por el Ishikawa.
-- La verdad es que preferiría llamar a otra persona -- soltó sin importarle el rostro desconcertado de la contraria -- has incomodado a mi amada y la verdad... has logrado incomodarme a mí también, retírate.
No le importaba haber sonado como un engreído o algo parecido, solo quería que esa mujer desapareciera de su vista para que su hermosa Elizabeth estuviera con su sonrisa de siempre, esa que le encantaba observar e idolatrar.
-- ¿N-No crees que fuiste algo grosero? -- se atreve a preguntar Elizabeth con su timidez habitual saliendo a flote.
-- Puede que si -- acepta encogiéndose de hombros -- pero ella fue más grosera al pasar sobre ti e intentar llamar mi atención, eso sin duda fue más grosero... ahora comamos, me dijiste que querías probar el postre nuevo de este lugar.
El ambiente para los dos había vuelto a ser uno cálido y romántico mientras se daban unas pequeñas muestras de su amor, como darse de comer uno al otro, claro que el chico estuvo avergonzado en todo momento, pero su querida esposa le daba una sonrisa que lo hacía olvidar de toda vergüenza.
-- Por cierto, mi hermana quiere pasar un día contigo la otra semana -- recuerda el único hijo varón de los Ishikawa mientras tomaba un poco de su té helado.
-- ¿Tu hermana...? ¿Isabelle - san...? -- su esposo asiente -- Creí que estaba en viaje con Mael - san por Europa.
Su esposo estaba igual de incrédulo que ella, pues su hermana no era de las personas que cortaban sus queridos viajes por el mundo junto a su atractiva pareja de cabello blanco y ojos azules. Aunque debía admitir que ya la extrañaba, casi un año sin verla ya le causaba ese sentimiento de añoranza.
-- Al parecer soñó con su país y quiso regresarse o tal vez nuevamente se metió donde no debía y la estén por botar del país como paso en Estados Unidos.
Ante la mención de aquel evento ambos no pudieron evitar sufrir un escalofrió.
Era de noche, ambos estaban disfrutando de una dulce siesta en su cama matrimonial cuando el celular del Ishikawa había comenzado a sonar producto de una llamada. La verdad era que ninguno quería contestar, pero quien fuera que había llamado había sido demasiado insistente por lo que no le quedo de otra más que contestar.
-- ¡¿Quién cara...?!
-- ¡No tengo tiempo para tus maldiciones! -- exclama la voz que reconoce como la de su hermana mayor -- ¡Pequeño Levi necesito tu ayuda y la de papá, pero no me contesta!
Por los gritos de la fémina a través del teléfono Elizabeth ya no pudo conciliar el sueño y termino acurrucándose junto a su pareja que se había sentado para prestar mayor atención a la llamada.
-- ¿Qué sucede? -- pregunta antes de ponerse pálido al escuchar disparos detrás de la llamada -- ¿Esos son...?
Antes de terminar su oración escucha muchos gritos de terror.
-- ¡Corre perra corre! -- grito alguien en inglés pero que logro traducir por su dominio de ese idioma.
A la pobre Elizabeth se le había quitado todo rastro de sueño al escuchar el sonido de los disparos y sin poder evitarlo aprisiono el brazo de su pareja entre los suyos.
-- ¡¿Y tú que crees?! -- pregunta histérica su hermana desde el otro lado del mundo -- ¡Ah~! -- salta sobre su sitio debido a que el grito le había dado directo a su oreja -- ¡Patitas para que las quiero! ¡Corre Mael corre!
Levi lanza el celular sin pensar siendo atrapado por suerte por su pareja, ella veía como su amado de ojos plateados comenzaba a buscar algo que ponerse para ver en qué problema se había metido su hermana, que se supone, era la mayor.
-- ¿Dónde está ahora, Isabelle - san? -- se atreve a preguntar con el altavoz encendido.
-- ¡¿Eres tú?! ¡¿Mi querida y hermosa cuñada?! -- pregunta mientras seguía corriendo por su vida, pues los disparos se seguían escuchando junto a diferentes maldiciones en ingles -- ¡Sálvame~! ¡Sin querer tomamos la guía turística equivocada!
-- P-Pero... ¿Dónde están?
-- Según lo que nos dijeron los tipos buena onda en el área 51 -- le da impresión suelta el celular que termina cayendo en la suave cama -- Yo que pensaba que hablaban de una discoteca, pero resulto ser una base militar de alta seguridad donde al parecer guardan alienígenas y otras cosas más... a mí ya me querían encerrar porque decían que mis ojos parecen de reptiliano o que se yo -- escucha algo caerse -- ¡Carajo! ¡Mael, ¿Otra vez?!
Levi vestido por completo toma el celular con las venas palpitando por su rostro y no puede evitar gritar.
-- ¡¿Cómo carajos llegaste ahí?! ¡No se supone que es resguardado por militares! ¡Mejor dicho... que acaso a ti y a Mael se les terminaron por fundir las neuronas!
-- ¡Oye, respétame a mí y a tu cuñado! ¡En segunda, la idea sonaba tentadora cuando estábamos tomando con estos chicos simpáticos, no es nuestra culpa!
-- ¡CALLENSE! ¡SON LAS CUATRO DE LA MAÑANA! -- escucharon a lo lejos la voz de uno de sus vecinos.
Levi con las mejillas coloradas debido a la ira y la vergüenza le frota la sien dando un largo suspiro.
-- Si a padre y madre no les da un infarto será un milagro.
-- ¡Help me! ¡Help me! -- le gritaba su hermana en el teléfono.
-- ¡Ya oí! -- grito por última vez -- Llamare a papá, sigue esquivando las balas mientras tanto.
Cuando cuelga la llamada, Levi se permite dejar caer en la cama, pues aún tenía algo de sueño y era demasiado temprano para sufrir corajes, se supone que el estrés empieza cuando tienes hijos, no cuando tienes una hermana mayor... aunque ahora su hermana era peor que una niña.
-- Ha sido una gran sorpresa -- le comenta su esposa tomando su rostro con sus delicadas manos -- No pensé que algo así le pasaría a Isabelle - san y a Mael.
-- La verdad es que yo si -- confiesa dejándose mimar por su amada -- nunca se mide cuando se trata de adrenalina -- suelta otro suspiro -- pero esto ya es demasiado exagerado.
Levi solo había planeado pasar el día entero con su querida Elizabeth, pero al final junto a su padre tuvieron que tomar un vuelo directo hacia Estados Unidos para evitar que su hermana y su pareja no terminaran volviéndose experimentos del área 51, aunque los científicos tenían una gran ''curiosidad'' por los ojos en degradado de su hermana.
Y si se preguntan por la madre de ambos... la pobre apenas se enteró término desmayada debido a que su presión había bajado de repente debido al susto que se acababa de llevar.
Elizabeth suelta una pequeña risita nerviosa, pues recordaba como su esposo había batallado junto a su suegro para evitar que su cuñada terminara en la cárcel estadounidense.
-- Bueno, mejor olvidemos eso -- propuso el contrario -- dijo que quiere tener una merienda al estilo oriental elegante, así que quiere que te vistas con esa temática.
La de ojos azules se estaba emocionando por el almuerzo que tendría con su cuñada, ya que, aunque no lo pareciera a primera vista, Isabelle tenía el truco para hacer de esas meriendas, un tranquilo momento entre ambas.
[...] Día del almuerzo.
Como ya se lo esperaba la Liones de Ishikawa fue recibida por un efusivo abrazo de su cuñada de ojos extravagantes, atrás se encontraba el esposo de ella, quien solo le hizo un pequeño saludo a lo lejos.
-- ¡Mi hermosa y adorable cuñada! -- gritaba mientras comenzaba a inspeccionarla de pies a cabeza -- ¡No cabe duda que este tipo de ropa es perfecta para ti! ¡Te vez como una princesa querida! ¡Estoy segura de que te habla sido difícil huir de mi hermano cuando te vio de esa manera! ¡Seguramente quiso morderte antes de dejarte conmigo!
-- ¡Isabelle! -- le regaño su pareja al ver como la pobre platinada estaba toda roja y le salía humo de la cabeza.
Elizabeth estaba avergonzada a niveles celestiales, pero a la vez el brillo particular que se podía apreciar en su mirada daba en entender que, en efecto, algo de lo que dijo la de cabello azabache y mechas purpuras era verdad.
Isabelle dirigió a su tomatito favorito a la pequeña mesa, que estaba en medio de su gran jardín, a su lado estaba un sirviente que estaba trayendo un carrito lleno de todo tipo de postres, desde unos de frutas hasta otros repletos de chocolate.
-- Y dime, ¿Qué tal pasaste este año como mujer casada? -- pregunta interesada como lo hizo el año pasado -- ¿Mi hermano te trata bien? ¿No ha intentado sobrepasarse contigo?
-- No, para nada -- la chica acaricio la taza de té con su índice -- La verdad es que Levi es muy atento conmigo... fue una sorpresa -- confiesa apenada lo último girando su mirada hacia el pasto con un ligero rubor en sus pómulos.
Pero Isabelle lejos de extrañarse o mostrarse molesta solo le sonrió con cariño, pues sabia el porqué de esa reacción, no por nada en la alta sociedad su hermanito tenía el apodo de ''Príncipe del Invierno''
-- Cuéntame -- más que un pedido, sonó a una exigencia que llego a hacer temblar a la pobre Elizabeth.
-- Bueno... como cuando me enferme hace dos meses.
El cuerpo de Elizabeth era débil a comparación del resto de sus hermanas, incluso su gemela Liz casi nunca se enfermaba, ella parecía la única que no tuvo esa suerte de nacer con las defensas fuertes.
Por eso ella estaba en cama con la temperatura volando en fiebre y con un paño en la cabeza, detestaba enfermarse pues la hacía sentirse más débil de lo que ya era.
-- ¿Sigues despierta? -- reconoce la voz de su esposo por la puerta -- He traído medicina y un poco de sopa, te hará bien -- aseguró llevando en sus manos una bandeja con las cosas mencionadas.
Elizabeth como pudo intentaba sentarse, pero fue detenida por las manos frías del mayor que la miraba con preocupación, una mirada que ella no estaba acostumbrada a ver en esos orbes plateados ya que estos casi siempre eran opacos.
-- No hagas esfuerzos -- regaño en un tono bajo -- estas débil por la fiebre, yo te ayudare.
Con toda la delicadeza del mundo, Levi ayudo a su esposa a colocarse en una posición cómoda para que pudiera alimentarse y tomar su medicina, todo eso con un sonrojo involuntario, pues era la primera vez en su corto matrimonio que se encargaba completamente de su esposa, pues está siempre ella era ayudada por las sirvientas, pero en esta ocasión, quería ser esa persona que la ayudara en estos momentos que ella tenía debilidad.
Porque si, su preocupación había llegado hasta un punto donde llego a preguntarle a las hermanas mayores de su esposa sobre cómo debería actuar, pues sabía que él podía a ser peor que un patán sin darse cuenta.
Se casaron demasiado pronto, pero eso no era pretexto para no ser un buen esposo para ella, pues sabe que nadie merece más felicidad que la chica que estaba a su lado.
-- Liz me había comentado de las decaídas en tu salud, realmente eres como una flor -- la chica ladeo la cabeza -- hermosa pero muy delicada -- le respondió a su pregunta silenciosa, haciéndola sonrojar en el proceso.
Si, ese chico era demasiado directo y su corazón de doncella no había estado preparado para ser halagada tan de repente.
-- G-Gracias Levi - san... no debió que tomarse estas molestias.
-- Ya estábamos avanzando bien con eso del ''san'' -- la regaño con la mayor suavidad que podía -- soy tu esposo, ya vamos a cumplir dos años de casados, no es necesario esa formalidad conmigo -- negó con la cabeza y alzo la cuchara con sopa -- toma despacio, está un poco caliente.
La fémina hizo lo pedido sin ningún tipo de protesta, le tenía un gran cariño a ese chico que le estaba cuidando, pero no podía evitar sentirse algo temerosa debido a todo el asunto del matrimonio y lo que conllevaba.
Pero tal vez los mimos que recibió luego de ese momento la habían ayudado a soltarse mejor y no tener miedo a alguna reacción por parte del mayor.
-- No tengas miedo al hablarme -- le dijo antes de salir de casa -- después de todo soy tu esposo, mi obligación es ver por ti.
Lo último que ella recibió fue un beso temeroso en la frente, abrió los ojos al tope y pudo diferenciar como los pómulos de su esposo se tornaban de un suave y adorable carmín.
-- Mira con lo que me vengo a enterar -- comenta la de ojos degradado con una sonrisita juguetona -- La verdad es que estuve preocupada por ustedes, su primer año no estuvieron juntos prácticamente debido a que tu padre quería adiestrar a mi hermano como si fuera un perro -- alzo sus hombros y Elizabeth abrió los ojos con lo último -- pero para serte sincera pensé que te darías cuenta.
-- Eh? ¿Sobre qué? -- pregunto con clara duda.
-- Que mi hermanito siempre estuvo enamorado de ti, desde que solo eran unos pimpollos de este tamañito -- puso su mano bajo su cabeza haciendo una alusión a un tamaño diminuto -- me di cuenta luego de que te regalara flores cuando todavía eran chiquitines, eran simplemente adorables.
Un vago recuerdo cruza por la mente de la menor de ojos azules, en una de las tantas elegantes fiestas de la sociedad donde ella y sus hermanas tenían que estar sin falta para conocer a los demás niños que serían el futuro de la sociedad. Ella estaba a gusto mientras comía un pedazo de pastel de fresas, mientras sus hermanas Liz y Verónica se escaparon hacia quien sabe dónde porque se incomodaban por los vestidos y su hermana mayor, Margaret estaba junto a Gilthunder quien era un niño que al parecer quería mucho a su hermana, tanto que siempre decía que la protegería de cualquier cosa.
En eso un niño de cabello negro y bonitos ojos grises se había acercado a ella con un hermoso ramo de anemonas blancas, los pocos adultos que estaban observando la escena, que curiosamente eran los padres de los pequeños, se dieron cuenta que esas flores no son de esas que podrían conseguir recolectando en el jardín, sino que debieron ser pedidas con anterioridad. Todavía recordaba como si había puesto nerviosa cuando le habían dado ese ramo diciendo que eran un regalo de parte de él.
-- Me alegra saber que estos dos años no son por nada, comparado que antes, tienen más confianza entre ustedes y parece que la relación va viento en popa -- la platinada asintió -- Y también quiero disculparme contigo.
Elizabeth ladeo la cabeza, hasta donde sabia, Isabelle no había hecho nada para que ahora le ofreciera disculpa.
-- ¿Por qué se disculpa conmigo Isabelle - san? -- pregunta tomando un sorbo de té.
--... -- Isabelle enarco una ceja, al parecer seguía sin enterarse de cierto detalle -- ¿No lo sabes?
-- ¿Saber qué? -- ahora comenzaba a ponerse ansiosa.
Ahora ambas estaban incomodas.
-- Mira... -- cerro sus ojos por un momento -- sé que debí decírtelo hace mucho, como hace dos años, por ejemplo -- soltó un corto suspiro -- pero en realidad... yo soy la causante de que tú y mi hermano se casaran tan jóvenes.
Ante esa confesión Elizabeth no sabía que contestar, su boca estaba entreabierta pero no emitía sonido alguno, antes de casarse se había preguntado el porqué de la decisión pero con el paso del tiempo lo había olvidado.
-- Lo hice por mi hermanito -- siguió hablando al darse cuenta de que la contraria seguía en estado de shock -- a él ya le gustabas desde niños, pero tú eras otro caso, no sabía cómo avanzaría tus sentimientos, Levi es atractivo, no lo niego, pero no sabía si en algún momento de tu vida te encontrarías con alguien y te enamorarías... Su compromiso ya estaba hecho, sabía que mi hermanito en su interior estaba contento pero yo estaba preocupada, cada día que pasaba crecía la posibilidad que en ese tiempo tú te encontraras con alguien y quisieras cancelar el compromiso -- se encogió de hombros con una ligera sonrisa triste -- la verdad es que no costo mucho convencer a mi padre, ya que a pesar de ser un buen padre, también le preocupa la estabilidad económica de la familia, tú padre fue más difícil pero luego de largas charlas se pudo llegar a un punto en el que termino con un casamiento civil entre mi hermanito y tú.
Elizabeth aun sin saber que responder bajo la mirada hacia el anillo de compromiso que le había dado su esposo cuando habían firmado los votos.
--... S-Supongo que es por eso por lo que no nos casaron por lo religioso -- fue lo único que atino a comentar.
-- Si ustedes tienen una buena relación hasta que cumplas los 18 se casaran en lo religioso, pero mientras tanto solo son marido y mujer en papeles, no bajo los ojos del Señor -- hizo ultimo lo comenta en forma de hacer reír a la contraria que solo le dio una mirada fija -- Estas molesta, ¿Verdad?
La de ojos azules no estaba molesta, nunca podría estarlo con Isabelle, pero se sentía algo cohibida por toda la información que acababa de recibir, la habían casado tan joven solo para asegurar que ella no se fuera del lado de ellos, no habían pensado en ella en ese momento.
-- ¿Levi sabe de esto? -- se atrevió a preguntar.
-- No -- contesto sin titubear la mayor con una mirada que reflejaba sinceridad -- La verdad es que esto es un secreto entre tú, yo y nuestros padres, los demás no saben de esto y tampoco tienen porque hacerlo.
-- Levi se enojará mucho.
Isabelle no dudo en soltar un bufido.
-- Se pondrá furioso, incluso lo veo capaz de ahorcarme por eso -- soltó una risita para que no quedara todo en un silencio incómodo -- sé que debes estar molesta conmigo, estás en tu derecho, pero si te digo esto es porque ya no me sentía muy cómoda sabiendo que te había atado en algo tan serio como el matrimonio, por eso mismo es que prefería perderme en Miami que estar aquí, pero ya no puedo escapar más de esto.
--... -- la menor seguía sin emitir palabra, pero sus labios estaban entreabiertos -- Y-Yo... -- comenzó a balbucear -- no la odio Isabelle - san -- recibió una mirada de incredulidad pura -- tal vez estoy un poco decepcionada, pero en cierto punto entiendo que usted hizo todo esto porque quiere mucho a Levi, yo... debo confesar que los primeros meses tuve miedo de que algo saliera mal en el matrimonio, solo tenía 14 años...
Isabelle bajo la cabeza.
-- Pero... -- la de cabello azabache subió la vista -- mientras más tiempo pasaba, comenzaba a sentirme más a gusto con la idea de estar con Levi, al principio tenía miedo pues no lograba comprenderlo del todo, pero poco a poco comencé a comprenderlo y luego a amarlo... -- dirigió su mirada hacia su té y se vio reflejada en él -- No le diré nada a Levi si es lo que le preocupa... ya que es muy probable que llegue a pedirme el divorcio, y la verdad es que quiero cruzar la iglesia con un vestido blanco en un par de años.
Ahora era el turno de Shinobu de quedarse sin habla, pero una pequeña sonrisa se formó y entre ambas la incomodad se fue para seguir almorzando como si nada hubiera pasado.
-- ¿Estaré invitada?
-- Por supuesto, después de todo será una de las madrinas.
-- Hmp, quien como tú Elizabeth, definitivamente eres la mejor opción para mi hermanito.
[...] Tiempo después.
Levi no se esperó que su esposa se lanzara a abrazarlo cuando viniera a recogerla, no le molestaba, pero debía admitir que se había sorprendido por ese gesto.
-- ¿Qué sucede? -- le pregunta con amabilidad -- ¿Acaso Isabelle intento asustarte? -- dirigió una mirada de advertencia a su hermana quien estaba unos metros delante viéndolos con una sonrisa -- Si es eso no dudes que la mandare a patadas al área 51.
Elizabeth solo soltó una ligera risa ante eso, sabía que Levi no sería capaz, pero aun así le era cómico esa reacción.
La vida de casada no era mala, o al menos no para ella, pues quien se convirtió en su príncipe azul la trataba con tal delicadeza que a veces llevaba a pensar que su merecía tanto, y se sentía agradecida con los Dioses por eso.
-- Levi...
-- ¿Qué sucede?
-- Estoy feliz de estar casada contigo.
Levi sintió sus mejillas calientes, pero no dudo en responder.
-- Yo también estoy feliz, mi hermosa princesa.
Fin del One - Shot
Comentario de la Autora (2023):
Algo tenia en mi sistema cuando escribí este One shot, ni me pregunten porque no me acuerdo, como verán, aun sigo sin poner todo lo que quiero en un solo capitulo por eso parece medio enredado y sin ninguna linea de historia, ya que solo mostraba diferentes reacciones de los que los conocen e interacciones dentro del matrimonio.
Si querían contenido maduro aquí, pues en realidad no iba a ser así, porque iría en contra del titulo, ya que aquí solo vemos adolescentes, y si, ya se, las hormonas y ocho cuartos, pero no, ni el prota ni Eli son tan calientes y tampoco soy tan perversa como para poner una escena de falso embarazo.
También lo escribí porque quería poner un intento de escena cómica (y si hablo de la escena de Isabelle y Mael), también para promocionar mi fic de Nanatsu, para que los engaño :v. Mi escena favorita fue esa, porque recuerdo que en Facebook me salio una noticia de que en Estados Unidos estaban haciendo una marcha para ir al Area 51 y me dije... ¿Por que no?.
En fin, creo que seria toda mi opinión de mi propio One Shot, como ahora sera costumbre, los invito a pasarse al perfil para pedir su One shot y yo tener otro mas en mi lista y también irse por mi pagina principal para que lean mis fics que no se arrepentirán de leer... espero :'v.
Eso es todo. Bye bye~
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