8🍵

Ver a sus amigos con esa sonrisa fue algo muy bonito. Hacía mucho que no tenía un momento con ellos. Y los extrañaba. No negaba que le habían hecho falta esos pequeños convivios. En cuanto se casó perdió muchas cosas, su ex esposo no lo dejaba salir con sus amigos, no tenía la oportunidad de expresarse o decir algo en contra. Esos viajes y salidas acabaron para él desde que se casó. Vaya tonto.

Volviendo al presente se encontraba en la casa de sus mejores amigos, su mayor estaba con sus ropas holgadas y abrigadas, con casi ocho meses de embarazo era toda una hazaña verlo todavía caminar y con tantas energías.

- Debes contarme todo lo que has hecho desde hace un año- le dijo el castaño con evidente emoción al verlo de nuevo y con un rostro mas relajado. No con aquella cara afligida, preocupada, estresada y triste- Ha pasado tanto tiempo desde que te fuiste, y necesito saberlo todo...

- Calma, Hyung- le respondió el pelimorado con gracia. Recibiendo los abrazos de su mayor como todo niño pequeño. Vaya que le había hecho falta esas comidas y ese ambiente a hogar.

- No puedes pedirme eso Park JiMin, has estado todo un año yendo de un lado a otro y quiero saber todo, NamJoon me contó que estas trabajando con MJ's Association...- le dijo mientras se acomodaba en el sofá, JiMin estaba a su lado siendo toqueteado por su mayor todo el tiempo.- ¡Estás muy delgado! Tengo que alimentarte de nuevo, no puedo permitir esto.

- ¡SeokJin Hyung!- le dijo alejando las manos de su mayor de sus costados.- Si es cierto, trabajo allí, y estoy bien, aun corrijo muchas cosas, pero estoy bien...- dijo mostrando una sonrisa tranquila.

Esa tarde de domingo, estaba muy relajado sin eventos o actividades que llevar a cabo, solo disfrutaba de recibir esas muestras de afecto que lo había abandonado, que él mismo había olvidado.

- Mejor digame, ¿cómo van los preparativos? ¿necesita ayuda en algo?- preguntó con clara emoción.

SeokJin rió ante la actitud de su menor. Asintió con felicidad.

- Estaba pensando que podrías ayudarme con los arreglos y el envío de la invitaciones- dijo sonriendo feliz, de tener a JiMin para ayudarle. El menor siempre había sido muy colaborador y amable, y muchos se aprovechan de esas cualidades...- Podrías ayudarme a escoger el lugar, sabes cuales son mis gustos... incluso mejor que Nam...

JiMin rió y negó con sus manos. Él admiraba el amor que había entre sus mayores. Los había felicitado cuando le dijeron que eran novios, cuando se enteró de su primera cita, y cada uno de los eventos que transcurrieron despues, aniversarios, cumpleaños, cenas... JiMin había soñado con eso. Y creyó haberlo obtenido al casarse con quien creía le amaba. Vaya ciego fue en ese entonces. No entendía la brutalidad con la que fue tratado, pero las cosas empeoraron cuando su ex esposo se dió cuenta que estaban casados con bienes separados. No iba a obtener nada de JiMin. JiMin lo agradece, SeokJin le dijo que si iba a tomar esa decisión tan apresurada y con alguien que no lo amaba, por cualquier situación que pasara se casara con bienes separados, ya que su herencia era muy lucrativa.

Los padres de JiMin fallecieron cuando tenía trece años, se encontraban en otra ciudad cuando tuvieron un accidente de tránsito, la madre de JiMin era hermana de el dueño de Jung's Association y en cuanto JiMin cumplió los diecisiete comenzó a trabajar. Su herencia era algo que solo las personas mas cercanas a él sabían. Sus dos mayores, NamJoon y SeokJin, y su ex esposo. Su tío por obvias razones estaba enterado pero no es como que peleara algo, él tenía mucho dinero y demasiadas inversiones. Y por respeto a su hermana cuidaba de JiMin y la herencia que le correspondía por derecho.

- Podemos ver los diferentes diseños...- dijo JiMin pensando.

- NamJoon dijo que conoce a Jeon JungKook, de MJ's Association- dijo SeokJin pensativo- Iba a pedirle diseños de tarjetas de boda, aunque dudo que Jeon tenga tiempo para algo sencillo...

El resto del día transcurrió tranquilo, y JiMin se quedó a dormir en casa de los mayores. Ellos habían sido como sus padres adoptivos y lo cuidaban mucho. Aunque no estuvieron de acuerdo con las decisiones que tomó en un pasado, no lo dejaron de lado y lo apoyaron.

A la mañana siguiente, su Hyung le prestó ropa para ir a trabajar, se había levantado tarde y ni siquiera tuvo tiempo para ir a su casa y cambiarse. Su Hyung le prestó ropa muy casual, aunque al principio hizo un gesto inconforme se reprendió por no haberse despertado temprano. Pero era válido. Hacía mucho que no se sentía tan tranquilo al momento de dormir, por un momento recordó esa sensación que le daban sus padres cada vez que estaban en casa. SeokJin lo maquilló y arregló sus cabellos pelimorados, diciendole que tendrían que cambiar tinte luego.

- Iré a dejarte, JiMin, te atrasaras mas si esperas un taxi- le dijo NamJoon luego de desayunar todos juntos. SeokJin le miró como diciendo que no se negara.

- Gracias, Hyung- sonrió. JiMin se sentía como en una familia de nuevo, era como tener aquella calidez que había perdido.

JiMin salió con una mochila, y NamJoon con su maletín de trabajo, SeokJin dijo que su padre llegaría a recogerlo para ir al restaurante donde trabajaba y que perdiera cuidado. Que quería verlo entre semana y comer juntos de vez en vez. Sobre todo ahora que sabía que estaba delgado. JiMin rió, pero asintió ante las indicaciones de su mayor. Después de todos ellos eran su familia.

- Te dije que estaría feliz de verte...- le dijo NamJoon una vez estaban en el auto.- De verdad JiMin, no sabes lo mal que se puso SeokJin al enterarse que el malnacido te había pedido el divorcio y que te había estado engañando...

- Ya pasó, Hyung...- JiMin respondió, agradecido que sus mayores se preocuparan tanto por él- Fue dificil pero sino lo veía por mi mismo, no hubiera creído... tenía que verlo para darme cuenta de lo tontas que fueron mis decisiones...

- Solo hiciste lo que todos harían...- NamJoon le animó- Cometemos errores pero aprendemos de ellos, cuando me dí cuenta de lo que estabas pasando y luego de que te fuiste sin dejar rastro, llegó a buscarte a mi oficina, lo eché a patadas y con unas cuantas advertencias...

JiMin le miró sorprendido, NamJoon lo había cuidado sin que él se diera cuenta. Cuando se estacionaron frente al edificio. JiMin le abrazó fuerte, como alguien que abraza a su hermano mayor, luego de mucho tiempo.

- Me vas a despeinar...- le dijo NamJoon bromista y le devolvió el abrazo. JiMin rió y asintió.

- SeokJin Hyung no lo querrá si se despeina...- bromeó.

- Este niño...- chasqueó la lengua, y lo despidió con una sonrisa- Cuidate, pasaré pot ti para almorzar juntos...

JiMin asintió y se bajó del auto.

YoonGi y JungKook venían caminando hasta que Jeon paró en seco al notar quien estaba frente a su edificio. Ambos venían de una cafetería cercana, con sus bebidas. Y YoonGi llevaba una para JiMin, había notado que su asistente tomaba café con frecuencia, casi como él.

- Es Kim NamJoon- dijo sorprendido de verlo fuera de su edificio.- ¿Querrá algo?

- No lo sé... yo lo veo muy ocupado- dijo con tono divertido, al verlo abrazar a alguien dentro del auto. JungKook solo le miró con una ceja arqueada. Debía conocer al tal JiMin, el humor de su amigo había mejorado demasiado.

- Callate...- JungKook golpeó su hombro levemente. Y YoonGi hubiera mantenido su sonrisa si no se hubiera percatado de quien era la persona que eataba dentro del auto.- ¿Sucede algo, YoonGi?- preguntó JungKook al ver su cambió de expresión.

- Es JiMin...- dijo sorprendido. No solo por ver que él era el que estaba en el auto, sino de verlo con ese outfit completamente diferente a lo que estaba acostumbrado. Esa camisa color gris mangalarga junto a esos pantalones negros rasgados de las rodillas con esas zapatillas converse grises, parecía un estudiante, y lo era, pero para YoonGi se miraba tan malditamente atractivo en ese momento.

- Me estas diciendo que tu asistente es ese chico que tiene esas bellas piernas y esa mirada tan sensual- dijo JungKook sorprendido de ver al chico que parecía llamar a alguien con una sonrisa- De verdad quisiera que le gustaran los pelirrojos...

Ese comentario hizo a YoonGi reaccionar de inmediato. Le dió un pequeño zape a su amigo y frunció el ceño.

- Ya estoy aquí, te llamaré luego, Hyung- dijo JiMin con una sonrisa. Entrando al edificio a paso rápido, ganandose muchas miradas de los diferentes trabajadores con los que se encontraban.

JiMin saludó a la recepcionista que le sonrió amable como todas las mañanas y le dió los buenos días.

- Ya era bueno un cambio JiMin-ssi- le dijo sonriente haciendo a JiMin sonrojarse.

- Buenos días, Noona- le saludó y fue hasta el elevador. Entró para dirigirse a su piso. Faltaban quizás diez minutos para la llegada de su jefe, pensó que mejor hubiera usado las escaleras, pero recordó que estaba en el piso once y se le pasó.

Caminó rápido por el pasillo. Suspirando de alivio al entrar y no encontrar a nadie. Hizo una pequeña mueca porque no estaba vestido como quería, pero no se veía mal. Solo se sentía un poco fuera de lugar. Aunque YoonGi nunca había sido exigente al momento de la vestimenta, incluso una vez lo vió llegar con ropa deportiva, pero eso no significaba que todo el tiempo vestía de esa manera.

En cuanto dejó sus cosas sobre su viejo escritorio, los telefonos comenzaron a sonar.
Atendió cada llamada, agendando las citas y acomodando el horario de su jefe, para hacerlo mas fácil.

Cuando YoonGi llegó a su oficina, JiMin estaba atendiendo una llamada del telefono que se encontraba en su escritorio de vidrio, parecía todo un modelo de perfil. Por un momento recordó lo que JungKook le había dicho al estar en el ascensor. Su amigo había mencionado "celos". Él no podía estar celoso de que su empleado llegara en el auto de alguien mas, tampoco podía estar celoso de que abrazara a alguien con tanta emoción, menos podía estar celoso de que le sonriera a quien fuera la persona que le llama por telefono. No. Él no podía estar celoso de eso.
Tampoco podía estar celoso de que se viera tan atractivo con esa ropa, y de que todo mundo lo haya visto. Si incluso algunos empleados aseguraron que se veía increíble.
Era obvio. Él no podía estar celoso de eso.

- Buenos días, señor Min- saludó JiMin al colgar la llamada.

- Buenos días, JiMin...- para YoonGi había algo diferente en JiMin, como que algo había cambiado, se miraba menos tenso.- ¿Noticias?- preguntó yendo hasta su escritorio, tratando de  ignorar un poco el perfume del pelimorado. Era tenue y delicado, nada exagerado. Pero muy acorde a su vestimenta.

- Su agenda esta un poco ajustada, señor- le dijo y le miró. Por primera vez en el día que se miraron a los ojos, YoonGi notó el maquillaje y quizás estaba mirando demasiado a su asistente.- Tiene dos reuniones hoy en la mañana, este fin de semana tiene un evento con socios, es una cena, y toda la semana, diferentes directivos han agendado un almuerzo con usted...

YoonGi suspiró. Después de todo JungKook se iría mañana en la madrugada a Japón y no volvería hasta dentro de dos semanas. Él tendría que hacerse cargo de todas las reuniones que surgieran.

- De acuerdo... haz las reservaciones en cada restaurante, tendrás que suplirme en alguna si yo no alcanzó a presentarme, Jeon no va a estar disponible estas dos semanas, él es mi socio- explicó y sintió la intensa mirada de JiMin sobre él- Deberás encargarte de muchas cosas mientras yo me encuentre fuera, archivar diseños y recibir pedidos en general...

- De acuerdo...- le dijo JiMin y se sentó en su escritorio a hacer todas las llamadas al restaurante al que su jefe frecuentaba con los directivos.

YoonGi por momentos miraba a su asistente, quien estaba muy concentrado en su trabajo, organizando las actividades.

Cuando JiMin dijo que saldría a almorzar, YoonGi solo suspiró. Se recargó en su asiento. No solo por lo cansado que estaba, sino que también por lo que su mente no dejaba de pensar. Él no planeaba gustar de alguien de ninguna manera. No tan pronto.
Pero JungKook tenía razón en algo, su humor y su temperamento había cambiado desde que JiMin entró a trabajar, dos semanas después y él ya no se sentía tan cansado o estresado. Había algo que la simple presencia de JiMin lograba... y eso era que la soledad que creía arraigada a su vida, desaparecía...

Bueno... quizás si estaba solo un poco celoso...

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