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Jueves por la mañana.

YoonGi se vestía dentro de su habitación. Su camisa celeste y su pantalón casual beige. Se colocó su reloj de siempre y sacudió un poco sus cabellos grises. Zapatos casuales marrones al igual que su cinturón. Su camisa perfectamente fajada y su corbata blanca un poco floja combinaba a la perfección con el cuello y muñequeras blancas de su camisa.

Salió de su apartamento, ese día tendría la reunión con los encargados de la nueva publicidad de JXi's cosmetics, en su nueva línea de labiales y mascarillas.
Esperaba que JiMin ya estuviera en su trabajo, como normalmente hacía. YoonGi no tenía nada de que preocuparse con su nuevo asistente, siempre había orden, aunque a veces le estresaba de alguna manera la forma tan mecanica y monotona de JiMin. El pelimorado solo se dedicaba al trabajo, nada mas. Ni siquiera salía a comer o al baño y YoonGi se preguntaba como hacía. Si el chico seguía así, consideraría la idea de llevarlo al médico. Pero su trabajo siempre estaba hecho de manera impecable. Le dejaba notas sobre sus actividades cuando debía salir por asuntos de estudio.

Se preguntaba qué estudiaba. Pero apenas y se dirigían la palabra por trabajo. YoonGi pensaba que quizás podrían llevarse mejor y generar confianza en JiMin, así que había decidido invitarlo a comer de manera casual. Al menos para conocerse un poco. YoonGi ni siquiera sabía mas allá de lo que leyó en su curriculum, para él una relación de jefe y empleado no debía ser tan enfocada en el trabajo, él mismo sabía que podía llegar a ser muy bromista pero con JiMin parecía que debía retener cualquier comentario de broma. Se preguntaba porque JiMin era de esa forma, tan cerrado y con tan poco brillo. Se ocultaba dentro de esa personalidad sistematica y ordenada.

YoonGi por otro lado, hubo una época en la que quizas fue peor que JiMin. Era erroneo hacer la comparación, pero de alguna manera se contempló así mismo en la personalidad de JiMin.

Luego de haber abandonado todo. Luego de dejar al que llamó "amor" por mucho tiempo, en sus plenos veintisiete años, su vida había cambiado. Después de fracasar con su relación de mas de tres años, se volvió tan apagado. Justo como JungKook dijo, lamenta que haya abandonado de alguna forma a su amigo. En esos meses JungKook se hizo cargo de la compañía solo, mientras que él se la pasaba llorando de noche y bebiendo durante el día hasta que su cuerpo cayera muerto de cansancio. Dormir y repetir el mismo patrón en cuanto despertara.

Pero se dió cuenta que eso no iba a quitar lo idiota que fue. Y se juró que no saldría con nadie de manera romantica. JungKook mas de alguna ocasión trató de arreglarle una cita, y en otras lo engañó obligandole a ir. Tanto con hombres como con mujeres, pero nadie llamaba su atención y no quería volverse como su ex. No quería jugar con nadie de esa manera tan cruel.
Pudo haber tenido a alguien nuevo cada noche, pero eso lo convertiría en lo que mas odiaba. No odiaba a su ex pero si sus actitudes y todo lo que le había hecho. Se había sentido tan dolido y tan miserable en ese tiempo.

Al darse cuenta de que había pensado mucho en su vida anterior, notó que estaba ya en el estacionamiento de su edificio con el tiempo corto para llegar a la oficina y tomar los diseños.

Ya llegado a su destino bajó de su auto, subió al elevador hasta llegar a su piso. Al llegar a su oficina, que en la puerta se leía claramente en la placa Director de Diseño y Marketing y bajo se encontraba su nombre Min YoonGi, abrió la puerta y ya estaba allí con sus cabellos morados cayendo por su frente y la vista fija en el computador frente a él, desviandola solo para anotar alguna cosa en la libreta al lado de su escritorio viejo.

Y por un instante consideró la idea de cambiar ese viejo escritorio. El trabajo de JiMin merecía algo mejor y mas cómodo.

- Buenos días, señor Min- le saludó como siempre, justo de la misma manera seria.

- Buenos días, JiMin- dijo y se dirigió hacia su escritorio dejandose caer sobre su silla.- ¿Alguna novedad?

- Pues por el momento no, el señor Wang llamó diciendo que había hecho la reservación en Fúa's Resort, debe estar allá en menos de veinte minutos- le dijo viendo su reloj en la muñeca.- Todos los archivos y documentos que necesita estan sobre su escritorio y la USB con los diseños también...

Y era cierto. Su escritorio tenía los portafolios de diferentes colores marcados con cada una de las propuestas para el lanzamiento de la publicidad. YoonGi quiso hablar pero JiMin estaba concentrado en el iPad, deslizando quien sabe qué cosas.

- Su hermano mayor llamó hace un instante y dijo que deseaba verlo, que le devuelva la llamada en cuanto disponga tiempo- le dijo y en ese momento levantó la cabeza.

- De acuerdo, si vuelve a llamar dile que le llamaré por la noche, y cualquier cosas que suceda en mi ausencia avísame, siempre ando mi celular conmigo- YoonGi dijo mientras tomaba sus cosas de manera apurada. Él sabía que Wang era alguien a quien no le gustaba esperar.

YoonGi salió corriendo y se retiró.

JiMin suspiró. Se sentía cansado, ayer apenas comió y hoy su gran desayuno había sido una barra integral. Nada mas. No es que no dispusiera de tiempo, aunque tenía algunos trabajos pendientes de la Universidad, pero se había sentido decaído. Quizas era el clima que le recordaba a esos días de instituto donde fue feliz...

Volvió a su escritorio y se dispuso a hacer su tarea de la Universidad. Había ya agendado todas las citas que su jefe tenía, ahora apartaba un momento para continuar con sus tareas escolares.
Trataba de no dormirse. No debía dormirse. Así que decidido salió por un café, no sabía si Yoongi tendría una cafetera en su oficina, y realmente le daría pereza bajar al tercer piso cada vez que quiera un café. Pensó que él podría llevar una a la oficina de su jefe, después de todo tenía una cafetera extra en sus cosas guardadas o bien podría comprar una si no la encontraba.

Sacó la bebida de la máquina y volvió a su puesto de nuevo. Aunque antes de que las puertas se cerraran, dos chicas entraron.

- ¿Has escuchado del nuevo?- dijo una de ellas que tenía un tinte azul oscuro.

- ¿De quien hablas?- le cuestionó la otra que era pelinegra con rayos blancos.

- Del nuevo asistente del señor Min- le susurró. JiMin preferió hacerse de oídos sordos- El jefe ha tenido cierta preferencia por los hombres...

- Esa fue la razón por la cual, DaeWon se fue, ella salió gritando que YoonGi se arrepentiría de no haberla aceptado- le devolvió el comentario la pelinegra.- Aunque según dicen alguien le ayudó con el trabajo...

- ¿Para asistente?- le miró la peliazul con desconcierto- Creería que conoce personas pero para conseguir un puesto de jefe o director... no para asistente...

- Yo solo te digo lo que andan murmurando, la verdad, creería que debe tener muy buenas referencias, el jefe Min no acepta a cualquiera, DaeWon se arruinó desde que comenzó a querer conquistar al jefe...- la pelinegra chasqueó la lengua- Tenía un estudio en el extranjero y su padre trabajaba en la industria de publicidad, pero ella se encaprichó con el jefe, ya sabes... se pensó que incluso ellos salían pero todos eran rumores que ella misma había levantado...

JiMin solo guardaba silencio. Prefería que lo siguieran ignorando. Antes de llegar a su piso, las chicas se bajaron del ascensor y caminaron por pasillo. En ese momento, él pudo respirar.

Al llegar a su area corrspondiente bajó del elevador y fue directo a la oficina. Agradecía que el pasillo que conducía a la oficina de Min estuviera vacío la mayor parte del tiempo. Se encerró y trató de calmarse. Eso le había ocurrido antes... lo recuerda porque aún duele...

Hace dos años, cuando aun estaba casado, recuerda haber subido al elevador desde el estacionamiento. Casi no salía de casa, pero cuando podía hacerlo iba a una pequeña cafetería cercana a la que, en ese entonces, era su casa. Ese día... eran las nueve de la mañana, y había decidido darle una sorpresa a su entonces pareja. Sabía lo ardúo que trabajaba y que llegaba a casa cansado. Le llevaba la comida del almuerzo y quizás podrían hablar un poco...

Se arrepentió mucho de haber ido ese día. Dentro del elevador, en el piso dos se subieran dos chicas y un chico. Los tres hablaban muy animados, parecían conocer a todos en la oficina de contaduría.
Y quiso hablarles para preguntarles por su esposo, pero no pudo hacerlo...

- ¿Te acostaste con el director?- preguntó una que tenía una coleta alta, al chico que parecía orgulloso.

- Si, ese hombre es todo lo que esta bien en esta vida- les dijo con una sonrisa pícara.- Yo sé que ustedes también han pasado por su cama...

- Lo hice porque iba a ser despedida, mi madre y mis hermanos dependen de mí...-le dijo la otra chica- No tenía opción, sabes lo dificil que es conseguir empleo, lo lamento por la pareja del director...

- ¿Tiene pareja?- volvió a hablar el chico sorprendido- Nunca le he visto algo de su pareja.

- Se quita su anillo cada vez que viene a la empresa, yo lo he visto, lo guarda en una cajita y cuando ya esta en su auto se lo vuelve a poner...-habló la que había iniciado la conversación.

JiMin en su mente también lo sintió por aquella persona que estaba siendo engañada... vaya, no se esperaba que esa persona fuera él.

- El director no tiene moral- volvió a hablar la otra chica- Según dicen, su esposo es una belleza y llevan mucho tiempo juntos, pero esta echando todo por el caño por su falta de dignidad...- y miró al chico- Yo que tu no volviera a cometer ese error, quisiera conocer a su esposo para decirle todo lo que hace a sus espaldas...

El chico pareció meditarlo y se mostró arrepentido.

- La mitad de la oficina ha estdo alguna vez con él en la cama- le dijo la primera chica cruzando sus brazos- Pero la peor es su secretaria, consiguió un bono y algunos dicen que esta esperando un hijo de él...

Los chicos se bajaron un piso antes que el suyo. Y en sus pensamientos se compadeció de la pareja de ese director.

Cuando sus ojos vieron a su esposo besar a una mujer mientras esta se restregaba contra el cuerpo de su esposo, quiso golpearla. Pero...

- Amor... debemos esperar, JiMin y yo vamos a separarnos... las cosas han cambiado, ya le quite todo lo quise...

- ¿Podrás conseguir la herencia? No me gusta que trabajes tanto... ademas solo te veo los fines de semana...

JiMin odió haber ido ese día, pero reconoció que de ser así no se hubiera dado cuenta de nada...

Sacudió su cabeza para disipar esos pensamientos. No quería, él no podía gustar de nadie... no podía... él sabía que no debía enamorarse de nuevo...

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