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Se encontraba demasiado nervioso.
Era su primera entrevista luego de tanto tiempo. Ni siquiera sabía si estaba bien vestido o si su apariencia era la correcta. Suspirando y tratando de acomodar su camisa y corbata, entró al edificio.
Se acercó a la recepcionista diciendole que venía por el motivo de la entrevista para el puesto de asistente de Diseño y Marketing.
La mujer le indicó el pasillo y número de oficina donde se llevaría a cabo dicha entrevista.
Ni siquiera sabía si estaba listo para enfrentarse a su vida de nuevo. Cuando llegó al lugar donde se estaba llevando a cabo la entrevista, se sintió quizás mas nervioso, habían hombres y mujeres que se veían incluso mejor que él.
Quizás una mujer tendría mejor oportunidad de ser contratada, era mas delicada, se sentó en una de las sillas vacantes y esperó por su turno. Su hora de entrevista marcaba a las cuatro de la tarde y aún faltaban algunos minutos para la cuatro. Parecía ser el último que pasaría a tomar la entrevista.
Nada bueno parecía salir, pues la mayoría de hombres y mujeres que entraban salían con el rostro decepcionado, a algunos incluso se les escapaban las lágrimas.
Su turno llegó y estaba nervioso.
Después de un año sin trabajar y pasar encerrado sin nada que hacer y dependiendo de alguien, aunque le duela reconocerlo, estaba hecho un manojo de tensión. Quizas su posible jefe le gustaría mejor una mujer o alguien mas joven. Aunque él realmente se veía muy bien.
Pero con tantas dudas e inseguridades no sabía que hacer, quizás si tartamudeaba lo echarían de allí. Y él necesita el trabajo. En verdad que lo necesita.
En el pasado no vió todo lo que perdió, pero ahora al verse solo, lo sabe. Todos sus sueños se truncaron desde que se casó. Fue muy tonto. Pero en ese entonces no pudo verlo.
Se encontraba frente a un escritorio de vidrio. Un hombre teñido de gris estaba sentado y miraba algo en su escritorio.
- Nombre, edad, estudios- le dijo y le miró directamente.
- Park JiMin, veinticuatro años, aún soy estudiante- dijo el pelimorado y se felicitó por no tartamudear.
- ¿Sabes que para el puesto de asistente, mi horario, será tu horario?- le preguntó el peligris.
- Puedo ajustar mis horarios y si es necesario haré mis estudios en línea- dijo con convicción. Quería tener un empleo, quería lograr algo, quería sentirse satisfecho consigo mismo.
El peligris le miró con cierta desconfianza. Sin embargo suspiró, el chico tenía buenas recomendaciones, además parecía alguien dedicado y puntual. Su antigua asistente solo hacía desastres a cada instante. Nunca podía llegar a tiempo a algún lugar.
JiMin por otro lado estaba ansioso. No quería retroceder a todos esos pasos que había dado, había pasado el último año de su matrimonio encerrado por decisión de su ex esposo, y luego con todo lo relacionado al divorcio y la separación fue otro año para hundirse en su depresión y frustración. Era alguien miserable. Se sentía miserable.
- Estarás a prueba y luego te daré el contrato- la voz del peligris lo sacó de sus pensamientos.- Mañana hay un evento en un hotel, tu deber es acompañarme, si tú actitud me convence estas dentro- dijo entregandole un iPad donde estaban algunas fechas organizadas para los diferentes eventos.
JiMin le miró sorprendido y con algo de nervios tomó el dispositivo.
- Debes llevar un traje, habrán algunos socios e inversionistas, debes prestar atención a cada cosa que digan...- le dijo sin emoción aparente. JiMin asintió.
- ¿A qué horas debo estar presente en el hotel?- preguntó esperando una respuesta.
- Te recogeré en la estación central a las ocho de la noche y de allí partiremos hacia el hotel- dijo volviendo su vista a la computadora frente a él.- Puedes retirarte, nos veremos mañana.
JiMin asintió. Pensando en que debía estar listo desde temprano, no sabía ni siquiera como sería volvera ese ambiente del cual estuvo alejado durante tanto tiempo.
Ya en su apartamento fue hasta su habitación a sacar ese traje que hacía mucho no usaba. Ese traje que no le traía muy buenos recuerdos. Por un momento, perdido en sus pensamientos dejó que las lágrimas salieran.
Recordar esos eventos le daban una mala sensación en su estomago, sentía formarse un nudo y algo hacerle presión en su pecho.
Había dolido por mucho tiempo, y aún habían marcas dificiles de borrar. Esas miradas cada vez que llegaba a las oficinas donde su ex trabajaba, todos le acusaban de ser la razón por la cual se haya ido con alguien mas. Odiaba recibir la culpa de todo. Él había querido hacerlo feliz. Se quedó callado cuando debió hablar, guardó silencio... y eso poco a poco lo fue matando.
Debió haberse defendido y pedir respeto, sin embargo calló porque lo amaba, él sería el idiota que perdonaba a su marido infiel. Cada vez que había una reunión, aún lo recuerda... su ex incluso prefirió salir con alguien mas el día de su aniversario de bodas.
JiMin cae a su cama con los recuerdos abrumandolo de manera dolorosa.
Esa gran casa siempre estuvo vacía... vacía de felicidad. De amor...
Pero sabía que debía ser fuerte. Que debía pararse firme y tratar de olvidar todo eso que le hizo daño. Quería que todas esas marcas se desvancieran. Quería recuperar esos sueños que permitió se le fuesen arrebatados. Quería volver a volar. Quería sonreír de nuevo.
Él solo quería avanzar...
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