12🍵
JiMin no podía creerlo. El día anterior, luego de su cita con YoonGi, sus mayores le preguntaron todo, desde a dónde fueron hasta qué comieron, pero sobre todo, preguntaron cómo lo había tratado.
Se sonroja al solo pensarlo. YoonGi fue muy amable con él. Llegó hasta la oficina para comenzar su trabajo y tratar de despejar un poco su mente. Sus emociones estaban revueltas, en un buen sentido. Y su corazón latía frenetico ante sus recuerdos.
YoonGi por otro lado, al llegar el día anterior a su casa, llegó hasta su habitación para tirarse a su cama y rodar como niño pequeño. Si JiMin tenía una relación, no hubiera hecho nada, pero le dijo que no tenía a nadie. Así que NamJoon solo era su amigo.
Cuando JungKook lo vió entrar a su oficina, se sorprendió por verlo tan alegre. YoonGi raras veces estaba de buen humor por la mañana.
- El día esta perfecto...- dijo sentandose frente al pelirrojo. JungKook lo miró sorprendido, el día había amanecido gris, había pronostico de lluvia y muchos lugares estaban cerrados.
- ¿Te has dado cuenta que va a llover todo el día?- preguntó JungKook estupefacto de la actitud de su amigo.
- ¿Habrá traído sombrilla? Debería de llevarlo hoy...- YoonGi comenzó a hablar solo, no sabía si JiMin había venido lo suficientemente abrigado para el clima que había fuera del edificio.
- ¿Puedes decirme de que hablas, Min YoonGi?- JungKook dejó de lado los papeles que tenía que firmar, para mirar su amigo quien parecía muy ido en sus pensamientos.
- No sé si JiMin trajo abrigo o paraguas, a esta hora ya debe estar en la oficina...- dijo mirando su reloj. Y JungKook soltó una risa.
- Ah, ya entendí por qué el día está perfecto...- dijo con una gran sonrisa el pelirrojo- Si JiMin esta involucrado, la sonrisa en tu cara no desaparece...
- Tuvimos una cita... ayer por la tarde- sonrió en grande y luego recordó que JiMin debe estar esperandolo en la oficina como siempre- Debo saber si trajo abrigo, o al menos un paraguas para la lluvia, quizás tomemos un café viendo la ventana...- se levantó y salió de la oficina de JungKook.
Dejando a Jeon confundido y con ansias de conocer que había pasado entre ellos. Permitió que su amigo fuera a ver a su enamorado.
YoonGi llegó hasta su oficina y con nervios entró. Tenía los sentimientos disparados y saltando por querer verlo. Estaba siendo impulsivo de nuevo, pero se trataba de JiMin, ese ser tan bello.
Y justo como se imaginó, JiMin estaba respondiendo una llamada.
Sin embargo al verlo se sonrojó.
- S-señor...- JiMin no supo que hacer, quería esconderse de su jefe. Era algo extraño convivir con la persona que lo había invitado a salir. No sabía como comportarse.
- Buenos días, JiMin- le saludó con una sonrisa- ¿Has tomado café?- preguntó yendo aprender el calentador y preparar ambas tazas.
- Buenos días...- JiMin parpadeaba no entendiendo cómo YoonGi parecía tan tranquilo- No...- y al notar las acciones de YoonGi fue a su lado- Uh, yo debería hacer esto...
- No es parte de tus obligaciones- dijo YoonGi- Pero agradezco que lo hagas por mí...
JiMin se sonrojó, YoonGi estaba siendo muy diferente a lo que imaginó, él lo veía como un hombre demasiado serio, pero le daba las gracias cada vez que hacía algo por él. Le mostraba respeto y a pesar de que le gustaba no intentó en ningun momento sobrepasarse con él. Lo sucedido en el hotel, es aparte.
En su cita, YoonGi fue muy atento, muy caballeroso y amable. Y se avergüenza pues, él solo pudo aceptar todo con timidez y un poco de torpeza. Era su primera cita en mucho tiempo.
- Gracias...- susurró con una sonrisa que agitó el corazón de YoonGi. Era muy diferente a todas las sonrisas que había visto en JiMin.
En su cita del día de ayer, abundaron las sonrisas divertidas y emocionadas, así como las imoresionadas y las tímidas. Esta era una sonrisa mas cálida. Mas delicada, más cercana a un sentimiento de ser correspondido.
- ¿Novedades?- preguntó el peligris en cuanto las bebidas estuvieron listas.
- La invitación para la boda Kim, llegó...- dijo JiMin. Sus amigos estaban emocionados. Le llamaron en la madrugada, al parecer era la calma antes de la sorpresa. NamJoon le avisó que SeokJin estaba ya estaba en el hospital con las contracciones.- Tiene un almuerzo con el director de contaduría y mañana por la mañana recibe al señor Wang de nuevo...
- No podré almorzar contigo hoy...- dijo YoonGi con pesar- Podemos cenar juntos si quieres...
JiMin le miró dudando. Él les había dicho a sus amigos que iría al hospital para verlos y quizás conocer al pequeño Kim, pero tampoco quería rechazar la propuesta de YoonGi. Pero NamJoon ya había dicho que alguien pasaría a recogerlo en cuanto saliera del trabajo.
- Señor Min, me gustaría cenar con usted, pero tengo un asunto que atender en cuanto salga...- dijo apenado. YoonGi frunció los labios, sin embargo asintió.
- Esta bien... podemos almorzar o cenar juntos mañana, aunque hoy no tengamos una cena, ¿qué postre te gustaría para la tarde?- preguntó notando el sonrojo de JiMin.
- El de fresas esta bien...- dijo presionando un poco la taza entre sus manos cuando sintió un beso en su mejilla que casi le quita el aliento.
- Hay que trabajar, JiMin- dijo sonriendo yendo a sentarse a su escritorio. JiMin casi de manera mecanica se dirigió a su silla tratando de no caer en el intento.
Sus mejillas estaban calientes pero debía concentrarse en su trabajo.
YoonGi por momentos miraba a su asistente, luciendo tan bonito y profesional en su escritorio. Quizás debía decirle a Jeon que abrieran un nuevo departamento, JiMin tenía mucho potencial, si hablaba de trabajo, hablaba dos idiomas fluído, inglés y japonés, tenía las referencias del dueño de Jung's Association, conocía de arte, era comprometido con su trabajo, era muy organizado, tenía facilidad de adaptación. JiMin podría representar una joya para cualquier lugar donde trabajara. Y que alivio que es su asistente. Tal vez esta siendo demasiado apresurado y debería tener sus precauciones pues su vida amorosa no fue nada fácil, y no quería engaños, pero tampoco quería negarse a ser feliz. Él tenía derecho a ser feliz, el pasado no iba a cambiar y no podía sufrir para siempre. Pero algo le decía que arriesgarse con JiMin, estaba bien...
JiMin le recordó su almuerzo y se retiró dejando un pequeño dulce sobre el escritorio del pelimorado.
- Ve a comer...- le dijo con una sonrisa- Puedes pedir lo que quieras a este restaurante, solo dí mi nombre...
JiMin iba a negar pero solo pudo suspirar. YoonGi ya se había ido.
Tomó el dulce entre sus dedos y sonrió, como lo haría una persona enamorada. Pero eso aún él no lo sabe... no sabe que esta enamoradose.
JiMin no niega que YoonGi es un hombre atractivo en todos los aspectos. Es un hombre responsable, con un buen trabajo, apasionado en lo que hace, tiene una sonrisa bonita, y el hombre besa muy bien. JiMin hace un pequeño berrinche ante sus pensamientos vergonzosos. Toca su mejilla donde YoonGi dejó un beso temprano en la mañana, aunque las cosas comenzaron a surgir luego de dormir juntos, él puede recordar las sensaciones que le produjeron las manos de YoonGi sobre su piel. Porque nada podrá decir que su segunda vez fue por el alcohol. No. Él dejó que YoonGi lo besara y acariciara con cariño, con afecto, con adoración...
Se dejó caer en la silla, recargado casi por completo en el respaldo acolchonado, su jefe... YoonGi había sido muy amable con él.
JiMin no quería que nadie mas lo lastimara, que nadie mas jugara con él. No quería mas decepciones, y por eso tenía miedo. YoonGi era el que tomaba la iniciativa, y tenía miedo por dos razones. La primera era que sabía que debía dejar su pasado, ya no podía hacer nada por ello, no iba a evitar casarse, no iba a decirle a su yo de cuatro años atrás "no te cases", no iba a poder cambiar ese año donde no hubieron mas que solo infidelidades e insultos. La segunda, tenía miedo de que YoonGi se cansara... su corazón se estrujaba al pensarlo, era al único al que había permitido entrar de esa manera a su mundo, su estomago se revolvía al pensar en que YoonGi no lo sujetara...
JiMin quería una vida de nuevo. Quería ser totalmente libre de su pasado. Y aunque era un paso a la vez, no quería pisar en falso. Sin embargo allí estaba, sonrió...
- Voy a intentarlo... de nuevo...
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