Capítulo 5 *Tako Y Swan*
-- ¡rápido ya es tarde! ¿Estas actuando de esposo?
El "ansiado" día había llegado, milo esperaba impaciente a su amigo, ya era tarde y el peli aqua no aparecía.
-- esta dentro. Ya es hora...
Gritó al ver el auto de su amigo estacionarse frente a él, la verdad, camus no quería ir, le gustaba ver sufrir a milo, aunque también razonó al ver el entusiasmo de sus hijos para hacer sufrir a la chica. No cabe duda que habían sacado una parte de su maldad.
Salió de su auto con un hermoso conjunto negro, con dos de los primeros botones sueltos... ¡Y más con aquellos lentes de sol!
Milo se sonrojó al verlo vestido así, pero obviamente no iba a admitir aquello y decidió seguir el juego. -- ¿Qué es eso?
-- ¿Qué?
-- ¿Misty de Lizard te vendió éso? ¡¿Por qué te lo pusiste?!
-- ¡¿es una broma?! -- gritó ofendido el Acuarius. -- ¡es lo que compraste para mí!
-- ya sé, ya sé... -- milo tartamudeaba tratando de apartar su mirada, camus si que iba a llamar demasiado la atención de todos adentro. -- s-solamente... c-creo que es demasiado...
-- si, si, es un placer ayudarte.
-- la primera regla al improvisar es aceptar siempre la información... -- hablo el hermano mayor captando la atención de los adultos. Él igual vestía elegante como su padre, parado sosteniendo la mano del pequeño rubio. --. Si alguien dice algo sigan la corriente, no a la negación. -- todos asintieron a su pequeña regla, issac estaba entusiasmado; sería su primer paso a la práctica. -- en mi clase de actuación si alguien dice no en una escena todos gritan ¡muere!
Milo asintio para satisfacer al pequeño, a él le venía valiendo sus cosas. -- Entonces que nadie diga no. No digas éso.
-- ¡Antes de empezar calentemos un poco! -- gritó el peli verde risueño. Su madre se negó pero el pequeño siguió, cantarín. -- la punta de la lengua, dientes, labios. La punta de la lengua, dientes labios...
-- te tengo uno nuevo ¡cállate! -- gritó milo logrando callar al pequeño, ya era tarde y el niño no cooperaba. Camus suspiro, ya mucho estrés por un solo momento. -- ¡ahora hay que entrar ahí! -- señaló milo el lugar, como si estuviera a punto de ir a una batalla, a él y hyoga que les gusta la serie de caballeros del zodiaco, se imaginaban ir a una guerra santa. -- ¿ya estas listo, mafioso?
-- claro que si.
-- ¡hay que hacerlo!
La "familia" caminaba como si fueran celebridades por el lugar, la gente los veía y no evitaban dar pequeñas opiniones acerca de ellos. Se miraban como una familia poderosa.
La vista del pequeño rubio se desvío al ver a dos niños corretear se; un pequeño castaño moreno reía, huyendo de una pequeña niña pelinegra con dos coletitas.
¿Qué se sentiría tener una hermanita? Tendría que hablar con su papá camus para que le de una.
El ambiente dentro era, para milo, asficciante. Bueno, para mi también lo sería. Un ambiente lleno de sudor y, hasta en peores casos, ropa sucia, como calcetines y ropa interior.
Milo ni se contuvo el expresar su desagrado, agh que horror, demasiados infantes correteando de aquí para allá.
Camus solo se burló, disfrutó el que su amigo no tenga demasiado aguante con niños, y más aún con la desgracia que le sucedió; un niño había tropezado y su cabeza reviro en la parte baja de Antares.
El pobre milo se retorcio por el dolor. Camus quería reír, pero se preocupó más por el pobre destino del niño.
En medio de aquella gran estampida de niños, se asomó la pelirosa, feliz de ver a su pareja y familia. Camus la saludo ahora sonriendo.
-- camus, te agradezco que vinieras con tus hijos.
-- él no es el único que vino. -- habló milo, sonriendo y señalando a cada uno de los hermanos. -- son mi felicidad y orgullo, así que te quiero presentar al único y original; Tako Antares, que nació pesando kilos y 200 gramos. -- señaló al entusiasmado peli verde, aunque camus solo lo fulminaba por el estúpido nombre. -- Auch jajaja. Y al tremendo lo llamamos Swan porque peso 5kilos y dolió mucho.
Rio milo por sus burlas hacia su amigo, pero se le borró todo rastro de burla al ver su fulminante mirada. Shoko no se dio cuenta y solo saludo risueña a los hermanos.
-- Hola niños.
-- ¿qué tal, shoko? He oído muchísimo de ti.
Milo estaba a nada de darle un coscorrón por el acento que decidió utilízar. Camus igual estaba molesto, su hijo siempre era un... ¡Aagh!
-- ¿eres español? -- pregunto la pelirosa igual de confundida.
-- ¡oh! Así que tú eres el ave que estuvo revolcándose con el viejito.
Shoko vio al peli agua. Camus trataba de salvar a su hijo. -- fue a un internado. -- explicó. -- el año anterior en Europa y amm regresó con un pequeño acento.
Nervioso pero seguro. Shoko sonrió regresando su vista nuevamente al hermano mayor. -- pues a sido un placer conocerte, Tako-chan.
"Tako" sonrió. -- quisiera decir lo mismo. Antes de que aparecieras, yo realmente tenia un padre. Era el niño de sus ojos. -- relató. Shoko borro su sonrisa al ver su tristeza en su voz. Al igual, milo y camus tenían la misma expresión que la chica. -- todo eran risas y jugar con las mariposas en los prados. ¡¿Y ahora qué tengo?! -- gritó, ahora borrando si sonrisa y tomando una más sombría. -- una hora y media cada dos semanas en JD Mcfunnigan's con él... Y su zorra.
Shoko jadeo sorprendida a su insulto. No solo ella, los otros dos también.
-- ¡Tako!!
El pequeño ahogó un grito y fue corriendo. Su hermano no se sorprendió, su hermano mayor sacó lo que de hace años, tenía atorado en su garganta. Esa era la realidad de ambos. Solo ver en ése pequeño lapso de tiempo a su padre... Y aveces él ni llegaba a visitarlos.
Shoko no se molestó, ni nada. Más bien la comprendió, ella igual había sufrido por él divorcio de sus padres.
Por petición de camus, milo fue en busca del pequeño peli verde. Y la chica se quedó a saludar al menor.
-- ¿y tú como estas, pequeño?
-- estaré mejor cuando tengas fichas para jugar.
Shoko igual se sorprendió al ver el tono serio y sombrío del menor. Camus sonreía internamente, no por que shoko no le agradaba, sino porque su hijo era demasiado directo, no se dejaba ante nada.
-- ¡¿issac, por qué hiciste ese drama?!
Milo a duras penas pasaba por el juego en el que el peli verde había subido. El pequeño bien que podía regresar y disimular que no había nada en contra. Pero al igual que a su madre, le gustaba hacer sufrir a milo.
-- fue muy crudo y real. La verdad me sentí muy bien.
-- ¡pues yo no! -- exclamó milo, caminado a gatas por la mínima altura del juego. -- así que si quieres tu dinero y tus clases de actuación debes hacer las cosas bien. No más historias tristes ¿comprendes?aunque ya estoy cansado de tu acentito debes de mantenerlo. -- isaac por fin había parado su caminar, lo que fue un alivio para el mayor. -- debes de mantenerlo ¿entiendes?
-- ya entendí.
-- muy bien, ahora abrazame, ríe mucho y hay que volver al show.
El peli verde aceptó y ambos se fundieron en un abrazo y varias risas. Lo que llamo la atención de los otros tres que estaban cerca. Shoko se alegró por las disculpas del pequeño.
-- así son. Se pelean, hacen las pases y ya.
Camus sonrió al ver a su pequeño reír junto a milo, una escena que le llegó al corazón. ¿Qué pasaría si milo aceptara ser el padre de sus pequeños? ¿Ser su esposo...? Jadeo sorprendido por sus preguntas. Ahora si ya se estaba asustando.
Isaac y hyoga no se salvaron de la regañada de su papá camus. Aprovechando que la pareja fue por comida. Obvio que comprendía su dolor. Su ex-esposo era un idiota, con él y sus hijos... Ni siquiera se diganba en visitarlos más.
Camus agradeció con la mirada a milo, al momento de lograr que su hijo mayor comiese su comida. La verdad ni él había logrado aquello. Su querido hijo estaba depresivo y se castigaba en no querer consumir algo.
-- entonces, Swan. Tu papá me dijo que te encanta ir al baño. -- empezó una platica la chica al ver que su pareja se alejó por servilletas.
-- si tengo ganas lo hago. -- respondio el pequeño sin expresión alguna en su voz. La pobre shoko se encogió incomoda.
-- ¿qué otra cosa te gusta?
-- no lo sé.
La chica solo miró a camus en busca de ayuda.
-- así es Swan. -- explicó acariciando su cabeza. -- un hombre de pocas palabras.
-- talvez estoy molesto. -- habló decaído el pequeño.
-- ¿molesto porque salgo con tu padre? -- cuestionó la pelirosa nerviosa.
-- no. Mi papá es feliz contigo y eso es lindo, pero... -- el pequeño solo bajo la mirada y negó. Camus ya se estaba angustiado por la actitud del menor. Shoko nuevamente le animo a hablar. -- odio que no cumpliera su promesa.
-- ¿cuál promesa?
-- si. ¿Cuál promesa? -- cuestionó igual el peli agua, igual de extrañado.
-- me prometió hace un año que me llevaría Hawai a nadar con delfines. -- relató el pequeño con la voz cortada. Cabal en ése mismo instante, milo hizo aparición, ajeno a la plática. -- hay una laguna con delfines y puedes nadar con ellos...
-- ¿qué haces? -- preguntó camus al ver el rumbo que su hijo llevaba.
-- pero de la nada... cancelo el viaje papá.
-- ¿por qué haría algo así? -- conmovida por la tristeza del niño, shoko sintió su pecho oprimido.
El rubio soltó lágrimas al decirl las últimas tres palabras. -- por tu culpa.
Milo jadeo, entre sorprendido y ofendido. Shoko le cuestionó con el seño fruncido. -- ¿qué cosa?
-- ¡No...!
-- ¡¡Muere!! -- exclamó el peli verde al oír la palabra, abrazando a su pequeño hermano
-- ¡no! No no no no no no -- milo juraría tener un colapso nervioso por estar atrapado, en parte no quería quedar mal delante de la chica, y otro que no quería que el niñato se saliera con la suya. Al final solo suspiro derrotado. Adiós a su llena billetera. -- solo malentendiste lo que dije; dije que iríamos a Hawai pronto. -- shoko solo lo observaba, en busca de alguna pizca de mentira en su rostro. -- porque estoy emocionado de que todos estemos juntos allá. ¡Iremos a hawai!
El rubio levantó la cabeza sin evitar ocultar su gran sonrisa. Pero la volvió a bajar al ver la mirada fulminante del Dr Antares.
¡¿Cómo es que había llegado tan lejos por una chica?! Ni él sabía.
Solo que si tenía ganas de tirarse de un puente. Ahora están en hawai... ¡Y no solo eso!
Resultaba qué su estúpido primo, Surt, se había colado con ellos. Eso sí, tomando el papel del amante de camus. Gran excusa. Pero la verdad era que huía de un tipo. ¿Causa?, el muy idiota había mandado una foto de su "equipo", lo que más bien era de su nuevo miembro, sin saber que su ex se casaría con un luchador profesional, y ahora buscaba partirle la cara.
Eso fue el borde de la pasiencia de milo, que no dudo en golpearlo, con la excusa de haberse acostado con su "esposo"
Su día fue un completo caos. No solo le cobraron demasiado por dos habitaciones, sino que en la cena tuvo que soportar los estúpidos chistes ilogicos de Surt.
Sorprendente para él, fue que camus fue el primero en explotar. Ya no aguantaba el poco disimulo del pelirrojo, y más diciendo asquerosidades frente a sus hijos.
-- ¡nos vamos! ¡Ya no aguanto! ¡Esta loco!
Sus quejas eran demasiado, estaba desesperado por golpear algo... O a alguien, quien en todo caso sería el pelos de zanahoria.
-- ¿y si lo golpeó? -- milo trataba desesperadamente calmar a su amigo. Ahora sería muy tarde echarse para atrás. -- tú lo golpearas conmigo y te va a gustar.
-- ¡no quiero!
-- no me abandones ahora...
Camus quería seguir discutiendo, pero la voz de una chica lo desconecto de su acto.
-- ¿camus? ¿Camus Acuarium? -- habló una chica, de gran melena peli-lila, vestida con un vestido blanco ligero.
Camus veía petrificado a la chica. -- no puede ser Saori Debli.
La chica gritó al reconocerlo y se acerco entusiasmada hacia él. Camus fingió su mejor sonrisa cuando la chica le abrazó.
Saori rápidamente lo llevó a presentarle a su prometido. Milo tenía ganas de reír por la mala suerte de su amigo.
-- él es uno de mis mejores amigos de la fraternidad. -- presentó entusiasmada. Él hombre se presentó, cabello azul, piel blanca y unos hermosos ojos azules. -- camus, él es mi esposo; Saga Gemini.
Camus no sabía si llorar o escapar de una vez de la faz de la tierra. No solo se fastidiaba el convivir con Surt y la niña peligrosa, sino que su "mejor amiga" estaba en el mismo lugar que él.
No tenía ganas de competir o algo por el estilo, pero al oir las palabras de su amiga, el si tenía esposo o que había sido de su vida, decidió mejor seguir fingiendo con milo.
-- olvidé presentarte a milo... Doctor Milo Antares. Mi esposo.
Esos días iban a ser agotadores para ambos. Sin saber que un fuerte sentimiento surgirá en ambos al competir y convivir más entre ellos.
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