Capitulo 17 Entre dulces y miel...
(advertencia:contenido adulto)
"...Cada latido de mi corazón es para ti...cada aliento de mi alma es solo para mi...y mi vida entera es solo para tu corazón..."
-Gaara...yo...-pronuncio ella tímidamente, cerrando sus ojos ante la sensación de las caricias de su esposo, sintiendo sus sentidos mas agudos por la venda en sus ojos, erizándole la piel
-¿estas nerviosa?-le pregunto el peli rojo acariciándola aun mas-¿no confías en mi? ¿o no quieres algo en particular?
-no...no es eso...-dijo bajo un suspiro tímido – es algo que...solo estoy nerviosa...lo siento...
-¿Por qué?-le pregunto él frunciendo el ceño, sintiendo la tensión de su esposo en su piel
-es...es...que quizás piense que no soy...buena para usted en la intimidad...
-¿de donde sacaste esa idea?-le insistió
-solo lo pensaba...yo...no soy muy buena...haciendo algunas cosas, digo...estaba encerrada allí, por lo que no se mucho- pronuncio avergonzada, y además soy la emperatriz...me hace sentir muy insegura, que usted cargue con todo el peso de todo y sin yo en que ayudarle
-la única ayuda que necesito es tu sonrisa- beso sus labios con dulzura – luche para tener un mundo seguro para ti, para que tu seas feliz, como siempre lo mereciste- se pauso un momento – déjame ser quien te ame siempre...
-siempre lo serás esposo –suspiro, mientras este la despojaba de su camisón completamente dejándola solamente con bragas, obligándola a cubrirse con sus manos sus pechos y su cabello, la guio hasta el lecho nupcial, donde ambos se sentaron en el cómodo colchón que había sido testigo de tus entregas mas de una vez, sin embargo, esta vez seria diferente, Gaara dispuso frente a ella una bandeja la cual Hinata no podía ver, con frascos tapados perfectamente donde se dispuso a abrir uno de ellos, el rico aroma dulce inundo las fosas nasales de la oji perla, su esposo tomo un rollo de canela sacando un diminuto pedazo para dejarlo en su boca dándole de comer
-¿Qué es?...-le pregunto divertido
-ro...rollos de canela...- respondió ruborizada, recibiendo otro pequeño trozo de su dulce favorito-que sorpresa...
-aun no terminan-dejo el rollo de canela aun lado para disponer a abrir un segundo frasco, donde este contenía miel y una cuchara, untándola para darle una cucharadita en la boca dulce de su esposa -¿Qué es esto?
-mi...miel...-sintiendo sus labios pegajosos, riendo de manera divertida, cuando fue besada por Gaara sintiendo cada rincón de su sabor, la recostó lentamente sobre la cama, aun con los ojos vendados, subiendo sus manos a la altura de su cabeza a pesar de lo avergonzada que se encontraba ya que no podía cubrirse ante él
-no tengas vergüenza esposa, ya nos conocemos mucho-con uno de sus dedos unto en el frasco con miel para luego escribir el tatuaje que tenia en su frente escribiéndolo en el abdomen de la joven haciéndola tiritar, para ella eran trazos incongruentes, para él una marca que nunca desaparecerá
-Gaara...-pronuncio perdida en el placer a pesar de que se trataban de solo caricias, mas aun cuando su esposo paso su lengua en la pegajosa textura dulce en su piel, liberando un gemido por parte de ella
-¿será coincidencia?-se pregunto así misma, la oji perla – estoy experimentando lo mismo que en el libro-pensó con suma inocencia
-esto es mucho mejor que como lo describe el libro- pensó Gaara saboreando su piel-hacerlo con la persona que amas es fascinante-beso y lamio hasta quitarle toda la sustancia de miel en su piel, escuchando los melodiosos gemidos delicados de su esposa, se desnudo completamente, sacándole el vendaje de sus ojos, recostándose sobre ella, viéndole con mejillas ruborizadas y ojos inocentes a pesar de que ya era suya, sintiendo como la humedad de entre sus piernas estaba mas presente que nunca en ella –te amo-le susurro en su oído, mientras sus ásperas manos viajaban a través de sus caderas, sin embargo, este la volteo dejándola de espaldas hacia él
-¿Gaa...Gaara...?-pronuncio aun mas nerviosa
-solo quiero hacerte algo que te hará sentir bien- beso su nuca, bajando por toda su espalda entregándole besos cálidos, causando escalofríos en la joven-¿tienes miedo?
-no...no...me gusta...es...decir...yo...
-entiendo-la interrumpió antes de provocarle un desmayo, levantando un poco su trasero, rozando su miembro contra su intimidad, logrando humedecerla mas, ansioso tomo su hombría para guiarlo hacia la entrada de la joven, era una posición bastante extraña para él, pero al ver que su esposa no lo rechazaba intuía que estaba haciendo las cosas bien-el libro es maravilloso-pensó ingresando en la intimidad de la joven, un gemido broto de sus delicados labios, levantando un poco la cabeza siendo besada por él, quien se recostó sobre ella uniendo sus manos balanceándose delicadamente en su interior
-ah...-otro gemido con una sonrisa ¡ella lo disfrutaba!, besando su espalda decidido entregarle mas placer, además él deseaba mas y mas, aumentando el ritmo de sus embestidas, obligándola a ella aferrarse a la almohada y a él, sostener sus caderas y no alejarse de él –ah...Gaara...- gemía de manera alta, al sentir como el miembro de su esposo arremetía contra ella chocando con su trasero, sintiendo como si su esposo llegaba hasta lo mas profundo de su ser fundiéndose en uno solo, mientras que él, hacia su cabeza hacia atrás embriagado por el placer, sintiendo como su miembro llegaba hasta el final de su interior, le fascinaba sus gemidos, su boca al pronunciar su nombre y como su feminidad le apretaba cada vez mas, viendo como se volvían en un solo ser desapareciendo su hombría en el interior de la joven
-Hinata...
Sin embargo, los que no estaban nada cómodos eran los guardias fuera de la habitación nupcial, al escucharlos de una manera escandalosa, los rostros de los soldados se volvían cada vez mas pálidos, sumándose al ruido descarado de la cama chocando con la pared era algo fuera de lo normal para una pareja tan seria puertas afuera
-¡hola! ¿Qué les....paso?-Naruto pasaba por los pasillos viendo el rostro agónico de los guardias
-nada...-contesto uno de ellos –por favor, siga su camino
-¿Qué?
-¡ah!-escucharon desde adentro de la habitación -¡Gaara!-ahora había un tercer hombre pálido fuera de la habitación matrimonial, regresando por el mismo camino que llego, saliendo a los jardines con un rostro ruborizado
-no entiendo ¿Por qué estoy así?- se cruzo de brazos recargándose en un pilar mirando la luna, recordando la primera vez que la vio –cuando la vi por primera vez, creí que seria una sirvienta de esta casa, pero cuando vi que era su esposa, no pude dejar de sentir envidia ¿Qué estoy diciendo?, Gaara es mi amigo, y ella su esposa, así deben ser las cosas y así se quedaran- exclamo creyendo que estaba solo, sin imaginarse que Kankuro no solo lo había observado sino que también había escuchado todo
-¡Hina!-sintió como él llego a la cima del placer, llenándola de un modo grotesco que incluso se deslizaba por sus piernas, cayendo sobre ella, agotados y extasiados, besando su mejilla -¿te gusto lo que hice?
-¿eh? Bueno...si...-contesto, mientras la aferraba mas a él
-nadie te hará el amor mejor que yo-dijo Gaara enredando su cuerpo con el suyo
-para mi...siempre será el mejor mi esposo...nadie mas, no buscare a nadie para hacer el amor, solo a ti..., mi esposo
-¿lo prometes?
-lo...lo...juro...-contesto avergonzada-so...solo quiero a mi esposo...
-y yo te juro que siempre estaré para satisfacerte, y no huyas de con otra persona
-¿Por qué dices eso?-pregunto ella volteando ligeramente –yo....yo...nunca le seré infiel, nunca...-él la estrecho entre sus brazos
-no...por nada...
Recuerdos
-¿Qué ves adivina? ¿ella me amara?-le pregunto el peli rojo a una extraña mujer dentro de una tienda en una de las ciudades conquistadas –dicen que eres la mejor en tu rubro, necesito saber si ella me amara
-lo hará..., de eso no hay duda-hablo la mujer, haciendo sentir el peli rojo aliviado-pero ten cuidado, cerca de ti existe alguien que hará lo que sea para arrebatarte lo que mas amas, tentándola con pasión y deseo...
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Holaaaa espero que les haya gustado este capitulo, gracias por leer y comentar, me hace muy feliz, mil abrazos!!!!
proximamente...................................Capitulo 18 ¿Desconfiar?...
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