Capitulo 8

Rosa

La persona que más quiero, termino teniendo sexo con alguien que no soy yo.

El dolor que sentí al ver a Axel haciéndole el amor a Chloe, es indescriptible. En ese momento sentí la carencia de amor de propio, mi corazón se rompió en mil pedazos, ¿por qué? ¿Por qué no podía dejar el pasado atrás y vivir mi propia vida? Es tan difícil alejarme de él, aceptar que no volverá a mí, que ya está con alguien más. Que ya no es mío.

Estaba decidida a desaparecer de su vida, creí que podría desearles lo mejor del mundo, pero, en el momento en el que escuche a Axel gemir, en el momento que decidí abrir la puerta y presenciar con mis propios ojos como le hacía el amor a alguien más, abandone esas intenciones por completo.

Sin poder evitarlo mis ojos se llenaron de lágrimas al instante, fue tan difícil retenerlas que termine saboreando el sabor de estas. Estaban tan ocupados que les resulto difícil notar mi presencia en su puerta. Las ganas de abofetear a Axel aparecieron, pero, ¿quién era yo? Era duro y muy difícil de aceptarlo, pero, a la que penetraba con tanto placer era a su esposa. En total silenció, me obligue a cerrar la puerta.

EL taxi esperaba por mí, me repetí que debía conservar la dignidad que tanto cuidé porque como mujer, como un ser humano, aun la atesoraba y era lo único que no estaba dispuesta a perder así que salí de su casa dejando solo una nota.

Detestaba irme de forma tan cobarde, de no agradecer a Chloe por la amabilidad con la que me trato, pero no sería capaz de verla a los ojos, no después de los pensamientos tan horribles que atravesaron mi mente. No la odiaba, era capaz de aceptar que ella no tenía culpa alguna, sin embargo, no podía negarlo, sentía celos de ella.

Había tenido la suerte de encontrar un pequeño apartamento me brindaba la comodidad necesaria para vivir. Bajé del taxi y le agradecí por sus servicios dándole un extra porque seguro que no es fácil lidiar con mujeres con el corazón roto. Por más que trate de contener mi llanto, termine cediendo al dolor y claro, fue difícil darme consuelo.

-Señorita-dirigí nuevamente mi vista al joven taxista. Este apretó sus labios y me sonrió, cohibido - Sé que debajo de todo ese maquillaje regado en su rostro, hay una mujer tremendamente linda. Espero tener la suerte de volver a verla.

Asentí con suavidad y continúe mi camino.

Axel

Chloe deslizo el vestido por su hermoso cuerpo, no podía dejar de mirarla, era tan hermosa -Tú mirada está perforando mi espalda. -dijo con diversión - ¿por qué mejor no te vistes y me llevas a dar un paseo?

Suspire y me levante de la cama para ponerme mi ropa interior -Claro, hermosa dama. -sí. Era difícil decirle que no a mi querida esposa.

Chloe, se adentró en el baño de nuestra habitación, seguramente para arreglar su cabello. Miré alrededor de la habitación en busca de mi pantalón, pude notar la puerta medio abierta y estaba casi seguro de que la había cerrado por completo. Dejé de pensar en ello y comencé a cambiarme.

Mientras Chloe se arreglaba pude haber planeado mi próxima clase. Las mujeres, se demoraban horas haciendo algo tan simple como maquillarse, si yo fuese mujer, ni siquiera gastaría mi dinero en algo así... o ese era mi pensamiento hasta que mire a mi mujer, tremendamente sexi.

Recargue mi codo sobre la pierna para después depositar la barbilla sobre la palma de mi mano. Le lance mi mirada más coqueta - Te doy un diez -Le guiñe un ojo.

Esta me regalo una sonrisa para después enviarme un beso en el aire. - ¿Nos vamos?

-A donde quieras mi reina. - camine tras de ella y claro, no podía controlar mis manos. La tome de la cintura atrayéndola hacía mí, frente a frente, le di un beso y sin previo aviso, estrelle la palma de mi mano contra su trasero haciendo que esta diera un salto.

- Pero que manita tan traviesa, Axel. -posiciono sus manos sobre mi pecho y me alejo de ella.

Le abrí la puerta del auto y esta en agradecimiento, roso a mi querido amigo de toda la vida

-¿A dónde quieres ir, cariño?

-vamos al centro comercial

Abrí mis ojos de par en par. No de nuevo. Amo a mi mujer, pero, cuando se trata de comprar ropa...

Enarco una ceja- ¿Algún problema, Axel?

-No, no, cariño. -esta sonrió con satisfacción

Vestido tras vestido, esta mujer no tenía para cuando terminar. Comenzaba a desesperarme, no dejaba de ver mi reloj y estaba a nada de ir al vestidor y traerla, le compraría toda la jodida tienda con tal de irme, no obstante, abandone la idea en cuanto mire a Dominic, uno de los pocos profesores jóvenes de la universidad. Él también había acompañado a su hembra de compras.

Gire la cabeza en dirección opuesta pidiéndole al universo pasar desapercibido, pero, al parecer el universo me odia.

-Oh, Axel. Hola.

Trague en seco- Hola, Dominic. ¿Qué haces aquí?

-Acompaño a mi chica de compras. -el tipo, es alguien agradable, en las juntas disfrutaba las charlas con él, su sentido del humor es único. - ¿Tú?

-Vine a comprar ropa para mi madre-mentí, rogando que Chloe no saliera de ese vestidor

-Axel, ¿qué te parece esta? - se detuvo en seco en cuanto noto a Dominic

-Profe...sor -Saludo, nerviosa

Este formo una perfecta O con sus labios, comenzando a comprender la situación -¿Ustedes dos, están saliendo? - me miro con severidad, malinterpretando la situación

-De hecho, estamos casados. -dije sin remedio.Su sorpresa fue más que evidente

-Las bromas están de más - dijo sin creer lo que le había dicho

-No bromea- dijo Chloe, mostrándole el anillo.

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