Han pasado años desde que alguien se dedicó a cepillar su cabello. Esta acostado en toda la extensión del sillón mientras tiene los ojos cerrados, su cabeza esta sobre las piernas de Drew, quien se quejó en un principio de que estaba demasiado pesado antes de quedarse callado, jugando con su cabello durante un momento antes de dejarlo en paz. Esta tranquilo mientras disfruta del momento, tararea incluso mientras sigue con los ojos cerrados y piensa en sentarse correctamente cuando los comerciales terminen.

Hasta que siente el agradable tacto de las manos de Drew en su cabeza.

Son pequeñas como las recuerda de todos los días y sus dedos se pasean casualmente acariciando su cabello de un lado a otro, desordenándolo antes de volver a en su lugar "alisándolo" con la palma de sus manos, todo ocurre en movimientos lentos, que lo distraen por completo del sonido del exterior y lentamente le comienza a dar sueño mientras todo continua.

—Steven, no te duermas...

Acomoda de nuevo su rostro contra las piernas de Drew, respirando profundo mientras siente como lentamente se está quedando dormido y no importa lo que su novio dijo de fondo, es prácticamente imposible mantenerse despierto mientras las manos se continúan moviendo, de un lado a otro, jugando con su cabello antes de intentar peinarlo usando únicamente sus manos, tan agradable como hace tanto tiempo alguien lo hizo alguna vez.

Descansa tranquilo, olvidándose de la película o lo que debieron de haber estado platicando tiempo atrás, al final se tuvo que despertar una hora después cuando fue la hora de la cena, lo que le hizo hacer un pequeño berrinche como hace tanto tiempo no lo ha hecho, extrañando que jugara con su cabello un poco más, aunque al final solo obtuvo una corta caricia por parte del más joven, que se levantó riendo del sillón sin la más mínima intención de regresar a mimarlo un poco más.

Menos mal esa clase de acciones nunca serian algo raro en su relación.