Capítulo 10.-De casamenteros y cupidos.


Capítulo 10.- De casamenteros y cupidos.


Nuevamente estaba en "The Rikido's", la cafetería sencilla de joven Satou que servía un café sumamente delicioso. Debía admitirlo con cierta vergüenza, pero se había vuelto un adicto y prácticamente compraba uno diario, de ese modo su sistema nervioso obtenía una dosis extra de energía que de verdad le hacía falta. La gente a su alrededor solía decir que era una persona muy pasiva, casi no hablaba mucho y generalmente su rostro era demasiado estoico.

Pues bien, con un poco de café, Todoroki Shoto creía que podía equilibrar su ánimo.

Aunque no sus emociones confusas. Otra de las razones por las que recientemente consumía café como un poseso a cualquier hora del día, era por el hecho de tener la mejor vista a la hora de espiar a Inasa en sus "salidas misteriosas". The Rikido's tenía un ventanal muy grande que permitía ver el exterior de las personas sin que éstas notaran el escrutinio, pues el material del vidrio reflejaba a las personas de afuera. Algo así como un espejo extraño que, durante el día, mantenía a la cafetería oculta, pero por las noches mostraba el interior. El truco era sencillo, pero sumamente interesante para los clientes del lugar.

Shoto agradecía la condición de dicho establecimiento, había empleado más de dos semanas en el espionaje secreto contra Inasa y la verdad era que, de no ser por ese ventanal y sus materiales, habría sido descubierto de inmediato. Veía pasar al chico diariamente a la misma hora: 12.45 de la tarde. Su camino era exactamente el mismo, caminar por la vereda de la calle principal y dar vuelta en el callejón que conducía a la estación del metro.

Tres horas después, justo al veinte para las 4 de la tarde, Inasa regresaba de dicho callejón y caminaba tranquilamente frente a la cafetería, siendo bastante cauteloso de que alguien lo notara. Esa era su señal para escapar, pues se conocía el atajo perfecto para llegar antes que su cocinero al Sakura's Bottom. Cuando eran las 4 en punto, Inasa entraba por la puerta trasera del restaurante y veía a Shoto atender a los visitantes y en una mesa, planeando los detalles para alguna boda.

Ni por un segundo se podría haber imaginado las habilidades de agente secreto que se cargaba el joven pintor.

Aquello estaba bien, la poca información recabada en ese par de semanas le hacía tener varias conclusiones, pero nada en concreto. Desde el hecho de ir a visitar a algún familiar enfermo hasta buscar un nuevo empleo. Descartaba lo primero, pues él conocía a toda la familia del pelinegro y si en verdad alguno de ellos estuviese delicado de salud, lo sabría. Lo que le llevaba a la segunda idea, un nuevo empleo.

La idea no le molestaba, él siempre lo decía a pesar de que todos a su alrededor creyeran que buscaba monopolizar a Inasa, pero lo cierto era que anhelaba su felicidad y triunfos. Si consideraba que el Sakura's Bottom frenaba su crecimiento profesional, estaba en todo el derecho de buscar nuevas opciones.

Aunque claro, no negaba el entristecerse al imaginar siquiera que Inasa se marchara. En algún momento, Midoriya lo planteó, que su flamante cocinero buscara otros horizontes y dejara su recién iniciado Servicio de Banquetes. Era su mejor amigo, siempre habían estado juntos y se contaban todo, lo que le dolía en realidad al creer que Inasa estaba buscando otras opciones, era el hecho de que ya no le tenía la suficiente confianza como para contárselo.

¿En qué momento había cambiado todo? ¿En qué momento Inasa había tomado la decisión de excluirlo de su vida? ¿Fue desde el cuadro? ¿De verdad todo había iniciado por una pintura? No podía procesar que ese fuera el motivo. Un retrato dibujado no causaba el revuelo de cambios que los estaba embargando. Tenían altas y bajas, a veces hablaban con recelo y en otras ocasiones todo era como siempre. Le estaba hartando este juego absurdo, pero no tenía el valor de encararlo como debía.

Dio un suspiro completamente agobiado mientras movía su adolorido cuello y justo entonces escuchó la campanita de la puerta de entrada. Su vista se enfocó automáticamente en los recién llegados y éstos tuvieron reacciones diferentes cuando le reconocieron como un cliente más sentado junto a la ventana y no el enfermo acosador que era en realidad.

La reacción de uno fue usual y completamente normal, frunciendo el ceño y mostrando una cara de fastidio por completo. Devolvió la misma con todo su ser, porque así era la comunicación entre ambos, un intercambio de odios y malas miradas.

Sin embargo, la reacción del segundo joven cambió su humor por completo, pues sonrió plenamente antes de saludarle con una mano y correr a su lado de forma entusiasta.

—¡Todoroki-kun! ¡Qué alegría verte! ¿Cómo has estado?

Shoto sonrió de forma fugaz hacia el pecoso modelo del Stars Blue, quien parecía haber recobrado su buen humor. Y no, no influía para nada que el castrante "Príncipe de las bodas" estuviese a su lado después de su sumamente vitoreada reconciliación hacía poco menos de un mes. O al menos, lo suficientemente mencionada por Izuku en sus mensajes de texto. Para nada, Bakugou Katsuki no tenía nada que ver con su "creatividad" a la hora de vestirse.

El jovencito llevaba un exageradamente ajustado pantalón amarillo con puntos negros que mareaba a más de uno, aunado a una sudadera guinda demasiado grande para su tamaño, una chalina para su cuello color plata y, obviamente, las siempre fieles botas rojas que le seguían a todos lados.

Por favor deprímete de nuevo Izuku, suplicó Todoroki en su interior lamentando tanto el mal gusto de su amigo.

—He estado bien. ¿Qué me dices Midoriya? ¿Cómo va todo en "La búsqueda del amor"?—trató de bromear el joven dando un trago a su café.

Bakugou, quien se había mantenido callado en el intercambio de palabras, llegó hasta donde el colorido Izuku se encontraba, frente a la mesa del bastardo mitad-mitad y le dedicó la mirada más hostil de su repertorio.

—¿Y a ti qué te importa infeliz?

El pintor giró los ojos ante los insultos del rubio e Izuku automáticamente se sintió nervioso, pues a pesar de haber arreglado las cosas con Kacchan, sabía que era prácticamente imposible que se llevaba bien con Todoroki-kun. Desde entonces sólo platicaba vía celular con su amigo, contándole todas sus aventuras en lo que su "planeador de bodas" llamaba "La búsqueda del amor del nerd".

—Bakugou, sé que me odias y eres poco racional cuando te domina la ira, pero en ningún momento mencioné tu nombre, así que te pido de forma amable que no interrumpas nuestra conversación.

Sí, Todoroki también era pésimo arreglando las cosas con Kacchan.

La mecha se prendió y sin importarle si estaban en un establecimiento público, Katsuki no soportó que le retaran de esa forma sin hacer algo al respecto, por lo que azotó sus manos en la mesa, provocando que el café de Shoto se derramara y poniendo de mal humor al callado muchacho.

—Di eso de nuevo en mi cara, cabrón—susurró con una voz cargada de furia y Todoroki, olvidando por completo que Izuku le había pedido no pelear, se irguió de forma digna, devolviendo el reto.

—Bueno... esto demuestra mi punto, tienes una nula capacidad de retención cerebral.

Katsuki enrojeció de rabia, mandando a la mierda la educación y el decoro. Nadie se atrevía a insultarlo de esa forma y vivía para contarlo.

—¡Hijo de puta!

Izuku cubrió su rostro con las manos esperando lo peor y ni siquiera se sorprendió cuando la taza de café de Todoroki cayó al suelo con todo y mesa. No podremos volver jamás, es una pena, me gustaba el café, pensó desanimado y escuchando como ambos planeadores de bodas comenzaban un altercado.

O lo pudieron haber comenzado, de no ser porque la alarma de Todoroki comenzó a sonar, indicándole que ya era la hora en la Inasa pasaba frente a la cafetería. Ordenando sus prioridades, como debía ser, carraspeó un poco dejando a Bakugou con las ganas de asestarle un buen golpe.

—Lo lamento Bakugou, otro día con calma podrás intentar golpearme, pero no será hoy, tengo mejores cosas que hacer—levantó su mano hacia el mesero, quien ya había empezado a preparar un bate para detener la riña—. Por favor, me puede traer otro café, esta vez que sea un frappé.

El mesero obedeció con cierta conmoción y Katsuki otro poco estalla ahí mismo. ¿Cómo se atrevía ese infeliz a detener su pelea. Tenía toda la intención de partirle la cara, no se podía escapar así nada más por sus huevos. Me voy a la mierda si no te muelo a golpes, pensó dispuesto a ignorar el hecho de que el bastardo había tomado asiento frente a la ventana y parecía atento a los transeúntes.

Pero Izuku eligió ese momento para ser valiente y se colocó en el rango de su vista, tratando de ser la voz de la razón.

—Ya déjalo Kacchan, mejor apresurémonos, tengo un par de sesiones en menos de dos horas y tu insististe en venir aquí.

Gruñó lleno de cólera ante el hecho de que el nerd tenía razón e hizo lo posible por ignorar la presencia de ese cabrón, tomando asiento en la mesa de al lado. Lo que la "goma de mascar parlante" decía era verdad, tenían mucho trabajo y poco tiempo, desperdiciarlo con una basura como Todoroki era un insulto a su persona.

Así que retomando una pose profesional y completamente metido en su papel de "Casamentero", carraspeó antes de sacar la Tablet que usaba para las presentaciones con Camie. La había estado guardando en el bolsillo de su saco, a pesar de su gran tamaño, era muy ligera y fácil de portar, por lo que nadie hubiese notado jamás que la llevaba.

Mucho menos su socia, quien seguramente la iba a necesitar.

—Muy bien maldito nerd de colores, he descargado la información suficiente para que podamos utilizarle de forma adecuada.

Sus palabras sonaban a las de un experto mostrando un producto a un posible cliente y tal vez así era, pues a pesar de que Bakugou no se dedicaba a la trata de personas o al negocio de las relaciones pública, sí que tenía labia suficiente para embaucar a los "compradores".

Aún si Deku no fuese precisamente el mejor cliente del mundo.

—Kacchan... recuérdame por qué estamos haciendo esto.

—Porque eres un cabrón que le propone matrimonio a la primera chica que se te acerca—chasqueó los dedos antes de entrar a la aplicación, introduciendo la contraseña—. Pero tu mala racha se ha terminado, soy un maldito genio y estoy decidido a encontrarte a la esposa perfecta.

Izuku suspiró no muy convencido del plan. No tenía nada en contra de los esfuerzos de su casamentero, lo que le generaba cierto conflicto era el método que Kacchan estaba usando. Inscribirlo en una red social de búsqueda de parejas no era precisamente la forma más adecuada de encontrar el verdadero amor, pero tampoco le llevaría la contraria, lo más importante era que había vuelto a pasar tiempo a su lado y era todo lo que agradecía.

—Supongo—susurró con cierto desgano y fingiendo interés señaló la tableta—. ¿Y bien? ¿Cuáles son las candidatas?

Más entusiasta de lo normal, Bakugou comenzó a mostrar a las posibles novias que Deku debía conocer. Todas muy hermosas, con una carrera profesional impresionante y completamente libres de compromisos. Los rostros eran varios, desde chicas que se dedicaban a la política hasta bonitas modelos, como él.

—Aquí tengo a las que considero adecuadas para poder lidiar con esa cabeza de algodón que te cargas—fue mostrando cada una mientras pasaba el catálogo, rogando en su interior que no eligiera alguna.

Lo cierto era que estaba saboteando un poco al nerd. Lo conocía lo suficiente como para saber que él no compaginaba con mujeres extravagantes y cargadas de posesiones. Las chicas en cuestión eran triunfadoras empresarias capaces de dominar al mundo si así se lo proponían. Para no verse muy obvio en su afán de limitar sus opciones, agregó a unas cuantas chicas que lucían un poco más normales. Una cantante de rock miembro de una banda y una gimnasta que recién iniciaba su carrera en las competencias olímpicas. Claro, ni por un segundo creyó que el nerd posaría sus ojos en alguna de ellas.

Qué imbécil fue, obviamente.

—¿Qué tal ella? Luce linda y muy comprensiva.

Deku señaló precisamente a la cantante de rock, una chica de cabellos negros y cortos, con un par de piercings en las orejas, maquillaje de tonos oscuros y ropa con estilo gótico. Su mente empezó a trabajar por primera vez. ¿Por qué una chica que lucía perfectamente segura de sí misma se postulaba en una página de citas? Bakugou no podía creer su pésima suerte.

—Si esos son tus gustos—replicó fingiendo que no le importaba y seleccionó su perfil—. Bien. Mandémosle un mensaje y ya veremos como fluye esto. Por favor nerd, ve despacio, que tus primeras palabras no sean "¿Quieres casarte conmigo?"

El mencionado le dirigió una mala mirada antes de tomar la tableta y escribir un sencillo mensaje a modo de saludo. No era como si estuviese desesperado por casarse, él tenía mucho más por ofrecer en una conversación, aún si todo a su alrededor decía lo contrario.

—No hay necesidad de preocuparse, puedo mencionar muchas cosas, no solo bodas.

—Da un ejemplo—enarcó una ceja Katsuki mirándolo a modo de desafío.

Ante el reto, Izuku volvió a inspeccionar el perfil de la chica elegida, tratando de encontrar algo en común con ella y demostrar que era una agradable compañía para otros. Torciendo un poco la boca al no hallar el punto de equilibrio, se fijó en sus fotografías, sorprendiéndose ante la estética que mostraban las mismas.

¡Bingo!

—Sencillo, puedo preguntarle sobre su fotógrafo, es realmente bueno—comenzó a murmurar como si fuese un experto en la materia—. Si te fijas en este ángulo Kacchan, te darás cuenta de la técnica utilizada. No tomas la fotografía nada más porque sí, tiene una intención y la lleva a cabo magistralmente.

Ensimismado en su cátedra y con un Katsuki atento a cada palabra cargada de pasión que salía de sus labios, ninguno de los dos notó el momento exacto en que Todoroki interrumpió brevemente su labor de acoso hacia Inasa y se colocó detrás de ambos, contemplando las fotografías y siendo testigo del discurso del pecoso.

—Sí tanto te obsesiona la fotografía... ¿Por qué no tomas un curso? Mi madre da un taller semanal.

La sugerencia fue sutil, sacudió a sus espectadores brevemente ante la intromisión pero ambos recibieron el mensaje, aunque con reacciones distintas. Izuku temió un nuevo tipo de altercado ante la propuesta de Todoroki-kun, pero Bakugou simplemente cruzó sus brazos detrás de su cabeza, en una pose satisfecha, simulando al amo del universo mientras replicaba.

—Odio decir esto, pero la idea del maldito bastardo mitad-mitad no es mala—sin dejar de dedicarle odio en sus actos, continuó ante la estupefacción del modelo—. Rei Todoroki es una de las mejores fotógrafas artísticas de la ciudad, si ella te da un taller, quizá ganes más confianza en tu sueño.

Mudo ante tanta amabilidad, Izuku simplemente asintió y Shoto no pudo frenar la ironía.

—Santo Dios Bakugou, estás dándole un cumplido a mi madre. Creo que moriré de la emoción—obviamente sus palabras estaban cargadas de sarcasmo y sin nada de entusiasmo.

Ante la burla, Katsuki mostró el dedo de en medio al pintor y Deku simplemente suspiró lamentando que hubiese durado tan poco.

—Vete a la mierda cabrón, obviamente no insultaría a tu madre, ella no tiene la culpa de haber traído al mundo a un infeliz como tú.

Preveía un nuevo enfrentamiento, pero por alguna razón que Katsuki no comprendió, Shoto dejó de prestarle atención al ver pasar frente al ventanal a Inasa. Sus actos fueron casi involuntarios, sus ojos le siguieron automáticamente, su gesto entristeció y sin querer extendió su mano, queriendo llamarle, pero sin atreverse.

Al notar la forma en la que su ánimo cambiaba, Izuku se preocupó por su amigo y le invitó a sentarse en la misma mesa a pesar de las afiladas miradas del príncipe de las bodas. Lo odiaba por supuesto, pero hasta él sabía que algo raro estaba pasando como para que no devolviera semejante ofensa.

—¿Cómo vas con eso?—preguntó el oji-verde tratando de ser comprensivo.

Shoto, valiéndole un soberano infierno que Bakugou estuviese ahí, fue sumamente sincero, bajando la mirada mientras suspiraba de forma cansina.

—Mal, él continúa tratándome de forma distinta, eso sin mencionar estas salidas. ¿Por qué no puede entender que me preocupa? ¿Qué es lo que le aleja de mí?

Mirando en otra dirección y sin importarle si era hiriente o no, Katsuki dio su propia opinión del asunto, sabiendo que Deku le cagaría con un sermón acerca de la empatía. Ya lo estaba escuchando y sinceramente le valía una mierda.

—Quizá está harto de ti. ¿No lo has pensado? Tarde o temprano le colmarías la paciencia.

Por primera vez en todo el tiempo que llevaba de conocerle, Izuku contempló cómo Todoroki devolvía la agresión de forma escueta y para nada cordial.

—Cierra la boca—espetó de forma fría, furioso con que Bakugou creyera conocerlos lo suficiente como para opinar.

Katsuki encogió los hombros decidido a no decir nada más, no era su puto asunto, así que optó por tomar la tableta y continuar buscando a las posibles novias del nerd que no le dejaran plantado por una puñetera vez.

Ignorando la forma tan cruda de hablar de Kacchan, Izuku colocó su mano en el hombro de su amigo, pensando en algo que lo reconfortara.

—No te preocupes Todoroki-kun. Debe ser algo sin importancia, por eso no te lo ha dicho. Así que relájate, todo estará bien, te lo prometo.

Ante las palabras de Midoriya, sonrió con rapidez creyendo que posiblemente estaba en lo cierto.

—Creo que tienes razón, de ser algo relevante ya lo sabría. Seguramente no quiere que me mortifique con banalidades.

Izuku asintió y una nueva idea cruzó por su mente, la cual consideró lo suficientemente buena para ayudar a calmar la ansiedad de Todoroki. Tenía sentido para él y lo más probable era que su hipótesis fuese la adecuada. A veces era muy disperso, no podía comprender cómo no se le había ocurrido con anterioridad.

—¡Ya sé!—chasqueó los dedos con un brillo travieso en los ojos—. Lo más probable Todoroki-kun, es que tenga una novia y por eso escapa a verla todos los días a la misma hora. ¡Sí! ¡Eso debe ser!

Bakugou Katsuki jamás había visto el rostro del maldito de Todoroki transformarse tan rápido en los pocos años que llevaba conociéndolo. Si tuviese una palabra para definir la reacción del mitad-mitad ante la teoría del nerd, seria única y exclusivamente decepción. Una palpable y sumamente abrumadora decepción. Casi podía jurar que lo escuchó jadear y poco faltó para que se alterara como nunca lo hacía.

Destruido en segundos, pensó detenidamente mientras el joven heterocromático negaba.

—¿Una novia? Yo... no comprendo... ¿Por qué tendría una novia?

—¿Por qué no?—replicó ingenuamente Izuku sin notar la forma en la que estaba despedazando la poca seguridad que le quedaba a Shoto.

Su piel se volvió pálida, sus ojos se apagaron más de lo usual e incluso no deseó seguir bebiendo de su café. Atareado con la desazón en su pecho y las emociones confusas, Todoroki no tuvo una mejor reacción más que levantarse de su mesa, dejando a Midoriya con la palabra en la boca y sin entender absolutamente nada.

—Me tengo que ir.

Fue lo único que les dedicó y después de dejar sobre la mesa los billetes correspondientes a las bebidas que había consumido, salió de la cafetería a toda prisa, tropezando con quienes pasaban e ignorando todo a su alrededor, incluso las señales de tránsito.

El comprensivo muchacho se quedó estupefacto al no saber qué había ocurrido y para cuando Bakugou consideró que nadie más lo escucharía, fue directo con el nerd. Alguien debía decirle las cosas como eran. ¿O no?

—Lo hiciste puré. Buena esa maldito Deku.

—¿De qué estás hablando?—su confusión crecía más.

Ahora hasta parecía que Kacchan sabía que cosas que él no. ¿Qué era lo que se le escapaba?

Bakugou no pudo frenar más un bufido que ejemplificó perfectamente el hecho de que el nerd podía llegar a ser un maldito y despiadado cabrón sin darse cuenta. Él era dulzura y sonrisas, pero con el cabrón de Todoroki le había clavado la daga en la espalda, agravando la herida a cada palabra.

—Sí que eres despistado cuando te lo propones niño arcoíris.

Si no fuese porque Kacchan estaba diciendo algo importante, le habría lanzado la tableta en la cara ante el horrible apodo. Empezaba a extrañar los motes de plantas, por los menos eran un poco más creativos.

—Sé claro de una vez Kacchan. Y por amor a lo más santo, deja los apodos.

Encogiendo los hombros en señal de que le valía una mierda si le gustaban sus apodos o no, aclaró de una vez por todas la situación.

—Es simple nerd, ese par se trae ganas desde que tienen uso de razón. Al insinuar que el jodido pelón tiene una novia, básicamente le rompiste toda su concepción de lo que ellos eran. Hiciste explotar su mente y tal vez su puto corazón, nada del otro mundo.

Decir que se sorprendió fue poco, prácticamente jadeo de forma aguda, llamando la atención de todos los clientes en "The Rikido's". Ciertamente nunca se le ocurrió que ambos se gustaran, pero ahora que le habían quitado la venda de los ojos, tenía muchísimo sentido.

Dios... ¿Qué había dicho?

—¿Por qué no me detuviste? Debe creer que soy horrible.

—Lo eres, en muchos aspectos Deku—susurró pensando más allá de Shoto Todoroki.

Pensando en que él solito cavaba su tumba al buscarle una esposa, pensando en que si tuviese un poquito más de huevos, él mismo se postularía en esa maldita aplicación para demostrarle a ese idiota que era la persona que necesitaba. Pero eran ideas estúpidas, sin sentido, pues si el nerd se conseguía tantas novias era porque simplemente no le iban los hombres y jamás lo harían.

Estaba bien, ya había aceptado el puto hecho.

Era su casamentero y su cupido, estaba listo para tomar dicho papel sin lamentarse a pesar de todo.

Al parecer el bastardo mitad-mitad no es el único con el corazón hecho mierda aquí.

****

Tenía la televisión prendida y varios cuadernos regados por todo el piso. Por más que intentaba ser organizado en sus pendientes con la universidad y sus tareas, simplemente no se le daba. Hacía de todo un poco, desde sus materias de tronco común hasta la parte práctica de su carrera. Eso sin mencionar que no había puesto un pie en la cocina del chef Hanta, aunque por supuesto había pedido permiso, alegando estar hasta el cuello de los exámenes, lo cual no era una mentira.

Pero no era la única razón por la que se ausentaba.

Tenía muchas ganas de freírse la cara con aceite hirviendo al ser tan cobarde, tanto alardear durante años que conquistaría a Kirishima, se lo arrebataría a Mina y más tonterías sin sentido, todo para que al final decidiera esconderse una vez que sus sentimientos estuvieron expuestos. De acuerdo, admitía que no se había confesado realmente y entendía que incluso siendo bastante obvio, era necesario que fuese claro con él. Pero ahora simplemente ya no tenía el valor. ¿Con qué cara buscaría a Kirishima y le diría que era un idiota enamorado de él desde la adolescencia?

No, definitivamente no tenía idea de cómo hacerlo, aunque en realidad tampoco sabía muy bien cómo actuar. No se estaba rindiendo, a pesar de todo aún tenía la ferviente resolución de ganarse su afecto y ser correspondido, sin embargo su cabeza era un revoltijo y necesitaba tiempo para aclarar sus ideas. Sus exámenes terminarían tarde o temprano y definitivamente él debía volver a sus residencias, no podía ser tan irresponsable. Pero tampoco era como si pudiese pedirle al chef Hanta que le prohibiera la entrada a Kirishima.

Lo que le hacía pensar de más. ¿Por qué Kirishima iba tanto a ese restaurante? El Katsubro no trabajaba ahí, rara vez visitaba el establecimiento y se le hacía una completa exageración que todas esas veces que habían estado juntos, Mina se dedicara a investigar menús para su boda. Así que la conclusión era sencilla, Kirishima estaba ahí porque era el adorable amigo 8 años menor que tenía y visitaba. Ahora que sabía sus verdaderas intenciones, seguramente no se acercaría ni a diez kilómetros a la redonda. Aunque tampoco era como si pensara tan mal de su amor platónico, él sabía muy bien que Kirishima era una persona maravillosa y jamás lo despreciaría o trataría mal. El problema radicaba en que su amistad se modificaría, de eso estaba seguro.

La verdadera pregunta aquí era... ¿A qué grado?

Suspiró de mal humor mientras le daba un bocado a su pasta, pues a pesar de ser un excelente estudiante de gastronomía, había días como ese en el que no tenía ganas de cocinar algo extravagante. Simplemente hizo un espagueti con trozos de queso fresco derretidos y de eso vivió casi toda la mañana y parte de la tarde. Engordaré, no tengo duda alguna.

El timbre de su casa sonó espantándolo en el acto y con pánico ante la idea de que alguien notara su desastre, intentó limpiar decentemente el departamento. Vivía solo, no era mucho el tiempo que llevaba haciéndolo, pero lo decidió después de la muerte de Mitsuki-san. Era hora de independizarse y no morir en el intento, además de que se conocía a Bakugou lo suficiente para comprender la clase de dictadura que tendría si viviera en su casa.

¿Para qué exponerse?

Una vez que consideró listo el lugar, acomodó sus rebeldes cabellos y fingió una pose de naturalidad que nadie le hubiese creído mientras abría la puerta. Por supuesto, dicha pose valió para nada, pues en cuanto Kaminari se dio cuenta de la persona al otro lado, toda su pantomima perdió credibilidad. Adiós a mi óscar por mejor actor.

—¿Mina-san?

La chica sonrió de forma dulce mientras agitaba los dedos en modo de saludo. Como siempre tan hermosa y llamativa, con su bonito y rizado cabello, una falda corta al último grito de la moda, medias negras para combinar y unos botines azules, al igual que su abrigo, Denki se sintió estúpido por creer por un momento que podía competir con semejante creatura.

—¡Hola Kaminari-kun! ¿Cómo has estado? En la cocina de Sero-kun te echamos de menos.

El chico se sonrojó ante la calidez de la joven actriz y mientras le invitaba a pasar para tomar asiento en su sala principal, respondió a su pregunta con otra.

—¿Has ido a la cocina del chef Hanta? ¿Y eso por qué?

—Me gusta hablar con él—respondió la chica sin darle importancia al hecho de ser la "prometida" de Kirishima que pasaba demasiado tiempo con un cocinero de alto renombre.

Pero que no era su futuro esposo.

—Supongo... ¿Y qué te trae por aquí? ¿Cómo va todo?

Ella cruzó las piernas mientras adquiría todo el control de la situación. Se había cansado de ser una simple espectadora, no soportaba a Kirishima con su drama y depresión alegando sin control que su adorado Kaminari lo odiaba por haberle descubierto. Quería mucho a su amigo, había hecho muchas cosas por él que rayaban en lo absurdo. El fingirse su prometida era una de tantas exageraciones, además de soportar los interrogatorios de Bakugou, el no poder salir a una cita decente con Sero-kun y por supuesto, los celos de Kaminari. Habría que ser un idiota sin un poco de sentido común como para no notar la forma en la que el jovenzuelo le miraba cada vez que se acercaba a su "Kiri bebé".

Había un límite para todo, y el suyo ya había llegado, era hora de arreglar esto y que el mundo se fuese al infierno.

—Seré clara Kaminari, vengo aquí para hablar de Kirishima.

El rubio sudó frío ante tal declaración. Ya había llegado la hora, de verdad quiso evitar con todas sus fuerzas esa clase de enfrentamiento. Lo había dicho anteriormente, Mina le agradaba mucho y lo que menos quería era quedar en malos términos con ella.

Aunque obviamente, su amor por Kirishima era mayor.

—Entiendo y antes de que digas cualquier cosa, voy a ser muy franco contigo—apretó sus puños con todas sus fuerzas y se atrevió a mirarla a los ojos. Sí, era un cobarde, pero hasta en ello, había ciertos niveles—. Estoy enamorado de él, ahora ya lo sabes y tal vez me odies por hablar así del hombre con el que planeas casarte, pero quiero asegurarte esto. Mis sentimientos no son banales ni pasajeros. Lo quiero desde que era un niño de 13 años que no tenía idea de la vida, pero sí un sueño. Él es ese sueño y no me importa si ahora mismo piensa que soy un tarado por sentir esto. Confío en que algún día, pueda ganar su corazón.

Trató de mirar a otro sitio para eludir la reacción de Mina, seguramente no era para nada cómodo que un chiquillo universitario estuviese declarando de esa forma que te robaría el novio, pero aunque sus ideas sonaban muy ambiciosas, tampoco buscaba imponer su voluntad. Él se esforzaría por enamorar a Kirishima siempre y cuando hubiese una posibilidad. El día que éste decidiera unir su vida a la de la actriz, todo se habría terminado, esa era su propia promesa.

Tan ensimismado estaba en anticipar lo que sucedería que Kaminari se perdió la aliviada sonrisa de Mina. La chica no le quitó los ojos de encima ante cada palabra y con esa resolución, aunada a la ternura que Kaminari Denki provocaba, ella comprendió que estaba haciendo lo correcto.

Por esa razón le lanzó la bomba sin ningún tipo de preparación.

—¿Sabes? No te tienes que esforzar tanto. Eres el dueño de su corazón desde el instante en que te vio.

Denki escuchó las palabras de Mina, pero no las entendió. ¿Qué trataba de decir? No podía procesarlo porque hacerlo significaba que todos sus anhelos eran factibles. Si escuchaba atentamente lo que ella decía, corría el riesgo de ilusionarse, saltar de felicidad, llorar ante el hecho de ser correspondido plenamente.

Y Dios, era demasiado para su joven corazón.

—¿Lo dices de verdad? ¿Él me quiere?

—¿Por qué me preguntas a mí?—replicó encogiendo los hombros con cierta ironía—. Ve y tú mismo compruébalo.

Asimilándolo por fin dio brincos por toda la estancia antes de lanzarse a abrazar a Mina una y otra vez como si estuviese poseído. Dios, Dios, Dios... de verdad lo quería a él, necesitaba escucharlo de sus labios, necesitaba mirarlo a los ojos y corroborarlo en los mismos. Quería explotar de la dicha, quería desmayarse y despertar dándose cuenta de que no era su imaginación.

Era real, Kirishima le correspondía por completo.

Los sueños se cumplen.

&&&&

Mi sueño es tener un chingo de dinero... Si se cumple... ¿Verdad?

Estamos oficialmente en febrero!!! Mes del amor!!! Prepárate Noviembre, te llueven bendiciones. Ustedes saben a lo que me refiero (Inserte cara pervertida) y si no, no importa, en el capítulo pasado me hicieron sentir una puerca al decirme que fui la única que pensó cochinadas al decir "cuarto oscuro" jajajajaja ya ni me duele wey.

¿Han notado que siempre lo corto en lo más importante? Me iré al infierno, no tengo pruebas pero tampoco tengo dudas XD

Kacchan postulando a Deku muy al estilo Tinder (Ok no, eso no) jajaja

También me he dado cuenta de que me ensaño con el pobre Todoroki, siempre le rompo el puto corazón (Kacchan, 2019), me disculpo por eso también.

Sin más espero que les haya gustado y nos estamos viendo!!!! Mil gracias por leer!!!

Les amo!!! Besos!!!! 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top